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jueves, 13 de junio de 2013

Cofradías desaparecidas de la Ciudad de Montoro: La Pia-Unión o Hermandad de San Antonio de Padua

San Antonio en su retablo de la Iglesia de Santa María de la Mota. 

José Ortiz García
Cronista Oficial de Montoro
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1.- Introducción.-

Puede que a muchos de los que han leído el contenido del título de este artículo, le extrañe en primer lugar, más que la advocación a la que me he dirigido, la cronología que he apuntado, ya que se defiende la perdurabilidad en el tiempo de una Cofradía al franciscano San Antonio de Padua, incluso sin existir imagen de bulto en el vecindario a la que dar culto tan siquiera. Tan sólo, una talla pequeña anónima, adscribible al siglo XVII conservada junto al Santísimo Cristo de las Penas en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, es el único vestigio singular que puede quedar de este doctor evangélico.
No obstante en este artículo llegaremos hasta fines del directorio militar de Primo de Rivera, es decir, hasta fines del año 1925, ya que el resto del artículo se presentará en la próxima reunión de Cronistas Oficiales de Córdoba o en las actas que todos los años se llevan a cabo sobre el franciscanismo en España.

2.- Fuentes y Documentación.- 

Cuando iniciamos un trabajo de investigación de cualquier temática, tanto a nivel nacional, provincial, o como es nuestro caso a nivel local, el investigador no debe iniciar su trabajo sin el conocimiento previo de las fuentes que han hablado anteriormente sobre lo tratado. En todo el proceso de investigación, cualquiera que sea su nivel (labor de curso, tesis doctoral, etcétera), se hace imprescindible el uso de determinados instrumentos de trabajo para conseguir la información necesaria. 

En nuestro caso son pocos los libros que nos hablan de esta cofradía, de la que estoy seguro muchos montoreños ni conocían de su existencia. Por esta razón el trabajo se ha basado en la documentación parroquial de Nuestra Señora del Carmen, la cual conserva dichos legajos, ya que el director espiritual de dicha hermandad perteneció algunos años a esta parroquia. Del mismo modo sabemos que el fervor franciscano en Montoro es muy antiguo, ya que gran parte de las reglas penitenciales (Vera Cruz), cantos de los coros de Semana Santa, y la existencia de franciscanos ilustres como San Francisco Solano, a Fray Pedro de Yepes1 o a Sor Juana de la Cruz2, hacen que los franciscanos aunque no tuvieran convento en la villa, estuvieran muy presentes en predicas y sermones. 

Interior de la Ermita de Santa María de la Mota de Montoro. 1910-1920
Fuente: Universidad de Sevilla. Fototeca Pasión por Montoro
Del mismo modo quiero hacer una mención especial, al Hijo Adoptivo y párroco de Nuestra Señora del Carmen, D. Antonio Aguilar de la Fuente, que tan generosamente se ha prestado a cuantos medios hicieran falta para conocer la historia de dicha cofradía, comprometiéndose el Archivo Municipal a reordenarle la documentación de dicha Pía-Unión de San Antonio.



3.- Dirección y Juntas de Gobierno de la hermandad de San Antonio.- 
De la misma forma aprobaron la Junta de Gobierno de esta Cofradía, siendo el Director Presidente de la misma, el párroco de San Bartolomé, D. Juan Antonio González de Canales3. En cuanto a la vicepresidencia a D. Antonio Zafra Criado, de Secretario a Francisco Baena Muela, Tesorero a Antonio León Cañasveras, y de vocales a Antonio Román Gaudiza y a Idelfonso Serrano León4.
El número de Asociados que formaron esta Cofradía de San Antonio en 1986 fueron doscientos cincuenta y seis asociados, entre los que ciento noventa y tres pertenecían a mujeres. En 1904, una vez saldadas las cuentas, como comprobaremos en el siguiente apartado, vemos que la asociación pierde algunos miembros fundadores, quedando en 191, de los cuales cuatro eran de fuera de Montoro. Entre los mismos vemos que forman parte de los miembros de la misma al antiguo alcalde D. Bartolomé Benítez Romero, doña Concepción López Fernández5

No sabemos la Junta de Gobierno lo que cambiaba, aunque suponemos que cada año se celebraban elecciones de la misma forma que en las cofradías de penitencia. Por esta razón en 1898 encontramos en la Presidencia de la misma a D. Antonio Ramón Rael; Como secretario a Antonio Zafra Criado; como Tesorero a Antonio León Cañasveras y de vocales a Antonio Román y a Idelfonso Serrano León. Del mismo modo los libros de cuentas y de gastos no se encuentran consecutivos, pues dan pequeños saltos cronológicos las cuentas de la dicha Cofradía del Santo. Así que desde 1901 no hallamos otro cuaderno de anotaciones hasta 1904, que consiste solamente en un listado de hermanos asociados, siendo los integrantes de dicha hermandad ciento noventa y uno6. En 1909 volvemos a tener noticias de los gastos e ingresos de dicha Unión Pía, aunque vemos notando un descenso de los integrantes de la misma, ya que se pasa a tener ciento cincuenta y tres asociados. 


Además se aprecia que la Junta de Gobierno de la misma firma de modo incompleto, lo que nos da una leve idea de que la misma no está al completo debido a la ancianidad de muchos de sus directivos. De esta forma encontramos que dichas cuentas fueron firmadas por el capellán Francisco Alarcón Rubio, por el tesorero Francisco Lara León y Por el segundo vocal, Pedro Molina7. El hecho se agrava más cuando en 1911 hallamos la presentación de cuentas con un déficit de 25 pesetas que fueron abonadas por doña Concepción López Fernández, y firmadas por el Presidente y Consiliario de la Cofradía de San Antonio, D. Pedro Molina; por el Capellán don Francisco Alarcón y por el tesorero Francisco Lara León.
Romanos a la entrada de la Iglesia de Santa María de la Mota de Montoro.
Fuente: Archivo José León Solís. Fototeca Pasión por Montoro


La decadencia de los asociados seguía disminuyendo, aunque no por ello los cultos y el fervor que se le profesaba en el pueblo a San Antonio. De esta forma llegamos a 1915 momento en el cual la hermandad cuenta con 125 hermanos. Este año es el primer año en el que se decide que la banda municipal, dirigida por el director Juan M. Notario acudiese con un armónium para la asistencia musical de los trece martes de San Antonio de Padua, y cuya cantidad se cifraba en aquel momento en 13 pesetas, según el recibo noveno de las cuentas de gastos8



No obstante, y no sabemos si por la animación de la banda municipal o por el motivo que fuere, al siguiente año resurge con gran ímpetu dicha hermandad volviendo a recuperar parte de los socios que venían perdiéndose desde hacía una década. Así, cuando el 13 de septiembre de 1915 se volvió a hacer recuento de los gastos e ingresos, se contaba con la cuantía de ciento cincuenta y siete miembros, entre los que destacaban doña Petra, Ana y Catalina Medina Romero, Leonor Benítez Romero, Juan García Cano, Purificación Zorro Leal, Josefa de Béjar y Lara, Luis Siles Criado, Concepción de Julián y Barrigón entre otros. 
Al año siguiente encontramos por primera vez la aparición de hojas de propaganda de las funciones religiosas que se iban a celebrar en honor de dicho santo, según consta en la documentación del Archivo de Nuestra Señora del Carmen, los cuales fueron encargados por el coadjutor de San Bartolomé don Ángel Onieva Molina por un valor de cuatro pesetas con ochenta céntimos por cien hojas de propaganda9.

En la década de los años veinte asistimos al esplendor más absoluto de dicha Cofradía, la cual en 1920 llegó a contar la cifra de doscientos treinta y tres asociados, casi un 20 por ciento más que el año anterior. En este año sabemos que fueron cantoras las que asistieron los cultos de San Antonio y por lo cual la Cofradía decidió hacerle el obsequio de unos rosarios y unas medallas de dicho santo para las mismas10.

4.- El sustento económico de la Cofradía: Gastos y movimientos.-
  1. 0 pesetas
  2. 207,87 pesetas (Déficit)
  3. 239,75 pesetas (Déficit)
  4. 222,62 pesetas (Déficit)
  5. 293,06 pesetas (Déficit)
  6. 333,02 pesetas (Déficit)
  7. 391,26 pesetas (Déficit)
  8. 405,88 pesetas (Déficit)
Al llegar a tal extremo, la deuda fue saldada por el Tesorero D. Antonio León Cañasveras a fines de diciembre de 1903. A fecha 30 de septiembre de 1904 se tuvo que hacer cargo de dicha hermandad el secretario D. Francisco Baena Muela, por el fallecimiento del anterior tesorero.
Interior de Santa María de la Mota. Recorte de prensa de 1928. Fototeca Pasión por Montoro

Los gastos más frecuentes eran los que se destinaban al encargado de recaudar los recibos a los hermanos que componían dicha cofradía y los cargos por cuenta de los gastos de la novena donde había que abonar cuantías a favor del capellán que se encargaba de oficiar la misa, al organista que llevaba el armonio, a los cantores y a los acólitos que acudían a la ceremonia, la cera que se gastaba en los martes de San Antonio, novena y la función religiosa que se llevaba a cabo en la parroquia de San Bartolomé el día de su onomástica. Parece que el cantor de la novena era un montoreño llamado Magán según aparece en una cita reflejada en los legajos conservados, aunque no se hace constar ningún dato más sobre el mismo. 

Del mismo modo y como es conocida la tradición de este santo, siempre hay alrededor de su imagen un cepo de pequeñas dimensiones que se hace constar que es de pan para pobres. Sabemos que en 1896, el cerrajero Manuel Ruiz Madrid hizo la composición de uno para el llamado Pan de Pobres. 

Para ayudar a paliar los gastos que se ocasionarían con dicha fundación, los hermanos decidieron hacer unos libros para la novena de San Antonio en 1895, los cuales no tenían un precio fijo de venta, si no la voluntad que cada devoto quisiera aportar. Del mismo modo al año siguiente, hicieron una nueva partida de material religioso donde se comenzaron a vender rosarios dedicados a esta imagen los cuales tenían el precio de cuatro reales por pieza.



5.- La procesión de San Antonio por las calles de Montoro.- 
La primera vez que tenemos nombrada la procesión de San Antonio por las calles de Montoro es en 1897, momento en el cual el establecimiento llamado “La Estrella” regentado por Miguel Mercado, incluye en sus facturas de gastos de velas y cirios las empleadas en la procesión de este santo, indicando que en la misma se repartieron cuarenta cirios y veinticuatro para la misma Pía Unión para participar en las festividades del Corpus Christie11.

Interior del establecimiento de la Estrella en Montoro. 1910-20?.
Fuente: Archivo José Meroño Pérez. Fototeca Pasión por Montoro

La procesión era organizada, por así decirlo, a la “antigua usanza”, similares a las que se creaban en la Semana Santa de los siglos pasados donde una persona se encargaba de buscar a una cuadrilla de personas que portasen las imágenes. En 1898 la cuadrilla correspondía a Francisco de Lara, el cual cobró tres pesetas por dicho cometido. El cortejo de San Antonio se iniciaba con un farol y la cruz parroquial con sus acólitos. Tras los mismos se iniciaba una carrera de devotos a sendos lados de la C/ Bartolomé Camacho portando velas, en medio de las cuales iba el estandarte del Santo. En 1898 dicha insignia fue llevada por Pedro Arroyo, que además era el encargado de cobrar los recibos de los hermanos y de bajar y subir a San Antonio al nicho o hueco del retablo que se le había construido. Al año siguiente fue otra la persona que se le encargo dicha acción, pues el recibo de dicho cometido fue cobrado por Pedro Salinas. El Santo era portado por cinco hombres en unas parihuelas pequeñas, hasta la parroquia de San Bartolomé donde se le oficiaba la novena. Una vez concluida la misma, se repetía la misma operación a la inversa, dejando a este doctor evangélico en la ermita de Santa María de la Mota.
6.- Las obras en Santa María de la Mota por parte de la Pía-Unión.- 


Como sabemos por los dípticos obrantes en el museo arqueológico, la antigua ermita de Nuestra Señora del Castillo o de la Mota tiene su origen en una iglesia visigoda (Siglo V – VI d.C.) la cual aún queda en pie y nos muestra sus excelentes capiteles descubiertos en 1927 cuando se realizaron obras en la misma12. Una vez que los visigodos perdieron su hegemonía en la península, los árabes se hicieron con el dominio de todo el territorio hispánico, reaprovechándose estas instalaciones como mezquita que existía dentro del complejo de la alcazaba musulmana. De esta quedan vestigios como son los alfiz en los muros interiores de la iglesia y parte de los arcos laterales que abría todo su muro hacia el patio, costumbre de gran arraigo musulmán, como podemos comprobar en el patio de los naranjos de Córdoba, donde antes de entrar en el recinto religioso se lavaban los pies en la fuente llamada de las abluciones. Tras la reconquista de la localidad por las tropas militares de Fernando III El Santo, fue sacralizada para el culto cristiano, fruto de la costumbre imperante en la época13.
Capitel de Santa María de la Mota.
Años 20. Recorte de prensa.

Las columnas que sustentan el museo son de molinaza y descansan sobre pétreas basas de jaspe azul, posiblemente reutilizadas de época romana14. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII se acometieron diversas reformas en dicho emplazamiento como la construcción de capillas laterales y el Camarín de Nuestra Señora del Castillo, donde actualmente se encuentran las escaleras que acceden al almacén de este inmueble. A pesar de que en el día de hoy no quedan vestigios visibles, hemos de indicar que ante el altar principal recibieron sepultura muchos vecinos de Montoro, sobretodo en los siglos XV-XVI. 


Con motivo de la puesta en valor del edificio, se descubrió una pintura mural sita en el intradós del arco final de la nave del evangelio inmediata al presbiterio. Por el momento no se conoce cual es su advocación, aunque muchos autores piensan que se puede tratar de una de las mártires Santa Lucia o Santa Catalina15.
Del mismo modo la Pía-Unión de San Antonio de Padua se hizo cargo de las obras que se necesitaban en la iglesia de Santa María de la Mota. En el momento de su fundación, según el comprobante que presento el maestro albañil llamado Luis Espejo, se gastaron doscientos quince reales en la compostura del tejado, donde se emplearon ciento cincuenta tejas, seis fanegas de cal, y varios peones con sus caballerías. Del mismo modo también se hizo el arreglo de varios desperfectos que existían en las maderas de la iglesia, según recibo presentado por el artesano Pedro Cañas Cano. Éste realizó la cabeza de la campana de la iglesia (que aún se puede ver en el museo arqueológico) cuya madera la cedió don Patricio González. Pero no fue esta la única vez que se aderezó la campana de 1843 de Santa María de la Mota, pues en Agosto de 1900, Bernardo Romero tuvo que poner la cabeza del badajo de la campaña, ya que el mismo se había roto al tañir16.
De la misma forma, a fecha de 20 de enero de 1897 tenemos información del arreglo de las ventanas de la iglesia de Santa María de la Mota por parte del carpintero Antonio García, por un importe total de cuarenta y seis reales. Sabemos que en 1895 ya se iniciaron los reparos de los tejados de la bóveda de la ermita, pero un año después, la Pía Unión volvió de nuevo a hacerse cargo de la zona donde estaba colocada la imagen con un desembolso de seiscientos ochenta y una pesetas con veinte céntimos donde volvieron a colocar tejas, ladrillos y reparar la cubierta con tamiza y cañas para la bóveda, según los apuntes realizados por el maestro de obras Juan Antonio Madueño en septiembre de 1896.

Poco tiempo después, retomaron los trabajos interiores de carpintería, aunque lo más curioso de este año es la emisión de dos facturas sobre pintura, las cuales fueron emitidas por Francisco Roa Rus y por José de Mora. 
Interior de Santa María de la Mota en 1938. A la izquierda se encontraba el altar del Cristo
de los Desamparados, al fondo el de San Antonio de Padua. Fuente: A.G.A
La primera de ellas fue en septiembre de 1896, por un total de veintidós pesetas con ochenta y ocho céntimos donde la Junta de Gobierno de la Pía Unión adquirió: Cola francesa, pintura de almagra, pintura de chocolate, aceite de linaza durante meses ininterrumpidos. Por otro lado parece que la misma fue utilizada por el pintor José de Mora, posiblemente ancestro de los pintores montoreños de los años cuarenta, el cual expone en su recibo lo siguiente de forma literal: “…He recibido del Sr. D. Antonio León Cañasveras la cantidad de cien reales por la restauración del altar mayor, mesas del altar, y otras cosas de la iglesia de Santa maría, de está a la Pía Unión de San Antonio de Padua además he hecho la gracia de diez reales y para su resguardo doy el presente en Montoro a 20 de mayo de 1897…”

Pero la Pía Unión, además de haber adquirido posiblemente la talla de San Antonio, quiso colocarlo en un retablo que ellos mismos costearon en 1897, el cual estaba finalizado en las vísperas de la feria dedicada a Nuestra Señora del Rosario, pues el 1 de octubre del referido año, el carpintero y dorador montoreño Francisco López hizo cargo de la factura a dicha hermandad según consta en el siguiente documento: “…Cuenta de la compostura del nicho de San Antonio en la ermita de Santa María; Por el trabajo de hacer un tablero tallado, dos pavías de zócalo y dorarlo y por su colocación, madera y dos docenas de tornillos, recibo un total de 19 reales…”. No se tardó mucho en volver a hacer ciertas mejoras y repaso de los altares y de la iglesia en general de Santa María de la Mota, la cual fue pintada en su totalidad por el pintor ya citado anteriormente José de Mora. Éste repaso de barniz los altares, puerta principal y lugar donde estaba sita la Pía Unión de San Antonio de Padua17

En 1901 se le pagó a unos señores llamados los Romeros dos pesetas para poner la puerta llamada de la Lonja, es decir, la puerta exterior de madera que separaba el recinto amurallado o patio de la plaza propiamente dicha. Del mismo modo también compuso unas escaleras de madera y aderezo un desparecido cancel que tenía a su entrada dicha ermita Manuel Díaz Ruiz por dieciocho reales, además de hacer una llave para la puerta de la ermita, que antiguamente se hacían en las propias herrerías.

Interior de Santa María de la Mota. Finales de los sesenta. Fuente: Herederos Diego Muñoz-Cobo

Concluida la Guerra Civil la iglesia queda destruida y en desuso, siendo restaurada en la década de los años 80 por Félix Hernández Jiménez, continuando dicho cometido Eduardo Barceló Torres. En esta restauración se efectuaron obras de refuerzo de los alzados, además de la sustitución de la techumbre mudéjar por una nueva. 

7.- El auxilio Social de la Pía Unión de San Antonio: El Pan de Pobres.- 
El pan de pobres no solía dejar las cuentas, aunque en la que presento el tesorero don Francisco Lara-Barahona León en 1915, se hizo constar que se habían recaudado del cepo 121 pesetas con 46 céntimos, mas treinta y siete pesetas con treinta y cinco céntimos de los devotos por promesas. De este dinero, y coincidiendo con el día de dicho santo, el 13 de junio de 1915, se repartieron doscientos cincuenta panes a los pobres y necesitados de la localidad, suponiendo que aún quedaba en el arca de los pobres noventa y cuatro pesetas para invertir18.

Notas:
1Ortiz García, j.; “Vida y Obra de Fray Pedro de Yepes. Franciscano montoreño, el padre de los pobres”, Cruz de Guía, 2009, Montoro, Pp. 105-110.
2Beltrán de Valenzuela, J.; Epora Ilustrada o Historia de las Grandezas y Antigüedades de Montoro, villa principal de la Diócesis de Córdoba, Marchena, 1750, Pp. 169-ss.
3El tumulto de la Semana Santa de Montoro en 1903: La polémica construcción del Camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno”, Actas de las Jornadas de Cronistas Cordobeses; Edit. Diputación de Córdoba, 2007.
4AMMo. Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno en 1899.
5ortiz garcía, j.; “Las Imágenes del Cristo Yacente en la historia de la Semana Santa de Montoro”, Revista Cruz de Guía, Montoro, 2005, pp. 26-30. 
6 1904.09.21. APC. Cuentas de la Pía Unión de San Antonio de Padua, UI. 1, Carpeta 7, s/f.
7 1909.09.30. APC. Cuentas de la Pía Unión de San Antonio de Padua, UI. 1, Carpeta 9, s/f.
8 1914.09.10. APC. Cuentas de la Pía Unión de San Antonio de Padua, UI. 1, Carpeta 15, s/f.
9 1916.09.15. APC. Cuentas de la Pía Unión de San Antonio de Padua, UI. 1, Carpeta 17, s/f.
10 1921.09.30. APC. Cuentas de la Pía Unión de San Antonio de Padua, UI. 1, Carpeta 22, s/f.
11 1897.07.12. APC., Cuentas de la Pía Unión de San Antonio de Padua. S/f.
12 Aunque presentan tallas muy rudas, donde destacan temas florales, zoomorfos, antropomorfos, todos ellos denotan una especial importancia a nivel provincial, pues son de lo escasos testimonios de arte visigodo que se conservan en Córdoba. Entre ellos incidimos en el que se localiza en la cabecera de la ermita, lugar donde se emplazaba el antiguo Camarín de Ntra. Sra. del Castillo.
13 ortiz garcía, j.; “El Recinto Amurallado de Montoro en Época Medieval. Una Hipótesis de Reconstrucción”, Actas del III Congreso de Historia de Andalucía, Tomo I, Edit. Obra Social y Cultural de Cajasur, Córdoba, 2003, pp. 121-131.
14 AAVV. Catálogo Artístico y Monumental de Montoro, Córdoba, 2005, pp. 95-98.
15 ortiz garcía, j.; Cuadriptico del Museo Arqueológico Municipal de Montoro, Ayuntamiento de Montoro, 2011.
16 1900.08.22. APC. Cuentas de la Pía Unión de San Antonio de Padua, UI. 1, Carpeta 6, s/f.
17 1915.09.30. APC. Cuentas de la Pía Unión de San Antonio de Padua, UI. 1, Carpeta 16, s/f.

1 comentario :

  1. Maria García Navarro14 de junio de 2013, 13:35

    Muy interesante el artículo sobre San Antonio, una lástima que se perdiera esta imagen era muy bonita. Me ha encantado la fotografía de la tienda La Estrella. Seguid así porque vuestra página me gusta mucho, tiene muchas cosas sobre la historia de Montoro.

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