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miércoles, 28 de noviembre de 2012

Arqueología en Montoro: Las cerámicas micénicas del Llanete de los Moros

Vista general de Montoro. Años cincuenta. Fuente: Fototeca Pasión por Montoro
La amplia riqueza patrimonial, histórica, cultural y artística de la Ciudad de Montoro hace que sean infinitos los temas a analizar. Hoy centraremos nuestra atención en la arqueología en Montoro, siendo los principales yacimientos analizados hasta el momento los encontrados en el Llanete de los Moros y el Palomarejo. Las piezas que hoy analizaremos fueron halladas en el primero y confirman la presencia objetos micénicos en nuestro territorio. Estas piezas fueron encontradas por el arqueólogo Martin de la Cruz y actualmente se encuentran en el Museo Arqueológico de Córdoba.

Para realizar la descripción de las piezas nos centraremos en las publicaciones de J. Martín de la Cruz sobre el yacimiento del Llanete de los Moros, especialmente en su artículo ¿Cerámicas micénicas en Andalucía?. 10/1987. pp.62 - 64; Revista de Arqueología, nº 78. Tambien recomendamos la lectura del artículo: ¿Que hace un micénico como tú en un sitio como este? Ruiz-Galvez Priego, María. Nos encontramos ante un fragmento de pared de un recipiente abierto realizado a torno en una arcilla de color anaranjado. El color de la pasta nos indica que el recipiente fue cocido de forma oxidante, además podemos saber que está compuesta por un desengrasante fino. 
La cara exterior del fragmento ha sido tratado de una forma más cuidada, así primeramente se ha recubierto con un engobe de color amarillento que posteriormente ha sido bruñido para eliminar impurezas y aportar brillo a la superficie. Finalmente y sobre esta capa se han dispuesto los motivos decorativos pintados con un barniz de color castaño, practicamente identificable debido a las dimensiones reducidas del fragmento. La cara interior de la pieza presenta la pasta en su estado original con un color más amarillo que la cara externa. 

La pieza ha sido modelada mediante torno, como es propio de esta cultura y período. La pieza ha sido recubierta por un engobe de color amarillento con el fin de dignificar la pieza. 
Tras ser recubierta la pieza con una capa de engobe, ésta fue bruñida con el fin de eliminar impurezas y dar brillo a la cara exterior de éste. 
La pieza a la que pertenece el fragmento fue cocido de forma oxidante, de ahí la coloración anaranjada que presenta la misma y que denota cierta regularidad en este proceso de cochura debido a la homogeneidad del color de la pasta.
Finalmente la pieza es decorada con una serie de motivos pintados con un barniz de color castaño; estos motivos son imposibles de identificar debido a las reducidas dimensiones del fragmento.

En la imagen superior observamos otro de los fragmentos de cerámica micénica encontrados en Montoro. Esta otra pieza se corresponde con el pie y pared de un recipiente cerrado. Este recipiente según podemos ver en el fragmento que nos ha llegado, estuvo realizado a torno y posteriormente cocido de forma oxidante como nos indica el color amarillento grisáceo de la pasta. 
La cara exterior de este fragmento está engobada con un capa de color amarillento y posteriormente bruñida, para eliminar las impurezas y darle brillo a la superficie. Finalmente esta cara es recubierta por un barniz de color castaño que en algunas zonas se vuelve roja. 
La cara interior del fragmento no tiene ningún tipo de tratamiento, mostrando la pasta en su estado original.  Actualmente se puede apreciar ciertos craquelamientos de la capa de barniz que recubre la parte exterior del fragmento.
Ambos hartazgos se produjeron en el yacimiento arqueológico de Llanete de los Moros (Montoro, Córdoba), ubicado en una elevación de 240 m. de altitud, con una elevación suave a excepción de la vertiente que da al margen del río Guadalquivir; concretamente está situado a un lado del Instituto de Formación Profesional de esta ciudad. 
Este enclave fue estudiado en un principio por Ana María Vicent y A. Marcos Pous, que aseguraron que en el terreno del Instituto se ocultaban restos arqueológicos de cierta relevancia. Ante la decisión de realizar obras en dicho centro, éstas fueron vigiladas para controlar la salvaguarda de posibles restos, a pesar que se contó con un tiempo límitado que solo permitió recoger el material revuelto. Seguidamente se paso a realizar una pequeña excavación con su correspondiente estratigrafía en un terreno adjunto a las nuevas dependencias del instituto, lo que dio un estudio satisfactorio y orientativo para futuras excavaciones. 
Vista aérea de Montoro. Fuente: Fototeca Pasión por Montoro
Estos fragmentos se han hallado en corte R- 3, Estrato III, esta localización nos permite realizar una clasificación cronológica aproximada previa a estudios de carácter más científicos ( C-14). Así podemos ver como este estrato se dispone entre un primer y segundo fechado en el Calcolítico Final y un cuarto en el que encontramos restos correspondiente al Bronce Tardío. 
Por tanto teniendo en cuenta esta información y las características físicas de este fragmento podemos deducir que esta cerámica presenta un gran paralelismo con las producciones mediterráneas oriental. Una conexión cultural que se puede explicar a través de la llegada a la Península Ibérica de pueblos del mediterráneo entorno al 1200 a.C, en busca de nuevas rutas comerciales, minerales y otras materias primas. Esta llegada hace posible que aparezcan restos arqueológicos en asentamientos autóctonos de la Península, propios de los pueblos visitantes como resultado de un intercambio cultural. Este hecho lo podemos constatar cada vez más en los numerosos hallazgos que se están realizando en Sicilia, Cerdeña, península itálica,..., de piezas similares a la que se analiza en esta ficha catalógrafica. 
Unas piezas que están siendo fechadas en el Micénico III B, concretamente el primer fragmento que aquí mostramos lo podemos datar entre el 1300 -1230 a. C. En cambio el segundo fragmento lo podemos datar entre el 1230 -1100 a. C.

2 comentarios :

  1. Mari Carmen Osuna Ruiz29 de noviembre de 2012, 18:26

    Yo las vi en el museo arqueológico de Córdoba, me llenó de orgullo ver ese pedacito de Montoro en el museo cordobés. Allí lo ve gran cantidad de gente. Había algunas cosas más de Montoro, una especie de recipientes, en el panel informativo también se hablaba de Montoro

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  2. Lástima de la falta de escrúpulos culturales en las antiguas(?) corporaciones que han regido los destinos de la ciudad de Montoro. Avergüenza pensar que se haya destruido tanto patrimonio en aras de un progreso(?) especulativo. Si recordamos los expolios encubiertos en pleno casco urbano, las decenas de "piteros" (incluyendo algùn, que otro, empleado municipal), cribando los aledaños, preñados de ajuares numismáticos, no podemos sentirnos muy orgullosos del patrimonio recibido. Tal vez fuera necesario, a pesar de la crisis económica, la puesta en valor, al igual de pueblos andaluces, los despojos restantes para que las generaciones futuras no se avergüencen de las actuales.
    Un saludo

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