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martes, 29 de octubre de 2013

El ángel orante de Montoro: el inicio de la forja de un escultor

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Cementerio de San Francisco de Montoro a inicios de los años sesenta. Se puede observar la imagen del ángel
orante en su hornacina. Fuente: Archivo herederos Familia Diego Muñoz-Cobo

José Ortiz García

Cronista Oficial de Montoro
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1.- DESCRIPCIÓN HISTÓRICA.-

La pieza del ángel orante pertenece a la escultura funeraria del Cementerio Municipal de “San Francisco” de Montoro. Es sin duda una ardua labor de investigación y recopilación de la documentación existente sobre dicha temática, para conocer la evolución histórica de cómo se forjó la realización de la obra “ÁNGEL ORANTE” de Mateo Inurria Lainosa para la Capilla del Camposanto montoreño, además que aprovechamos la ocasión para conocer autoría, hasta entonces desconocida, de gran parte de las obras de escultura y arquitectura funeraria conservadas en la localidad. 
Desde que Carlos III en la Real Cédula de 1787, por la que disponía se construyesen cementerios públicos fuera del ámbito parroquiano, es decir, a larga distancia de la localidad donde los olores nocivos procedentes de la putrefacción de los cadáveres no pudiera mermar la salud pública, hasta entonces bastante dañada, por la práctica de dar sepultura a los muertos en el interior de la parroquia. En Montoro no se movió ningún solo dedo para hacer caso a dicha prerrogativa.

La primera reacción en la localidad de Montoro contra el enterramiento funerario en el interior de los centros dedicados a la oración tuvo que esperar al reinado de Carlo IV. Fue el 5 de noviembre de 1803 cuando una serie de facultativos avisaron sobre la necesidad imperiosa de dotar de protección a la villa montoreña como consecuencia del contagio de peste negra que estaba registrándose en la Ciudad de Cádiz y las inmediaciones de Málaga, decretándose el cierre de las puertas de la localidad sin que nadie pudiera entrar sin excepción de su estado o riqueza, como sucedió con D. Alfonso Criado y Santiago, al cual su tío acuso de imbecilidad y buena fe, ya que vulneró la vigilancia de los guardias, y fue expulsado en cuarentena a un Lazareto situado en la Virgen de Gracia.
Plano de Montoro realizado por Don Juan Antonio del Peral y Buenrrostro en 1972.
Del mismo modo, será durante el otoño de 1803, cuando los médicos montoreños D. Benito Morales, D. Bartolomé Relaño Santofimia y D. Rafael Piedrola y Campos hicieran público un informe médico-pericial sobre la necesidad de no enterrar más cadáveres en el interior de la iglesia parroquial de San Bartolomé creando ex profeso un cementerio público para ello en extramuros. Como los tiempos no son los de ahora, los regidores decidieron en cabildo que se enterrasen en tiempo de epidemia en el huerto de San Sebastián, para que mientras se limpiase la iglesia parroquial con vinagre que quitasen los efluvios y resumos de los cuerpos fallecidos. Así que vemos que aún tardaría un tiempo en crearse el llamado Panteón de la Cava.
En 1820 se creo un nuevo panteón junto a los restos del Castillo de la Cava, donde se enterraron los vecinos hasta la creación de un nuevo cementerio en 1884. Este Cementerio se planificó desde el año 1868, siendo interrumpidas sus gestiones con motivo de la Gloriosa que tuvo lugar en septiembre de dicho año.

No obstante en el proyecto de 31 de julio de 1868, redactado por el arquitecto de distrito D. Mariano López Sánchez, se contempla la Capilla del Cementerio con un Ángel Orante como se podrá ver en la fotografía nº 1 del anexo. Este arquitecto fue uno de los famosos que comentaron y laminaron la llamada Casa de los Collados en Almoguer, proyecto de la avenida de coches que circundaba el conjunto por el exterior hacia la donde se encuentra la ermita y Cementerio del llamado Cristo de la Vega y un pretil en el lado norte hacia el hospital Tavera en Toledo en 1868, además de otras innumerables muestras para reseñar.
El 23 de mayo de 1882, se firma por el alcalde y regidor del Ayuntamiento de Montoro, D. Baltasar Gómez García y D. Ramón Benítez Gómez, ante el notario D. Juan Antonio de Lara y Cano, el acta de subasta para la realización del nuevo cementerio de Montoro, según los planos del Sr. López Sánchez.
En el plano sexto de dicho proyecto, nuestra escultura se ofrece mirando hacia abajo, con las manos unidas, a diferencia de la anterior, aunque no pierde su símbolo funerario de presidir la entrada a dicho Cementerio.
Dibujo del ángel orante de Montoro.
Fuente: Archivo Municipal de Montoro
ras varios años de paralización, en octubre de 1874 se vuelven a retomar las obras por el arquitecto provincial D. Rafael de Luque y Lubian, el cual también realizó importantes direcciones de obras en Córdoba como fueron la Reforma de los Jardines de la Agricultura en 1864, la Cúpula del santuario de Nuestra Señora de Linares en 1868, una de las mejores reformas de la Mezquita-Catedral y la Construcción de los Ayuntamientos de Belmez y Belalcázar.
Aunque a inicios de 1882 no se sabía cuanto era el coste de la campana, de los florones que coronarían las cornisas de la ermita y del Ángel Orante, pronto se supo que el mismo tuvo un coste de cien pesetas. En cambio los florones costaron cada uno doce pesetas y media y la campana de bronce treinta y siete pesetas con cincuenta céntimos. Pocos meses después, y coincidiendo con la primavera del año de 1883, se dispuso la bendición definitiva de todo el espacio, dejando algunos detalles para ultimar para el año 1884, momento en el que se decepcionaron la totalidad de las obras por concluir , las cuales se centraron especialmente en la terminación de sepulturas y parte de la delantera y verjas de acceso al patio.

De esta forma el 24 de septiembre de 1884, se tomó recepción de las obras por parte del alcalde y regidores, que seguían con gran atención las explicaciones ofrecidas por el arquitecto inspector D. Amadeo Rodríguez, habiendo sido la dirección de la obra por el facultativo D. Felipe Sainz de Baranda.
Ángel orante de Montoro, conservado
en el Museo Arqueológico Municipal.
2.- DESCRIPCIÓN ARTÍSTICA.-

El Ángel Orante de Mateo Inurria sigue todos los patrones de la típica escultura funeraria del siglo XIX. El Ángel está realizado en piedra de Caliza eolítica, aunque las alas son de barro cocido. Presenta una actitud orante y mirada perdida implorante al cielo, cuyas manos se parecen en su enlace a la talla barroca Virgen del Socorro de Antequera (Málaga).

Se sabe que es la primera obra conocida de este autor, la cual, parece que el próximo año 2012 cumple el centenario de su ubicación definitiva en la planimetría para formar parte de la Campilla del Cementerio de “San Francisco” de Montoro ante la delantera de unos jardines de corte inglés, los cuales fueron bendecidos en 1883. Al saber que el Cementerio se bendijo según expediente conservado en el Archivo Municipal de Montoro en la tarde del 19 de Agosto de 1883, dicha escultura se tuvo que realizar anterior a este solemne acto de apertura.
No es de extrañar que este autor, con apenas catorce años, tallase esta obra algo inseguro, pero con la firmeza propia de su autoria. Cuenta la leyenda que dándole los últimos retoques a este ángel, el cincel dio de mala forma sobre la nariz del mismo haciéndole un desconchado. La fortuna quiso que ese día además fueran a ver dicha escultura parte de la corporación de Montoro, por lo que al llegar a su pequeño taller el muchacho comenzó a llorar desconsoladamente. Al ver dicha escena el alcalde de Montoro, D. Antonio Enríquez Gómez, le dijo: “No te preocupes, que los ángeles chatos también van al cielo”.
Hemos de comentar que la rotura que sufre en su parte derecha se debe a dos factores. Por un lado contamos con la versión de que en la guerra dicho ángel fue disparado con fusiles, aunque por otro aldo tambien sabemos que esta imagen sufrió un golpe al trasladarse al museo por miedo a que la pudiesen robar, bajandola de la ornacina donde se hallaba.
Este estilismo parece que gusto a parte de los primeros mecenas del Cementerio, encargándose según apuntan todos los indicios tiempo más tarde el mismo alcalde, una escultura de mármol del propio joven artista, y que apareció en el año 2006 tapiada en una escalera de la que fue casa de su propiedad. La obra se encuentra depositada en el Museo Arqueológico de Montoro esperando ser restaurada.

3.- BIOGRAFÍA DEL AUTOR DE LA OBRA.-
Mateo Inurria Lainosa nace en Córdoba en 1867 y allí comienza sus estudios en Escuela de Bellas Artes. En 1884, la Diputación Provincial de Córdoba le concede una beca para continuar sus estudios en la Academia de San Fernando de Madrid. Será entre este periodo cuando realice por encargo del arquitecto de las obras del Cementerio Municipal de “San Francisco” de Montoro, D. Rafael Luque.
En 1890 presenta en la Exposición Nacional de Bellas Artes su obra Un náufrago. Es un desnudo de hombre a tamaño natural agarrado a un madero, dotado de gran realismo, motivo por el que lo acusaron de ser un simple vaciado del natural.Su vida y su actividad transcurrirán entre Madrid y Córdoba. Entre 1891 y 1901 vive en la ciudad andaluza. Fue decisivo para su estilo el viaje que realizó por toda Francia e Italia en 1896 donde entró en contacto con la estatuaria clásica, medieval, renacentista, egipcia, bizantina y de los siglos XVIII y XIX.
Cementerio de Montoro a finales de los años treinta, apreciandose la efigie del ángel
orante en la fachada de la capilla del cementerio. Fuente: A.G.A
Su escultura superará las restricciones del academicismo. Tiende hacia un naturalismo sobrio, sencillo y desprovisto de detalles anecdóticos, en el que ya se advierte la tendencia a idealizar sus modelos que impregnará su obra de madurez Con su obra La edad de bronce, Inurria demostró su gran talento para modelar. De gran realismo es la escultura de Lucio Anneo Séneca, con la que obtiene la segunda medalla en la Exposición Nacional de 1895. A la de 1899 presenta otra obra fuertemente realista, con contenido social, La mina de carbón. Es un altorrelieve de grandes dimensiones.
En 1911 Inurria es nombrado profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. A partir de ese momento se establece en la capital, que le permite un mayor contacto con el mundo cultural y artístico. Comienza una nueva etapa, centrado cada vez más en su tema preferido, el desnudo femenino. En él funde un naturalismo idealizado y sobrio, la sensualidad y el erotismo.
Algunos ejemplos son Ídolo eterno, Deseo, La parra y Forma. A lo largo e su carrera cultivó el desnudo femenino, la escultura religiosa, el busto retrato y además realizó diferentes monumentos. Entre su obra religiosa sobresalen el Cristo del Perdón y San Miguel para el cementerio de La Almudena de Madrid o el Cristo flagelado para Guernika.
Las obras cumbre dentro del grupo monumental son el Monumento dedicado al Gran Capitán, que aparece sobre un caballo andaluz y el de Eduardo Rosales, cuyo rostro es tratado con gran naturalidad. En ambos se ha eliminado la artificiosidad de las estatuas conmemorativas de años anteriores. Mateo Inurria falleció repentinamente en Madrid en 1924.

4.- EMPLAZAMIENTO ACTUAL DE LA OBRA.-
La escultura del Ángel Orante de Mateo Inurria Lainosa se encuentra depositada en la actual sede del Museo Arqueológico de Montoro, el cual se emplaza en la antigua ermita de Nuestra Señora del Castillo o de la Mota.
Muchos autores piensan que este ancestral edificio se reaprovechó a su vez de las desmanteladas dependencias de la primitiva mezquita que existía dentro del complejo de la alcazaba musulmana, que tras la reconquista de la localidad por las tropas militares de Fernando III El Santo, fue sacralizada para el culto cristiano, fruto de la costumbre imperante en la época. De esta forma, desde el día 24 de agosto de 1241, esta iglesia albergó todas las celebraciones religiosas hasta que las altas jerarquías eclesiásticas cordobesas autorizaron la construcción de la parroquia de San Bartolomé a fines del siglo XV.
Plaza de Santa Maria de la Mota y Museo Arqueológico Municipal, donde se conserva el Ángel orante.
Algunas de las piezas más curiosas sitas en este edificio son los capiteles que sustentan las arcadas. Aunque presentan tallas muy rudas, donde destacan temas florales, zoomorfos, antropomorfos, todos ellos denotan una especial importancia a nivel provincial, pues son de los escasos testimonios de arte románico que se conservan en Córdoba. Entre ellos incidimos en el que se localiza en la cabecera de la ermita, lugar donde se emplazaba el antiguo Camarín de Ntra. Sra. del Castillo. Este capitel presenta dos animales que se abrazan por sus cuellos, lo que el Catálogo Artístico y monumental de la Ciudad de Montoro describe como: “motivo de honda raigambre musulmana, adoptado por el arte cristiano en el que floreció en representaciones muy logradas, como las del Claustro románico de Santo Domingo de Silos”.
Las columnas que sustentan el museo son de molinaza y descansan sobre pétreas basas de jaspe azul, posiblemente reutilizadas de época romana. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII se acometieron diversas reformas en dicho emplazamiento como la construcción de capillas laterales y el Camarín de Nuestra Señora del Castillo, donde actualmente se encuentran las escaleras que acceden al almacén de este inmueble. A pesar de que en el día de hoy no quedan vestigios visibles, hemos de indicar que ante el altar principal recibieron sepultura muchos vecinos de Montoro, sobretodo en los siglos XV-XVI.
Con motivo de la puesta en valor del edificio, se descubrió una pintura mural sita en el intradós del arco final de la nave del evangelio inmediata al presbiterio. Por el momento no se conoce cual es su advocación, aunque muchos autores piensan que se puede tratar de Santa Lucia. El exorno de los templos era muy frecuente en las mandas testamentarias. El de Santa María de la Mota no fue una excepción pues conocemos entre otros muchos casos la donación de un cuadro de lienzo de Nuestra Señora del Cabezo de Andujar en 1733 por María Bartola Delgado. Este legado se produjo posiblemente con motivo de que en dicho lugar se emplazaba la cofradía de la Virgen de la Cabeza desde el siglo XV-XVI.
Las últimas intervenciones de mantenimiento que se llevaron a cabo en Santa María de la Mota en el periodo comprendido entre 1900-1930, se realizaron por iniciativa de la desparecida cofradía de San Antonio de Padua.
Concluida la Guerra Civil la iglesia queda destruida y en desuso, siendo restaurada en la década de los años 80 por Félix Hernández Jiménez, continuando dicho cometido Eduardo Barceló Torres. En esta restauración se efectuaron obras de refuerzo de los alzados, además de la sustitución de la techumbre mudéjar por una nueva.
Ángel orante de Montoro. Fuente: José Ortíz Garcia
5.- INTERÉS CULTURAL DE LA PIEZA.-
En primer lugar como director del museo quiero destacar que se trata de la primera obra catalogada de Mateo Inurria Lainosa, y la cual sirvió de inspiración a este escultor para la realización de muchas más obras escultóricas en la forma de atender la plasticidad de la mirada de la imagen. Dicha semejanza la podemos ver en la Niña Orante encontrada en una casa durante unas obras en Montoro y atribuida a este escultor cordobés, o en las edades de la mujer donde podemos hallar algún que otro parecido en los contornos faciales de las tallas. Del mismo modo y siguiendo la tipología funeraria de la obra, podemos decir que hacia 1884, y con ayuda de los conocimientos adquiridos en el taller de su padre en su época de estudiante, también realizó trabajos para el Mausoleo del torero “Lagartijo” ubicado en el Cementerio de la Salud de Córdoba. En la cúspide de una columna de mármol hallamos un Ángel de la Fama caracterizado por su inexpresión, como el que se conserva en Montoro.
De hecho esta escultura fue una de las que formaron parte en la exposición que tuvo lugar en Córdoba en 2007 titulada “Mateo Inurria y la escultura de su tiempo”. La escultura fue trasladada a la capital cordobesa por expreso deseo de la organización el evento, siendo la segunda vez que se mueve de su emplazamiento, ya que la primera ocasión fue de sustituirla de la hornacina del cementerio montoreño por la posibilidad de daños como consecuencia de actos vandálicos, y en una segunda ocasión del traslado del museo arqueológico montoreño a la capital cordobesa.
La declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) de dicha pieza, viene a reconocer la figura de este escultor como figura del arte cordobés de fines del siglo XIX y principios del XX por antonomasia, suponiendo un punto de partida para que el mismo sea aún más reconocido tanto en Córdoba como en toda Andalucía.

Se trata de la primera figura de un conjunto de esculturas realizadas en su mayoría por encargo en las que Inurria puso de manifiesto los rasgos que caracterizaron su estilo, plagado de realismo, que contrasta en algunos casos con la suavidad de las formas.
El rostro del Ángel está resuelto con precisos trazos que consiguen una expresión serena y de profundo ensimismamiento. Este tipo de rasgos se suelen encontrar entre su etapa de estudiante y los primeros trabajos, en lo que la historiografía de Inurria ha denominado como: Etapa Realista, que se calenda desde 1882 aproximadamente a 1902. En ellas además de algunos bustos, retratos y alegorías para índole sepulcral o funeraria, también produjo obras de repercusión pública como Un náufrago de Lucio Anneo Séneca (1890), Retrato (1895) y La mina de carbón (1899).

jueves, 24 de octubre de 2013

El Ayuntamiento de Montoro durante la IIª República

2 comentarios :
El Ayuntamiento de Montoro a finales de los años veinte, inicios de los años treinta.
Fuente: Archivo José Meroño Pérez. Fototeca Pasión por Montoro
Mª Rosario Lara Vega

Las elecciones municipales celebradas el 12 de Abril de 1931 trajeron consigo el advenimiento de la Segunda República. Aunque los resultados concretos no llegarán a ser conocidos, los recuentos mostraron el triunfo de los concejales monárquicos sobre los republicanos, siendo precisamente éstos últimos los que se consideraron vencedores de aquel plebiscito. La explicación de este hecho radica en el triunfo mayoritario de los republicanos en las capitales de provincia, pues, salvo en ellas, el resto del pais aparecía como feudo de un anclado caciquismo, donde los grandes propietarios imponían su voto con facilidad. Tal era el argumento esgrimido por los republicanos, que los propios monárquicos consideraron en gran parte verdadero (1).
En Córdoba, la jornada del 12 de abril supuso el triunfo de la conjunción republicano-socialista en sus 27 distritos, siendo proclamada la República en la tarde del 14 de abril.
Los resultados, enviados al Ministerio de Gobernación por el Gobernador Civil de Córdoba, mostraron un total de 586 concejales monárquicos y 397 republicanos para el conjunto de la provincia (2). Por pueblos, "los republicanos habían triunfado en 37 de los 75 municipios que integraban la provincia, si bien en tres de ellos se había producido empate en el reparto de las concejalías. En otros 36 pueblos el resultado fué favorable a los monárquicos; mientras, aparecían sin datos dos pueblos, que habría que sumarlos a los republicanos, al no ser incluidos en la segunda vuelta de las elecciones celebradas el 31 de mayo" (3).
En Montoro la jornada electoral trancurrió en absoluta tranquilidad, mostrando el escrutinio el triunfo de la candidatura monárquica, y dentro de ella, la de los conservadores sobre los liberales demócratas (4), siendo elegidos 15 concejales monárquicos y 4 republicanos (5). 
Atendiendo a las manifestaciones del Gobernador Civil, D. Antonio Jaen, sobre el envío de instrucciones concretas a los municipios donde hubiesen triunfado solo los elementos monarquicos, este Ayuntamiento de carácter monárquico no llegó a constituirse.. El 15 de abril partieron de la capital con destino a distintos pueblos de la provincia, algunos delegados del Gobernador, con el único objeto de constituir los nuevos Ayuntamientos y proclamar la República (6).

Plaza de España y Ayuntamiento de Montoro a inicios de los años treinta.
Fuente: Archivo José Meroño Pérez. Fototeca Pasión por Montoro
Conforme a ésto, aquella misma tarde, en sesión pública y extraordinaria, bajo la presidencia del delegado gubernativo D. Vicente Martín Romera, se constituyó el nuevo Ayuntmiento con carácter interino, entregando el sr. delegado el mando a una Junta Municipal en la que figuraban los cuatro concejales republicanos elegidos en las municipales del 12 de abril. El primer ayuntamiento del nuevo régimen quedaba compuesto de la sigueinte forma: 
D. Julio Poblete González como alcalde; D. Melchor del Río Madueño; D. Ildefonso Canales Cabello; D. Lucio Domenech Martínez; D. Juan Calero Fimia y d. Juan Delgado Mialdea, como vocales (7). 
El sentimiento republicano que no había sido expresado en las urnas afloró pronto en la calle. El 20 de Abril una manifestación republicana en la que participó casi todo el pueblo, recorriendo las calles portando banderas republicanas al tiempo que vitoreaban a la República y su presidente, siendo proclamado el nuevo régimen dentro del mayor entusiasmo en la Plaza Mayor (8).
La República se había convertido en la heredera de los problemas que afectaron a la Dictadura de Primo de Rivera, si ello se puso pronto de manifiesto en el marco nacional, otro tanto ocurrió en el ámbito local. El problema agrario se convirtió en una de las mayores trabas con que tropezó el poder local, la crisis agraria y la falta de empleo no tardaron mucho en hacer acto de presencia. 
El 5 de mayo el gobernador civil, D. Vicente Marco Miranda, informaba a la prensa de la llegada de dos telegramas procedentes de Montoro; en ellos se lo anunciaba la posibilidad de una huelga general, cuyos efectos podrían extenderse a los pueblos limítrofes (9). Ese mismo día declaraban la huelga los trabajadores de Villafranca, El Carpio, Pedro Abad, Adamuz y Villa del Rio, siendo sus motivaciones fundamentales tres: Las protestas por el paro obrero, el aumento de jornales y la negativa de los propietarios a recibir alojados (10). 
Con el propósito de dar solución a la crisis de trabajo, agravada por el decreto del 28 de abril sobre "términos municipales" que restringía las facultades de contratación de los grande propietarios, y gracias por otro lado a la intervención del delegado gubernativo Sr. Romera, se logró que los representantes de Montoro, Pedro abad, Adamuz, Villafranca, El Carpio, Villanueva de Córdoba y Villa del Rio firmasen un acuerdo por el cual los obreros de otros pueblos con escaso término municipal podrían encontrar ocupación en cualquiera de los pueblos anteriormente citados (11).
Republicanos montoreños celebrando el primer aniversario de la proclamación de la II República.
Fuente: recorte de prensa. Fototeca Pasión por Montoro
Pese a la confirmación del gobernador civil sobre la resolución del conflicto de Montoro, gracias a las gestiones realizadas por el doctor Romera, las dificultades del proletariado agrícola continuaban, de manera que el 11 de mayo la anunciada huelga general de los obreros del campo fué una realidad. Éstos, junto con los obreros de Villanueva de Córdoba que se habían declarado también en huelga, protestaban ademas por la contratación de forasteros (12). Al parecer la raiz del conflicto se hallaba en las discrepancias surgidas entre el alcalde, Julio Poblete, y dos concejales socialistas, que a tenor de las circunstancias se vieron obligados a dimitir (13).
La dimisión de estos dos personajes del poder local fue aceptada por el gobernador, quien dispuso el 12 de mayo, la constitución de una nueva comisión gestora encargada de la administración municipal. En virtud del nuevo nombramiento, los obreros acordaron reanudar el trabajo, resolviéndose así el conflicto planteado el día anterior (14).
La nueva junta nombrada por la autoridad gubernativa, compuesta por cinco socialistas y cuatro monárquicos, estaba presidida por D.  Melchor del Rio Madueño como alcalde e integrada ppor ocho vocales asesores: Francisco García Guillarte, Jesús Vega-Leal Cruz, Juan J. López Hernández, Rafael Rivas Serrano, Francisco Urbano Cano, Angel Medina Coronado, Manuel Molina Benítez, y Lucio Domenech Martinez (15).
Aquella Junta rigió breves días la Junta Municipal, siendo destituida por disposición gubernativa al tiempo que era nombrada una nueva comisión que permanecería hasta la constitución del Ayuntamiento elegido en las elecciones del 31 de mayo. La toma de posesión de la nueva gestora se efectuó el 27 de mayo, bajo el delegado gubernativo D. Pablo Troyano Moragas, quien daría posesión en sus cargos de vocales a D. Ildefonso Barbado Sánchez, D. Francisco Ruiz Valverde, D. Juan Delgado Mialdea, y D. Sebastián Vega-Leal Cruz., siendo este último elegido alcalde. En el acto estuvo presente el Capitán de la Guardia civil de Montoro, D. Federico Montero Lozano (16).
Grupo de madres obreras lactantes a las puertas del Ayuntamiento de Montoro tras cobrar sus beneficios. 
Fuente: recorte de prensa. Fototeca Pasión por Montoro
Paralelamente a estos acontecimientos la vida nacional transcurría. El 13 de mayo era firmado un decreto en el que se disponía la celebración de elecciones municipales en las poblaciones donde fueron anuladas las del dia 12 del mes anterior, el día 31 del mes actual (17). Pocos días después aparecía una circular del gobernador civil interino, D. Antonio Escribano Codina, en la cual informaba sobre el anterior decreto, disponiendo la celebración de nuevas elecciones para un total de 39 pueblos de la provincia, donde aparecía incluido Montoro (18).
El 31 de mayo se celebró la segunda vuelta de las elecciones municipales. en aquella consulta los concejales monárquicos desaparecieron, ofeciendo los resultados el triunfo de los socialistas con 11 concejales, seguidos de los republicanos con 8 (19).
Pero aquel sufragio no se desarrolló en calma, registrándose algunos incidentes de carácter coactivo que obligaron al gobernador a anular el expediente electoral, por la forma en que se habían celebrado las elecciones, figurando en el mismo expediente dos actas notariales que confirmaban la información testifical que se instruía (20).
Aquella anulación no conyevaba suspensión del Ayuntamiento, de modo que los concejales electos se posesionaban en sus cargos hasta que el ministerio de gobernación, a quiien le había sido remitido el expediente, resolviera en última instancia. conforme a ello, y pese al ambiente caldeado que se respiraba, como prueban los atropellos sufridos por los directivos del Centro Obrero de la localidad por la Guardia civil (21), el 5 de junio se posesionaron en sus cargos los señores elegidos el 31 de mayo. Este Ayuntamiento, surgido por elección popular, pasaba a constituirse de la siguiente manera:
Melchor del Rio Madueño                                   Alcalde
Lucio domenech Martínez                                   Primer Teniente
Francisco Martín Zebrón                                     Segundo Teniente
Miguel Alanzábes Pavón                                     Tercer teniente
Pedro Aguilar Novillo                                          Cuarto teniente
Obreros montoreños durante la II República. Fuente: recorte de prensa. Fototeca Pasión por Montoro
Quedando el resto de la Corporación integrda por los señores: Juan J. López, Francisco García, Diego Olaya, Juan Cabello, Julio Poblete, Ildefonso Vivo, Juan Poblete, Juan Velasco, Antonio Cerezo, Pedro Canales, Francisco Urbano, Juan Calero, Francisco Ruiz y Sebastián Vega-Leal.
La anulación de las elecciones levantó una oleada de protestas en el círculo político local. D. Sebastián Vega-Leal, que obstentaba la jefatura de la Derecha Liberal Republicana, refiere en una carta publicada por el Diario La voz, los sucesos acaecidos el 31 de mayo. Acusa en ella de la coacción socialista relaizada en compacta masa a la puerta de los colegios electorales, en vista de lo cual los republicanos levantaron actas notariales y formularon tal número de denuncias, que, como alcalde, se había visto obligado a incoar el expediente (23).
Por su parte, el diario "POLITICA" se hace eco de estos hechos, insistiendo desde sus páginas que la anulación respondía a un manejo electoral instigado por los autónomos, que acusaban de supuestas coacciones a los socialistas (24). En otra carta, enviada al mismo diario por el alcalde D. Melchor del río, éste trataba de aclarar lo sucedido, arguyendo que fué precisamente la presencia de la guardial civil y de otras parejas en las puertas de los colegios lo que amedrentó a la clase obrera. Manifiesta el falseamiento de las actas, asi como la posible presión física ejercida por el jefe de la policía local sobre aquellos individuos que negaron su participación en aquella estrategia (25).
La verdad sobre lo acaecido en aquella jornada nos es desconocida. Si hubo o no coacción por parte de alguna de las candidaturas, la realidad es que aquella suspensión no prosperó, siendo refrendado el sufragio por el Ministro de Gobernación (26). Quedaba, pues, constituido definitivamente el primer Ayuntamiento Republicano, elegido por voluntad popular.

NOTAS:
(1) COMELLAS, J- L-. HISTORIA DE ESPAÑA CONTEMPORANEA, Pag. 404.
(2) LA VOZ 15 de abril de 1931.
(3) MORENO GOMEZ, F. La República y la guerra civil en Córdoba, pag. 38.
(4) LA VOZ, 15 abril 1931. El corresponsal incluye la siguiente lista de elegidos en las elecciones del día 12: Antonio Porras Benitez; Cristobal Alba Lechina; Feliciano Lara Cerro; Francisco Madueño Madueño; Manuel Medina Rico; Francisco Garcia Albis; Juan Calero Madueño; Barolomé Benítez Canales; Pedro Rodríguez Sánchez; Diego de la Cruz Vera; Juan Martín Fernández Notario; Francisco Carpio Moreno y Juan Antonio Madueño García, por los conservadores. Jesús Vega-Leal Cruz y Pedro Jurado Díaz por los liberales demócratas. Y por los republicanos Ildefonso Canales Cabello;  Juan Delgado Mialdea; Julio Poblete González y Juan Calero Fimia.
(5) "POLITICA" 14 de abril de 1931.
(6) LA VOZ 16 de abril de 1931.
(7) Actas del Ayuntamiento de Montoro, 15 de abril de 1931, libro 134, fl. 97.
(8) "POLITICA" 21 de abril de 1931.
(9) LA VOZ 5 de mayo de 1931.
(10) Moreno Gómez, op. cit., pag. 71.
(11) Diario Córdoba, 10 de mayo de 1931.
(12) Moreno Gómez, op. cit., pag. 71.
(13) El Defensor de Córdoba, 11 de mayo de 1931.
(14) Diario Córdoba, 13 de mayo. El Diario "Política" del 18 de mayo de 1931,  recoge también estos incidentes, denunciando a los socialistas de haber creado una situación tan crítica al presidente de la Junta, que se había visto obligado a dimitir.
(15) Actas del Ayuntamiento de Montoro, 12 de mayo de 1931, libro 134, fl 98.
(16) Actas del Ayuntamiento de Montoro, 27 de mayo de 1931, libro 134, fl 99.
(17) Diario Córdoba, 14 de mayo de 1931.
(18) Diario Córdoba, 21 de mayo de 1931.
(19) El Defensor de Córdoba, 1 de junio de 1931.
(20) Diario Córdoba, 16 de junio de 1931.
(21) "POLITICA" 4 de junio de 1931.
(22) Actas del Ayuntamiento de Montoro, 5 de junio de 1931, libro 134, fl. 100-102.
(23) LA VOZ, 13 de Junio de 1931. Manifiesta, asi mismo, la presencia del señor Romera que, sin poder notarial y acompañado de un grupo de gente, penetró en los colegios, provocando algunos altercados con los republicanos.
(24) "POLITICA", 15 de junio de 1931. La redacción protesta de la actitud del gobernador, González de Andía, si en abuso de su autoridad accedía a la maniobra del presidente de la comisión municipal, nombrada antes de las elecciones.
(25) "POLITICIA", 19 de junio de 1931.
(26) "POLITICA", 18 de junio de 1931.

Artículo de Rosario Lara Vega, publicado en la Revista Literaria EL ECO DE MONTORO, año 1, número 0. Abril de 1992. Pags. 24-27.

viernes, 18 de octubre de 2013

El Stmo. Cristo de las Penas de Montoro y su restauración en 1995-96

1 comentario :
Stmo. Cristo de las Penas de Montoro antes de su restauración. Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez

Francisco Aguilar Pérez
En 1992 se descubrió por parte del historiador y académico cordobés don Juan Aranda Doncel y a raíz de los trabajos de investigación y documentación para la publicación de su libro; “Historia de la Semana Santa de Montoro. Siglo XVI al XX”, la verdadera y originaria advocación del Stmo. Cristo de las Penas, que no era otra que la de Santo Cristo de la Salud, que tenía desde su llegada al Convento carmelita descalzo de San Juan de la Cruz de Montoro. Este hallazgo se produjo en el “Libro de la fundación del Convento de San Juan de la Cruz de Montoro”, que los propios frailes redactaron y que actualmente se conserva en la Biblioteca Nacional en Madrid, pues una parte de la documentación del convento montoreño exclaustrado en 1835 fue a parar a la Biblioteca Nacional española. En este excepcional documento se nos cuenta que el Santo Xto. de la Salud se adquirió para en el Convento montoreño de carmelitas descalzos en el trienio del Prior Fray Antonio de la Natividad, esta advocación se debía presumiblemente a las constantes epidemias que asolaban a Montoro en el siglo XVIII y que producían una fuerte mortandad en el vecindario. El siguiente documento que nos avala esta afirmación es el que reproduzco y que don Juan Aranda tuvo la amabilidad de facilitarme cuando lo descubrió pocos años después de la publicación de su libro; es la petición y concesión de indulgencias por parte del Prior del Convento montoreño a varias imágenes que se encontraban su Convento carmelita en 1759, entre ellas al “Santo Cristo de las Salud de bara y media”, esta petición la firma el Fray Manuel de San Joseph, al Obispo Martin de Barcia, el 31 de mayo de dicho año.
Cristo de la Salud del Convento carmelita de
San Fernando, Cádiz.
 Al analizar la advocación de  Cristo de la Salud en el contexto carmelita  vemos que no es  excesivamente  común en los conventos de Padres carmelitas descalzos, encontrándose uno de los ejemplos más significativos  en  la localidad San Fernando en  Cádiz.  Este imagen del Cristo de la Salud  gaditano podemos considerarla por su fecha de hechura y temática como estrechamente vinculable al Santo Xto. de la Salud de Montoro, pudiéndose dar la circunstancia según opinión no contrastada de Padre Juan Dobado Fernández -actual Prior de San Cayetano de Córdoba- de que algún fraile procedente de la Isla de León trajese la advocación de la Salud al Convento montoreño, pues el Crucificado gaditano llega a aquel convento entre 1733 y 1736  y sin embargo el crucificado montoreño llega a su convento entre 1736 y 1739, fechas muy reveladoras de una posible conexión. También es muy significativo que ambas imágenes de Cristo tengan un retablo suntuoso que los cobija, aunque el gaditano por la pujanza económica de la Isla de San Fernando en  aquella época y  gracias sobre todo al comercio marítimo  con América, es sin duda alguna de más calidad tanto en la imagen de Cristo, como en la hechura del retablo  de su coetáneo montoreño.  Según el libro de la Fundación del Convento montoreño el programa iconográfico del retablo del actual Cristo de las Penas estaba completado originariamente por un San Antonio de Padua-que se conserva-, San Antonio Abad, San Juan Nepomuceno y Nuestra Señora de la Concepción de altura de dos tercios.
Stmo. Cristo de las Penas preparado para su primera salida
procesional.  1962. Fuente: Archivo Hnos Aguilar Pérez
Lo que  es una realidad  es que cuando los fundadores de nuestra  Cofradía en 1962 buscaban una imagen para procesionarla, pensaron en esta imagen  por su antigüedad y sus medidas, pues se les adecuaba perfectamente al recorrido que tenían pensado hacer,  es por lo que se la pidieron al cura párroco del Carmen de los años sesenta del siglo pasado don Pedro Muñoz Adán, que amablemente se la cedió. Eso sí, a lo largo del tiempo había cambiado su advocación por la de Stmo. Cristo de la Misericordia, seguramente debido a la salida de los Padres carmelitas tras la exclaustración  en 1835 cuando  la iglesia estuvo presumiblemente algunos años en desuso hasta ser institucionalizada como parroquia en 1890.  Los fundadores de nuestra Cofradía  cambiaron esta advocación de la Misericordia por la  nueva de   Stmo. Cristo de los Penas, debido a que ya existía en la Semana Santa montoreña otra advocación de Cristo de  la Misericordia, concretamente en la Cofradía de los estudiantes. Hay que decir para embrollar un poco más el asunto, que estuvieron a punto de fijar la nueva advocación en la de Stmo. Cristo de los Desamparados, la razón por la que al final se decidieron por Stmo. Cristo de las Penas fue porque en la calle Córdoba existía un   lienzo con esa advocación, según me comentó mí padre al preguntarle yo por este tema.
 El hecho objetivo es que a lo largo de los siglos, la imagen que se decidieron a procesionar los fundadores de la Cofradía   estaba un tanto deteriorada por el tiempo y los avatares de la historia, además había sufrido algunas intervenciones no muy afortunadas.  Un dato muy importante es que parece ser que nunca fue procesinada, y si lo fue, según otra vez bajo opinión del Padre Juan Dobado,  lo fue sin cofradía propia y por los mismos frailes del Convento en un pequeño Vía Crucis alrededor del cenobio montoreño. Esta opinión del posible procesionamiento del Cristo de las Penas en el pasado antes de erigirse su Cofradía en 1962, la sugiere  el Padre Juan Dobado tras la lectura atenta del documento que encontró  nuestro cronista oficial don José Ortiz hacia 2003 -procedentes del archivo provincial de Córdoba-, que nos cuenta que la imagen y la capilla del Cristo de las Penas se  vinculan y cede en 1783 a don Juan Benítez  de Lara y Camacho,    para su enterramiento y el de sus familiares, encargándose la familia  Benítez Camacho de su adorno y cuidado. 
Retablo del Stmo. Cristo de las Penas en los años sesenta.
Fuente: Archivo Diputación de Córdoba.
Hay que decir que esta familia fue  a su  vez uno de los grandes patronos de la Iglesia y del Convento  de carmelitas descalzo  desde su llegada a Montoro en 1697, hallándose aún sus escudos y el de sus familiares en el altar de la capilla del Santo Cristo y en las pechinas de la cúpula central. Pero donde centra su atención el Padre Dobado es en las condiciones que le ponen los frailes al citado señor para cederle la imagen y la capilla, pues se sabe que la capilla del Santo Cristo  ya estaba terminada cuando se produjo su cesión, ya que fue la primera de toda la iglesia en terminarse  junto con el impresionante retablo principal de Cayetano da Costa de 1770. Los siguientes párrafos son las de dos condiciones que le pusieron los frailes al mencionado señor don Juan Benítez de Lara y Camacho, y es en la segunda de ellas donde en la escritura de cesión nos  sugiere  el Padre Juan Dobado el posible procesionamiento del  Cristo de las Penas por la Comunidad de Padres carmelitas:
“… Que respecto de hallarse dicha capilla del Santísimo Cristo de la Salud con su retablo acabado y dorado, expresado don Juan de Lara Camacho ha de hacer y dorar otro a sus expensas en todo este trienio en la capilla que se venera y esta colocada la ymagen de Nuestra Señora de la Luz, igual a los otros tres que se están fabricando para otras tres capillas de este convento…”.  

“… Y que el dicho Señor Crucificado y demás imágenes que coloque y ponga en enunciada Capilla el don Juan de Lara en este convento, en ningún tiempo ha de poder extraerlos della sino es que se necesiten para alguna de sus funciones o procesiones, y acabadas estas se han de volver a poner y colocar en dicha capilla sin demora alguna…”.
Pero vamos a ocuparnos de la restauración del Cristo de la Penas propiamente dicha. Según el Acta de la Junta de Gobierno de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas del día 27 de septiembre de 1995 celebrada en casa  nº 2 de la Plaza  de Santa María de la Mota, se dice en su punto primero  que se trató de la petición de ayudas Pro-restauración a entidades y particulares y en el punto tercero se dice que se dio informe por parte del presidente de aquella época de la visita que realizó a Montoro el restaurador del Obispado de Córdoba don Miguel Arjona Navarro.  En esa  reunión por tanto, se dio cuenta de las peticiones de ayuda recibidas; entre ellas la de Cajasur, Ayuntamiento, Compañía de Romanos, Agrupación de Cofradías, Cofradía de Padre Jesús, Cofradía de la Borriquita, Club Recreativo Cultural Ilígora… así como de  varios particulares con aportaciones más modestas.
Estado del Cristo de las Penas antes de su
restauración. Archivo Hnos Aguilar Pérez
También se informó siguiendo el punto tres del acta,  de las conversaciones con el restaurador don Miguel Arjona Navarro conducentes a ultimar los pormenores de la restauración del Santo Cristo de las Penas. Se informó  de los aspectos económicos y de los detalles de la futura restauración que presumiblemente empezaría  pasada la feria de Montoro de aquel año cuando se llevara al Santo Cristo de las Penas al taller del restaurador.  Además se especificaba en aquella reunión la forma de abono a don Miguel Arjona de los trabajos de restauración, que se fijaron de la siguiente manera; el 25% del coste total a la hora de entregar al Cristo  en el taller  el resto  en un año a contar desde ese momento de entrega del Santo Cristo de las Penas.
            En la revista de  feria de 1995, la Junta de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas pedía ayuda al pueblo de Montoro en general para restaurar su Imagen Titular, argumentando las razones que le llevaban a tomar esa decisión; “primera, la imagen se encuentra en un avanzado estado de deterioro que pone en peligro su integridad, segunda, no puede soportar más tiempo la estación  de penitencia en esas circunstancias”.
            Los fundadores de la Cofradía, a juzgar por algunas fotos antiguas que se conservan de mediados de los sesenta, en más de una ocasión procesionaron al Xto. Cristo de las Penas bajo la lluvia, esto sin duda tuvo que ir agravando el estado de nuestra Imagen Titular, hasta tal punto que en la Semana Santa de 1995 era insostenible,  tal como puso de relieve el restaurador don Miguel Arjona Navarro en el verano de 1995, cuando vino a ver la imagen para su posible restauración,  redactando el siguiente informe;

INFORME Y PRESUPUESTO PARA LA RESTAURACIÓN DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LAS PENAS DE MONTORO (CÓRDOBA)
La imagen pertenece a la Hermandad de su nombre y antiguamente se veneraba bajo la advocación de la Salud.
Es talla en madera policromada de tamaño menor que el natural, representa a Cristo muerto clavado en una cruz plana policromada con bordes dorados y decoración incisa, está sujeto a ella con tres clavos de cabeza piramidal. La cabeza de Cristo cae suavemente sobre el pecho con una ligera torsión a la derecha  que se contrapone a la dirección de las piernas, dando un ligero movimiento al cuerpo; los brazos, forman un ángulo muy abierto.
La estética de la imagen es renacentista, y podría situarse hacia principios del siglo XVII.
 Stmo. Cristo de las Penas de Montoro en el taller de Miguel Arjona. Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez
ESTADO DE CONSERVACIÓN
Soporte.- En principio el soporte de madera no parece presentar daños importantes corno perdidas de pieza, debilitamientos, etc. el único daño a destacar son las marcadas grietas entre piezas sobre todo a la altura de los hombros. Sin embargo es muy probable que, dado los numerosas resanos que presenta, aparezcan nuevas grietas y perdidas tras la limpieza. Se detectan también algunos ataques de insectos.
Preparación.- Es difícil saber el verdadero estado general de la preparación original ya que ha sido repolicromado aplicándosele nuevas preparaciones y resanos. En todo caso se pueden apreciar cuarteados, levantamientos y perdidas en algunas zonas. Es de prever que se encuentre en malas condiciones a la vistas de tantas resanes y repintes.
Capa pictórica.- La que ahora presenta no es su original y dado que su calidad no es muy buena será preciso eliminarla para buscar la original o en su defecto otra más antigua y de mejor calidad. Como en el caso de la preparación es muy probable que se encuentre en malas condiciones dada la antigüedad de la imagen, El sudario  puede que en su día fuese totalmente dorado y estofado.
TRATAMIENTO POSIBLE
Esquemáticamente, el tratamiento que podría sufrir la imagen será el siguiente:
1.- Realización de catas para determinar la estratigrafía de preparaciones y policromías y conocer el verdadero estado de estas.
2.- Limpieza de repintes y eliminación de resanos hasta el nivel que se determine a la vista de las catas.
3.- Reajuste de piezas de madera movidas o desencoladas.
4.- Tratamiento contra la carcoma.
5.- Reintegración de faltas de soporte, preparación y policromías, en el sudario se buscara su posible dorado original reponiendo las faltas con oro fino de 22 Klt.
6.- Aplicación de una capa de barniz de protección.

CRUZ
La cruz será sometida a un proceso de restauración similar al del Cristo, con limpieza de repintes, ajuste de piezas, reintegración de faltas, etc.
La cabecera es muy corta, por lo que parece muy probable que tuviera cartela sobre esta, si existieran datos de cartela y remates en los extremos del travesano, estos se repondrán en madera tallada y dorada con oro fino según la estética de su época.

PRESUPUESTO
La realización de estos trabajos ascenderla a la cantidad máxima de SEISCIENTAS MIL PESETAS (600.000 pts).
Córdoba a 26 de Julio de 1995
Stmo. Cristo de las Penas tras su restauración en el taller de
Miguel Arjona. Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez
Terminada la restauración del Santo Cristo de  las Penas pudo hacer su estación de penitencia de 1996, donde llegó el Cristo totalmente restaurado el mismo Miércoles Santo por la mañana, se prepararon unos actos de los cuales reproducimos aquí también  el cartel que se editó al efecto.
La nota de prensa que apareció en el diario Córdoba el sábado, 6 de abril de 1996, fue la siguiente:
“De nuevo se ha cumplido el rito de representar la Pasión de Cristo en Montoro para que mañana aparezca Resucitado por nuestras calles. Las hermandades y cofradías han traba­jado duro durante todo este año anterior para que la Semana Santa de Montoro sea una muestra de amor a Cristo muerto y resucitado. Como novedad importante entre el ambiente cofrade, el antiguo Cristo de la Salud, hoy Cristo de las Penas, pequeña talla de un cruci­ficado fechada entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII, ha sido restaurada en los talleres de Miguel Arjona recobrando la primi­tiva policromía con la que había sido concebida. De nuevo los montoreños ausentes se han reencontrado con sus familias para así vivir un año más lo que los montoreños espe­ramos. Y se pasa muy pronto, la Semana Santa de Montoro.”
CORRESPONSAL
Tomas coronado
Decir por último que se tuvo que confeccionar otra Cruz para el Santo Cristo, porque la antigua estaba en muy mal estado y además  hacer una nueva cartela con la palabra INRI, más acorde con la calidad  de la imagen.  También se le colocó una nueva corona de espinas procedente de otra imagen antigua al Stmo. Cristo de las Penas, ya que  a lo largo del tiempo perdió la original y la que tenía quedaba un tanto pequeña, además de estar causando deterioros en las sienes de la sagrada Imagen. Todo esto quedó reflejado en el informe final de la restauración que también reproduzco  a continuación:
INFORME SOBRE LA RESTAURACIÓN DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LAS PENAS DE MONTORO (CÓRDOBA).
Es imagen anónima del XVII. representa a Jesús muerto crucificado con tres clavos, con sudario blanco, sin nudo, decorado con flores doradas ferreteadas.

ESTADO DE CONSERVACIÓN
En principio se apreciaban: desajustes y desencolados de piezas de madera (sobre todo al nivel de los hombros), grietas profundas de preparación, levantamientos y pérdidas de preparación y policromía, y al menos un repolicromado general de la imagen de no muy buena calidad. Durante el tratamiento se pudo comprobar el mal estado de la preparación y policromía y la existencia de empastes que modificaban los volúmenes de la talla, así como algunos ataques puntuales de carcoma.
Miguel Arjona confecciona la actual Cruz del Stmo. Cristo de las Penas. Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez
TRATAMIENTO REALIZADO
Tras las catas y estudios previos, el tratamiento comenzó por la fijación preventiva de estrados y el reajuste y consolidación de las piezas de madera que lo necesitaban, los brazos fueron desmontados para insertarles nuevas espigas.
En las catas realizadas se detectó la presencia de policromía original bajo varios repolicromados por lo que se determinó la eliminación de estos.
Se realizó una limpieza química de repintes y mecánica de los empastes bajo los cuales también apareció policromía original, la limpieza se alternaba con el sentado de los estratos de preparación y policromía. El sudario era blanco una decoración de flores doradas dispersas dibujadas mediante ferreteado.
Como se ha dicho con la limpieza se descubrieron ataques de carcoma, aunque no estaba activa, se realizó una desinsectación mediante inyecciones de insecticida en agujeros y rendíjas.
A continuación se procedió a la reintegración de faltas de preparación con estuco de yeso mate y cola, entonados carismáticamente con pigmentos al óleo, en las partes doradas del sudario se empleó oro de 22 klts. aplicado según la técnica tradicional de dorado al bol.
Finalmente se protegió la imagen con barniz ligeramente pigmentado aplicado a modo de veladura.
Fue necesario la realización de una nueva cruz par la imagen, copia de la original, pues la antigua no soportaba los procesinamientos.
Primera salida procesional del Stmo. Cristo de las Penas tras su restauración
Fuente: Francisco Aguilar Pérez
También apareció en la Revista Cruz de Guía de 1996, la siguiente colaboración Lorenzo Ruiz Leiva, que me gustaría rescatar:           
“Un nuevo año, sentimos como estamos empapados por ese aire que resuma aromas de pasiones desmandadas, de trabajo a compás, de espinas cotidianas que se convierten en incesantes pasos de cofradía.
Es el momento de que el pueblo de Montoro manifieste popularmente su fe. Esa fe amorfa, que cada uno vive corno puede o sabe. Esa fe, colmada de tradiciones y sentimientos populares. Fe que brota de lo más profundo. Fe cuyas raíces se asientan en la más honda creencia y religiosidad. Fe espontánea que ha de evaluar, el único Juez capacitado para juzgar la auténtica y verdadera fe cristiana. En definitiva, fe callada y sin estridencias propia de los Cofrades de esta tierra.
De esta manera, deseo resaltar la labor y el trabajo de esos hermanos, que este año, han querido llevar su fe a lo más alto.
Cofrades del Santísimo de las Penas, enhorabuena por vuestra actitud valiente al atajar un problema que no sólo "acuciaba a nuestra Semana Santa, sino también a ese patrimonio histórico del que tanto alardeamos.
Que vuestra valentía, sea sangre limpia y nueva, que ilumine a esos cuerpos inertes sin conciencia , que creen que Semana Santa es sólo carrera oficial, y Patrimonio, igual que decir, breve reseña en catálogo turístico que sirve para todo.”
 En definitiva, el Stmo. Cristo de las Penas ha procesionado el Miércoles Santo de todas las Semanas Santas desde 1996 en perfectas condiciones, todo gracias al apoyo de todos aquellos montoreños e instituciones que tuvieron generosidad de atender  la petición de ayuda que les realizó esta humilde Cofradía y  sobre todo a la locura de las personas que componían la Junta de Gobierno de aquella época, que con una gran ilusión y el apoyo de todo un pueblo vieron su proyecto felizmente realizado ahora hace 16 años.

Bibliografía
- Libro de Actas de la Cofradía 1997-2001.
- Revista de Feria de Montoro de 1995, página 11.
- Informes y presupuesto de la restauración del Stmo. Cristo de las Penas por don Miguel Arjona Navarro. Archivo Cofradía.
- “El Cristo de la Salud: Dela compra de su capilla en el siglo XVIII al final de la Guerra de la Independencia”. José Ortiz García. Revista Cruz de Guía. Montoro 2003, página 10 a 12.
- “El Convento de San Juan de la Cruz de Montoro. Estudio histórico-artístico”. Juan Aranda Doncel y Juan Dobado Fernández. Ayuntamiento de Montoro y Hermandad de Nuestra Señora del Carmen. 1997.
- “Historia de la Semana Santa de Montoro. Siglos XVI al XX”. Juan Aranda Doncel. Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Montoro. 1993.
- “El Carmen de San Fernando. Estudio histórico-artístico”.  Juan Aranda Doncel y Juan Dobado Fernández. Obra Social y Fernando, Ayuntamiento de San Fernando. Córdoba 1999.
-  Diario Córdoba, sábado 6 de abril de 1996.
-  Revista Cruz de Guía, nº0. Página. Lorenzo Ruiz Leiva.
- Cultura y Órdenes religiosas en Andalucía durante la edad moderna. La biblioteca de los carmelitas descalzos de Montoro. Juan Aranda Doncel y Antonio Flores Muñoz. Hermandad de Ntra. Sra. del Carmen de Montoro y Ayuntamiento de Montoro. Año 2000.
- Iconografía y arte carmelitanos. IV Centenario de San Juan de la Cruz (1591-1991).Hospital Real de Granada. Junta de Andalucía. TURNER. Año 1991.
-Conferencia: “Las Penas una advocación muy carmelitana”, pronunciada en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Montoro el día 8 de diciembre de 2012, por el Padre Juan Dobado Fernández (OCD),  con motivo de los actos realizados por la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas para la conmemoración de su 50 aniversario fundacional. 

domingo, 13 de octubre de 2013

Las publicaciones periódicas en Montoro

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Portada de la Revista Feria de 1929. Fuente: Archivo José León Solís

Antonio Flores Muñoz
Bibliotecario
Los periodicos y revistas de Montoro tienen en lo efímero, al igual que los del resto de la provincia, su característica mas especifica. Montoro no ha logrado en los ciento treinta y cuatro años de vida de su prensa, un órgano que se haya extendido en el tiempo y conseguido la atencion duradera de sus habitantes. Falta, sin duda, un titulo que -como Adarve en Priego, La Opinión y el Popular en Cabra, Munda en Montilla o el Cronista del Valle en Pozoblanco- haya significado una unión importante, unas simbiosis ente la publicación y la localidad.
En lineas generales, la prensa montoreña aparece en tres momentos claves, ricos en publicaciones, no solo en las áreas cordobesa y andaluza, sino también en la española. El primero, en 1868, tras el triunfo de la revolución y el destronamiento de Isabel II. El segundo en la segunda década del siglo XX, la edad de oro de la prensa en España. Y por último, ya en la década de los 80, con la democracia española plenamente instalada,en otro momento de auge periodístico.
Como hemos visto, la aparición de la prensa en Montoro es muy temprana, el año 1868, momento en el que solo Montilla -El Astro montillano, La aurora de Ulía, La Juventud,  y Lucena, El Mensajero- habían editado algunas publicaciones.
Las cuatro primeras publicaciones montoreñas -El Eco de Montoro, Barba Azul, Fraternidad Republicana y Montoro- son prácticamente inencontrables. No están en los grandes depósitos hemerográficos, como la Biblioteca nacional y las Hemerotecas nacional y Municipal de Madrid, ni en las bibliotecas de la provincia cordobesa. Sólo se encuentran  algunos números sueltos de algún titulo, que están en manos privadas, con el riesgo de que terminen por desaparecer. Es urgente que organismos oficiales y asociaciones culturales reproduzcan cuantos ejemplares se encuentren, con el fin de conservar estas fuentes de la historia montoreña. Necesidad esta que es extensible a la practica totalidad de la provincia.
Vista general de Montoro. Inicios del siglo veinte. Fuente: Archivo Fermin Emilio Blanco Argudín
EL ECO DE MONTORO  (1) .Apareció en la segunda mitad de 1868, gracias al ímpetu juvenil y liberal del poeta D. Andrés de Piédrola y Gómez. El periódico que se imprimió en los talleres tipográficos de  Antonio Botella, de Montoro, tuvo una vida muy corta, no llegando al año 1869. D. Andres de Piédrola, tras ser Alcalde de Montoro, se retiró a Cordoba, donde fundó en los últimos días de su vida el periódico La Region andaluza, dando una muestra mas por su interés periodístico.
A finales de 1869, en Diciembre,  vio la luz en la ciudad montoreña un semanario satírico y republicano denominado BARBA AZUL, de tan efímera existencia como el anterior. (2)
Habrían de pasar 40 años para que apareciera FRATERNIDAD REPUBLICANA (3), una publicación de carácter republicano también, y de cortísima vida. vio la luz editorial el 22 de noviembre de 1909, impreso en el establecimiento de la BANDERA ESPAÑOLA, en Córdoba, dirigido por D. Blas Cabello. el periodista cordobés Ricardo de Montis lo cita como un decenario editado en Córdoba, mientras Aguilera Camacho y Checa Godoy, estudiosos de la prensa cordobesa del siglo XX, lo muestran como periódico montoreño.
Algunos años después, aparece MONTORO (4), con el subtítulo de periódico independiente literario, científico, agrario, de artes y defensor de los intereses locales. Veía la luz los días 1, 11 y 21 de cada mes, con cuatro páginas, de las que una estaba dedicada a la publicidad. La temática de la publicación era amplia, como indicaba su subtítulo, dedicando algún espacio a los temas comarcales, vocación ésta que suele tener la prensa montoreña.
Comenzó su publicación el día 11 de Noviembre de 1917 y  llegó, al menos, al número 54, de fecha 1 de febrero de 1919. Fundado y dirigido por D. Miguel Flores Ruiz que comenzó imprimiéndolo en la imprenta cordobesa Talleres de la Peña y en sus últimos números, en la imprenta La Puritana de Montoro, sita en la calle Corredera y propiedad de D. Manuel Blanco.
Portada de un número de Oleastrum
Tras la desaparición de MONTORO se produce un vacío de prensa, que va a extenderse durante más de treinta años. Vacío que terminaría con la aparición de LUCHA, subtitulado como periódico volante de las Falanges de las Juventudes de Franco en Montoro, en el año 1953. El periódico estaba confeccionado a máquina, reproducido a multicopista, al menos hasta el número 7, con portadas pintadas, reproduciendo símbolos falangistas y montoreños. La publicación terminó mejorando de formato y el número 12, probablemente el último, estuvo dedicado al extraordinario de Semana Santa de 1955 y fué impreso en la imprenta de Luis Calero Beltrán de Montoro.
Otro largo espacio de tiempo sin prensa en la localidad, que es cortado por MONTORO, segunda publicación con este nombre, subtitulada como revista periódica local, que vio la luz el día 1 de agosto de 1971, editada por el Ayuntamiento de la localidad, y dirigida por D. Manuel León Cañete. Dejó de publicarse en marzo de 1972, al salir su número 6. Su temática abarcó todos los aspectos de la vida municipal, con algunas aportaciones literarias y el complemento de secciones de miscelánea y pasatiempos.
Tras otro largo paréntesis, aparece OLEASTRUM,  la publicación pionera de todo el posterior desarrollo periodístico montoreño. El grupo de personas que colabora con este periódico va a estar presente en las publicaciones sucesoras, como COMARCA, NUEVO OLEASTRUM y MONTORO. Esta publicación subtitulada Tierra de Aceite, y nunca datada, debió aparecer en Marzo de 1980, llegando, probablemente, a Noviembre de ese mismo año, y publicó al menos ocho números. Formalmente pobre, es una revista entusiasta, con artículos sobre historia, heráldica, música y literatura locales.
Muy pronto, en 1981, aparece COMARCA, una revista mensual, editada y dirigida por Antonio Peinazo, e impresa en Litograf (Córdoba), de la que solo aparecieron dos números, los correspondientes a los meses de Abril y Mayo. La publicación de COMARCA constituyó una interesantísima experiencia fallida. La revista, de excelente factura, es una de las mejores publicaciones montoreñas. Contenía secciones dedicadas a política, economía, deportes y miscelánea, dedicando especialísima atención, y haciendo honor a su nombre, al ámbito comarcal; con colaboradores en El Carpio, Bujalance, Villafranca y Villa del Río. Su desaparición es muy probable que se debiese a motivos económicos, pues no parece que estuviese apoyada por instituciones públicas de ningún tipo.
Nuevo Oleastrum. Mayo 1983
Nuevo Oleastrum. Marzo 1986
En Octubre de 1982 aparece NUEVO OLEASTRUM, con las mismas características que su antecesora directa OLEASTRUM. Formalmente mala, tirada a multicopista, sin numerar, con muchísimos números sin datar, y sin aparecer las personas responsables. Más tarde y a raíz de una polémica, aparece editada por Cesareo Gracía Zurita y dirigida por Pedro Aguilar Ramos. A pesar de todas estas deficiencias formales, el entusiasmo de sus redactores, que demuestran número a número su amor a Montoro, consigue dar a esta localidad su manifestación periodística de más larga vida. Sus páginas, a lo largo de más de cuatro años, recogen numerosos artículos dedicados a la historia de Montoro, muchísimas manifestaciones de carácter literario y un sin fin de noticias locales que hacen interesanta su lectura. A partir de Marzo de 1983 aparece con depósito legal, y en sus últimos números consigue mejorar su formato, terminando en Semana Santa de 1986, tras una polémica con el BOLETÍN DE INFORMACIÓN MUNICIPAL.
Coetáneas con NUEVO OLEASTRUM son MONTORO y EL BOLETÍN DE INFORMACIÓN MUNICIPAL. El periódico MONTORO, cabecera que se repite por tercera vez, tras las publicaciones de 1917 y 1971, apareció en Julio de 1984, con el subtítulo de periódico de información general, editado por el ayuntamiento de la localidad e impreso en Artes Gráficas Rodriguez, de Córdoba. Desapareció en Marzo-Abril de 1985, tras la publicación del número 7. Su periodicidad fue mensual al principio y a partir del número 5, bimensual. Este periódico, como muchos de la provincia por esas fechas, fue creado a instancias del Área de Cultura de la Diputación Provincial. La iniciativa, a todas luces interesante, y merecedora de un detenido estudio, no tuvo el éxito apetecido y así  muchas de las publicaciones creadas, tuvieron una efímera existencia.
MONTORO fue confiada por el ayuntamiento a un equipo de redacción dirigido por Fátima Pardo Valdivia y en su lectura pueden apreciarse las dificultades que tuvieron para la supervivencia, ya desde el número 3. Las críticas suaves y mesuradas a la Corporación no debieron ser bien acogidas y prácticamente en todas las editoriales parecen solicitar un apoyo popular que no consiguieron. Fu, en definitiva, un buen periódico no creido. NUEVO OLEASTRUM, por medio de su editor, Cesar García Zurita hizo grandes alabanzas de él.
Portada Revista de Feria 1962
Continuación de esta publicación fué EL BOLETIN DE INFORMACION MUNICIPAL, también editado por el Ayuntamiento, impreso en los talleres montoreños de Luis Calero. Apareció en Junio de 1985 y en sus primeros cuatro número tuvo periodicidad mensual. el número 5 y último salió a los seis meses de silencio editorial, en Febrero de 1986, para contestar a cierta información aparecida en NUEVO OLEASTRUM. Esta polémica vino a marcar el final prácticamente de ambas publicaciones.
Inmediatamente después se va apublicar LA COMARCA CORDOBESA DEL ALTO GUALDALQUIVIR, revista de información Comarcal, editada por la Diputación cordobesa, impresa en la Imprenta Provincial, de la que van a aparecer 17 números, del 0 al 16, extendiéndose en el tiempo desde Abril de 1986 a Agosto de 1987. La revista, de periodicidad mensual, en tamaño folio, estuvo coordinada por Rafael Gonzalez Zubieta, Ricardo Rodríquez Aparicio y Paulino Baena Díaz. La publicación es claramente oficialista, editada para promocionar la Mancomunidad de municipios de esa Comarca, sin crítica a las actuaciones tanto municipales como provinciales, no consiguió el interés polular y dejó de publicarse una vez conseguido su objetivo.
La revista es formalmente buena, con portadas interesantes y aceptable parte gráfica. El grueso de su información lo forman las noticias generadas por los ayuntamientos y la Diputación, en torno a la mancomunidad, repartiéndose cuidadosamente los espacios entre los ocho municipios del área: Adamuz, Bujalance, Cañete de las Torres, El Carpio, Montoro, Pedro Abad, Villa del Río y Villafranca. Los escasos artículos históricos que aparecen se toman casi siempre de otras publicaciones.
En 1986 ve la luz IMAGINACION, un boletin informativo de la Asociación de Jóvenes de Montoro de ese nombre, del que posiblemente solo salieron dos números, dirigidos por Juan P. Quesada. Cuando él falleció prematuramente, la publicación desapareció.
Para terminar, conviene hacer mención de dos tipos de publicaciones de carácter especial, la prensa escolar y las revistas de Ferias y Festejos.
La prensa local tiene una larga tradición en la capital y en algunas localidades de la provincia cordobesa, y constituye el caldo de cultivo ideal, donde se han de formar personas interesadas en este mundillo de la información local. En Montoro, y en 1984 aparece EL ESTUDIANTIL, una revista realizada por los alumnos de BUP. años despues, desde Febrero a Junio de 1989 ve la luz SOLANUM, una revista de Ciencias, realizada pr los alumnos del ciclo superior del C.P. San Francisco Solano y dirigida por D. Santiago Cano.
Portada Revista de Feria 2008
Las revistas de ferias y fiestas de la Ciudad de Montoro, de las que existe un curiosisimo ejemplar de 1929, impreso en Andujar, en los talleres de Juan Montilla, constituyen una riquísima fuente para el estudio del comercio y la pequeña (o grande) industria de la localidad. Las firmas industriales y comerciales que, con sus anuncios financian este tipo de publicaciones, han dejado una muestra clara de su número e importancia. La revista no ha conservado un nombre genérico, sino que ha venido cambiando a lo largo del tiempo, anteponiendo o postponiendo el nombre de la localidad al de ferias o fiestas, que indistintamente se ha utilizado. Así mismo, se ha cambiado el nombre de las fiestas, denominándose unas veces de otoño y otras de Nuestra Señora del Rosario.
Normalmente se han venido imprimiendo en Andújar o Montoro, en las imprentas La Puritana o Luis Calero, respectivamente; aunque también lo han hecho en Adisur de Baena, Galán o Unigraf de Villa del Río. En lineas generales ha existido siempre una gran calidad de impresión, incluso en el aspecto gráfico. Las portadas se diseñaron, sobre todo en las décadas de los cuarenta a los sesenta, en torno al escudo de la ciudad, con algunas excepciones, que recogían carteles de ferias en la forma tradicional o aspectos paisajísticos locales.
Sus páginas recogen una larga lista de artículos de carácter histórico, incluyendo transcripciones de documentos del Archivo Municipal, y una amplia muestra literaria, de la que destaca la poesía, sobre todo la descriptiva y nostálgica.
El Club Recreativo cultural Iligora ha editado unas publicaciones, a caballo entre el folleto publicitario y la revista, sobre las bienales "Fiestas del Olivo" celebradas en los años 1988 y 2990, que se han imprimido en Córdoba, en los talleres de Arosa Gráficas Guadalquivir, respectivamente.
No he encontrado muestra alguna de un tipo de publicaciones que goza de un gran momento a todo lo largo y ancho de la provincia, los boletines de Hermandades y Cofradías, tanto de Pasión, como de Gloria. Así mismo no he encontrado, aunque debieron aparecer, con toda seguridad, hojas Parroquiales que, tanto en la época del Obispo Guillamet, como en la década de los cincuenta, proliferaron en las parroquias de la Diócesis Cordobesa.
Debo terminar este acercamiento a la prensa montoreña, a modo de sucinto inventario, agradeciendo a D.Francisco García Roa y a D. José Lucena Llamas las facilidades que me han dado para la consulta de algunos números de los órganos de prensa aquí reseñados, y sobretodo las muestras de afecto que han tenido para conmigo.

Notas:
(1) Aparece citada por: GIL, Rodolfo: Córdoba contemporánea, v.I..- Córdoba: Imp. Catalana, 1892; CHECA GODOY, Antonio: Historia de la prensa andaluza; Sevilla: Fundación Blas Infante, 1991; RAMIREZ DE ARELLANO, Rafael: Ensayo de u catálogo biográfico de escritores de la provincia y diócesis de Córdoba. v.I..- Madrid: Tip de la Revista de archivos, Bibliotecas y Museos, 1921. CRIADO HOYO, Manuel: Apuntes para la Historia de la Ciudad de Montoro.- 2ª edición.- Córdoba: Diputación Provincial, Ayuntamiento de Montoro, 1983, p. 285 (Colección textos para la Historia de Córdoba).
(2) CHECA GODOY, Antonio: Ob. Cit.Ant.
(3) MONTIS, Ricardo de: Balance literario cordobés de 1909. En Diario Córdoba, CHECA GODOY, Antonio: ob. cit. ant.; AGUILERA CAMACHO, Daniel: La prensa cordobesa del siglo XX. En Boletin de la Real Academia de Córdoba, nº 58 (1957). pp. 143-170.
(4) AGUILERA CAMACHO, Daniel: ob. cit. ant.; MONTIS, Ricardo de: Balances literarios cordobeses de los años 1917 a 1919. Checa Godoy en su obra: Historia de la Prensa Andaluza, recoge esta publicacón haciéndola aparecer en 1920, de forma errónea.
NOTA:Este artículo fué publicado en la Revista nº 0 de EL ECO DE MONTORO, segunda revista con este nombre de la ciudad de Montoro, editada por La Agrupación Literaria Manuel Terrin, cuyo número cero vió la luz en el mes de Abril de 1992. Patrocinado por el excmo Ayuntamiento de Montoro y fué Impresa por la Excma Diputación de Córdoba.
Este es el primer articulo de los muchos que se publicaron en ella, los cuales pretendemos ir transcribiendo en este blog de Pasión por Montoro,  (con el permiso de su administrador, claro)para que queden digitalizados para la posteridad. Lola Moreno Ruiz