LO MEJOR DE LA SEMANA

lunes, 17 de marzo de 2014

El tumulto de la Semana Santa de Montoro en 1903: la polémica construcción del camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno

Procesión de Ntro. Padre Jesús Nazareno de Montoro en 1903, poco antes de que sucedieran los sucesos de la
Plaza de España. Fuente: Archivo José Meroño. Fototeca Pasión por Montoro.
José Ortiz Garcia
Cronista Oficial de Montoro
Cuando entramos en la ermita de San Juan de Letrán de Montoro: nos intro­ducimos en un ambiente mágico donde abundan grandes historias y grandes olvidos, fuertes emociones y leves suspiros, donde el apacible aire húmedo aporta un matiz especial que tiene esta ermita continuamente frecuentada. La sobriedad de su planta y el desnivel que el suelo del templo presenta con respeto al de la calle salvado por siete peldaños, es una de las características que podemos contemplar en el propio edificio, siendo un obstáculo preclaro cuando llega la hora de sacar cada Viernes Santo las cinco imágenes de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolo­res.
Para muchos montoreños, el camarín no significa más que el lugar donde se encuentra Padre Jesús todo el año. Pero si comentamos que entre 1903 a 1905 se edificó, muchos comenzarán a imaginar lo que allí podía existir antes de que esta capilla se realizase, o dónde se colocaría a Jesús antes de la misma, o quién mandó el levantamiento de la obra, Muchas preguntas que vamos a ir respondiendo a lo largo del desarrollo de este artículo, ya que la polémica estuvo servida en el vecindario con la más que deseada construcción de dicho altar.
Espadaña de la Iglesia de San Juan de Letrán. Fuente: Pedro J. Delgado
La ermita de San Juan de Letrán parece que se construyó a finales del medio­evo, motivo más que aparente por su céntrica localización. Sabemos que esta ermita tuvo que reedificarse en 1556, ya que en algunos documentos nos aparece que se encontraba prácticamente derruida y que los hermanos de la cofradía de las Ánimas Benditas del Purgatorio y de San Juan de Letrán tuvie­ron que hacer frente a dichos reparos, eso sí, no sin numerosas oposiciones que llegaron hasta la sede del ponti­ficado1. No obstante, el apresura­miento con el que concluyeron las obras ocasionó que en 1598 se vol­vieran a acometer reparos y serias modificaciones en el templo.
A partir de 1603 llega a Montoro la imagen del antiguo Padre Jesús pro­cedente de tierras jienenses, colo­cándose según se desprende de al­gunos documentos, en uno de los laterales de la capilla mayor, pues según las informaciones vertidas por el padre Juan Beltrán, la presiden­cia de la misma la tenía un bello san Juan Bautista2. No tardó en ceder la talla de este profeta el lugar a Padre Jesús, pues el pueblo de Montoro aclamaba en un ardiente fervor por su predilección por esta imagen po­cos años de su llegada. Así, a finales de los años ochenta del siglo XVII tras nuevas obras y dorado del retablo del altar mayor, se colocó la imagen en el lugar que hoy conocemos pero en una pequeña hornacina donde su quedaba empotrada.
Así estuvo nuestro antiguo Padre Jesús hasta principios del siglo XX en que dio comienzo la construcción de su camarín. El motivo y origen que provoca­ron la construcción de esta obra la tenemos que buscar en la historia oral transmitida por nuestros mayores. En esta ocasión provino de Pepita, una mujer centenaria que vivía placenteramente con toda su lucidez y sencillez en la residencia de ancianos de Jesús Nazareno de Montoro.
Interior de la Iglesia de San Juan de Letrán durante la restauración del Camarín. Noviembre 2011.
Una tarde me en­contraba sentado con ella y me comentó que la construcción del camarín se debió a la aparición de una pequeña imagen de un Nazareno a unas costure­ras que se encontraban haciendo sus labores en una casa de la calle de las Morenas. Éste se dirigió a ellas y les pidió que se edificase en ese lugar un camarín dedicado a Él para que el pueblo de Montoro pudiese contemplarlo con toda su majestad. Pepita incluso nos dijo que esta pequeña imagen se colocó delante del Nazareno tras la construcción de la capilla.
El rumor de la aparición se hizo eco por todo el vecindario cuando don Juan Parras Fernández realizaba su testamento. En la última voluntad realizada en Montoro sobre las nueve de la noche del día uno de mayo del año 1900 ante el notario don Diego del Río y Muñoz-Cobo, dispuso que dejaba diez mil pese­tas en metálico para la construcción de un espacioso camarín a Padre Jesús3 (para que nos hagamos una idea con esta cantidad podíamos comprar cator­ce fanegas de tierra en los mejores sitios de la campiña cordobesa). El docu­mento en cuestión dice así:
“...Manda libre de toda carga y gravámenes, gastos, impuestos y derechos reales y cualquiera otros que estableciesen en el estado, la cantidad de diez mil pesetas, con el objeto de que se construya adjunto a la iglesia de San Juan de Letrán de esta ciudad y formando parte de la misma, un espa­cioso camarín en el que será colocada la Imagen de Jesús Nazareno en el paso de la Cruz a Cuestas que se venera en la mencionada iglesia con gran devoción por todos los montoreños. no siendo la menos por el testa­dor...”
El testador a su vez dispuso que se colocase una placa conmemorativa una vez concluido el mismo, y que cuando se cumpliese el aniversario del primer año de su muerte se inaugurase el camarín con una misa en honor de su alma:
"... Siendo la voluntad del otor­gante que se coloque una lápida conmemorativa en el citado ca­marín en la que se hará memoria de esta disposición testamenta­ria; Así mismo recomienda que se construya con solidez y no se de­more su edificación con el objeto de que en el dia del primer ani­versario del fallecimiento del otor­gante se inaugure con una solem­ne función religiosa..."
Inscripción en el camarín del Nazareno de Montoro. 
La manda de diez mil pesetas se entregarían en su integridad al arcipreste de la villa, que por aquel entonces era don José de Julián y Barrigón, con el objeto de que se encargase de todos los trabajos y ad­ministración mientras durase la edificación del referido camarín4. De la misma forma el testador dispuso costear la pro­cesión de la Cofradía de Nuestro Padre Je­sús lo que posiblemen­te se haría efectivo en 1901, pues a los pocos meses de esta Semana Santa, concretamente el día 7 de junio de 1901, falleció en su casa a la temprana edad de 36 años por una posible afección hepática5.
Tras el sepelio, se pasó a repartir entre los herederos establecidos en el testa­mento los legados que el difunto había dispuesto para ello, así que se perso­naron en la notaría doña María de la Concepción, doña María del Carmen Cañas Alcalá, don Mariano López Cañas, don Juan Jurado Moreno, Ana del Prado Vacas, Catalina Mesa Vacas, Antonio García Mesa, Juan Carpió Mesa, Antonio García Mesa, Francisco Poblete Mesa, Juan Poblete Mesa y el alba- cea don José de Julián y Barrigón para levantar el testamento y hacer efecti­vos los legados. De esta forma el día 21 de septiembre de 1901, se hizo escritura por la cual se entregó al cura Barrigón6:
"...El Concepto con que dicho señores compareciente intervienen en ia presente escritura es a saber: Don José de Julián y Barrigón, como alba-cea contador y partidor nombrado por el difunto don Juan Parras Fernán­dez. y además como arcipreste actual que es de esta ciudad para recibir el legado de diez mil pesetas que dicho causante hizo con ei objeto de cons­truir un espacioso camarín en ia iglesia de San Juan de Letrán de esta Población a Nuestro Padre Jesús Nazareno en el paso de la Cruz a Cues­tas..."
Don José de Julián y Barrigón durante una rogativa a la Virgen de las Angustias en 1905.
Fuente: Archivo Francisco Castellano. Fototeca Pasión por Montoro
Al morir, la polémica estuvo servida. El pueblo sabía de la donación del dinero pero en su contra, no hubo ningún indicio de obra en la ermita de San Juan de Letrán por parte del cura Barrigón.
De ahí que en la obra "Los Lucha­dores" de Esteban Beltrán se comente lo siguiente7:
"... Se pasó mucho tiempo sin que el camarín se hiciera y todo el pueblo decia que no se haría nunca porque el encargado de hacerlo era ese señor al que us­ted llama Barriga, el cual emplea­ba aquel dinero en cebada. trigo y otros artículos, lucrándose con un dinero que no le pertenecía y contribuyendo con este acapara­miento a la carestía del pan y otras cosas. Conversaciones muy sustanciosas corrían por el pueblo, entre ellas que el señor Barriga había comprado una casa y la había obrado y amue­blado y ocupado él y sus domés­ticas. y ... estas cosas daban motivo a que el pueblo pensara que el dinero del camarín lo disfrutaría el señor Barriga por todos los siglos de los siglos amen ...”
Finalizó el año 1902 y el Camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno seguía estando pendiente, hasta que en la Semana Santa de 1903 el pueblo no se pudo contener más, y varios cofrades de Nuestro Padre Jesús Nazareno decidieron hacer la justicia por su mano. Pero, ¿qué fue lo que ocurrió?
Nos encontramos en el Sermón del Paso. Todo transcurría plácidamente has­ta que la apacible multitud comenzó a encoralizarse por el asunto. Nuestro amigo Esteban Beltrán trata la polémica desde la casa de unos amigos, cuan­do de repente se comenzaron a escuchar desgarradoras voces y fuertes silbi­dos. El escritor nos describe la situación de esta forma:
"... Todos gritaban desaforadamente, las mujeres desgreñadas, con las sayas rotas y manchadas de cera, parecían furias agarradas a sus mari­dos; queriendo unas llevárselos a casa, y otras animándolos a la pelea.
Los hermanos cofrades, con sus túnicas moradas, rotas unas y arreman­gadas otras en la cintura, otros blandían los cirios rotos con los que habían alumbrado en la procesión, gritaban enronquecidos: ¡Donde está ése la­drón!, ¡donde está ese pillo!, ¡Que lo traigan aquí, que le vamos a cortarlos ...tales! (...) Algunos y algunas gritaban haciendo molinete con los cirios destrozados de haberse dado garrotazos con ellos, vacilaban y se tamba­leaban con unas caras de difuntos que daba miedo (...) Y uno que estaba gritando cerca de nosotros blandiendo una enorme navaja nos contestó: ¿Qué a quien?, a ése sinvergüenza de Barriga que se ha tragado los dos mil duros del Camarín de nuestro Nazareno"
Negativo del Nazareno de Montoro en procesión. Inicios del S.XX.
Fuente: Archivo Fermin Emilio Blanco Argudín. Fototeca Pasión por Montoro
En esos momentos una persona gritó e incitó a que se fuera a casa de don José de Julián y Barrigón para recuperar el dinero perdido, a lo que se sumó toda una multitud enfurecida, dejando a los pasos prácticamente solos en el centro de la Plaza. Este quizás sea el único momento en la historia de la Semana Santa de Montoro en la cual se han dejado las imágenes procesionales en el suelo, con la única excepción de la procesión del Entierro Cristo de 1931, por causa de la famosa vaca que nunca existió. La multitud avanzaba hacia la casa de este sacerdote con gran estruendo y griterío8.
El Alcalde del municipio, don Pedro Medina Pedrajas, viendo que aquella multitud iba muy en serio a por aquel señor, tuvo que intervenir apresurada­mente como así lo atestigua Esteban Beltrán:
"...Pero en el momento de marchar el pueblo amotinado a casa del cau­sante de aquel escandaloso motín, apareció el Alcalde y trató de apaciguar al pueblo, pero éste insistió en buscar al culpable, y viendo el Alcalde que aquello iba de veras y que aquel pueblo buscaba con empeño decidido al señor Barriga para caparlo, lincharlo o ahorcarlo, tuvo un arranque de au­dacia, de esos que pierden o salvan a un hombre y dijo: Vamos a mi casa y allí se arreglara todo...”
Los congregados callaron y cesaron por momentos los abucheos, caminando pausadamente en orden a casa de don Pedro Medina Pedrajas que vivía en la calle Salazar 6, pasando por delante de la casa del cura Julián de Barrigón que moraba en la misma9 calle en el número 11. Una vez en la casa del alcal­de, éste se dirigió a los asistentes desde la grada de su puerta intentando pacificar la gravedad de la situación provocada. Don Pedro les comunicó que él deploraba más que nadie lo que estaba sucediendo en Montoro ese Vier­nes Santo comprendiendo que la razón estaba de parte de los cofrades con la zaragata formada, reclamando y pidiendo a gritos la construcción del camarín a Padre Jesús. Tras estas palabras prosiguió diciendo que esta situación debía de concluir pues el consistorio municipal se iba a encargar de las gestiones necesarias para recuperar el dine­ro, y cumplir de esta for­ma la última voluntad del donante, llamando a la sensatez de los re­unidos ante sus puertas para que concluyese en paz la procesión:
“...que este escán­dalo concluya ahora mismo marchándo­nos todos a llevar a casa a Padre Jesús ya descansar noso­tros...".
Tras las palabras del alcalde, profirió una voz entre la multitud que no estaba de acuerdo con lo acordado, y que Padre Jesús no entraba en su ermita hasta que el camarín no estuviese terminado. A lo cual don Pedro Medina propuso que se encerrase la imagen en la parroquia de San Bartolomé hasta que estu­viesen terminadas las obras. Tras estos choques de palabras todos quedaron contentos dando vítores al alcalde y concluyendo la procesión en la Plaza de la Constitución10.
Quinario en la Iglesia de San Juan de Letrán. 1956.
Fuente: Archivo José León Solís
Pero este asunto no quedó ahí zanjado. A los tres meses de este altercado y tras la huida de este sacerdote a la ciudad de Córdoba, comenzaron a salir misivas en los periódicos de la provincia denunciando que aún no se habían iniciado las obras. También sabemos que don Pedro Medina recuperó cuaren­ta mil reales sobre junio de ese año, es decir dos mil pesetas, y lo cual parece que quedó reflejado en la partida presupuestaria que la junta municipal pre­sentó el 19 de septiembre de 1903* 11.
Gracias al hallazgo casual en el cuaderno de bandos municipales de uno con­cerniente a dicho asunto, hemos podido saber que el obispado cordobés no estaba de acuerdo con la ejecución de la obra en el verano de 1903. Por este motivo don Pedro Medina, Alcalde consti­tucional de Montoro, mandó publicar un bando informando a la población de su cese como depositario de las diez mil pesetas procedentes del legado de don Juan Pa­rras Fernández, para la construcción del camarín a Nuestro Padre Jesús Nazareno en la iglesia de San Juan de Letrán, por haberse tergiversado en el obispado la in­formación sobre la decencia o no del sitio donde se tenía prevista su edificación, y por exigir desde esta institución que las obras debían de acometerse bajo la dirección ex­presa del vilipendiado don José de Julián y Barrigón, poniendo a disposición pública todos los informes y cartas mantenidas con el señor Obispo de Córdoba. Por desgracia toda esta correspondencia no se ha conservado, y la cual tenia que aportar datos interesantes sobre la edificación, peonadas y materiales empleados.
Del mismo modo podemos afirmar que de este bando se deduce que tras el suceso provocado por el arcipreste, las obras del camarín quedaron dirigidas por una comisión formada por don Juan Antonio de Canales, cura ecónomo de San Bartolomé, por don Idelfonso Fernández, Hermano Mayor de la cofra­día de Padre Jesús y por don Pedro Medina Pedrajas12. 
"..Alcaldía Constitucional de Montoro.-Montoreños; El Viernes Santo cuan­do pedisteis depositar a Padre Jesús Nazareno, en la parroquia de San Bartolomé con el fin de hacer pública la protexta contra el Arcipreste de esta población, por no cumplir la disposición testamentaria de el difunto don Juan Parras Fernández, que había legado diez mil pesetas para la edificación de un camarín a dicha Ymagen, en la Iglesia de San Juan de Letrán, sabéis estube a vuestro lado y os ofrecí trabajar sin descanso has­ta lograr vuestros deseos.
Desde dicha época, no he dejado día, ocasión ni momentos y me he valido de cuantos medios las leyes me autorizaban para conseguirlo; pero solo he podido lograr que las diez mil pesetas las entregasen a don Juan Antonio de Canales, cura ecónomo de San Bartolomé, a don Idelfonso Fernández, hermano mayor de la cofradía de Padre Jesús y a el que sus­cribe, nombrándome a su vez depositario de dicha suma los citados Señores. cuya cantidad se haya en las arcas municipales y delegando en los tres sus atribuciones.
Vista exterior del Camarín de Ntro. Padre Jesús Nazareno de Montoro. Fuente: Pedro J. Delgado
Pero al pedir se me apruebe ef proyecto y se me autorice parala obra de dicho camarín, me contesta el llustrísimo Señor Obispo “que no puede aprobarlo por no haber dinero suficiente, ni quedar el sitio de! Camarín con el decoro que nuestra religión requiere", haciéndome saber a la vez que las obras se han de hacer bajo la directa dependencia del citado Arcipreste don José de Julián y Barrigón.
Fácilmente comprenderéis, que ¡a falta de dinero y el no ser decoroso el sitio, son datos debidos a malos informes, toda vez que no son ciertos; y que la dirección de las obras ha de ser bajo la inspección del repetido Arcipreste (Ausente desde aquel dia) es con esta población; razón por la que he tenido que renunciar el cargo con tales condiciones.
Todas las comunicaciones que han mediado con el llustrísimo Señor Obispo, en este asunto, están de manifiesto en la Secretaria de este Ayun­tamiento para el que desee conocerlas.
Yo tengo el honor de hacerlo saber a este vecindario. para su conoci­miento y cumplimiento de mi deber. Montoro, 24 de Julio de 1903. (Rúbri­ca) Pedro Medina"
Pero a igual que el alcalde de Montoro, el pueblo no estaba dispuesto a que la dirección de las mismas se mantuviesen bajo la supervisión de don José de Julián y Barrigón, como hemos visto en el bando anterior, y ello se puso de manifiesto incluso en notas periodísticas que conocemos gracias a “Los Lu­chadores"' de Beltrán:
"...pero so pretexto de cumplir la cláusula testamentaria del donante quie­re imponérsenos la dirección de la obra por el señor Barriga, causante del grave disgusto que impera, exteriorizado voluntariamente de esta pobla­ción al conocer su falta y antipatías, aunque con la esperanza equivocada de volver mas tarde para continuar siendo el Pastor de su feligresía. ¡Error funesto, después de perder la fuerza moral ¿ No ve ese señor que no cuen­ta con el afecto de los hijos de Montoro? ..."
De la misma forma sabemos que una vez que este cura volvió a Montoro a hacerse cargo de la feligresía, muchos de los vecinos se fueron hasta su casa a darle una cencerrada como jamás se ha hecho ninguna en Montoro, y, apar­te de romperle todos los cristales a pedradas de su domicilio, la multitud se presentó ante la casa de don José de Julián con un gato negro colgado de un horcón del campo, comenzándose a cantar al unísono ante las casas de este cura una frase que aún ios más ancianos del lugar recuerdan por la transmi­sión oral de sus mayores13:
Cura, curato 
como no nos des el dinero
te verás como este gato
Tras la vuelta de este cura a Montoro y la cencerrada que se produjo en su morada, se comenzó a cantar una coplilla entre los vecinos que aún algunos recuerdan y tararean:
Un cura se comió
El dinero un camarín, 
Y el pueblo se enteró 
Y se ha armado un motín.
Cuando supo el pueblo 
lo que le pasaba, 
latas y cencerros 
todos le tocaban.
El pobre, aburrido, 
Se fue a la Estación.¡Si señor!.
Se ha montado en «El Carreta» 
Ese sinvergüenza. Señor barrigón.
Parroquia de San Bartolomé a inicios del S.XX. Fotografía Diego Angulo.
Sabemos que don José Julián de Barrigón se hallaba de nuevo en la ciudad de Montoro a fines del verano de 1903, ya que este realizó la petición de una hipoteca a doña Leonor Benítez Romero para que le cediera un préstamo de siete mil quinientas pesetas que según se refleja en el documento notarial era «para cubrir atenciones perentorias urgentes14. A través de este documento sabemos que este religioso adquirió una casa en la calle Salazar señalada con el número 27, que se la compró a doña María de los Dolores Quintana y Alcalá el día veintisiete de abril de 1902 ante el notario don Diego del Río Muñoz Cobo15.
El Camarín dio comienzo en 1904 siendo el maestro de obras encargado Ilde­fonso Madueño Poblete. La dirección de las mismas se produjo bajo la super­visión del sacerdote don Antonio González de Canales, religioso muy respeta­do en aquel tiempo, ya que el pueblo no permitió jamás que el albacea de don Juan Parras Fernández tocase céntimo alguno más del camarín.
Hasta aquí sabemos de la recuperación de nueve mil quinientas pesetas, dos mil que recaudó el alcalde don Pedro Medina, siete mil quinientas que solicitó don José de Julián a doña Leonor Benítez, y nos faltan quinientas para com­pletar la cuenta de los dos mil duros, como dijo aquel señor en la plaza. Éstas procedieron del Ayuntamiento montoreño, pues el veintiséis de sep­tiembre de 1904 se decidió en un pleno aportar quinientas pesetas para su conclusión bajo la petición encarecida del señor don Martín Ló­pez Morales, ya que según las pala­bras del alcalde solamente estaba a falta de pintarlo y decorarlo a esta fecha16:
"... El Señor López Morales rogó al Señor Presidente le manifes­tase el estado en que actualmen­te se halla la obra del Camarín que se construye en la Iglesia de Señor San Juan de Letrán de esta población con destino a la digna morada de la venerada imagen de nuestro Padre Jesús Nazare­no,, informando en el acto dicho Señor Presidente encontrarse ya bastante adelantado indicado camarín, si bien para su terminación falta solo decorarlo y pintarlo, lo cual no se había ejecutado por carecerse de los recursos necesarios ..."
El 20 de febrero de 1904, el presbítero don Antonio Benítez y Benítez realizó una poesía a Nuestro Padre Jesús para cuando éste estrenase su camarín, la cual la hemos podido conseguir a través de una nota que Manuel León Cañe­te transcribió en su día, y la cual dice de la siguiente forma: 
Hoy el pueblo de Montoro
que es católico sincero, 
con júbilo placentero 
sale su fe a demostrar: 
Todos van, con gran contento, 
de entusiasmo el pecho lleno, 
porque Jesús Nazareno 
su camarín va a estrenar.
Y música y cohetes 
y campanas, ese día, 
demostrarán la alegría 
de este pueblo y su fervor;
porque bajo el Sol saliente 
que a alumbrar el mundo sale,
no hay otro pueblo que iguale
a este pueblo en devoción.
Bien por Don Pedro Medina, 
que de su gloria está ufano; 
bien halla el pueblo cristiano 
su proyecto realizar; 
bien hallan los albañiles, 
que con aliento divino, 
Camarín tan peregrino 
a Jesús hicieron ya.
El camarín fue una manda 
piadosa de un testamento, 
para que fuera ornamento 
del Dios que engendró la luz; 
para que con bellas flores, 
dulces y tiernas canciones, 
diéramos los corazones 
al mismo Dios de la Cruz.
A nuestro Padre Jesús 
que ostenta la Cruz de plata, 
le fue legada la oblata 
del precioso camarín: 
para que su pueblo amado, 
viéndolo hermoso y luciente, 
alguna oración ferviente 
saliera del pecho allí.
Sea aquesta nuestra oración: 
Perdón. Jesús Nazareno; 
Perdón Jesús bello y bueno; 
Perdón, Jesús mío, perdón; 
para que llenos de gracia 
en la tierra te alabemos 
y después glorifiquemos 
allá en la eterna mansión.
Ahora, queridos paisanos, 
solo me resta decir, 
que jamás dejéis de ir 
a Jesús a visitar: 
que perdonéis, cual lo hizo 
el mansísimo Cordero 
al pobre y humilde Clero, 
que a todos quiere abrazar
Ntro. Padre Jesús Nazareno en el interior de la Iglesia de San Juan de Letrán
Fuente: Archivo Emilio Blanco Argudín.
Sea lo que fuere, sabemos que en 1905 se colocó la placa conmemorativa de mármol tallada por los talleres de Cobo17 y se inauguró el camarín, acto tras el cual el vecindario pudo adquirir unas estampitas donde estaba el antiguo Na­zareno con una poesía, la cual copió la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno en el año 2000 para añadirla a las tarjetas que se repartieron el Viernes Santo de ese año:
El pueblo en tu camarín 
Logró al ponerte su empeño 
Gloria al pueblo montoreño 
Y gloria. Jesús, a ti
Los problemas suscitados con las limosnas del camarín hicieron que en ese mismo año la cofradía de Jesús Nazareno se convirtiese en una sociedad laica’8. No obstante continuaron otras tensiones con don José de Julián, ya que éste no quiso entregar a los cofrades de Nuestro Padre Jesús Nazareno la cruz de madera sobredorada que existía en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen desde el siglo XVIII, por tenerla inventariada.
En el vecindario siempre se la conoció como la antigua de Jesús. El objeto de esta Cruz era para colocársela al Padre Jesús antiguo en el Camarín en lugar de la que en 1748 donaron los señores Camacho al Nazareno, evitando que esta joya se deteriorase. De ahí que en abril de 1905, una vez que estuvieron concluidas las obras, el arcipreste escribió al Obispo de Córdoba pidiéndole permiso para entregársela con e! objeto de ‘‘que no me busquen más pretex­tos para nuevos disgustos'”19.
Para finalizar me gustaría hacer un recuerdo especial a Acisclos Canalejo Fernández, persona a la cual admiré siempre por sus continuas charlas sobre Padre Jesús cuando coincidíamos casi todos los mediodía subiendo la calle el Santo, cuando regresaba de la farmacia regentada por su hijo Antonio y de comprar su periódico. También quisiera hacer un llamamiento y homenaje a todos los ancianos, nuestros mayores y residentes en el Hospital de Jesús Nazareno, especialmente a Pepita y a Paca.

Conclusiones
Como conclusión de este artículo hemos de comentar en primer lugar, que a inicios del siglo XX persistían historias sobre apariciones e imágenes que tras­mitían mensajes a la población para pedir ciertos favores, con el objeto de aumentar el decoro y el fervor en el pueblo.
También vemos que las grandes obras e infraestructuras de los recintos reli­giosos venían paliadas en muchos casos de manos de grandes terratenientes y personas poderosas, como fue el caso de D. Juan Parras Fernández con el camarín de Jesús Nazareno de San Juan de Letrán.
La polémica construcción del camarín a Nuestro Padre Jesús Nazareno y la actuación en contra de la hermandad de un religioso, marcan el inicio de la singladura de la sociedad laica de Nuestro Padre Jesús Nazareno, cuya cau­sa ya había abrazado desde fines del siglo XIX la de la Vera Cruz y desde 1905 la del Santo Entierro de Cristo.
Y para finalizar, vemos que las pretensiones de los montoreños para que se erigiese el camarín a la imagen más venerada del vecindario y la propia ideosincracia que ha rodeado a esta cofradía a lo largo de los tiempos, fueron capaces de provocar un fuerte tumulto en el lugar más céntrico del pueblo, originando que la clase política y religiosa tuvieran que mediar de inmediato en el asunto para que se edificase a la mayor brevedad lo dispuesto en el referido testamento.
Detalle del Camarín de Ntro. Padre Jesús Nazareno tras su restauración. Fuente: Pedro J. Delgado
NOTAS:
1 Ortiz García. J.; "La iglesia de San Juan de Letrán durante los siglos XVI-XVll”, Revista Cruz de Guia, Montoro, 2006, pp. 40-44. 
2 Beltrán Vaíenzuela, J.; Epora Ilustrada o historia de las grandezas y antigüedades de Montoro, villa principal de la diócesis de Córdoba, Marchena, 1750.
3 1900.05.01. ANMo. (Archivo Notarial de Montoro); Escribanía de D. Diego del Río Muñoz-Cobo, Tomo I, pp. 389r-396r.
4 ídem. p. 392r. 
5 ídem, p. 391r. 
6 1901.09.21. ANMo.; Escribanía de D. Diego del Río Muñoz-Cobo. Tomo II, p. 139
7 Beltrán Morales, E.¡ Los Luchadores. Montoro. 1914, pp. 105-115.
8 Ortiz García, J.; “La polémica construcción del camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno a principios del siglo XX", Revista Cruz de Guía. Montoro, 2004, pp. 16-21. 
9 AMMo.: Caja 589. Censo de población, Sin foliar y fechar
10 Ortiz García, J.; “La polémica construcción del camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno a principios del siglo XX', Revista Cruz de Guia, Montoro. 2004, p. 19. 
11 AMMo.; Actas de la Junta Municipal Administrativa, p. 33r.
12 1903.07.25. AMMo., Caja 20, Carpeta 3, s/
13 Ortiz García, J.; “La polémica construcción del camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno a principios del siglo XX", Revista Cruz de Guía. Montoro, 2004, p. 20.
14 1903.09.02. ANMo,; Escribanía de D. Luís María Pedrajas Navarro, Tomo IV, p. 2436. 
15 ídem, pp. 2440v-2441r
16 1904.09.26. AMMo. (SAC.). Tomo 114. Págs. 66r-v.
17 La placa se halla Iras el lugar donde se coloca el trono de Padre Jesús. Dice los siguiente: *Este Camarín fue edificado por el maestro Ildefonso Madueño Poblete, y bajo la dirección del párroco don Juan Antonio González de Canales y del alcalde don Pedro Medina Pedrajas, con el legado que hizo don Juan Parras Fernández y las limosnas de varios fieles, en los años de 1904 y 1905" 
18 Ortiz García. J.; “Breves notas para la historia de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazare­no", Revista Un Via crucis para el recuerdo, Montoro, 2001. p. 15. 
19 Aranda Doncel, J.; Historia de la Semana Santa de Montoro. Siglos XVI-XX, Córdoba, 1993. p. 201 r.

Bibliografía y Fuentes
Fuentes Orales de ancianos de la Residencia de Jesús Nazareno de Montoro 
Archivo Municipal de Montoro 
Archivo Notarial de Montoro  
Aranda Doncel, J.; Historia de la Semana Santa de Montoro. Siglos XVl-XX, Córdoba, 1993. Beltrán Morales. E.; Los Luchadores, Montoro, 1914. 
Beltrán Valenzuela, J.; Epora Ilustrada o historia de las grandezas y antigüedades de Montoro, villa principal de la diócesis de Córdoba, Mar- chena, 1750. 
Ortiz García, J.; “Breves notas para la historia de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno", Revista Un Via crucis para el recuerdo, Monto­ro. 2001. 
Ortiz García, J.; “La iglesia de San Juan de Letrán durante los siglos XVI-XVII”, Revista Cruz de Guía.. Montoro, 2006.
Ortiz García, J.; “La polémica construcción del camarín de Nuestro Pa­dre Jesús Nazareno a principios del siglo XX”, Revista Cruz de Guia, Montoro, 2004.

1 comentario :

  1. El artículo de don José Ortíz aporta datos y anécdotas hasta ahora desconocidas para la mayoría de los montoreños y recuerda algunos-as ya sabidos.
    Muy oportuno el tema, pues sólo faltan unos días para la bendición de la remodelación del camarín.
    ¡Gracias Pepe!

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