Uno de los cruceros del Barrio del Retamar a inicios de los años sesenta. Fuente: Archivo herederos Diego Muñoz-Cobo. Fototeca Pasión por Montoro |
José León Solís
Jesús en su camino hacia el Gólgota recorrió lo que los peregrinos de Tierra Santa dieron en llamar la Vía Dolorosa, implantando en los primeros siglos la costumbre de recorrer esta Vía Sacra y como meta de la peregrinación desde la época del emperador Constantino.
Si bien no sabemos con exactitud cuando surgieron las Estaciones del Vía Crucis, no obstante, en 1342 se concedió a los Franciscanos la custodia de los Santos Lugares quienes fueron los primeros en establecer el Vía Crucis. En la época de la dominación de Jerusalén por los musulmanes se hizo difícil la peregrinación a Tierra Santa lo que dio lugar en los siglos XV y XVI al establecimiento en Europa del Vía Crucis. El Beato Álvarez a principio del siglo XIII a su regreso de Tierra Santa construyó pequeñas capillas en el convento dominico de Córdoba pintándose escenas de la Pasión en forma de Estaciones.
Ante las dificultades de peregrinar a Tierra Santa el Papa Inocencio XI en 1686 concedió a los franciscanos el derecho de erigir Estaciones en sus iglesias y declaró que todas las indulgencias concedidas anteriormente por visitar los Santos lugares las podían ganar los franciscanos haciendo Estación de la Cruz en sus propias iglesias. Este privilegio fue confirmado por Inocente XII en 1694 y Benedicto XII en 1.726 lo extendió a todos los fieles. Benedicto XIV en 1742 exhortó a todos los sacerdotes a enriquecer sus iglesias con las Estaciones de la Cruz.
Procesión de una Nazareno de pequeñas dimensiones en 1941. La talla destruida de la Cofradía del Calvario era de dimensiones similares. |
El
Papa Clemente XII aprobó las Instrucciones de la Sagrada
Congregación para las indulgencias y entre los requisitos para
alcanzar estas indulgencias plenarias se estableció el hacerse ante
Estaciones de la Cruz erigidas según la ley, debiendo haber catorce
cruces. Inicialmente para ayudar en la devoción de estas cruces se
instalaban en el interior de las iglesias junto con catorce imágenes
o tablas representando las estaciones de Jerusalén. Posteriormente
se instalaron en las vías públicas de los pueblos, organizándose
el vía crucis en el exterior de las iglesias. A finales del siglo XVI o principios del XVII se instaura en Montoro la práctica del Vía Crucis en el barrio del Retamar, como lo atestigua que el cantero Martín Gómez Lara solicitara en 1.619 el pago por el tallado y labor “en labrar la Cruz de Piedra que puso en la estación del Calvario desta villa...”1. Practica del Vía Crucis que continuó la Cofradía de la Confraternidad de Ntro. Padre Jesús del Calvario con sede en la ermita de San Roque, hoy destruida, desde su fundación a mediados del siglo XVIII, estando documentada esta Cofradía en 1.767 2.
Indagando en la historia local del siglo XVIII, sus costumbres, demografía, industria, he podido localizar, con la inestimable ayuda del departamento de cartografía de la Biblioteca Nacional, un curioso plano manuscrito de la villa de Montoro que atestigua de la existencia del Vía Crucis y cruces del Calvario del Retamar.
El cartógrafo de Carlos III, Tomás López y Vargas Machuca (1730 – 1802) en su afán de elaborar un mapa de España empleo un procedimiento análogo al utilizado para las “Relaciones” de la Península y de las Indias en época de Felipe II.3 Tomás López utilizó para su trabajo una gran cantidad de mapas de los siglos XVI y XVII, y los numerosos levantamientos cartográficos hechos en España en el siglo XVIII.
Plano conservado en la Biblioteca Nacional realizado en 1792, donde ya se reseña el antiguo Via Crucis del Calvario. |
Para completar estos materiales decide solicitar información de todas las regiones de España a los obispos, párrocos y funcionarios civiles destacados de cada localidad, enviándoles una carta en la que, en calidad de Geógrafo del Rey, pide que le respondan al interrogatorio que acompaña al escrito, y si es posible procurar confeccionar una especie de mapa o plano de la zona.4 En el interrogatorio remitido por Tomás López se contiene una nota en la que se solicitaba: “ Formar una especie de mapas o planos de sus territorios, de dos o tres leguas en contorno del pueblo, donde pondrán las ciudades, villas, lugares, .... ermitas, molinos, ríos, arroyos, sierras, montes, etc., que aunque no esté hecho como de mano de un profesor, nos contentamos con una sola idea o borrón del terreno, por lo que lo arreglaremos dándole la última mano. Nos consta que muchos son aficionados a la geografía y cada uno de éstos puede demostrar muy bien lo que hay al contorno de sus pueblos”.5 Con estos planos o borrones y los datos facilitados en las respuestas el cartógrafo realizó los mapas de las provincias y de España.
Esta carta, también enviada a la Diócesis de Córdoba fue remitida desde el Obispado a los vicarios de la provincia y entre ellos al de Montoro, que en aquellas fechas era Don Juan Antonio del Peral y Buenrrostro (1.764 – 1802.) Contestando el vicario a Tomás López a las preguntas solicitadas en un manuscrito fechado el 22 de septiembre de 1792. El Texto de la carta de remisión de las respuestas al cuestionario y del plano dice así:
“Mui Sor mío: remito a vm. las respuestas al interrogatorio consabido, y borron formado con la poca destreza que ocasiona la ninguna aplicación que por estos paises hai a la geografía. Celebraré haver llenado los designios y deseos de vm, y siendo los míos emplear mis facultades en ejercicio de sus órdenes las ofrezco a su disposición..... Montoro y septiembre 20 de 1792.”
Interior de la Ermita de San Roque poco antes de ser destruida en su totalidad En ella se cobijaron hasta 1936 las imágenes de la Cofradía del Calvario. |
El plano o borron6 adjuntado se encuentra muy bien conservado en el Gabinete de Manuscritos de la Biblioteca Nacional en la obra “Relaciones geográficas de Tomás López “7 que comprende un total de 20 volúmenes, que publicamos con este trabajo por ser de interés general para la historia local de Montoro.
El plano nos proporciona una idea muy cercana de Montoro de finales del siglo XVIII, conteniendo importantes datos administrativos de la delimitación territorial, accidentes geográficos más destacados como “ Las Angosturas, Cerros del Vidrio y Cornejo, Puerto Deseado”; pagos de la sierra como el “ Charco Novillo “; caminos de tránsito como el “ Camino Real de Madrid llamado de la Herradura “ y “ Camino Ancho” que hoy discurre por la Rivera del Guadalquivir; ríos y arroyos como Domingo de Lara o “ MingoLara “; vertientes del Guadalquivir, Iglesias y ermitas de la población como la de San Miguel y extramuros como la ermita de la Virgen de Gracia y fuera de la población como el santuario de la Fuensanta; edificios civiles como el Castillo de la Caba o de Julia ya desparecido en esa época, restos de la antigua muralla en la ladera norte de la vertiente del Guadalquivir; de uso público como el pilar de las Herrerías y los destinados a la industria local como las aceñas y batanes de las Monjas y de San Martín, las Tenerías que se encontraban en las cercanías de la Fuente de la Oliva y a la alimentación como las “ carnecerías “ o antiguo matadero sito en la encrucijada de la calle Santiago y por la que recibió el nombre la calle Carne.
De la información facilitada por Juan Antonio del Peral y Buenrrostro en sus respuestas al interrogatorio y del plano se extraen datos importantes, cuyo estudio lo dejo para otra ocasión, centrando el presente a los signos y elementos de las manifestaciones religiosas dibujados en el plano como las catorce cruces instaladas para la práctica del Vía Crucis del Barrio del Retamar. Si las observamos, su autor las dibuja según el sentido del itinerario del Vía Crucis y que prueban que se iniciaba en la Cruz del Humilladero junto a la Ermita de Santa Ana o plaza del Mercado y terminaba en la Ermita de San Roque o Monte del Calvario.
Talla de San Bartolomé de origen gótico que se conservaba en la Ermita de San Roque hasta su destrucción en 1936. |
Es este el único documento gráfico que hasta la fecha he encontrado de la existencia de las catorce cruces del Calvario del barrio del Retamar de Montoro, desaparecido en su práctica totalidad en 1936 con los trágicos acontecimientos de la incivil guerra.
En 1965 se pone en marcha el Vía Crucis de la Antorchas, que tendría lugar la noche del Martes Santo, realizando el mismo itinerario que el de la antigua Cofradía de Jesús del Calvario. Como las cruces habían desaparecido durante la guerra civil, son ahora restauradas con este fin8, encargándose su restauración y construcción a un albañil que elaboró un croquis, conservado en el archivo particular de D. Manuel Aguilar Benítez que también publicamos. Croquis del trazado e instalación de las cruces en el que puede observarse que detalla el itinerario del Vía Crucis.
La desaparecida Cofradía de la Confraternidad de Jesús del Calvario cuando comienza a procesionar sus Imágenes las trasladaba o mudaba sus Insignias, nombre con el que se conocía anteriormente a estos traslados, a la iglesia de Santiago para procesionarlas hasta la Ermita de San Roque en la noche del Domingo de Ramos; siguiendo el Vía Crucis de las antorchas el mismo recorrido que realizaba aquella desaparecida Cofradía. Es ésta la razón de que en el croquis de 1965 se indica una cruz en Santiago, otra en el poyato de la calle Puente y otra en el Puente sobre el Guadalquivir costeada por el Ayuntamiento, con la advertencia de que la situada en la calle Santiago “no pertenece a dicho Calvario sino que fue una cruz igual a otra que existía en la calle Rosario y que se denominaba cruz del Melón, (quizás exista un error del autor del croquis pues la cruz del Melón se encontraba en lo que hoy es el campo de tiro del Retamar) y otras cruces como cruz de Tobalico y cruz Santa Golosilla y que las cruces empezaban en la calle del Calvario”, calle del Calvario donde comenzaba realmente el Vía Crucis.
Por tanto podemos extraer que las cruces que se conservaron después de 1936, fueron muy pocas y que la única que permaneció en buen estado de conservación fue la de la ermita de Santa Ana en la plaza del Mercado.
Plano del Via crucis del Calvario de Montoro. 1965. Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez. |
Las cruces del croquis de 1965 se encuentran numeradas según el inicio del Vía Crucis, así las correspondientes a las seis primeras Estaciones se sitúan en la calle del Calvario, la 1 en la ermita de Santa Ana o antigua Cruz del Humilladero, la 2 en el grupo escolar, la 3 en la Venta, la 4 en el fondo de la calle Renepón confluencia con la calle Calvario, la 5 frente a la casa donde vivió Catalina “ La Sabia”, la 6 en el poyato frente al matadero, la 7 en la calle de la Amargura frente al molino, la 8 al final de la calle de la Amargura, la 9 en la calle Judiciaria esquina con el poyato de la casa nº 6, la 10 en el Cerro de la Salve, la 11 en la antigua fundición de García Ruiz, la 12 y 13 en la subida a la destruida ermita de San Roque y la 14 en la puerta la ermita.
Este croquis es muy coincidente con la ubicación de las cruces del plano manuscrito realizado por D. Juan Antonio del Peral Buenrrostro en 1792 del desaparecido Vía Crucis del Retamar; que se inició a finales del siglo XVI o principios del XVII y continuó practicándose hasta 1936 por la Cofradía de la Confraternidad de Jesús del Calvario hasta su desaparición, reinstaurándose en 1965 con la denominación de la Antorchas, como reminiscencia de aquel, que deseamos sea recuperado con la ayuda de todos para nuestro barrio del Retamar en la noche del Domingo de Ramos de la Semana Santa montoreña.
NOTAS:
1.- Ortiz García, J., “La religiosidad popular a través del urbanismo local de Montoro “Revista de Feria 2003. p 113
2.-Aranda Doncel, J., Historia de la Semana Santa de Montoro, siglos XVI – XX, pp. 85 y 122.
3.-Olaran Múgica, Clotilde. Índice de las relaciones cartográficas enviadas a Tomás López.
4.- Líter Mayayo, Carmen – Sanchís Ballester, Francisca. “Tomás López y sus colaboradores “. Madrid 1998. p 8.
5.- Olaran Múgica. Op. cit.
6.- M.s. 7294
7.-Líter Mayayo, C., Sanchís Ballester, F., Op. cit. p. 172. Peral, Juan Antonio del Cura de Montoro (Córdoba) citado por Tomás López en: Mapa geográfico del Reyno y Obispado de Córdoba. Madrid, 1797. Nota Textual: << D. Antonio Caballero y Góngora comunicó un manuscrito de esta diócesis, y encargó a los señores Curas Párrocos diesen noticias análogas al asunto, Distinguieronse en estas diligencias..... D. Juan Antonio del Peral [cura] de Montoro....>>
8.- León Solís, J., Madueño Madueño, A., “El Nazareno de Santiago “. Cruz de Guía 2003. p 27
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