LO MEJOR DE LA SEMANA

jueves, 15 de septiembre de 2011

Nuestra Señora de los Dolores

Hoy 15 de Septiembre la Iglesia Católica celebra la Festividad de la Nuestra Señora de los Dolores. En nuestro pueblo tenemos la suerte de contar con una bella imagen que posee esta advocación mariana. La Virgen de los Dolores de Montoro fue realizada por Pio Mollar Franch en 1940, al igual que las tallas de San Juan Evangelista, las efigies de las Santas Mujeres Magdalena y Verónica, y la escultura de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Montoro. A continuación nos centraremos en la representación de esta iconografía mariana frecuentemente aparece representada en el momento de La Piedad con su hijo Jesús muerto sobre su regazo, tras el descendimiento, y otras veces con expresión de desconsuelo al pie de la Cruz, sosteniendo sedente la corona de espinas de su hijo. En ocasiones, se la representa con siete espadas que le traspasan el corazón, esta representación la podemos observar en la Virgen de los Dolores de Montoro, donde un corazón dorado nos muestra siete espadas. Estas son el símbolos de los siete dolores que sufrió la Virgen a lo largo de su vida y que posteriormente comentaremos.Su imagen es procesionada durante la Semana Santa en numerosas localidades españolas, destacando los iconográficos establecidos por los pasos de la denominada Esperanza Macarena de Sevilla, imagen de vestir bajo palio, y el de la Virgen de las Angustias de Juan de Juni, en Valladolid, que presenta la figura de María abatida de dolor a los pies de la cruz
La virgen de las Angustias , como un monumento mas realizado en el año 1570 por Juan de Juni es una de las joyas de Valladolid , Cuenta la leyenda que Juan de Juni uso como modelo a una hija efectada de una grave enfermedad consiguiendo un impresionante realismo. Es una de las piezas clave en la semana santa vallisoletana contando con la gran beneracion del pueblo vallisoletano,una gran joya de Valladolid.
Aparece representada con cinco joyas de cristal de roca francés engarzado en forma de rosas, denominadas mariquillas, que le traspasan el pecho, regalo del torero sevillano Joselito el Gallo, gran benefactor de la imagen. Es una escultura de candelero realizada en el siglo XVII por un autor anónimo, aunque ha sido atribuida a diversos escultores relacionados con el taller de Pedro Roldán, entre los que destaca su hija La Roldana. Fue coronada canónicamente en 1964, convirtiéndose en la segunda imagen dolorosa de Sevilla en obtener esta dignidad, precedida de la Virgen de la Amargura, y en 1971 el alcalde de la ciudad, Juan Fernández Rodríguez, le impuso la Medalla de Oro de Sevilla. Se trata de una de las imágenes de mayor devoción que participan en la Semana Santa de Sevilla, haciendo estación de penitencia con la Hermandad de la Esperanza Macarena en la tradicional Madrugada del Viernes Santo. Goza de gran popularidad, no sólo en Sevilla, sino también en muchas ciudades españolas, así como en diferentes países de Europa, América y Asia, donde existen diversas copias de esta imagen mariana, destacando por ser la más antigua la que posee la Hermandad del Gran Poder y Esperanza Macarena de Madrid, residente en la Real Colegiata de San Isidro, donde también se venera una copia de Jesús del Gran Poder de Sevilla.


En imagen observamos las manos de la Virgen de los Dolores de Montoro y como no ese corazón traspasado por siete espadas, alegoría de los siete dolores que la Iglesia Católica ha venerado siempre con sigular cariño. A continuación vamos a comentar a continuación los siete dolores que aparecen reflejados en el rostro de Nuestra Señora de los Dolores Montoreña. El primer dolor, conmemora el nacimiento de Jesús en un pobre portal. Otras madres ven nacer a su hijo en una clínica, o en una casa, en una cama, aunque sea pobre. La Virgen tuvo que ver nacer a su hijo en un pesebre, en una canoa de echar de comer a los animales, en una cueva barrida por el viento, en el mísero portal que nuestros pecados le prepararon al Redentor. Ese fue su primer dolor, y con su pobreza aprendió a comprender a todos los que sufren por falta de lo necesario y se conmueve mucho cuando ellos le suplican su ayuda. Siempre viene corriendo en ayuda de los necesitados, porque ella supo lo que es ser pobre y faltarle a uno lo necesario.

El Segundo Dolor de la Santísima Virgen María llega con la presentación en el templo. A los cuarenta días de nacido, presentaron al Niño Jesús en el Templo y el profeta Simeón lo tomó en sus manos y dijo: ""Este niño será causa de división: de salvación para unos y de perdición para otros, y por causa de él, una espada de dolor atravesará tu corazón, María"" (San Lucas 2, 34). Desde entonces supo María que Jesús sería perseguido, y que a Ella le esperaban grandes penas a causa de su hijo. Porque, como dice San Pablo ""Todo el que quiera vivir como lo manda Dios, sufrirá persecuciones"".
En el tercer dolor la Iglesia Católica conmemora la Huida a Egipto. Cuando los magos fueron a visitar al Niño Dios a Belén, el malvado rey Herodes les dijo que volvieran a Jerusalén a contarle dónde estaba el Niño, porque él deseaba ir a adorarlo. Los magos, por orden de Dios, no volvieron a donde Herodes, y entonces éste mandó a sus soldados a que mataran todos los niños menores de dos años; un ángel anunció a José que debían huir antes de que llegaran los asesinos y así de noche, huyeron a Egipto (S. Mateo 2, 13).
El viaje a Egipto fue algo sumamente duro: son caminos peligrosos, con el miedo de ser alcanzados por la policía, con un sol de 40 grados, sin agua para tomar por el camino; ir a un pueblo de desconocidos, otro idioma, fuera de la patria, etc...
La Madre de Dios se preparaba con este espantoso sufrimiento para comprender a todos los que tienen la pena de tener que salir de su tierra querida, alejarse de sus familiares, sufrir peligros, desempleo, etc., etc. Por eso la llamamos ""Madre Dolorosísima"", porque ninguna otra mujer ha sufrido más que ella. Pero tampoco hay mujer que sepa comprender y ayudar mejor a los que sufren. Tra haber sufrido tantas calamidades en la Huida a Egipto la Santísima Virgen María se prepara para todo lo que posteriormente tendrá que pasar, ya que el fruto de su purísimo vientres será asesinado, vejado, azotado, burlado..
El cuarto dolor de la Santísima Virgen María nos recuerda la Pérdida de Jesús en el Templo. José al volver de Jerusalén a Nazaret pensaba: ""Como Jesús apenas tiene 12 años, seguramente se habrá ido con el grupo de las mujeres"". Y María pensaba: ""Como Jesús ya tiene 12 años seguramente se fue con el grupo de los hombres"". Y así ninguno de los dos se extrañó de que en el primer día de camino Jesús no estuviera a su lado. Pero esa noche, al encontrarse, su primera exclamación fue: ""¿Y Jesús, no venía contigo?.
Qué noche de terrible angustia: No podían regresarse todavía porque esos caminos llenos de atracadores no se pueden recorrer de noche. Pero al día siguiente corrieron a Jerusalén. María recorre las casas de sus familiares. ¡Cuántos pensamientos habrán pasado por su mente angustiada! ¿Lo habrán secuestrado? (¡Tantos niños eran secuestrados para venderlos como esclavos luego!). ¿Le habrá sucedido una desgracia? ¿Estará Dios disgustado por esto?.
¡Y así durante  tres largos y penosos días! María se estaba preparando para poder compadecer a todos los que pasamos angustias, ansiedades, temores y dudas.
En el quinto Dolor se conmemora el encuentro de Jesús y su Madre en la Calle de la Amargura. El viernes Santo, cerca del mediodía, La Virgen está en la plaza, junto al palacio de Pilato, escuchando los resultados de aquel juicio injusto. De pronto oyó que Pilato leía la sentencia que helaba de terror la sangre de los ajusticiados: ""Irás a la cruz. Quedas condenado a muerte"".
María siente una pena inmensa. Pide a San Juan Apóstol que la conduzca hacia una de las calles por donde va a pasar el cortejo hacia el Calvario. Y allí espera a Jesús y pronto lo ve llegar. ¡Pero ya no es el imponente profeta que predicaba en las montañas! La S. Biblia dice que ""Ya no parecía un hombre. Uno retiraba la vista del horror al verlo. Tan desfigurado estaba"". (Isaías 53).
Y, cuenta la tradición que la Virgen Santísima, de la pena, se desmayó. Por muchos siglos hubo allí una capilla llamada del ""Desmayo"", y la gente explicaba que ahí se desmayó la Virgen cuando se encontró con su hijo camino al Calvario. Nuestra Señora: Patrona de las despedidas dolorosas: rogad por nosotros para que en las horas de tristeza y de crueles separaciones, recibamos del Señor toda la fortaleza necesaria para sufrir con valor y por Dios. Amén.
Pero María se repuso de su desmayo. Pidió a San Juan que la acompañara hasta el Calvario y allí se fue porque ella repetía como Jesús: ""Padre, si no es posible que pase este cáliz de amargura sin que yo lo beba, que no se haga lo que yo quiero, sino lo que Tú quieres. Hágase tu voluntad"" (S. Mateo 26, 42).
Con el sexto Dolor la Iglesia conmemora un gran sufrimiento como es ver morir a un hijo muerto en la Cruz. Ver morir a un hijo es terrible. Pero ver morir al más bueno y amable de todos los hijos, y de una muerte tan cruel, tan injusta, tan inhumana como la que le dieron a Jesús, es el más grande tormento que un corazón de mujer haya soportado sobre la tierra.
El Último dolor de la Virgen María se produce cuando Jesús es bajado de la cruz y colocado en brazos de su Santísima Madre. La sepultura de Jesús fue una de las más pobres que se han presenciado en la humanidad. Solamente siete personas. Tres hombres y cuatro mujeres. 
La Virgen no tuvo con qué comprarle una sepultura, ni siquiera una mortaja. Tuvieron que prestarle de limosna para un sepulcro, y regalarle unas sábanas para envolverlo.
Ella siempre pobre. ¡Patrona de todos los pobres! Allí estaban representados todos los hombres: Un comerciante: José de Arimatea. Un político: Nicodemo. Un obrero campesino: San Juan Apóstol. Y además de nuestra Señora las tres Marías: María Magdalena, María Salomé y María de Cleofás. Y nadie más. Entierro de pobre. ¡Y bien pobre!
¿Quién no aprecia la bella estatua de Miguel Angel llamada La Pietá (La Piedad) donde vemos a la Sma. Virgen teniendo sobre sus rodillas el cadáver de Jesús? ¡Es impresionante!
Pero lo más impresionante debió de ser su dolor en aquella hora. ¡Mas Ella no se desespera! Ella sabe bien que la despedida con los muertos no es definitiva. Ella sabe que la resurrección llegará para todos. Y esa esperanza de resurrección suaviza la pena.
A continuación exponemos una serie de fotografías de la Virgen de los Dolores anterior a la contienda Civil española
Virgen de los Dolores en San Juan de Letrán
Viernes Santo de 1890. Al fondo miembros de la Corporación Municipal con traje de etiqueta
Antigua imagen de Nuestra Señora de los Dolores en el año 1920

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