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jueves, 31 de enero de 2013

Procesión del Viernes Santo en Montoro de 1895: nuevas imágenes en el cortejo procesional

 Viernes Santo de 1934. Salida Virgen de las Angustias con el Cristo de Don Patricio González. Fuente: Fototeca Pasión por Montoro

Publicado originalmente en el Boletín de la Cofradía de Misericordia y Angustias.
José León Solís

No vamos a entrar, por razones de espacio y por estar suficientemente analizado, en el estudio del origen de la Cofradía de la Soledad ó Angustias, como indistintamente se le ha denominado. Su andadura se inicia en los años finales del siglo XVI, como cofradía de disciplinantes realizando la procesión de disciplina en la tarde noche del Viernes Santo, posiblemente encabezando el cortejo la Santa Cruz, incorporándose en el siglo XVII las imágenes del Cristo de la Misericordia, el grupo escultórico del Descendimiento o de los Santos Varones y la Virgen de las Angustias con Cristo en su regazo.
Detalle del antiguo Cristo y la Virgen de las Angustias de Montoro. Inicios del S. XX
Fuente: Archivo José Meroño Pérez. Fototeca Pasión por Montoro.

No conocemos, por ahora, la data ni el autor de la imagen de la Virgen de las Angustias destruida en 1936, de la que se conserva el manto de terciopelo azul bordado en oro elaborado entre 1840 – 1850, desconociéndose su autor, así como el pecherín y la saya, que luce la actual imagen de la Virgen de las Angustias obra del escultor valenciano Pio Mollar Franch, como tampoco conocemos la data ni el autor del Cristo Yacente en su regazo. Con la Imagen de este Cristo Yacente articulado se representaba antes de la salida procesional el Sermón del Descendimiento o Sermón de las Siete Palabras, siendo depositado en las haldas de la Virgen después del acto del descendimiento, lo que nos hace pensar que en el cortejo del Viernes Santo no se procesionaba ninguna Imagen de Cristo Yacente. Será a finales del siglo XIX cuando se introduce en el cortejo procesional la Imagen un nuevo Cristo Yacente para ser procesionado en parihuelas en urna sepulcral.
Santo Entierro de Montoro en 1933. Fuente: Fototeca Pasión por Montoro

En la labor de investigación unas de las fuentes de información lo constituyen las actas de las cofradías, los documentos notariales, la transmisión oral y a partir del siglo XVIII la prensa. Ha sido y lo es para mí, una constante curiosidad conocer la data y autoría de la imaginería de Montoro. En este proceso de investigación, he podido, con la ayuda de la prensa escrita del siglo XIX conocer y salir del ignoto, al menos no lo conocía, del autor, donantes y fecha de incorporación de la Imagen del Cristo Yacente que hasta 1936 se procesionó en la Urna Sepulcral. 

La Urna sepulcral, como por todos es bien conocido, fue adquirida en 1894, siendo sus donantes los hermanos Dª Concepción y D. Mariano López Fernández, posteriormente pasó a propiedad de D. Antonio López casado con Dª Carmen Cañas Alcalá. Tras el fallecimiento de D. Antonio López pasó a sus hijos Dª Concepción, Dª Carmen y D. Mariano López Cañas que la conservaron en la casa de su madre Dª Carmen Cañas Alcalá en la casa de la calle Álvaro Pérez, lugar en el que se encontraba en 1936.
Acto celebrado con motivo del Centenario de la Urna Sepulcral. Año 1994.
Fuente: Archivo Antonio Criado Arroyo. Fototeca Pasión por Montoro

Posteriormente se hicieron cargo de la urna los hermanos López Madueño y Ager López que la donaron a la Cofradía del Santo Entierro siendo su presidente D. Rafael Rivas Serrano. En el año 1994 se celebro el I centenario de la Urna Sepulcral. En ésta Urna se procesionó a partir del año 1940 el Cristo Yacente de D. Patricio González Madueño, actualmente propiedad de la familia González Serrano. Este Cristo fue procesionado en las haldas de la Virgen de las Angustias a partir de los años veinte hasta 1935 de la pasada centuria, en el año 1936 no tuvo lugar la procesión del Viernes Santo. Por fotografía publicada en el Diario ABC de 1934 se puede contemplar al Cristo de Don Patricio en el regazo de la Virgen de las Angustias, con la posición del brazo izquierdo extendido y las rodillas inclinadas, posteriormente modificada en los años cuarenta de la pasada centuria por Don José González para poder ser procesionada en la urna sepulcral.

Santo Entierro de Montoro. Años 50.
Fuente: Archivo José Meroño Pérez. Fototeca Pasión por Montoro

La urna sepulcral fue estrenada en la Semana Santa del año 1895, como consta en información del Diario de Córdoba del martes 12 de marzo de 1895: 



Santo Entierro.- Este año se estrenará en Montoro un lujoso sepulcro de plata Meneses construido en Valencia y costeado por la simpática y caritativa señorita doña Concepción López Fernández y su hermano don Mariano. Llegado a este punto, vamos a desvelar un importante descubrimiento: El autor y donantes de la nueva Imagen del Cristo Yacente destruido en 1936. Con la intercesión de Don Vicente Giménez Secretario del Ayuntamiento, los hermanos Doña Concepción y Don Mariano López Fernández donan la Urna, elaborada en la casa Gallego Candelas y Compañía de Valencia en plata Meneses, que también elaboró los cuatro candelabros de metal blanco plateados de las andas de Nuestro Padre Jesús Nazareno destruido en el año 1936.
Cristo Yacente de Montoro en el domicilio de la Calle Alvaro Pérez junto a la Urna Sepulcral de plata de meneses.
Fuente: Archivo José León Solís. Fototeca Pasión por Montoro

En cuanto a la nueva Imagen de Cristo Yacente ésta también fue donada en el año 1894 por los hermanos Doña Concepción y Don Mariano López Fernández, siendo tallada en Barcelona por Joseph Reixach, en el que brevemente nos vamos a detener. En el año 1874 Joseph Reixach, escultor estatuario, fundó en Barcelona, una casa taller especializada en la escultura religiosa bajo la denominación de La Artística. Don Joseph Reixach, murió en el mes de febrero del año 1896, Doña Rosario, su viuda prosiguió su actividad. En 1912 amplió y modernizó los talleres, en los que siguió al frente hasta 1923, en el que lo vendió a Don Josep Campanyà Ros, adquiriendo este último los derechos de reproducir los modelos ya existentes. Desde 1923, la empresa ha continuado en manos de la familia Campanyà.
Rogativa a la Virgen de las Angustias en el año 1905. En primer plano aparece el sacerdote Don José de Julián.
Fuente: Archivo Francisco Javier Castellano. Fototeca Pasión por Montoro

Don José de Julián y Barrigón fue Arcipreste y Párroco de la Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen de Montoro, fallecido en Montoro el 22 de enero de 1927, cuya personalidad se hizo, entre otras cosas, famosa con ocasión de los avatares surgidos con la construcción del camarín para la Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, con el legado de 10.000 pesetas de D. Juan Parra Hernández, 500 pesetas del Ayuntamiento de Montoro, 300 pesetas de la Cofradía de Padre Jesús y donativos de otras personas como Don Antonio de la Bastida Fernández y Don José Francés, teniendo lugar el 17 de abril de 1905 la bendición del Camarín por el presbítero D. Francisco Gómez Notario y el traslado desde la parroquia de San Bartolomé en solemne procesión la imagen de Padre Jesús, donde se encontraba hasta la conclusión de las obras.
Junta de Gobierno junto la urna sepulcral, la imagen de Cristo aparece
con el tradicional velo. Fuente: Archivo José Mereño Pérez.

En la procesión del Viernes Santo del año 1895 tuvo lugar dos novedades en el cortejo procesional, novedad que fue auspiciada por Don José de Julián y Barrigón, que pasamos a exponer. La primera fue el estreno procesional de la urna de plata Meneses, en la que actualmente se procesiona el Cristo Yacente obra del escultor Enrique Ruiz Flores (2003) y la nueva Imagen del Cristo Yacente del José Raixach, posteriormente destruida en 1936. Y la segunda novedad fue la introducción en el Cortejo procesional de la Imagen de Nuestra Señora de la Soledad del año 1748 venerada en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, que lució la saya en terciopelo negro con bordados en oro donada por Don Ildefonso Serrano y Rosal.
El cortejo procesional se restructuró y tuvo lugar en el siguiente orden: Señor de la Misericordia, Los Santos Varones o Descendimiento de la Cruz, la Virgen de las Angustias con Cristo en su regazo, Santo Sepulcro con la nueva urna sepulcral y nuevo Cristo Yacente y Virgen de la Soledad. 
Detalle fachada de la Iglesia de Santiago de
Montoroque hace referencias a los Santos
Varones. Fuente: Pedro J. Delgado.

La información que hemos expuesto nos la facilita Don Manuel del Rosal, que ejerció de Maestro de Primera Enseñanza de Montoro durante treinta y tres años, en el Diario de Córdoba del miércoles 17 de abril de 1895, y nada mejor que exponer su crónica:

El Santo Entierro ha tenido este año una modificación con haber adicionado la asistencia de la preciosa Virgen de la Soledad, de indiscutible mérito artístico, y con las lujosas vestiduras que costeó el virtuoso señor de grato recuerdo don Ildefonso Serrano y Rosal. 

Por iniciativa del muy digno señor Arcipreste se modificó el orden de colocación de los pasos, ocupando el centro de la procesión la Virgen de las Angustias al pie de la Cruz, y a continuación iba el lujoso Sepulcro nuevo, de plata Meneses, construido por intervención del muy ilustrado Secretario del Ayuntamiento don Vicente Giménez, el que ha desplegado un celo admirable con la casa de Meneses, para llevar a efecto este hermoso sarcófago e igualmente con el acreditado escultor don José Reixach, de Barcelona, resultando un Cristo de gran mérito y que demuestra superior inteligencia en el artista que ha llevado a efecto un trabajo perfecto.
El Sepulcro y el Señor antes mencionados, han sido costeados a expensas de la bondadosa señorita doña Concepción López Fernández y su señor hermano don Mariano. Haciéndonos intérpretes de este pueblo consignaremos en estas columnas un voto de gracias para dichos señores por haber dotado a esta procesión de un paso tan valioso.

Antigua Virgen de la Soledad de Montoro.
 Fuente: Archivo José Meroño Pérez. Fototeca Pasión por Montoro

Concluida la procesión en la auxiliar de San Sebastián, y retirada la fuerza romana, banda municipal y coros de la procesión, un lúgubre cuadro se presentó ante nosotros; la hermosa imagen de la Virgen de la Soledad, acompañada por muchas señoras que iban con luces, fue trasladada a la parroquia del Carmen, con el mayor silencio y recogimiento; la gran concurrencia que esperaba en la plaza Alfonso XII, donde está situada la iglesia, quedó en un silencio sepulcral, ya no sonaban las cornetas y tambores, la luna apenas nos mandaba su pálida luz por entre los celajes de sutiles nubecillas que fluctuaban por el espacio; al ruido natural de la multitud había sucedido un silencio parecido al de las tumbas, cuando al volver la Virgen, para entrar en su santa casa, se oyó la atiplada vos de un hijo del pueblo, el que con gran sentimiento cantó la siguiente saeta:

Adiós dulce Madre mía, 
Adiós, granito de oro, 
Mándale tu bendición 
A este pueblo de Montoro.

La multitud penetró en el templo y a los pocos instantes el digno señor Arcipreste predicó el sermón de la Soledad. 

Desde aquel histórico año hasta nuestros días, la procesión del Viernes Santo ha permanecido invariable, a excepción, del Paso del Descendimiento o de los Santos Varones destruido en el año 1936.

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