LO MEJOR DE LA SEMANA

jueves, 14 de junio de 2012

Patrimonio Montoreño: Los baños de Arenosillo en el Dicionario Geográfico-Estadístico-Histórico de Pascual Madoz

Tras el interés que ha suscitado en la cuenta de Facebook de Pasión por Montoro el tema de los Baños de Arenosillo he decidido mostrar un documento de gran interés como es un fragmento del Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de Pascual Madoz. En el segundo Tomo de esta obra aparecen reflejados los Baños de Arenosillo que a día se encuentran en la zona de inundación del Embalse del Arenoso.
El Embalse del Arenoso está situado en el cáuce del río Arenoso, afluente del Guadalquivir por la margen derecha, la presa se encuentra próxima a la desembocadura en el término municipal de Montoro, a unos 41 km al noreste de la capital, teniendo un acceso en el PK 364 de la autovía A-4.
En cuanto a los datos técnicos de este embalse podemos decir que tiene una Superficie n.m.n.: 764,12 Has y una Capacidad n.m.n.: 166,97 Hm3. El tipo de presa es de materiales sueltos con núcleo impermeable, filtros y espaldones de escollera. La Presa del Arenoso tiene una altura máxima de 80 m, una longitud de coronación de 1.481.28 m y un ancho de coronación de 11,30 m.
La finalidad de la presa es regular  los recursos del río Arenoso, y, por otra, almacenar los caudales sobrantes del Guadalquivir en el embalse en época de crecidas mediante la construcción de una estación de bombeo ubicada al pie de presa. 
Primera vez que los Baños de Arenosillo son engullidos por las aguas del Embalse del Arenoso de Montoro
A día de hoy el embalse se encuentra al 50 por ciento de su capacidad lo que provoca que el embalse tenga una cota de 195,14, teniendo en cuenta que los Baños de Arenosillo se quedaron a 196,61 metros. Por tanto ya habrán comenzado a renacer de entre las aguas del Pantano, intentaré próximamente colgar alguna fotografía de los Baños tras resurgir del agua.
Fotografía antigua de los Baños de Arenosillo. Archivo Alfonso Corronado
ARENOSILLO: baños en la provincia de Córdoba (7 leguas), partido judicial y término de Montoro (¾): Situados por la parte del Noroeste de la población en una de las principales cañadas de Sierra-Morena, a la falda de la elevada loma llamada del Cañaejal y márgenes del arroyo Arenosillo del que toma el nombre.

El edificio consta de dos grandes piezas cuadrilongas de piedra sillar, de 10 varas de longitud y 6 de anchura, con poyos alrededor para descansar y desnudarse los enfermos; estas piezas no están aún techadas, pero tienen buenos toldos suficientes para resguardarse de la estación calurosa en que se usan los baños; cada una de ellas comunica con una balsa de 4 ¾ varas de largo, 4 de ancho y una de altura al agua, teniendo, por consiguiente, cada baño 19 varas cúbicas de agua, equivalentes a 57 pies cúbicos; su desagüe se recibe en dos pilas exteriores destinadas a los baños locales y chorros, habiendo además otra pila de mayor capacidad construida sobre las arenas del arroyo para los enfermos lazarinos y otros padecimientos contagiosos.
Fotografía de la fachada de los Baños de Arenosillo. Fotografía Verano 2008
En la parte superior de la fachada que mira al Sur hay una estatua de San Rafael, y por bajo una lápida en que se lee:
BAÑOS DE ARENOSILLO
MEJORADOS EN BENEFICIO DE LA HUMANIDAD DOLIENTE.
AÑO DE 1838.

Además del edificio de que se ha hecho mérito, existen en sus inmediaciones una casa que se domina de Caridad, otra frente a los baños para habitación de los bañeros, y otras 2 de propiedad de hacendados de Montoro que alquilan a los enfermos que quieren habitarlas.

También hay sobre 20 caseríos en el radio de ¼ de legua pertenecientes a varias posesiones de olivar, siendo el más capaz de ellos y el más saludablemente situado el que se halla en la cumbre de la loma del Cañaejal propio de los señores Cantarero, vecino de la villa de Cañete de las Torres.

La de la Caridad, construida en el año de 1839 a expensas del Sr. D. Bernabé Romero, rico propietario de la expresada ciudad de Montoro, es un edificio cuadrado de poca elevación, formando en su interior un espacioso patio rodeado de una galería con arcos, en la cual se encuentran las entradas para 13 buenas habitaciones y para una gran cocina común; sobre su portal se ve en una lápida la siguiente inscripción:

CASA DE CARIDAD A BENEFICIO DE LOS POBRES DE SOLEMNIDAD.
AÑO DE 1839.

Aunque el principal objeto de este edificio fue el de alojar a los puramente pobres, como las obras proyectadas para proporcionar aposento a los demás concurrentes no se han continuado, se admiten en él sin distinción en tanto que hay cabida a todos los que llegan a usar las aguas, sin pagar más que una moderada gratificación al conserje, el cual lo cuida y asea y tiene la obligación de surtir de agua y leña a los bañistas.

Recorte del Diccionario de Madoz, concretamente el apartado
dedicado a la floraque rodeaba los Baños de Arenosillo
A la derecha de esta casa está construida la titulada de la Salud, costeada por la señora marquesa de Benamejí, que debe formar un cuadrilongo con 22 habitaciones alrededor de un extenso patio, una gran cocina para servicio común, y una iglesia y sacristía en uno de sus ángulos; hasta ahora solo está concluida la iglesia y 6 de las habitaciones, las cuales se ceden gratuitamente por la señora marquesa, recibiendo sin embrago las gratificaciones que gusten dar los bañistas para mejoras del establecimiento.

La dirección facultativa de las aguas está a cargo de un médico-director nombrado por el Gobierno, el cual reside en Montoro durante la temporada de baños, visitándolos diariamente; para el servicio espiritual y asistencia a los enfermos, hay un capellán, un sacristán, un bañero y una bañera. Hasta ahora no cuentan con ningún género de asistencia ni por parte del establecimiento, ni por la de particulares, por cuya razón los bañistas tienen que proveerse por sí de comida, utensilios y sirvientes, contando solo con habitación, agua y leña, y con un cosario que va todos los días a Montoro y conduce a los enfermos la carne y demás artículos que necesitan.
 Los baños se dan gratuitamente a toda clase de personas, y como el establecimiento no proporciona servicio alguno, no exige tampoco retribución de ninguna especie, a excepción de los derechos del director, marcados en el reglamento de aguas minerales, que consisten en 10 reales por cada uno de los enfermos en toda la temporada.

Los pobres que antes de presentarse en los baños hayan conseguido entrar en el hospital de dicha ciudad, son socorridos por el establecimiento con 3 reales diarios mientras usan las aguas.

            La necesidad de mantener en él el orden ha hecho adoptar varias disposiciones que se fijan en sus puertas, siendo las principales, el que de los dos baños que existen se destine uno para cada sexo; que los bañeros no permitan usar las aguas sino a los que presenten la papeleta del director en que manifieste haber el enfermo referido o presentado escrita la historia de su dolencia, y que en el uso de los baños no haya distinción de ninguna clase, sino que se guarde el riguroso orden de antigüedad marcado por el número que corresponde a cada bañista al presentarse al director, que irá señalado en la papeleta.

Los medios a que deben recurrir los que deseen aprovecharse de los pocos recursos que hasta el día ha reunido la industria humana a este precioso manantial son, dirigirse al secretario del ayuntamiento de Montoro por lo que hace a conseguir habitación en la casa denominada de Caridad; al apoderado en dicha casa de la señora marquesa de Benamejí respeto a la casa de la Salud, y a sus respectivos dueños en cuanto a las demás casas.
Fotografía del interior de uno de los habitáculos donde se encuentra el agua. Fotografía del Verano del 2008 
De esta sencilla descripción se deduce con facilidad que los baños de Arenosillo son puramente para los verdaderos enfermos que se someten a mil incomodidades por disfrutar del saludable y conocido influjo que ejercen sus aguas en enfermedades rebeldes y pertinaces, en ellos no hay salones de reunión, ni jardines, ni galerías, ni paseos, ni otras muchas comodidades que el lujo y la costumbre hacen necesarias a los habitantes de las ciudades, y que atraen a los establecimientos numerosas concurrencias, por cuya razón no son frecuentados en general más que por los enfermos de los pueblos de la misma provincia, quienes por su sencillez de costumbres se ocupan poco de habitaciones cómodas y lujosas, satisfaciéndose con lo meramente preciso para la conservación de la vida.

Dos son los manantiales que se conocen; uno se halla en el principio mismo de la loma del Cañaejal, que es sobre el que están formados los baños, y otro más abajo distante unas 40 varas del primero, más abundante que él, y al parecer más cargado de principios minerales; este último no está analizado, si bien por solo sus propiedades físicas no queda duda de que el gas ácido hidro-sulfúrico es su principal mineralizador; en el día no se utiliza en baños a causa de estar en la misma corriente del arroyo, cuyas aguas lo cubren durante el invierno; pero en la estación en que aquellos se toman, se halla descubierto y se aprovecha para bebida, baños locales, y para conducirla fuera del establecimiento.

Las aguas brotan en el fondo de las ya citadas balsas por entre las hendiduras de las rocas que forman su suelo; en el espacio de 14 horas se llenan las dos, pero una vez llenas, el caudal de agua no se aumenta, permaneciendo en el mismo estado hasta que se vacían, por lo cual no pueden renovarse más que una vez cada día.

Los habitantes del país aseguran que recién hechos los baños en 1822, su caudal era abundantísimo, tanto que después de estar llenas ambas balsas, corría el agua de continuo por los desagües que tienen una vara de altura, y que sucesivamente han ido disminuyéndose, en particular en estos últimos años, consistiendo esto tal vez en que pesando mucho el agua sobre los puntos por donde mana, tiene que buscar otras salidas por los intersticios de las rocas, por los cuales se desliza la que debía rebosar, cuya opinión puede confirmarse en atención a los muchos sudaderos de la misma agua que se ven en la falda de toda la loma.
Pilones de la Fachada de los Baños de Arenosillo. Fotografía del Verano del 2008
El manantial que está en el arroyo es más abundante que el de los baños, pero en la disposición en que está colocado, no permite que se calcule la cantidad de agua que produce. Toda la cordada a cuya falda se encuentran estos baños, está formada en su mayor parte por grandes lajas y filones de pizarras silíceas asbestoideas, intermediadas de algunos fragmentos areniscos y de gneiss de poca cohesión, variando este terreno en la montaña que hay frente a los mismos baños dividida de la anterior por el arroyo Arenosillo, la cual se compone casi en su totalidad de grandes masas informes de arenisca roja con algunas vetas de cuarzo y sílice bastante pura.
Las plantas medicinales más abundantes que se hallan en sus contornos son las que se expresan a continuación:

En las inmediaciones de los baños:

Nombres facultativos.                                   Nombres vulgares.

Conium Maculatum. . .                      Cicuta.
Labendula Sthoecas. . .                     Cantueso.
Malva Rotundifolia . . .                     Malva.
Mentha Aquatica . . . . .                     Mastranzos.
Oxalis Acetocella. . . . .                     Vinagrillo.
Seylla Marítima . . . . . .                     Cebolla Albarrana.
Trifolium Melilotus . . .                      Trébol oloroso

En los montes vecinos a los baños:

Anethum Foeniculum .                      Hinojo.
Asparagus Officinalis .                      Esparraguera.
Cistus Ladaniferus. . . .                     Jara.
Fumaria Officinalis . . .                      Gitanillas.
Ilecebrum Paronichia. .                      Sanguinaria menor.
Origanum Majorana. . .                      Mejorana.
Pistacia Lentiscus. . . . .                     Lentisco.
Id. Therebintus. . . . . . .                     Cornicabra.
Quercus Coccifera . . . .                     Coscoja.
Rosmarinus Officinalis.                     Romero.
Scabiosa Arvensis. . . . .                     Escabiosa.
Sedum Acre. . . . . . . . . .                    Siempreviva menor.
Verbascum Thapsus . . .                     Gordolobo.

Hallándose igualmente algunas plantas acuáticas en los estanques, a cuyas hojas se adhieren porciones de azufre hidratad, producido por la descomposición del gas ácido hidrosulfúrico contenido en el agua y por algunos despojos orgánicos, construyendo largos filamentos de dichas sustancias.
Fotografía aérea del Embalse del Arenoso tomada en Enero del 2010, fijémonos en el nuevo puente sobre el
Guadalquivir a la derecha.
Los objetos zoológicos que en este terreno se encuentran, son muy generales en todo el reino; sin embargo, los que más predominan en su clase de anfibios son los siguientes:

Lacerta Agilis. . . . . . . .                     Lagartija.
Id. Cygilis. . . . . . . . . . .                     Lagarto.
Rana Temporaria . . . . .                     Rana.

En la de insectos abundan:

Scorpio Europæus. . . . .                    Alacrán.
Meloe Majalis. . . . . . . .                     Carraleja.

Las propiedades físicas de esta agua son: transparencia igual a la del agua destilada; olor incómodo parecido al de los huevos podridos; sabor caracterizado por su propio olor; temperatura constante 24º del centígrado; peso específico 1,010; contuosidad al tacto bien marcado; desprendimiento de burbujas en su nacimiento; sobrenadando unas costras insolubles que despiden un olor sulfuroso por la combustión.

El único cambio sensible que experimenta el agua fuera del manantial, abandonada por algún tiempo a la influencia atmosférica, es la pérdida del olor y sabor.
Hasta ahora no se ha destinado a ningún uso económico, pues que la que se extrae del establecimiento es solamente para los enfermos que se bañan en el pueblo, haciéndolo en cantidades muy variables según es mayor o menor el número de aquellos.

De los ensayos por reactivos y demás medios de análisis puestos en práctica hasta el día, resulta que en cada 2 libras castellanas de esta agua se contienen los mineralizadores que a continuación se expresan:

                        Ácido hidrosulfúrico libre. . . . . . . . . . . . .    150 granos.
                        Carbónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .      75
                        Hidroclorato de Sosa. . . . . . . . . . . . . . . . .    125
                        De magnesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    100
                        De cal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     50
                        Óxido de Silicio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     75
                        Sustancia vegeto-animal . . . . . . . . . . . . . .    125
                        Pérdida. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .   100

En virtud, pues, de las propiedades físicas citadas y de su constitución química, pueden colocarse esta agua en la sección 1.ª de la clase 6.ª de la clasificación de Henry, o sea aguas hepáticas que tienen el gas ácido hidrosulfúrico libre.

Las virtudes medicinales de las mismas dependen de su agradable temperatura y de los principios mineralizadores que contienen, que consisten en general en estimular dulcemente la piel restableciendo las funciones de este vasto sistema, modificando por consiguiente la composición de los fluidos y ordenando el mecanismo de las secreciones, cuyos desarreglos son las causas más frecuentes de las enfermedades crónicas.
Otra fotografía tomada justo a los Baños de Arenosillo cuando están siendo engullidos por las aguas del
Embalse del Arenoso de Montoro

Aquellas en las que convienen son en las afecciones cutáneas rebeldes, en las úlceras callosas y fistulosas inveteradas, en las cataratas incipientes, en las flecmasias crónicas de la mucosa de la vejiga, en las de los órganos genitales, en la esterilidad producida por estas afecciones, en las obstrucciones de las vísceras abdominales, en las afecciones crónicas de todas estas vísceras, en la inapetencia, la acidez de estómago y las digestiones laboriosas, y en la infinita variedad de estados morbosos calificados de neuroses y moralgias.

Esta agua ya sea en baños o en bebida, son útiles especialmente a las personas delicadas, a todos los dotados de una gran movilidad nerviosa, y al principiar a hacerse crónicas las enfermedades, en cuyos casos otras más cargadas de principios inmoralizadores o de temperatura más alta o más baja podrían ser perjudiciales.
Están contraindicadas en todas las enfermedades inflamatorias, en la tisis pulmonar, en la emoptisis, en el cáncer, en el escorbuto, en la gota, en las lesiones orgánicas del corazón y otras muchas; y serán muy peligrosas aún en las enfermedades para que están indicadas, si los enfermos no se preservan de las impresiones de la atmósfera, a cuyo fin, aunque las aguas se usan en la estación del estío y el calor a veces se hace insoportable, es preciso que aquellos no se desabriguen ni dejen la ropa de lana, en particular por las mañanas y tardes, porque una supresión de traspiración no solo puede interrumpir una curación ya adelantada, sino aún producir otras afecciones más temibles que las que los obligaron a acudir al remedio mineral.

Es necesario también que los enfermos tengan presente que las curaciones no se consiguen por darse muchos baños o por beber cierta cantidad de agua en un tiempo dado, sin tener en cuenta las modificaciones que experimenta el organismo por las muchas mudanzas que ha sufrido desde que empieza el viaje hasta llegar a las aguas minerales; así es, que en el momento en que sientan dolores de cabeza, calofríos, laxitud y malestar general u otros síntomas análogos, deben suspender el uso del agua y no continuarlo sin consultar antes con el médico-director o cualquiera otro profesor enterado en la acción que ejercen esta agua; pues si bien es cierto que las curaciones todas principian por una reacción que causa algún malestar, es sin embargo indispensable que esta se contenga dentro de sus justos límites, porque siendo excesiva puede ser muy perjudicial.
Puente de Arenosillo a punto de ser tapado totalmente por el agua del Embalse del Arenoso de Montoro
Deberán también evitar las insolaciones, y más todavía el exponerse al influjo del rocío, el cual es pernicioso, no por el vapor que despide el agua mineral, como se cree vulgarmente, sino porque la humedad de las noches es dañosa en toda localidad, que como la de Arenosillo, esté rodeadas de montañas y tenga riachuelos en sus inmediaciones; en tal concepto, deben retirarse a sus aposentos al anochecer y no salir de ellos hasta que el sol bañe bien todas las cercanías, teniendo entendido que los enfermos que no guarden estos preceptos, suelen ser atacados de fiebres intermitentes pertinaces.

El modo de administrarlas es muy variado; en unas enfermedades, como son las afecciones cutáneas, las escrófulas, las úlceras específicas, etc., se usan en baños; en otras, como las obstrucciones de las vísceras abdominales, la inapetencia, la acidez de las primeras vías, etc., se toman en bebidas; y en otras, como en las amenorreas, flujos blancos, la clorosis, las escrófulas, etc., se administran de ambos modos a la vez; úsanse también en fomentos, colirios, inyecciones y duchas, en las úlceras callosas o sostenidas por caries, en las enfermedades de los ojos o del conducto auditivo, en fístulas profundas y algunas otras.

Detalle de la entrada al habitáculo dedicado a los hombres en los
Baños de Arenosillo de Montoro. Fotografía del Verano del 2008

Los que beban las aguas por padecer afecciones gastro-hepáticas, además de las precauciones comunes a todo el que está sometido a este tratamiento, deberán limitarse a tomarlas por las mañanas en ayunas, empezando por 1 o 2 vasos de 4 a 6 onzas y aumentando la dosis según se lo permita el estómago, y no de una manera repentina y sin regularidad; igual precaución observarán al concluir su uso, es decir, que vayan disminuyendo por grados la dosis en los últimos días que estén en el establecimiento; pues la experiencia ha demostrado que estos estómagos son muy susceptibles, produciendo en ellos graves accidentes los cambios repentinos.

Las personas delicadas y de sistema nervioso muy irritable deben tener presente que el darse más de un baño al día, puede traerles inconvenientes de consideración y aún para uno solo es indispensable que se sujeten en cuanto a su duración y demás circunstancias, a lo que se indique por un facultativo que las dirija.

No es fácil determinar los días que deberán usarse las aguas para que produzcan efectos satisfactorios, porque para esto es preciso tener en cuenta la edad, sexo, temperamento, estado del enfermo y la acción más o menos pronta que aquellas ejercen sobre él, con otros muchos antecedentes.

Es muy común entre las gentes del país la preocupación de que 20 o 22 baños tomados en 10 o 12 días son suficientes; pero si bien es cierto que hay algunas enfermedades que se disipan en tan corto tiempo, también lo es que estas son muy raras, pudiendo asegurarse que el mayor número de afecciones exige un tratamiento de 20 a 30 días, y repetido las más veces por 2 o 3 temporadas.

Estas empiezan el día 1º de julio y concluyen en fin de setiembre, siendo en todo este tiempo la mejor época para usar las aguas, la que media desde principios del citado mes de julio hasta el 8 de setiembre, respecto a que en los días que restan de este último, no se puede vivir ya en los baños a causa de empezar las lluvias y ser las noches sumamente frías.

La concurrencia se puede calcular en 250 enfermos cada temporada, no pudiéndose expresar todavía a punto fijo si se han aumentado desde que hay médico-director, por ser esta plaza de nueva creación.

En España y en el extranjero hay también manantiales parecidos a los de Arenosillo, tanto en lo que hace a sus principios activos y a las proporciones en que se encuentran, como en lo relativo a la temperatura y a su acción terapéutica; pero esta semejanza no es muy exacta, pues que siempre existen algunas diferencias, particularmente por lo que respecta a su temperatura y virtudes especiales.

En España pueden contarse los del Molar (en Castilla la Nueva), los de Ledesma (en Castilla la Vieja), los de Grábalos (en la Rioja), los de Carballo y Cortejada (en Galicia), los de Busot, los de Alhama, los de Carratraca, los de Chiclana, los de Elorrio, los de Sta. Águeda, los de Esparraguera y varios otros.

Entre los del extranjero que nos son más conocidos y que tienen alguna analogía con los que se describen, pueden citarse los de Bagneres de Luchon, los de Bareges, los de Bounes, San Salvador, Cauterets, Saint-Amand de Enghien, etc.

Para que este útil establecimiento alcanzase las mejoras de que es susceptible, sería indispensable que alguna corporación como la municipalidad o la junta de Beneficencia, que tantos fondos tiene, se encargara de su administración e impusiera una retribución por cada baño para atender a la conservación y mejora de las obras que ya existen; y en el caso que esto no pudiera conseguirse, enajenarlos a algún particular que hiciese de su cuenta y con la esperanza de reembolsarse con sus productos de los anticipos necesarios para dicho efecto.

Como que esta agua brotan en el término de Montoro, son propiedad de su ayuntamiento; pero las obras que se han hecho para formar los baños y las hospederías se deben, según ya se ha manifestado anteriormente, a la filantropía del Sr. D. Bernabé Romero que edificó a su costa la casa llamada de Caridad, y en especial a la Sra. Marquesa de Benamejí, que a sus expensas y sin otro interés que el de ser útil a la humanidad doliente ha formado los baños, la casa para los bañeros, la iglesia y la casa de la Salud, costeando también durante la temporada para la asistencia espiritual y servicio de los bañistas, un capellán, un sacristán, un bañero y una bañera.

Pero por grandes que sean los servicios que a la salud pública presta la expresada señora, aislados y sin el apoyo de los verdaderos propietarios, no bastan para mejorar el establecimiento.

En el supuesto de que se consiguiera del Gobierno que se pusiese al frente de los baños quien adelantara el capital para las obras, y se encargase en lo sucesivo de recaudar el derecho que se impusiera a todo el que usase las aguas, ya fuese la municipalidad, la junta de Beneficencia, o bien algún particular a quien se cediera la propiedad de los mismos, lo primero que debe hacerse es aumentar el caudal de las aguas, practicando algunas excavaciones en la falda de la loma del Cañaejal, a fin de encontrar el venero principal y recogerlas en un depósito para que no se desperdicien, desde el cual se podrán dirigir a las balsas que hoy existen, y a cuantas bañeras separadas puedan hacerse para los que no quieran bañarse en las balsas comunes.
Fotografía del primer desembalse por el aliviadero de labio fijo del Embalse del Arenoso.
La instantánea fue realizada en Diciembre del 2010
A pesar de que haciendo la obra indicada habría agua sobrada para surtir el establecimiento, no debe por ello desperdiciarse la del segundo manantial que nace en la corriente del mismo arroyo, porque rodeándole un fuerte muro que desviara las aguas corrientes que esta trae en el invierno, quedaría el agua mineral separada completamente de aquellas, y podría aprovecharse en otro baño para más desahogo y comodidad de los concurrentes, y aún para conseguir muchas curaciones con el uso graduado de los 2 baños que tal vez no se conseguirían con uno solo.

Convendría también aumentar el número de las hospederías para que los enfermos estuviesen con más comodidad y más inmediatos a los baños, y para que pudieran librarse mejor de las influencias atmosféricas que a las veces no son muy favorables en la localidad que ocupan.

La citada marquesa de Benamejí compró y posee algunos terrenos para hacer casas, que rifadas, produjesen para otras, y continuar de este modo sucesivamente  hasta formar una pequeña población; para llevar a cabo este proyecto impetró la licencia competente, y la obtuvo por una Real orden, pero con condición de abonar el 25 % del producto de la rifa para la renta de Loterías, cuya gravosa condición no quiso aceptar la indicada señora, ni era justo imponérsela cuando se prestaba a anticipar un capital sin interés alguno, y con el solo objeto de proporcionar comodidades a los muchos enfermos que se reúnen todos los años en este sitio, como resulta de los informes que dieron las autoridades de la provincia; y que obran en el expediente formado al efecto en la jefatura política en 1838, que pasó al ministerio de Hacienda.

Dar impulso a este expediente y conseguir del Gobierno la licencia para estas rifas, libres de todo derecho en atención a su benéfico objeto, es uno de los medios más poderosos para fomentar estos baños y de aumentar y facilitar su concurrencia.
Fotografía del Embalse del Arenoso en Marzo del 2007
Como el descubrimiento de las virtudes medicinales de esta agua es bastante reciente, hay muy pocos trabajos científicos sobre ellas; en el año de 1817 fueron analizadas por primera vez por orden del ayuntamiento de Montoro, siendo muy sensible se haya extraviado el resultado de dicho análisis consignado en una memoria presentada por los profesores que lo ejecutaron.

En el de 1836 verificaron otro análisis los doctores en farmacia D. Francisco Linares y D. Francisco Avilés y Cano, e imprimieron una segunda memoria, que es uno de los apreciables antecedentes que hemos tenido la satisfacción de consultar para la formación de este artículo, en la cual se comprende la descripción de los baños, las diversas operaciones practicadas para su análisis y su resultado, y la enumeración de las enfermedades que en dichas aguas están indicadas, según el dictamen de los profesores de medicina que las han propinado.

Terminamos la interesante descripción de los baños de Arenosillo, exponiendo la causa ciertamente original, que produjo su descubrimiento según la opinión pública, y al parecer más probable; atribuyese al instinto natural de un res vacuna que curó de un afecto herpético por los baños de 1817 a 1818, cuya observación transmitida por un pastor que la custodiaba a D. Manuel Madueño Grande, capellán tonsurado de Montoro, hizo igual experiencia con unos perros atacados de arestín, y fue tan completa y pronta la curación de estos animales, que puesta en conocimiento del ayuntamiento de dicha ciudad nombró facultativos que reconocieran la naturaleza de las aguas y demás circunstancias consiguientes al efecto.

Esta disposición correspondió a los deseos de cuantos las habían examinado, por cuya razón se concedió terreno a varios vecinos de Montoro con el objeto de formar allí una pequeña población, proporcionando también al pueblo algunos capeos de novillos para con su producto proteger los baños, dando algún ensanche y comodidad al local en que se hallan; obra que se hizo en 1820.




4 comentarios :

  1. Perico.. Ya no tengo mas sombreros que quitarme ante tus trabajos de investigaciónn. Nada si hay algún farmaceutico.. medico.. o naturista.. ya sabe donde tiene un recurso para al menos quitar los dolores del cuerpo.. los del alma.. casi que tb viendo esos paisajes... Bueno tb hace falta una iniciativa empreserial... y apostar por un desarrollo sostenible con una calidad de vida, que atraiga al mercado y no expulse poblacion... creando puestos de trabajo y dando riqueza a nuestro pueblo.

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  2. Un magnífico trabajo, Pedro. No sé de donde sacas tanto tiempo....enhorabuena.
    Una vez hablé con un médico y me dijo que las enfermedades que curan las aguas de los baños, casi todas se curan con cremas que se adquieren fácilmente en la farmacia y son baratas. Por eso en la actualidad no sería rentable su explotación.

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  3. No quiero dejar de decir, que el hallazgo de lo publicado en el Diccionario Enciclopèdico Pascual Madoz, se le debe a mi buén amigo Evaristo Alfaro, que me lo remitió hace años. Cuando Pasión por Montoro inició el tema de los Baños de Arenosillo se lo envié para su publicación, con el enlace en el que se puede leer dicho Diccionario. Es justo reconocer el mérito investigador de Evaristo Alfaro y quiero dejarlo claro en este blog. Soy Jesús Mª Montilla.

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  4. Sí, un buén trabajo de ivestigación. Yde información para mí, me ha satisfecho saber la relación de enfermedades que "supuestamente" se curaban con los baños. Lo que no creo que me curasen es el dolor en el alma que me ha quedado con la desaparición de un patrimonio cultural montoreño.

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