LO MEJOR DE LA SEMANA

lunes, 21 de julio de 2014

Historia de la Plaza de San Miguel

Plaza y desaparecida Iglesia de San Miguel a inicios de los años treinta.
Fuente: Archivo Francisco Aguilar Pérez. Fototeca Pasión por Montoro
Antonio Delgado Garcia
Es una plaza prácticamente rectangular de la que parten las calles Clavel, Arco y Santos de Isasa, a la par que desemboca en ella la calle Diego Medina García. Se encuentra adoquinada en su totalidad, siendo su acerado de tacos. 
Las calles que bajan desde esta plaza, especialmente, la del Arco, ofrecen uno de los mayores desniveles de toda la población. Según datos obtenidos de las actas capitulares existía ya con este nombre en el año 1790. En tiempos hubo en ella un triunfo1, con la imagen de la Inmacula-da, pero al realizar el ayuntamiento en 1864 las obras de empedrado de la plaza2, aquél fue derribado, a causa de su estado ruinoso, siendo depositado en la contigua ermita, hoy también desaparecida, convertida en un bloque de viviendas que, a nuestro juicio, rompe con la armonía que tenía la plaza y desentona absolutamente de lo que es el conjunto.  Por si fuera poco, en el lugar donde durante bastante tiempo hubo una fuente de la que tomaban agua los vecinos, no hace mucho tiempo se ha levantado otra, de piedra, rodeada por un pequeño jardín, que afea sensible-mente la plaza, que, de esta manera, ha perdido todo el encanto que poseía. La ermita, iglesia filial de San Bartolomé, edificada por el gremio de los arrieros a mediados del siglo XVII, estaba situada en el lateral izquierdo y constaba simplemente de una sola nave de 14 m. de largo por 7 de ancho, y un altar con la efigie dedicada al Arcángel San Miguel. Ocupaba el número 2.
Antigua talla de San Miguel conservada actualmente en la sacristía de la Parroquia de San Bartolomé y que
posiblemente procede de la desaparecida iglesia. Fuente: Pedro J. Delgado
En esta plaza, concretamente, en el número 4, según el censo de 1853, vivían los padres de Manuel Criado Hoyo, y en el número 6, según el censo de 1863, vivía este último cuando contaba 7 años de edad y al que biografiamos en la calle que actualmente lleva su nombre. En el año 1940, se proyecta la reconstrucción, cuyo presupuesto no conocemos, y a cuyo fin el ayuntamiento de la ciudad contribuyó con un donativo más bien exiguo de sólo 100 pesetas. 
Años más tarde, la Corporación municipal aprueba el proyecto de pavimentación y alcantarillado de la plaza, cual obras fueron adjudicadas un par de años más tarde4.
Finalmente, en el año 1961 se aprueba el proyecto de alumbrado público de la plaza5.
Según el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico Artístico gozan de nivel de protección parcial las casas señaladas con los números 4, 5 y 6. 
De todo lo que era esta plaza sólo permanecen la casa número 5, que goza de protección integral, actualmente, en venta, lo que nos hace temer lo peor respecto de su futuro destino- quizá otro bloque de viviendas- y la magnífica fachada de piedra que ocupa todo el lateral derecho de la plaza perteneciente a la casa número 20 de la calle Diego Medina, también protegida, que forma esquina con esta plaza, a la que nos referiremos al ocuparnos de dicha calle. 
La casa número 5 puede fecharse en los siglos XVIII-XIX y es de estilo neoclásico. Consta de dos plantas. El cuerpo inferior es de sillares de piedra arenisca y fuertes dinteles. El cuerpo superior está simplemente encalado.
Stmo. Cristo de las Penas pasando por el desaparecido Arco de San Miguel
Fuente: Bartolomé Ruiz Calero. Fototeca Pasión por Montoro.
Por desaparecer ni siquiera está ya el arco que procedente de la ermi-ta se colocó en el ingreso de la calle Arco en tiempos del alcalde Francisco García Roa, bajo cuyo mandato, en el año 1972, se dotó del servicio de agua potable a 16 calles de este barrio de San Miguel. De esta plaza, por estar muy próxima a la casa número 20 de la calle Santos de Isasa, en que vivió el que esto escribe entre los años 1934-65, guarda gratísimos recuerdos en razón a haber tenido en ella una niñez plena de juegos y vivir entre un vecindario encantador tristemente ya desaparecido. 

NOTAS:
1AHMMO. Actas Capitulares, libro 83, año 1864, sesión de 23 de julio. Por acuerdo adoptado en esta sesión se dispuso el derribo, por su mal estado, del triunfo que se levantaba y que se despositara la Purísima en el altar de la propia ermita. 
2La composición y mejora del empedrado importó 3.081 pesetas. Era alcalde Francisco Romero Nuño.  
4AHMMO. Actas Capitulares, libro 81, año 1858, sesión de 17 de julio. El presupuesto de 143.095,35 pesetas se aprobó en la citada sesión. Las obras se adjudicaron en la de 4.7.1960, en la cantidad de 133.000 pesetas. En las dos fechas citadas regía el ayuntamiento, Ángel Medina Coronado. 
5 IDEM, año 1961, sesión de 10 de enero. Ostentaba la alcaldía, Francisco García Roa. 

1 comentario :

  1. Muy interesante este artículo que pone de manifiesto el pesimo estado en el que se encuentra este entorno, una lástima que una plaza que era tan bonita se encuentre así. Quien tenga oidos que escuche.

    ResponderEliminar

En el Blog Pasión por Montoro solo se aceptan comentarios en los que aparezca el nombre y apellidos. Cualquier comentario que se envie como anónimo no se publicará en ningún momento. Comentar con el nombre es muy fácil, pulsa sobre NOMBRE e indica tus datos personales. Así de fácil podremos tener una conversación fluida, con respeto y en beneficio de Montoro