LO MEJOR DE LA SEMANA

lunes, 5 de agosto de 2013

Historia de una fotografía de la antigua Virgen de las Angustias de Montoro

Rogativa a la Virgen de las Angustias en el año 1905. En primer plano el sacerdote Don José de Julián.
Fuente: Archivo Francisco Javier Castellano. Fototeca Pasión por Montoro
Francisco Aguilar Pérez
Texto originariamente escrito para el “Boletín de la Cofradía del Cristo de la Misericordia y la Virgen de las Angustias del año 2013”.

La primera vez que vi esta fotografía me la enseñó nuestro cronista oficial de Montoro en su despacho del Ayuntamiento hace unos meses. Desde el primer momento me sentí muy sobrecogido al contemplarla, sin saber explicarme el porqué, incluso hice un breve comentario en el blog de historia al respecto cuando Pepe la colgó, el caso es que me impactó. 
Pepe en aquella conversación me llamaba la atención sobre el cura que aparecía en la toma, siendo la única imagen que tenemos de este personaje tan controvertido de la historia de Montoro; el “Cura don José de Julián y Barrigón”. También me llamaba la atención para que me fijase en el tipismo de los personajes que aparecían. A mí me llamaba la atención todo eso sin duda, pero además la imagen de la antigua Virgen de las Angustias me ha atraído muchísimo como siempre que he tenido la oportunidad de contemplarla en fotografías antiguas, tanto por su belleza expresiva como por su atuendo profundamente tradicional; su manto negro bordado artísticamente en plata, su rostrillo, pero sobre todo como digo; por la expresión de su cara inclinada al mirar al hijo muerto, de una belleza y tristeza sobrecogedora, muy parecida a la actual Virgen de las Angustias, pero sin llegar a ese nivel de maestría y perfección de la antigua.
Primer plano de la antigua Virgen de las Angustias de Montoro.
Fuente:  Hnos. Aguilar Pérez. Fototeca Pasión por Montoro
Yo ya había visto el rostro de la Virgen más de cerca en otra buenísima fotografía que editó en 1999 la Cofradía del Cristo de las Penas en el “Álbum Fotográfico de la Antigua Semana Santa de Montoro” colgada recientemente en la “Fototeca de Pasión por Montoro” , y que casualmente prestó el original mí familia para que fuera reproducida. Esa precisa fotografía es la tuvo mí abuela Ana Moreno Luque durante más de cincuenta años guardada celosamente, denotando el cariño que le había profesado y le profesaba a esa imagen y de la que le resultaba muy difícil olvidarse, aún transcurridos muchos años de su destrucción salvaje en julio del 36. Concretando un poco al haber sido arrastrada por las principales calles montoreñas, en los primeros días de la Guerra, sucesos que mi abuela Ana vio con sus propios ojos y con todo el dolor de su corazón, incluso ella misma pudo guardar y recoger un resto de una de las manos de su querida imagen, que alguien le dio para no comprometerse, y que mi abuela devolvió en una pequeña urna a la Ermita de San Sebastián pasada la Guerra Civil, donde todavía se conserva delante de la nueva Virgen traída en los años 40. Dicha mano está repleta de anillos correspondientes a promesas realizadas por vecinos del barrio, uno de ellos debido a una promesa que ella misma realizó en esa época convulsa y que la Virgen le concedió milagrosamente, pero eso es un pequeño secreto familiar…
Bueno, cuando hace unos días pude copiar esta fotografía en mí ordenador y verla más detenidamente, me fijé en la niña de pelo largo ondulado cubierto con un pequeño pañuelo y con vestido de lunares blancos que está justamente delante de un hombre con bigote que la coge amorosamente, y que lleva sobre su hombro derecho las andas de la Virgen.
Mano de la antigua Virgen de las Angustias de Montoro ubicada
en la Iglesia de San Sebastián. Fuente: Pedro J. Delgado
 Me llamaba poderosamente la atención esa niña sin saber porqué, y además  no podía dejar de mirarla, sabía que la había visto antes y no me podía explicar  en donde, pues la toma fotográfica tiene más de 100 años, era  muy extraño que yo pudiese conocer a alguien entre esos personajes.  Aún así, se  me ocurrió una idea, una intuición, que acabó siendo cierta,  comparé a esa niña con una foto de 1935 de mi madre, sorprendentemente pude comprobar cómo se parecían  ambas niñas,  no siendo   definitiva la comparación. Se pasaron algunos días y recordé que una vez viendo una foto antigua con mi madre hace años, me comentó que la única foto que tenía de su abuelo, mi bisabuelo, que se  llamaba Pedro Moreno, era la que teníamos precisamente ese día en las manos. Ayer fui a mi casa  para volver a ver esa foto, mi sorpresa fue mayúscula, ese hombre  era el mismo y además no solo eso, sino que estaba recortado de la misma foto de la Virgen que me enseñó mi amigo Pepe Ortiz, incluso el recorte en forma de tarjeta postal con fondo blanco intentaba disimular torpemente el varal en el hombro. 
Por tanto estaba viendo a mí bisabuelo y a mí abuela muy niña, que además era hija única, junto a  su  querida Virgen de las Angustias,  acompañada de  su  padre que casi no conoció, pues lo perdió siendo ella  joven, a causa de una epidemia de fiebre que se dio en Montoro a comienzos del siglo XX, según me comentó mi madre. Estaba contemplando la historia viva del porque del amor incondicional que mi abuela Ana y mi propia madre  profesaban y sentían por su queridísima Virgen de las Angustias, y porqué en mi casa existe un baúl en el cual durante muchos años se conservaba una parte de la ropa de la Virgen: una  camisa de lino antiquísima primorosamente bordada como de bolillo para ser más exactos. Camisa que mi madre y mi tía Pepa planchaban primorosamente todas las semanas santas de mi niñez y llevaban a la Ermita de San Sebastián, para que la llevase  la nueva Virgen en la novena y no sé si en la procesión del Viernes Santo.
Detalle de la fotografía de la rogativa a la Virgen de
las Angustias a inicios del S.XX
Esa niña que   contemplamos ahora   en la fotografía y que  yo conocí en los años setenta ya muy mayor, era la que siendo ya una mujer  con tres hijos,  vio destrozar calle  El Santo abajo, treinta años después de la toma de esta fotografía  a su querida Virgen de las Angustias, imagen que un lejano día  había  portado su padre con tanto orgullo y devoción junto a ella, en su única foto conocida,   que ella con el paso de los años hizo recortar en una tarjeta para tener un recuerdo permanente de su progenitor.  Esa era la mujer,  gracias a  la cual aún se conserva la mano de la antigua talla de la Virgen,  la mujer que tuvo en su mesilla de noche durante toda su vida   el rostro bellísimo de la desaparecida imagen en otra fotografía.  Imagen  que a mí tanto me llamaba la atención cuando pequeño; sin poder explicarme qué hacía esa mujer tan guapa y extraña ahí al lado de  su cama, sin suponer entonces que mi abuela pertenecía la generación de montoreños,  que por su edad vivieron más de cerca todos los graves sucesos de la Guerra Civil en Montoro. Gentes que supieron afrontar la adversidad y lidiar   con una época dificilísima , reinventando sobre la base de las tradiciones   devocionales montoreñas la semana santa tal como la conocemos en la actualidad, labor que los actuales montoreños no llegamos a calibrar en su justa medida.
Hoy miro con otros ojos esta fotografía que Pepe me enseñó y que ahora podemos ver todos, pues en ella hay prendido un trozo de la humilde historia si así se puede llamar de mi familia. Quiero compartir con todos vosotros está historia y a la vez dar las gracias a quien ha cedido o localizado esta fotografía, mi amigo Francisco Javier Castellano Calleja por ponerla a disposición de todos los montoreños para su contemplación.
Esta es una historia triste y callada de más de un siglo, pero tierna y de profunda devoción y agradecimiento hacia la Reina de los barrios de la Enfermería, Cava, Silera y de la calle El Santo, que ya sea bajo la apariencia de la destruida imagen como de la nueva, sigue estando en el corazón de todos los montoreños.  

No hay comentarios :

Publicar un comentario

En el Blog Pasión por Montoro solo se aceptan comentarios en los que aparezca el nombre y apellidos. Cualquier comentario que se envie como anónimo no se publicará en ningún momento. Comentar con el nombre es muy fácil, pulsa sobre NOMBRE e indica tus datos personales. Así de fácil podremos tener una conversación fluida, con respeto y en beneficio de Montoro