LO MEJOR DE LA SEMANA

viernes, 28 de septiembre de 2012

Virgen del Rosario de Montoro: Historia de una devoción.

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Remontarnos al inicio de la devoción a la virgen del Rosario en la localidad de Montoro es por el momento una interrogación difícil de contestar de manos de la historia, aunque es muy probable que su nacimiento se fije en los últimos años de la Época Medieval debido al continuo trasiego de tropas y soldados que se dirigían a combatir a Granada, último reducto musulmán existente en el reino de Castilla.
Virgen con niño, fachada de la Parroquia de San Bartolomé de Montoro.
Estilo: Gótico tardío
Es bien conocido, que estos contingentes militares llevaban consigo imágenes religiosas a las cuales se encomendaban antes de los combates. De este modo, algunas de las probables advocaciones medievales de índole castrense que podemos atestiguar en Montoro, son las que se erigieron en honor a Nuestra Señora de Gracia, a Nuestra Señora de la Aurora y a Nuestra Señora de Guadalupe. Otras de las devociones marianas medievales en la localidad serían las de la Virgen de la Cabeza, posiblemente por la cercanía de Montoro a la ciudad de Andujar y la Virgen de los Remedios, en el vecino despoblado de Villaverde. 

Aunque no podemos precisar el número de huestes que cruzaron esta villa a fines del siglo XV, se tiene constancia, gracias a la obra escrita por Leopoldo Martínez Reguera, que en el antiguo Castillo de Santa María de la Mota se alojaron en el año 1487, las infantas doña María y doña Catalina, hijas de los Reyes Católicos. 

Con el séquito real viajaban la orden religiosa de los dominicos, muy influyente tanto en la institución del tribunal de la inquisición, como en la constitución de nuevas hermandades y cofradías de gloria, entre las que destaca la del Santo Rosario. Tras la rendición del reino nazarí de Granada a las tropas cristianas, los frailes dominicos que habían acompañado a Isabel y Fernando en su última campaña militar, empiezan a establecer conventos en las localidades y ciudades arrebatadas al dominio musulmán. 
Así comienza a extenderse por todo el territorio peninsular el fervor y el culto a la Virgen del Rosario. Entre las funciones piadosas que los dominicos organizan por las diferentes poblaciones de Castilla para expandir la doctrina del Rosario, están las armoniosas composiciones de cánticos y rezos a esta advocación mariana. Son muchos los religiosos que se distinguieron por la creación de fragmentos a la virgen, empleados en el anuncio de la palabra de Dios por medio del Santo Rosario.
Detalle del retablo de la Virgen del Rosario. Capilla del Sagrario Montoro.
FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Toda esta serie de particularidades hacen que podamos defender la instauración de un cierto fervor popular en torno a la Virgen del Rosario a fines del siglo XV o principios del siglo XVI en la villa montoreña. No obstante según las reglas de 1681 de Nuestra Señora, en Montoro se erigió en la primera mitad del siglo XVI la hermandad Sacramental la cual se legislaba por unas reglas muy estrictas aprobadas en 1535, las cuales estaban realizadas en pergamino y forradas de tablillas. No sabemos cuales eran sus disposiciones ni los artículos de las mismas, pero men las constituciones de la hermandad del Santo Rosario de 1681, se hace referencia a que esta cofradía se había confundido durante años con la hermandad de Nuestra Señora, aprovechándose la reorganización de esta última para dejar claro la separación de ambas hermandades.

Con el establecimiento de esta devoción, hemos de destacar otro signo importante de la propia identidad religiosa de los dominicos, el culto a Santo Domingo de Guzmán.
Sabemos que ambas imágenes estarían juntas tanto en la capilla erigida al efecto, como en numerosos cultos y celebraciones, aunque no nos han aparecido ninguna mención documental en los Archivos Municipales anterior al siglo XIXco respecto a dicha efigie. La primera vez que se encuentra reflejada la talla de Santo Domingo de Guzmán es en un inventario de la Hermandad de la Virgen del Rosario fechado en 1826. En este se anotan todas las joyas, alhajas enseres que custodiaba la Cofradía en el siglo XIX, además de los ingresos y datas que se realizaban en el seno de la misma.
Pero será a partir de la segunda mitad de la centuria del dieciséis cuando nos comienzan a aparecer datos significativos relacionados con el culto a la Virgen del Rosario, gracias a la documentación conservada en los protocolos notariales de Montoro. Los primeros testimonios escritos nos afloran en las mandas testamentarias con directa relación a la celebración de misas en sufragio del alma del fallecido, en conexión con las dejaciones del aceite a las lámparas de las imágenes, ya que con este gesto el testador mitigaba la angustia que le producía la certeza de su defunción y la ansiedad generada por la ignorancia sobre lo que sucedería después de su muerte. Como vemos, la sociedad medieval y moderna intentaba por todos los medios protegerse espiritualmente, quedando dicho factor muy presente en los documentos notariales emanados entre los siglos XV y XIX..

Sabemos que la imagen de la Virgen del Rosario debía encontrarse en una capilla principal de la Parroquia de San Bartolomé. Esta escultura se localizaría en un retablo que se concluyó en 1606. El dorado de este tabernáculo fue promovido por el prioste de esta Hermandad, Juan Ruiz delas Yerbas, estando el acuerdo realizado por medio de un vecino de Córdoba. Gracias a los datos proporcionados en dicho documento, sabemos que la hermandad había adquirido dos imágenes de madera para ser colocadas en dicho altar y para lo cual, el artesano se obligó a concluirlas de pintar para el mes de Enero de 1608. La primera de las tallas estaría acabada y realizada en oro limpio con partes de encarnado. La segunda de las imágenes se realizaría dorada y estofada. Podemos intuir que con la construcción de un retablo, la devoción a la Virgen del Rosario crecía progresivamente entre los montoreños. Esto también repercute de forma directa en la donación de mandas testamentarias materiales, ya no solo de aceite y cera acostumbrada, si no se toman en objetos entregados para la realización de joyas, manteles para el altar u otro tipo de adorno para la capilla de esta imagen mariana.
Retablo Mayor de la Parroquia de San Bartolomé en 1924.
FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO

El gran momento de auge de la devoción a la Virgen del Rosario vino cuando, tras la batalla de Lepanto en 1571, el Papa dominico Pio V declaró su día como fiesta para toda la Iglesia Católica. De hecho este acontecimiento era aún recordado en el acta de 1691 por el Ayuntamiento de Montoro.

Las procesiones del Rosario fueron fomentadas en el siglo XVII, gracias al interés suscitado por los religiosos don Juan Cazorla y su discípulo, don Manuel Suárez Hidalgo. Estos presbíteros consiguieron captar la atención del vecindario montoreño en las salidas de los cortejos del Santo Rosario, fomentando de la misma forma, los acompañamientos de las cofradías de pasión en la Semana Santa.

Por medio de la obra del jesuita Juan Beltrán, sabemos que los padres Cazorla y Suárez se encargaban de impartir cátedra a los pequeños de la localidad, llevándolos cantando diariamente a la pequeña ermita de Santa María de la Mota para que allí aprendiesen sus primeras letras. Terminadas las clases, regresaban a la parroquia de San Bartolomé que, tocando sus campanas, llamando a los habitantes de la villa a rezar el Rosario junto con los niños y maestros ante la imagen de la Virgen.
Por las noches el vecindario se llenaba del misticismo propio de los motetes y plegarias llevados a cabo por estos religiosos ya que, como capellanes de dicha cofradía, paseaban todos los días por las calles montoreñas por si alguno de sus habitantes querían besar las manos, siendo el padre Suárez el que más gente atraía diciendo la frase “La Virgen Santísima sea el premio”. Quizá a partir de esta labor predicadora, arranque la procesión dominical de Nuestra Señora del Rosario, estando ésta precedida por la confesión y eucaristía de los asistentes a dicha función.
Parroquia de San Bartolomé y Plaza de España.
FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
La citación a la procesión se hacía mediante el reparto de unas cédulas de papel entre los naturales, donde se hacía constar la hora de la misma y los días en los que se ganan las indulgencias plenarias a través de la intercesión de Nuestra Señora.

El cortejo procesional comenzaba con la salida del estandarte sustentado sobre una vara rematada por una cruz. A principios del siglo XVII, este símbolo consistía en un pendón de damasco encarnado con flores blancas, flecos y borlas con la insignia de la Virgen del Rosario y la de Santo Domingo de Guzmán.

Tras el mismo discurría toda una serie de hermanos de luz que portaban una vela para iluminar la imagen titular. El cortejo procesional estaba dirigido por una serie de cofrades que velarían por el buen desarrollo del mismo, llevando consigo las varas de la cofradía que eran de palo redondo, de la altura de una persona y con la insignia del Rosario presidiendo el cetro.
Desconocemos los motivos que ocasionaron la desaparición de la cofradía de la Virgen del Rosario a mitad del siglo XVII, asistiendo de nuevo a su reorganización en 1681. El restablecimiento cultural se llevó a cabo por mediación del dominico fray Benito de la Asunción, lector de Artes y conventual en San Pablo de Córdoba, y algunos fieles de Montoro. Éste religioso se encargó de aprobar las reglas y aceptar el nombramiento de don Benito García Herrador como primer Hermano Mayor de la misma. Don Benito se mantuvo al frente de esta cofradía de gloria desde el año 1681 a 1691, momento en el cual fray Gaspar de Santaella escribió una misiva al vicario de la Parroquia de San Bartolomé de la villa de Montoro, indicando que se debía de renovar el cargo de Prioste de la hermandad de Nuestra Señora del Rosario, pues se estaban incumpliendo el capítulo de la celebración anual de elecciones de cargos.
Antiguo retablo de la Virgen del Rosario. Parroquia San Bartolomé Montoro.
FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
La elección del Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestra Señora no difería con los usos y costumbres de las demás hermandades existentes en el vecindario montoreño. Lo primero que se realizaba era la elección secreta de un candidato por mediación de unas avellanas de madera o de metal que se echaban en una vasija de barro, ésta practica la vemos en los demás cabildos de cofradías como los de Padre Jesús Nazareno a mediados del siglo XVII

Una vez elegido el cargo, los resultados eran enviados al capellán de Nuestra Señora del Rosario al prior del convento dominico de San Pablo en Córdoba para que ratificase el nombramiento. Las obligaciones del Hermano Mayor se conocen gracias a los aportes documentales de los fondos establecidos en el Archivo General del Obispado de Córdoba. En estos se prescriben los compromisos contraídos por el cargo de Prioste, tales como la asistencia a las procesiones de los primeros domingos de cada mes, y a la que se celebra con toda la solemnidad en Octubre, preocupándose que esta última contase con su sermón y renovación de la cera. Así mismo el Hermano Mayor debía de velar por el cuidado de las alhajas que la hermandad pudiera tener y adquirir en el momento de su mandato. A mediados del siglo XVIII la hermandad de la Virgen del Rosario comenzó a edificar una espaciosa capilla en uno de los laterales de la parroquia de San Bartolomé. Ésta es de planta cuadrada, conformada por tres arcos de medio punto donde se insertan los huecos para las imágenes. El techo de la misma se cubre con una cúpula de molduras barrocas, que denotan un cierto carácter de movimiento al entorno de la Capilla.

Reinauguracón de la Parroquia de San Bartolomé tras la Guerra Civil.
FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
En la mañana del 1 de Noviembre de 1755, en el suroeste del cabo de San Vicente en Portugal se produjo un terremoto de una magnitud de nueve en la escala de Richter, que produjo noventa mil muertos y unas olas de quince metros de un tsunami que afectó la costa occidental de Europa y parte del norte de África. En ese preciso instante, en Montoro se celebraba la misa mayor en la Parroquia de San Bartolomé por los presbíteros don Martín González Herrador, teniente de cura; Antonio de Lara, presbítero de Evangelio y don Antonio José Marín y Lara presbítero epistolar, que al oír tan gran estruendo salieron a la calle con sus ropas sacerdotales. Don Pedro de Nájera, capellán de la Virgen de Rosario, se encontraba en la sacristía del templo preparándose para oficiar la misa anual en la capilla de la Virgen del Rosario, al cual no le dio tiempo de quitarse sus vestiduras, ni de colocarse su sombrero saliendo con todos los religiosos y fieles a la plaza para suplicar a la Virgen del Rosario que acabase dicho terremoto. Durante este seísmo la torre de San Bartolomé quedó ladeada hacia Santa María dela Mota y algunas casas de la calle Alta quedaron colgadas encima de la Alhóndiga, sin producirse daños personales, por lo que sus moradores salieron dando las gracias a Nuestra Señora de Rosario.También se sabe de la gratitud del pueblo montoreño a ésta Imagen mariana por haber paliado la sequía que venía sufriendo desde el año 1750. 

Capilla del Sagrario tras la Guerra Civil Española
FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
En acción de gracias por no tener que lamentar ningún incidente, el Ayuntamiento determinó realizar una función solemne en la Parroquia de San Bartolomé dedicada al Santísimo Sacramento y a Nuestra Señora del Rosario el 23 de Noviembre de 1755. Ese día se celebraría una misa con sermón matinal, y por la tarde saldría la procesión por las calles del pueblo. Al año siguiente, el Concejo montoreño acordó realizar de forma perpetua una fiesta a Nuestra Señora del Rosario, en recuerdo y gratitud de la escasa incidencia que tuvo el seísmo en la Villa. Para una mayor solemnidad del acto, se decretó la asistencia de los gremios, las comunidades religiosas y a todos aquellos particulares que quisieran asistir a la misa. Se decide que dicha función sea efectuada el día del Patrocinio de María Santísima indicándose, que dicha celebración no coincidiese con otra fiesta en la Parroquia Mayor.

El 3 de Julio de 1757 se acabó el retablo dedicado a Nuestra Señora del Rosario. En esta ocasión el Concejo de la Villa programó una solemne función en la Parroquia de San Bartolomé.

En los primeros días de la guerra civil, la imagen de Nuestra Señora del Rosario, su retablo y otros conjuntos artísticos de gran antigüedad e importancia son destruidos en su totalidad.

Son muy escasos y variopintos los datos que podemos ofrecer con relación a la reorganización, fundación y funcionamiento de la hermandad de Nuestra Señora del Rosario durante la segunda mitad del siglo XX en Montoro. La carencia de actas, los pocos testimonios orales y la falta de una información sólida y eficiente provoca un gran vacío documental.
La talla que se procesiona es de gran voluminosidad, estofada y por el momento se desconoce su autor. Es de madera y de gran corpulencia y peso .Debido a ello, se cambió a otra más pequeña para las procesiones por falta de personal que soportara el peso de la misma. Esta imagen de candelero es la actual Virgen de la Candelaria que se venera en el Retablo de las Almas del Purgatorio de la Parroquia de San Bartolomé. Don Pedro Zurita donó su primera cazulla bordada como manto para esta imagen, que durante años se procesionó el día de la Virgen del Rosario. A mediados de los años 80 del siglo XX, don Lorenzo Castillo Morales, se encargó de la reorganización de la cofradía, comenzando por realizar una precisa restauración de la Imagen Patronal y adquiriendo el trono de la Virgen de los Dolores, perteneciente a la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, para poder realizar la procesión con la talla corpulenta. Este trono es obra de Andrés Valverde y es de los años 70 del siglo XX. Esta junta directiva cesó en su cargo el 21 de Marzo de 2001.

El 29 de Julio de 2002, festividad de Santa Marta, se constituye la anterior Junta directiva de la Cofradía de María Santísima del Rosario y San Bartolomé de la mano del Cura Párroco de la Iglesia de San Bartolomé Don Rafael Rabasco Ferreira que actúa como consiliario de la misma y Don Ildefonso Sánchez García como Hermano Mayor Presidente. Con esta Junta de Gobierno comenzará el verdadero periodo de esplendor de la Cofradía de María Stma. Del Rosario y San Bartolomé tras la Guerra Civil Española. Adquiriendose numerosos enseres como el actual estandarte, cuatro faroles para el trono de San Bartolomé, cuatro candelabros para el paso de la Patrona de Motnoro, dos juegos de jarras, dos ciriales, pie para estandarte, nuevas dalmáticas y numerosas mejoras que han propiciado la resurrección de las procesiones y devoción de los Patronos de Montoro.

Agenda Cultural Pasión por Montoro:24-30 de Septiembre

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P R O G R A M A DEL II CERTAMEN DE BANDAS DE MÚSICA CIUDAD DE MONTORO

ASOCIACIÓN MUSICAL PEDRO MORALES DE LOPERA
dirección: D. Juan Carlos del Pino Bueno

- Música i Poble de Ferrer Ferrán

- Nocturno Andaluz de Sebastian Valero

- El Fantasma de la Opera de Johan de Meis

AGRUPACIÓN MUSICAL DEL CÍRCULO CULTURAL CALÍOPE DE FERNÁN NÚÑEZ
dirección: D. Juan Ortega García

- Tercio de Quites (P.D.) de R. Talens

- Tormenta del Desierto. Sinfonía nº1 Movimiento 1º La invasión de Kuwait de Ferrer Ferrán

- Palindromía Flamenca Fantasía para saxo soprano y banda de A. Ruda Peco

ASOCIACIÓN MÚSICO CULTURAL JUAN MOHEDO DE MONTORO
dirección: Dña. Carmen Cepas Ramos

- El Compae de J. Molina Comino

- Carmen de G. Bizet

- Queen in Concert de Jay Bocook

EL CERTAMEN SE CELEBRARÁ A LA MISMA HORA EN EL TEATRO MIGUEL ROMERO ESTEO A CONSECUENCIA DE LA METEOROLOGÍA

domingo, 16 de septiembre de 2012

Cincuentenario fundacional de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas de Montoro. Medio siglo de Silencio. 1962-2012

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Detalle del Cartel Cincuentenario Fundacional de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas.
Fotografía: Fco. Aguilar Pérez
Francisco Aguilar Pérez
Hermano de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas
Publicado originalmente en la Edición Especial Semana Santa de la Revista Pasión por Montoro


Portada de la Edición Especial Semana Santa
de la Revista Pasión por Montoro.
Ntro Padre Jesús por San Jacinto.
FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO.
Lo primero, es dar las gracias al joven creador de esta revista virtual por darnos a toda la comunidad religiosa montoreña la oportunidad de poder seguir expresando lo que sentimos por nuestros Cristos, nuestras Vírgenes y nuestra Semana Santa; una verdadera “Pasión por Montoro” como él dice. Tengo la esperanza de que entre todos y contando con el empuje del promotor de la revista podamos además verla impresa, lo importante es el contenido, no el diseño, ni la calidad del papel. Con una revista impresa nuestro sentimiento cofrade podrá llegar más lejos y a más personas, porque las cosas que se tocan con las manos, son o nos parecen más reales y perdurables. Es una verdadera pena que la Revista Cruz de Guía desaparezca (con la andadura que había emprendo), factor achacable más a la falta de voluntad que a dificultades económicas, a las pruebas me remito con en el esfuerzo desinteresado del creador de esta revista virtual y blog. Hago mía la frase de nuestro paisano Séneca; “En la tormenta es donde se conoce al buen piloto”, espero no equivocarme, siendo como es un ejemplo teniendo en cuenta su juventud.
Hecho este inicial comentario, voy a referirme a un acontecimiento un poco desconocido y por tanto ignorado de nuestra Semana Santa en relación a otros; se va a cumplir medio siglo de la fundación de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas este próximo Domingo de Ramos de 2012. Creo de justicia hacer un pequeño reconocimiento y tener un recuerdo emocionado a todas aquellas personas que intervinieron en sus primeros pasos e idearon una de las Cofradías más bellas y de indudable idiosincrasia de la Semana Santa de montoreña. Algunas de estas personas ya no se encuentran entre nosotros, otras sí, pero la impronta que fijaron todas ellas aquel lejano 1962, se ve reflejada invariablemente por las calles de nuestra ciudad cada noche de Miércoles Santo montoreño. Desde ese año, los hermanos de esta Cofradía han acompañado a nuestro pequeño y valioso Cristo, acercando su Cruz y su muerte a barrios que tradicionalmente quedaban fuera y muy lejos de los recorridos procesionales; bellas, típicas, estrechas y antiguas calles donde la historia humilde de Montoro se respira y deja ver en cada esquina, calles como; Mota, Olivares, Don Lorenzo, Monederos o Torremocha pueden ser un buen ejemplo.

Stmo. Cristo de las Penas por el Arco de la Torremocha.
FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO

Este Cincuentenario lo va a celebrar la Cofradía sin aspavientos ni personalismos innecesarios, tan de moda en los últimos años, pasando de puntillas sobre él, pero eso sí, con un profundo respeto a sus fundadores; así es y debe ser nuestra Cofradía, fiel siempre a sus principios fundacionales. Quizá un poster conmemorativo, una pequeña conferencia-coloquio en Iglesia de Santa María de la Mota o una posiblemente salida procesional extraordinaria de nuestro Titular el sábado 3 de noviembre de 2012, todavía todo por ver y perfilar centren los actos de esta efeméride, como siempre improvisando, fieles también a nuestros principios fundacionales.

Para enmarcar y comprender este aniversario, me gustaría traer y hacer unos breves comentarios reflexionando un momento sobre dos de los documentos que guarda y atesora nuestra Cofradía; la interesantísima y curiosa Acta de Fundación que ha llegado hasta nosotros y el Cuaderno de Afiliación, ambos documentos hacen que nos sintamos muy orgullosos de poder disponer de ellos en este Cincuentenario. En el primero se trazan las líneas fundamentales y se describe con toda nitidez lo que quieren los fundadores que sea la nueva Cofradía, y en el segundo están gran parte de los artífices de la primera salida procesional, paso a reproducir textualmente el primero de ello, el Acta Fundacional:

“En la ciudad de Montoro, siendo Domingo de Ramos de mil novecientos sesenta y dos, a las once horas y en la Pa­rroquia de San Bartolomé, se reúnen los Señores; Rvdo. Padre don Francisco Ca­lero Panadero, don Manuel Aguilar Benítez, don Antonio Luna López, don Antonio Majuelos Molina, don Juan Fernández Serrano, don Andrés de las Heras Gutiérrez, don Manuel León Ca­ñete y don Antonio Cañas Pavón, para proceder a la función y organización de una Cofradía de Penitencia que, aunque con características particulares adaptadas a su sentido penitencial y humilde, con­tribuya al mayor esplendor de la Semana Santa montoreña.

Aceptada por todos los presentes esta idea en su origen, se pasó seguidamente a la deliberación 
sobre aspectos y desenvolvimiento de dicha Cofradía llegándose a las siguientes conclusiones: 

Primera. - Esta Hermandad Penitencial se denominará Cofradía del Santísimo Cristo de las Penas, siendo su Titular la imagen de Cristo en la Cruz, talla siglo XVII que se venera en la Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen y que dicha Parroquia nos tiene ofrecida ceder para la Procesión en su día, así como para actos de devoción que en lo sucesivo se pudieran celebrar.

Segunda. - La Cofradía tendrá su vinculación en la Iglesia de Santa Maña Mota, en la plaza del mismo nombre, aunque mientras tanto esta Iglesia encuentre totalmente restaurada, todos los actos y demás, quedan referidos a Iglesia Parroquial de San Bartolomé.

Tercera. - El desfile procesional de Semana Santa, se efectuará en la noche del Miércoles Santo, en la hora que se fije al efecto.

Cuarta.- Los Hermanos desfilarán con túnica negra y capirote rojo cardeña, ciñendo cíngulo de pita y portarán faroles encendidos. Los porteadores de pendones y estandartes llevarán la túnica también en rojo cardenal. Los hermanos, marcharán en dos filas y en el centro irán los portadores de atributos del Cristo, el timbal y los encargados del orden del desfile— estos últimos, como así los que lleven el paso irán cubiertos con el capuchón, pero sin cartón interior—.

Quinta.- El desfile se realizará partien­do de la Iglesia de Santa María, por el barrio antiguo de la Ciudad, con el iti­nerario que previamente se fije.

Sexta.- Inicialmente y para sufragar los gastos de formación de la Cofradía se establece una cuota de 60 pesetas anuales, distribuidas en mensualidades de 5 pese­tas que dentro del año correspondiente, podrán abonarse a comodidad de cada uno - Las túnicas y demás elementos de las vestiduras, habrán de ser costeados por estos en particular—. Cuando las circunstancias lo permitan, estas condiciones de cuota y pago de túnicas, podrán modificarse conforme proceda.

Séptima.- Durante el desfile y en los actos que se señalen, los hermanos entonarán cánticos penitenciales, para lo cual se realizarán los ensayos oportunos. También se considera la conveniencia de crear un himno para la Cofradía, a cuya realiza­ción se compromete el hermano D. Bien­venido Espinar Rodríguez.

Tomados los acuerdos precedentes, en la conformidad de todos los presentes, a continuación se procedió al nombra­miento de la Junta Directiva, quedando constituida de la siguiente forma:

Presidente: D. Manuel Aguilar Benítez.

Secretario: D. Antonio Cañas Pavón.

Tesorero: D. Antonio Luna López.

Vocal 1º: D. Antonio Majuelos Molina.

Vocal 2º: D. Andrés de las Eras Gutiérrez.

Vocal Fabriquero: D. Manuel León Cañete.

La Junta Directiva designada lle­vará la representación de la Cofradía, dando cuenta de su actuación a la Junta Generales Ordinarias y extraordinarias que se convoquen, debiendo ser la ordi­naria una anual en fechas próximas a la Semana Santa —en particular cada miembro de la Junta se encargará de las funciones que competen a su cargo. El pre­sidente además se encargará de la orga­nización y orden de desfile procesional, asistido de los hermanos que estime con­venientes designar—.

Se encarece a la Junta para que procuren, en los pocos días que quedan activar al máximo sus gestiones para que la procesión pueda desfilar el próximo Miércoles Santo.

No habiendo más asuntos que tra­tar, se dio por terminada la reunión a la 13 horas del día mencionado al princi­pio.”

Una de las primeras salidas del Stmo. Cristo de
las Penas.
FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
· La fecha de fundación:
El breve y conciso preámbulo, antes de la exposición de sus siete escuetos puntos están encabezados como no puede ser de otra forma, por la fecha oficial de fundación: Domingo de Ramos de 1962. Ya nada más empezar, se nos ofrece un dato muy importante, la fundación de la Cofradía se va realizar en una coyuntura económica muy difícil y desfavorable, pues se produce en un momento quizá muy parecido al actual, donde Andalucía y por tanto Montoro no pasan por uno de sus mejores momentos. Ese año de 1962, a poco más de 20 años de haber finalizado nuestra fratricida Guerra Civil, sus últimos coletazos directos todavía se dejan notar sobre la población montoreña: un paro y pobreza brutal, provocan que cientos de montoreños tengan que abandonar a la fuerza su pequeña patria para poder subsistir, reduciéndose la población montoreña al menos un 20%. Este dato nos hace pensar en la dificultad inicial y en la falta de motivación en el conjunto de la población de Montoro y que el empuje para fundar una nueva Cofradía se producía sólo por un grupo muy reducido de personas, precisamente ceñido a las seis o siete personas sin contar el sacerdote que aparecen en el Acta, a las que luego se sumarian los primeros afiliados que fueron captando con mucho esfuerzo.
Alumbrando el camino. Pedro J. Delgado 2012.

Por otra parte, esta fecha tan cercana al Miércoles Santo, nos dice que aunque la intención de fundar una procesión en Montoro se estaba gestando desde antes de esta fecha y sólo en conversaciones informales, era sin duda un proyecto en el aire. Por tanto es precisamente en ese Domingo de Ramos 15 de abril, donde se dan los pasos más firme y decididos para proceder al nacimiento de una nueva Cofradía en Montoro, que cuajará sólo tres días después con su impresionante salida procesional desde Santa María del Castillo de la Mota. Iglesia que en aquellos años se encontraba todavía en ruinas y totalmente desvalijada de sus enseres sagrados a causa de los saqueos y bombardeos sufridos en la Guerra Civil, siendo como era y es arquitectónicamente hablando, el edificio más interesante del patrimonio montoreño, o al menos el más antiguo.

Este Acta de Fundación hay que enmarcarla también, lo digo claramente, en un proceso de religiosidad creciente, auspiciado y dirigido por la Iglesia y el Estado, en este caso representado por el Ayuntamiento de la época. La iniciativa partía de los ciudadanos, pero contaban de antemano con el apoyo incondicional, aunque no económico, de todas las instituciones tanto civiles como religiosas locales. Por tanto nos encontramos en la órbita de las reorganizaciones y fundaciones de Cofradías tanto a nivel nacional, provincial como local, proceso que llevaba unos lustros sucediéndose y que se materializa en Montoro en la fundación de las Cofradías de la Borriquita, los Estudiantes y la Flagelación. La posterior fundación de las Cofradías del Resucitado y Humildad ya se pueden considerar afectados por otros factores y circunstancias diferentes, especialmente la última, ya en fechas más tardías y próximas a la actualidad.

Cristo de las Penas por la Torremocha.
FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
·Los Fundadores.
Un proyecto de fundación de una nueva Cofradía no suele partir de personas entradas en años, parte de personas que tienen toda su vida por delante, llenas de ganas de hacer cosas e ilusión por hacerlas. No es precisamente lo que sucedió en este caso, eran jóvenes sí, pero no tanto como se puede llegar a pensar, la mayoría de ellos rondaban los treinta a treinta y cinco años; como dijo alguien “una segunda juventud renació en aquellas personas que fundaron la Cofradía del Santísimo Cristo de las Penas”. Aquellos hombres de aquel Montoro difícil de recién comenzada la década de los años sesenta, imbuidos quizá por la euforia de un momento, dieron los primeros pasos de lo que llegaría a convertirse en una de las más señeras Cofradías de su Semana Santa, dotándola de una identidad propia, personal e inconfundible, aunque nunca multitudinaria en su efectivos. Algo que ni en el mejor de sus sueños podrían pensar que se recordaría pasados cincuenta años, medio siglo después, cuando muchos de ellos están acompañando en el cielo a su Cristo de las Penas, mientras que sus hijos y nietos estarán este Miércoles Santo de 2012 procesionándolo y acompañándolo aquí en la tierra.

· Ideando una nueva Cofradía:
En aquellas reuniones informales, unos y otros darían sus opiniones de lo que querrían que fuese la nueva Cofradía, tenía claro una cosa; su principal objetivo era venerar mediante una Cofradía Humilde (en el más estricto sentido de la palabra) y Penitencial a Cristo Crucificado por las calles que se quedaban fuera de los tradicionales recorridos procesionales del Jueves y Viernes Santo. Además pretendían aprovecharse del tipismo y tirón que tenían y en cierto modo conservan todavía esas calles, intentando atraer al máximo número de personas hacia ellas y así poder contribuir al esplendor de la Semana Santa montoreña, a la vez que pretendían dar veneración pública a la imagen más valiosa artísticamente hablando que se conservaba en Montoro después del vandalismo de la Guerra Civil. Lo resumió el redactor con estas concisas palabras en el Acta Fundacional:

“Se reúnen […] para proceder a la función y organización de una Cofradía de Penitencia que, aunque con características particulares adaptadas a su sentido penitencial y humilde, con­tribuya al mayor esplendor de la Semana Santa montoreña.”


Recogida del Pendón de la Cofradía en el
Convento de las Dominicas de Jaén.
FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Quiero resaltar lo de “características particulares”, los fundadores eran personas que prácticamente no conocían otra Semana Santa que no fuera la montoreña y si conocían algo era muy superficialmente. Los medios de comunicación no estaban tan desarrollos como en la actualidad y las imágenes que podían verse de las semanas santas de otras localidades eran muy pocas, las conocían sobre todo por locuciones radiofónicas de la época. Lo que pretendo decir es que ellos tenían una idea en mente de lo que querían hacer y parieron una procesión que no se parecía a nada a lo que había, no sólo en Montoro sino en ningún otro lugar cercano, vamos que iban un poco por libre. Ellos querían acompañar a su Cristo y no copiaron o “aprendieron” nada de ningún otro sitio, porque simplemente no conocían otra cosa que la Semana Santa montoreña. De ahí los Faroles Alzados, de ahí el Pendón, de ahí el Bombo marcando el ritmo (porque la banda de música era muy costosa para el ayuntamiento y además no les podía acompañar por esa calles estrechas y oscura), de ahí un Himno de Cofradía cuando ninguna Cofradía de la época lo tenía, de ahí las Trompetas Heráldicas abriendo la procesión, de ahí los Cánticos Penitenciales entonados por sus hermano. Eran originales como he dicho porque no conocían otra cosa, lo más parecido era la Cofradía de los Estudiantes, pero se encargaron de distanciarse de ellos deliberadamente para dar una nota de novedad a la nueva Cofradía, por eso ellos adaptaron la nueva Cofradía a sus “características particulares”. En resumidas cuentas lo que parieron fue una Cofradía ORIGINAL y ÚNICA. 
Thoracata y Stmo. Cristo de las Penas.
Pedro J. Delgado 2012
· Pervivencias fundacionales de la Cofradía del Cristo de las Penas. 

Las diferentes personas que han ido dirigiendo los destinos de la Cofradía, a juzgar por como sale a la calle cada Miércoles Santo, podemos decir que han intentado mantener la idea original de los fundadores, no han introducido ningún elemento discordante. Leyendo los siete puntos del Acta Fundacional se reconoce aún en un porcentaje muy elevado a la Cofradía después medio de siglo de existencia, eso nos enorgullece a todos sus integrantes. Aunque evidentemente como cualquier ser vivo, las manifestaciones religiosas van evolucionando: Incorporación de la mujer, confección de estatutos, Vía Crucis desde el Carmen a Santa María desde el año 2000 cada Domingo de Ramos, Casa de Hermandad, restauración del Cristo, Triduo en Santa María… 
· Los primeros hermanos Cofrades : 
Por último y para ir terminando voy a transcribir los nombres de las primeras cuarenta personas inscritas a la Cofradía en el año fundacional y que aparecen en el Cuaderno de Afiliación, cuaderno que guardamos con el máximos respeto y consideración. Tiene su comienzo en el mismo año 1962, por lo tanto, es presumible que muchas de estas personas saliera en la primera salida procesional de la Cofradía del Silencio aquel Miércoles Santo de hace 50 años, teniendo en cuenta que por aquellas fechas la mayoría de ellos rondaba los treinta o treinta y cinco años. Con su recuerdo emocionado la Cofradía actual les agradece su apoyo en esos momentos tan fundamentales para la génesis de nuestra Cofradía. Muchos no están con nosotros, las calles donde vivían podrán tener otros nombres, pero queremos que su recuerdo perdure para la Historia de esta Humilde Cofradía. Que Dios quiera que pueda y sepa cumplir otros cincuenta años más como mínimo.
1
Andrés de las Heras Guiterrez
Plaza de Santa María
2
Francisco Carpintero Pulido
General Cascajo
3
Lucas Coronado Martínez
Aceitera Blanco
4
Francisco Sánchez Serrano
Calvo Sotelo, 5
5
José Millán Lara
Diego Medina
6
Luis Millán Lara
Diego Medina
7
Pedro González Lara
Diego Medina
8
Francisco Cabrera Robles

9
Carlos Aguilar Benítez
Plaza de España, 5
10
Pedro Aguilar Benítez
Plaza de España, 5
11
Manuel Aguilar Benítez
Plaza de España, 5
12
Diego García Solar
Diego Medina
13
Diego Criado Vacas
Postigo
14
Juan Fernández Serrano
Calvo Sotelo,2
15
Ildefonso Fernández García
Plaza de España
16
Manuel León Cañete
Álvaro Pérez, 20
17
Antonio Majuelos Molina
Cervantes
18
Antonio Cañas Pavón
Plaza de España,18
19
Antonio Román Molina
General Franco
20
Tomás Romero Pons
Mártires de la Cruzada
21
Sebastián Sánchez Romero
Plaza de Jesús
22
Manuel Escolar Madueño
General Franco, 14
23
Rafael Rivas Gómez
Calvo Sotelo, 27
24
Enrique Rivas Gómez
Calvo Sotelo, 27
25
Manuel Camino Canalejo
Plaza de Santa María
26
Juan de la Coba Leal
Antonio Garijo, 15
27
Manuel de la Cruz Luque
Calvo Sotelo
28
Valentín Aguilar Benítez
Plaza de España, 5
29
Antonio González Luna

30
José García Lara
Diego Medina
31
Antonio Luna López
General Franco
32
Rafael Canalejo Ager
Córdoba
33
Felipe Ayllón Canales
Queipo de Llano,2
34
Bartolomé Canales
Estación
35
Luis Rivas Gómez
Calvo Sotelo, 27
36
Martín Mora Mora
Estrella
37
Mateo Cerezo Fregenal
Postigo
38
Pedro Notario Notario
Plaza del Mercado
39
Diego Mialdea Ruiz
Cava
40
Miguel Rojas Jaraba
Torremocha

Como reflexión final quisiera decir que esta Cofradías del Stmo. Cristo de las Penas de Montoro, de la que se cumplen ahora su “Cincuentenario fundacional”, me gustaría pensar y estoy casi seguro de ello, que no es una obra en exclusiva de los hombres, sino que debe ser de inspiración del Señor, como escuché en forma de estribillo cantar hace poco a unas monjas en Granada preparando la cuaresma; “El Señor cuida a su pueblo a través del desierto. Le envuelve, le sustenta y le cuida frente al enemigo, porque es eterna su misericordia”. Y el Señor de la Salud, Penas o Misericordia eligió cuidar a su pueblo y a sus hermanos cofrades, ahora hace cincuenta años, a través de esta singular y Humilde Cofradía.
Miradas. Pedro J. Delgado. Semana Santa Montoro 2012
En definitiva, los vecinos de aquel Montoro difícil, especialmente los de los barrios por donde pasa y pasaba la Cofradía, salieron a la puerta de sus casas al oír un bombo y unos cantos penitenciales aquella anochecida lejana y difusa de Miércoles Santo de hace medio siglo, fue en el momento en el cual se toparon por primera vez con gran sorpresa,  con una procesión, adaptada eso sí, a la austeridad del momento. Inexplicablemente unos nazarenos (algunos de ellos un poco desaliñados), vestidos la mayoría con túnica negra, capirote rojo cardenal, cíngulo de pita blanca y portando faroles alzados, antecedían a un Cristo Crucificado transportado en unas improvisadas parihuelas. Era un Cristo pequeño pero bellísimo, en el cual sólo muy pocos habían  reparado en sus visitas a la Parroquia del Carmen, razones nos les faltaban…