El incendio del correo en 1902. Un susto para Francés y CIA

Chimenea de la industria aceitera Frances y CIA en pleno funcionamiento. Finales de los años cincuenta.

José Ortiz Garcia

La palabra efemérides proviene del término griego ephemeris o ephemeridos, que traducido al latín sería ephemerides. En lo que se refiere a su significado, el más utilizado por la comunidad científica es el que se refiere a un acontecimiento o evento importante acaecido en determinada fecha, momento o periodo concreto. 

Hoy traeremos a colación un suceso que puso en pie a todo el pueblo, años antes de que D. Pedro Medina Pedrajas anunciara el famoso bando de queja sobre el Obispo de Córdoba. A toque de campana tañida se hacia eco el vecindario del terrible hecho de un incendio. Aunque en un principio la desazón reunió en el pueblo sobre las cinco de la tarde, el humo deba evidencias de que el fuego no se hallaba cerca del pueblo, sino en la inmediatez de la línea de ferrocarril, en el llamado túnel cercano a los Cansinos. A personarse allí las fuerzas de seguridad observaron que todo estaba ocasionado por la quema irracional de restrojos sobrantes del trigo, lo que hizo que ardiese la propiedad de D. Bernardo Francés Gordum.

Industria aceitera Frances y CIA en una fotografía antigua del archivo de la Familia Ortega Gutierrez

Una vez a pie de fuego, los criados de la casa Francés y de Molina Ortiz, se pusieron manos a la obra con trapos humedecidos, tardando en sofocar el mismo en sobre unas dos horas, cuya lengua de fuego se llevo por delante más de cien posturas de olivar de campiña. Los autores del suceso es lo más curioso, ya que todo parecía indicar que el causante de este incendio fue el propio tren llamado Correo, que había pasado unos minutos antes de que los sirvientes de los campos aledaños vieran salir esa cortina de humo que llegó a sentirse incluso en el propio pueblo.

Vista general de la industria aceitera Francés y CIA a finales de los años cincuenta

Y es que las chispas que surgían por el contacto de la vía con una rueda metálica del ferrocarril cuando por motivos técnicos quedaba agarrotada era la causa de pequeños incendios por muchos lugares de la geografía española, llenando muchos titulares las noticias relativas a este tipo de sucesos. Y es que pronto comenzarían a salir enfrentamientos entre locomotoras, vías y dueños de fincas, ya que los propios afectados pedían que se crearan cuadrillas de peones dedicados a limpiar los márgenes por donde debía de pasar el tren, con el objeto de evitar este tipo de desastres en pleno mes de julio, y en mitad del caluroso verano.