Stmo. Cristo de las Penas en procesión. Inicios de los setenta. Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez. |
José Ramón Rico Muñoz.
-Compositor y músico montoreño-
Publicado en la Revista del Cincuentenario Fundacional de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas.
Publicado en la Revista del Cincuentenario Fundacional de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas.
Como ya es sabido, en la mañana del 15 de abril de 1962, Domingo de Ramos, se fundó la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas de Montoro. Lo que no es tan conocido es el peculiar y genuino patrimonio musical que atesora, de una calidad inusitada, y el cual nos disponemos a poner en valor con este artículo, aportando datos, documentos y comentarios sobre el mismo.
En el Acta de Fundación de la Cofradía, ya queda reflejada su idiosincrasia musical:
“Conclusión cuarta: …Los hermanos, marcharán en dos filas y en el centro irán los portadores de atributos del Cristo, el timbal,…
Conclusión séptima: Durante el desfile y en los actos que se señalen, los hermanos entonarán cánticos penitenciales, para lo cual se realizarán ensayos oportunos. También se considera la conveniencia de crear un himno para la Cofradía, a cuya realización se compromete el hermano D. Bienvenido Espinar Rodríguez.”.
Invitación al Imperio Romano en 1963. Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez. |
Como se desprende de la lectura del Acta Fundacional, la estación de
penitencia transcurre entre golpe de timbal, para marcar el ritmo, y cánticos
penitenciales de los hermanos, destacando un himno de la Cofradía. Así mismo,
otra peculiaridad original que aporta esta hermandad al patrimonio
musical montoreño es la inclusión de Trompetas Heráldicas que van abriendo el
cortejo procesional. Por tanto, un aspecto
diferenciador con el resto de las cofradías, desde el punto de vista musical,
es la ausencia de acompañamiento musical interpretado por banda de música durante
la estación de penitencia. Los motivos que les llevaron a los hermanos
fundadores a tomar esta decisión pueden ser varios, pero el más determinante quizá
sea el hecho de que la procesión transita por calles angostas y oscuras, es
decir, un recorrido no apto para el desfile de una banda de música. No obstante,
creemos que la Junta
de Gobierno que presidía D. Manuel Aguilar Benítez quería que tanto la Banda de Música como el Imperio
Romano participasen en la procesión, al menos en algunos puntos concretos del
recorrido. Al menos eso se puede interpretar de sendas cartas enviadas el 4 de
abril de 1963 a
D. Ricardo Martí Lapuente (director de la banda municipal de música) y al
Comandante del Imperio Romano, D. Francisco García Serrano.
Partitura de Bienvenido Espinar. Fuente: Asoc. Músico-Cultural Juan Mohedo |
Tras esto, llama la atención que en el Acta de Fundación de la Hermandad se cite el encargo ex profeso a D. Bienvenido Espinar Rodríguez de un himno para la Cofradía y además, quede reflejado en la misma el compromiso de éste a realizarlo. Sin embargo, la presentación de la composición se hará de rogar, pues será tres años después, en abril de 1965, cuando el señor Espinar firme la finalización de la partitura.
D. Bienvenido Espinar será el autor tanto de la música como de la letra
del himno que llevará por título “Cristo en la Cruz ”. Se trata de una
pieza compuesta para soprano, tenor, bajo y piano, escrita en andante-moderato,
con ritmo en 4/4 y en la tonalidad de La menor, mostrando un carácter fúnebre.
Realizada sobre una estructura ternaria tipo A-B-A, comienza con una introducción
de 9 compases con un inicio anacrúsico en el tercer tiempo. La sección B se
desarrolla sobre la tonalidad de La
Mayor con una melodía lírica y en forte. En la reexposición vuelve
a la tonalidad primaria, terminando con un acorde perfecto mayor creando una cadencia picarda. D. Manuel Aguilar
catalogaba esta composición como <<marcha penitencial>>, y citaba a
los hermanos cofrades a realizar tres ensayos semanales para que la pudieran
cantar durante la procesión. Con el tiempo, sus melodías se han convertido en el eco de las pisadas y cadenas
penitentes, que se arrastran esa noche por las estrechas calles del casco
antiguo de Montoro, siendo actualmente una de las composiciones más querida por
los montoreños, y prueba de ello es que desde hace años cuenta con un lugar
preferente en todos los Pregones de la Semana
Santa.
Letra del Himno de la Cofradía. 1970 Fuente: Archivo Hnos Aguilar Pérez. |
D. Bienvenido
Espinar Rodríguez se licenció en Derecho
por la Universidad
de Madrid, ejerciendo la profesión de juez de la que se jubiló en 1976. En
Montoro estuvo como Juez en el Juzgado de Distrito de la localidad. Sin embargo
su afición era la música, afición que alimentó y desarrollo. En Madrid, al
mismo tiempo que estudiaba derecho, cursó estudios de piano, composición y
armonía. Su primera composición fue un pasodoble fechado en Almería en 1929 y
la última la dató en Murcia en 1984, tratándose de una pequeña sinfonía
titulada Sinfonietta. Entre ellas existen 60 canciones, 2 cuartetos de cuerda y
2 revistas musicales.
No obstante, y
a pesar de que en el Acta Fundacional se aboga por la música vocal, el corpus
musical que nos ha llegado hasta la fecha es mayoritariamente instrumental. E
incluso la versión más difundida de “Cristo en la Cruz ” es la instrumental en
forma de marcha procesional que realiza la banda de música de Montoro. Y esa
música instrumental tiene nombre propio: D.
Luis Bedmar Encinas.
Nacido en
Cúllar-Baza (Granada) en 1932, D. Luis Bedmar atesora una carrera profesional,
tanto interpretativa, docente y compositiva, envidiable. Durante su paso por
Montoro, como director de la banda de música municipal, entabló una gran
amistad con D. Manuel Aguilar Benítez.
Stmo. Cristo de las Penas de Montoro antes de su restauración. Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez. |
La primera
aportación que realiza D. Luis Bedmar para la Cofradía que nos ocupa es la instrumentación para
banda que hoy conocemos de “Cristo en la Cruz ”. El objetivo era que la banda municipal
pudiera participar en la estación de penitencia a su paso por la plaza de Sta.
María de la Mota
y durante el descenso de la calle Alta hasta su finalización en la Parroquia de San
Bartolomé, interpretando exclusivamente esta pieza. Para esta instrumentación,
D. Luis Bedmar decide bajar la composición un tono, dejándola en Sol menor, una
tonalidad que es más asequible para la formación instrumental. Además añade
unas llamadas de trompetas al final, incrementando así el carácter triunfal que
tiene la obra original. Esta versión forma parte del disco “Semana Santa
Montoreña”, grabado por la banda de música de la Asociación Músico
Cultural Juan Mohedo en 2003, en los Estudios Alta Frecuencia de Sevilla y
editado por la prestigiosa discográfica Pasarela, S.L., siendo el director
musical quien escribe estas líneas.
Partitura de la Llamada Romana compuesta por Luis Bedmar. Fuente: Archivo Hnos Aguilar Pérez |
Envío de la marcha Cristo de la Salud a Manuel Aguilar. Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez |
En la
pasada Cuaresma publicamos un artículo en la Revista Pasión por Montoro en el
que datábamos la marcha “Cristo de la Salud ” de D. Luis Bedmar
entre 1965 a
1974. Ese dato estaba basado en una especulación y hoy estamos en situación de
demostrar que dicha hipótesis no era acertada. A la hora de escribir este trabajo
hemos tenido la suerte de contar con la colaboración de D. Francisco Aguilar
Pérez, que nos ha facilitado documentación del archivo de los hermanos Aguilar
Pérez y en el cual hemos podido encontrar pruebas de su datación y el motivo de
su creación. Así que es momento de rectificar y de exponer lo hallado.
La marcha surge como un encargo
personal de D. Manuel Aguilar Benítez a D. Luis Bedmar efectuado el 16 de abril
de 1996. La idea de D. Manuel Aguilar era que su amigo e ilustre compositor
hiciera una marcha procesional que fuese emblemática para la Cofradía y en la cual
uniera las dos advocaciones de la imagen titular, es decir, la de las Penas y
la de la Salud ;
con el propósito de que se estrenara durante el Pregón de Semana Santa de 1997.
Propuesta que D. Luis Bedmar aceptó encantado.
Stmo. Cristo de las Penas de Montoro. Miercolés Santo 2013. Fuente: Pedro J. Delgado |
El 2 de
marzo de 1997 D. Luis Bedmar firma la partitura, quedando dedicada a la Cofradía del Santísimo Cristo de
las Penas de Montoro.
El 3 de marzo el autor le dirige una
misiva al Sr. Presidente de la
Cofradía , en la cual le indica el envío de la partitura y le
explica que el motivo de la creación fue debido a un encargo realizado por D.
Manuel Aguilar Benítez.
Tres
días más tarde, el compositor hizo entrega de una descripción de la composición
a D. Manuel Aguilar Benítez en la
Biblioteca del Círculo Primitivo de Montoro, expresándose de
la siguiente manera:
“CRISTO DE LA SALUD
La
tercera estrofa del HIMNO A LA SANTA CRUZ
que pertenece a la liturgia del VIERNES SANTO, contiene un texto que muy bien
podía resumir la circunstancia en que nace la marcha procesional que lleva por
título CRISTO DE LA SALUD. El
texto a que me refiero dice así:
Y así dijo el Señor: Vuelva la vida,
y que
el amor redima la condena,
la
gracia está en el fondo de la pena
y la salud
saliendo de la herida.
Los cuatro primeros compases contienen el
latido de sentimiento de dolor, de pena, que se expresan en los instrumentos
graves, que brota como serie de lamentos encadenados.
A partir del quinto compás repite el tema,
esta vez octava alta con acompañamiento más grave y percusión que acentúan la
expresión anterior y redondea los dieciséis compases de que consta la
exposición del tema.
Cristo de las Penas en procesión. Archivo Familia González Serrano |
La segunda parte está compuesta de un período
de desarrollo del tema cuyo tratamiento modulante genera tensión progresiva
entre los compases 9 al 12, que se estrella en un sentimiento de abatimiento
que se expresa en la progresión cromática descendente y que va del compás 13 al
15, apareciendo en el 16 el primer tema como salvador del drama que le precede.
La segunda parte que contiene esos sentimientos: Lucha por superar la pena,
abatimiento del que al final nacen las fuerzas para seguir, como la salud que
brota de la herida. Esta parte repite.
En tercera parte aparece un nuevo tema que
recuerda el poder romano. Al oirlo se pueden percibir sensaciones de escalofrío
y de mal presagio, a lo que sigue la repetición de la expresión de dolor que al
repetirse circunda a modo de rondó las dos primeras partes de la marcha. Está
comprendida entre los compases 20 y 27.
Dos compases de dramático acompañamiento separan
este bloque del trío de la marcha. En estos compases se pueden percibir dos
sensaciones que se van a prolongar a lo largo del dicho trío. Por una parte,
las notas del bajo expresan mediante un obstinato de cuatro notas cromatizadas
el constante recuerdo del drama, llevando las síncopas de los trombones la
expresión de esperanza, empezando a nacer la melodía del trío como portadora de
la sensación de salud recuperada. Como salud que brota de la herida. Los cuatro
compases que forman el llamado puente que separa las dos audiciones del trío,
son como cuatro interrogantes, como cuatro olas de temor, de incertidumbre,
apareciendo en la cuarta, cuando parece que todo está perdido, la mano del
destino que nos devuelve la salud que brota de la herida. El consuelo que brota
de la pena. Con esa sensación nos parece que transcurren los restantes compases
del trío, esta vez con el contrapunto de tenores y bombardinos que acentúan la
vitalidad de esta parte musical.”
Partitura de la marcha Cristo de la Salud de Luis Bebmar. |
Del
texto anterior podemos deducir, por un lado el alto nivel cultural que posee D.
Luis Bedmar, y por otro, el grado de implicación y cariño que puso en esta
composición.
A modo de completar el análisis
realizado por el autor, debemos añadir que la marcha está instrumentada para
plantilla completa de banda de música, en ritmo de 4/4, con un esquema armónico
binario del tipo A-B, donde la primera sección se desarrolla sobre la tonalidad
de Do menor y la segunda en La bemol Mayor, adquiriendo la primera función de Dominante
sobre la segunda, por lo que podemos aseverar que la tonalidad principal de la
obra es la de La bemol Mayor, dando coherencia la relación armónica al propósito
que D. Luis Bedmar refleja en su descripción.
Tal y como era la intención de
D. Manuel Aguilar, la marcha se estrenó durante el Pregón de Semana Santa de
1997 en la Iglesia
de San Bartolomé, a cargo de la banda de música de la Asociación Músico
Cultural Juan Mohedo, siendo el pregonero D. Pedro Villarejo Pérez.
Estreno de la marcha Cristo de la Salud. Fuente: Archivo Francisco Aguilar. |
El 14 de marzo de 1997 vuelve
a firmar otra pieza instrumental, esta vez para las trompetas heráldicas,
titulada “Llamadas del Cristo de las
Penas”. Es una composición de seis compases de extensión, con letra, con
una armonía muy clásica, a tres voces y para instrumentos naturales de viento
metal, es decir, instrumentos que producen los sonidos propios del tubo, sin
ningún mecanismo añadido que pueda generar más sonidos.
Tras el fallecimiento de D. Manuel Aguilar, D. Luis
Bedmar compone la última aportación al patrimonio musical de la Cofradía.
Se trata de la marcha fúnebre para banda de música de
carácter elegiaco, dedicada a la memoria de su amigo, titulada “Cristo de las Penas”. Es una obra que
se desarrolla en la tonalidad de Re menor y con una estructura binaria del tipo
A-B. En la primera sección encontramos dos temas organizados como el antiguo
minueto: a-a-b-a-b-a (en análisis musical se utilizan letras en mayúsculas
cuando nos referimos a una sección de la obra musical, y minúsculas para
señalar melodías o temas dentro de una sección).
Partitura de la composición Cristo de las Penas de Luis Bedmar. |
Es una sección grave, de carácter dramático. La
segunda parte de la estructura, o trío, camina por la tonalidad de Re Mayor,
funcionando en la obra a modo de una gran cadencia picarda. Este trío está
compuesto por un solo tema que se presenta dos veces, la primera vez en piano y
la segunda en forte. Su carácter es más elevado, cantábile y bello que el de la
primera sección, siguiendo el modelo de los tríos de las marchas fúnebres decimonónicas.
Fue estrenada por la banda de música de la Asociación Músico
Cultural Juan Mohedo, dirigida por D. José Ramón Rico Muñoz, durante el Pregón
de Semana Santa de 2001 en la parroquia de Ntra. Sra. del Carmen, estando
presente el autor.
Ya sólo me
queda agradecerle a D. Francisco Aguilar Pérez la oportunidad que me ha brindado
para ser partícipe de este evento tan importante para la Cofradía y para Montoro, lo cual
ha sido para mí todo un honor, así como toda la ayuda que me ha ofrecido, sin
la cual éste artículo no habría sido posible.
También
felicitar a los hermanos de esta Ilustre Cofradía por llegar a los 50 años manteniéndose
tan fieles a sus orígenes. Animarles a que sigan por el mismo camino por el que
llevan medio siglo transitando, sin desviarse ni un ápice, y desearle una larga
y fructífera vida a esta Cofradía.
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