LO MEJOR DE LA SEMANA

miércoles, 27 de febrero de 2013

Intervención en el Museo Arqueológico "Santiago Cano y Consuelo Turrión" de Montoro

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Vista general de la Plaza e Iglesia de Santa María de la Mota.
Fuente: Archivo Diego Muñoz-Cobo. Fototeca Pasión por  Montoro
El Excmo. Ayuntamiento de Montoro y la Ruta Bética Romana, han llevado a cabo una mejora integral de las instalaciones del Museo Arqueológico Municipal.
Ubicado en la Iglesia de Sta. Mª de la Mota, edificio del s. XIII, es uno de los principales focos de atracción turística tanto por su contenido como por su continente. Desde 1995 alberga en su interior una amplia colección de restos arqueológicos que abarcan desde la prehistoria hasta la época moderna.
La apuesta del Ayuntamiento de Montoro por recuperar edificios históricos para su uso cultural, adaptándolos a las nuevas exigencias de accesibilidad y servicios, la ha convertido en un referente dentro de las ciudades Conjunto Histórico-Artístico en Andalucía y a su casco antiguo en uno de los mejor conservados.
El importe de la obra ha ascendido a un total de 116.586,35 euros, de los cuales el Ayuntamiento ha aportado el 33 %.

Las obras han consistido en:
· Eliminación de barreras arquitectónicas de acceso al interior del Museo Arqueológico Municipal, pavimentado, barandilla y pasamanos de acceso por calle Mota.
· Rehabilitación de peldaños deteriorados en escalinata de acceso desde el patio.
· Colocación de fuente dieciochesca en el patio.
· Rehabilitación del patio del Aljibe árabe.
· Sustitución de algunos elementos de jardinería y siembra de nuevas plantas.
· Arreglo y adecentamiento de las puertas de entrada.
· Adecuación de las puertas del Camarín.
· Revoco de partes deterioradas por humedad y aumento de los respiraderos.
· Desmontado de paneles de lamas de madera (imitación antiguo artesonado) y sustitución por piezas nuevas.
· Desmontado de tejas de cubiertas y reposición, previa impermeabilización de los faldones.
· Eliminación del quiebro del faldón sur del tejado y alineamiento de cornisa.
· Puesta en valor de la campana de la espadaña.
· Restauración de la torre del camarín y muro norte del edificio principal.
· Restauración de partes de la fachada del antiguo Hospital de Cólera, actual muro norte de la Plaza
· Eliminación de cableado en fachada principal y torre del camarín.
· Cambio de la red eléctrica, alumbrado, cuadro de mando interior y sistema de alarma unificado.
· Pintado integral del edificio y zona de aparcamientos.
· Pavimentación con piedra molinaza del “teatro” de la Plaza de Santa María.
· Arreglos en la zona de aparcamiento de Santa María de la Mota (mejora del firme y jardinería).

Tras la ejecución de las obras de restauración, en el Museo Arqueológico se va a llevar a cabo la reestructuración de fondos y equipamientos, consistentes en la adecuación de vitrinas, material de exposición y museográfico.
El precio final del contrato de obra del Museo licitado por la Ruta Bética es de 64.336,24 euros de base y 13.510,61 de IVA (21%), lo que hace un total de 77.846,85 euros.
El precio del suministro es de 38.739,50 euros (IVA incluido)
El total de la obra asciende por tanto a 116.586,35 euros.

martes, 26 de febrero de 2013

Entrevista en 1991 a Manuel Aguilar Benítez, fundador de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas

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Manuel Aguilar, junto a, Alfonso Ruiz, Antonio Majuelos y Magán en un Miercoles Santo de los años 60
Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Hemos considerado oportuno publicar este documento que lleva en nuestras manos desde hace ya algunos meses, se trata de una grabación que conserva Francisco Aguilar de una entrevista a su padre, Manuel Aguilar Benítez, que fue Presidente y Fundador de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas. El audio que a continuación mostramos se trata de una entrevista realizada por Tomás Coronado García en el programa de radio "Al pie del paso" en 1991, espacio radiofónico que versaba sobre la Semana Santa de Montoro.
En esta entrevista se pondrán de manifiesto muchas de las peculiaridades de esta cofradía montoreña y dará luz a algunos aspectos de la rápida fundación de la Cofradía.

jueves, 21 de febrero de 2013

Concierto Asoc. Músico-Cultural Juan Mohedo de Montoro. Cuaresma 2013 Historia de la Marcha Procesional Montoreña

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Comienzan a llegar alguno de los actos importantes de nuestra Cuaresma 2013, uno de ellos el concierto de la Asociación Musico-Cultural Juan Mohedo de Montoro. En esta ocasión han decidido que el programa del concierto esté formado por distintas composiciones montoreñas. Buen acierto por parte de la dirección de la banda de música interpretar estas marchas que forman parte de nuestro patrimonio musical.
Durante el concierto podremos escuchar las distintas composiciones musicales:
1.-A Jesús Nazareno - Juan Mohedo
2.-Virgen de las Angustias - Francisco Mena
3.-Ascensión - Ricardo Martí
4.-Ntro Padre Jesus - Enrique Báez
5.-Padre Jesús bajo el arco - F. Conde
6.-Cristo de la Salud - Luís Bedmar
7.-A Nuestra Madre - Rafael Cazorla
8.-Elegia - José Ramón Rico
9.-Nuestra Señora de la Soledad - José Ramón Rico
10.-Verde Esperanza - Francisco Jesús Romero

martes, 19 de febrero de 2013

Narración del historiador Juan Aranda Doncel sobre el Miércoles Santo montoreño 1998.

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Historiador Juan Aranda Doncel en el Balcón del Ayuntamiento de Montoro. Miércoles Santo 1998.
Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez. Fototeca Pasión por Montoro
El próximo Sábado 23 de Febrero a las 12:00 horas tendrá lugar la presentación de la Revista del Cincuentenario Fundacional de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas que pondrá el broche final a su cincuentenario fundacional. Por este motivo pensamos que es el momento apropiado para publicar este interesante relato del historiador Juan Aranda Doncel del Miércoles Santo de 1998. Un audio que merece la pena escuchar ya que el locutor pone de manifiesto muchos de los valores de esta cofradía montoreña además de aportar muchos datos sobre la Semana Santa de Montoro, la historia y patrimonio de Montoro y como no, de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas, pues es testigo directo del descenso de esta cofradía por la popular calle Alta de Montoro a los sones de la Banda de Música interpretando Cristo en la Cruz. El audio que aparece en este vídeo lo conserva a día de hoy Francisco Aguilar Pérez.

lunes, 18 de febrero de 2013

El Manto de la Virgen de las Angustias de Montoro

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Virgen de las Angustias de Montoro. Fuente: DESCONOCIDA. Fotografía Pedro J. Delgado. Fototeca Pasión por Montoro

Publicado originalmente en el Boletín de Misericordia y Angustias
José León Solís
La antigua imagen de la Virgen de las Angustias representaba el momento en que María recibe en su regazo a Cristo muerto. Desconocemos por el momento su autor y fecha, aunque si su encuadre en el más puro estilo barroco. La imagen presentaba unas facciones dulces y la expresión de un llanto sereno por la muerte del Hijo. Esta imagen, de las más bellas de la Semana Santa montoreña, fue sometida en el patio de la ermita de San Sebastián al fuego devorador en 1936, sólo se ha conservado una de sus manos. 

El patrimonio de las cofradías montoreñas contaba con ricos mantos, brocados y sayas bordados en oro. Desgraciadamente sólo se ha conservado el manto de la Virgen de los Dolores que donó Diego Obrero, la saya de la Virgen de la Soledad y el manto, saya y pecherín de la Virgen de las Angustias. Durante muchos años este manto se creyó que había sido destruido junto con la imagen, hasta que fue entregado a finales del pasado siglo a la Cofradía. Su estado de conservación no es bueno si bien puede, es intención de la Cofradía, ser restaurado.
Detalle manto de la Virgen de las Angustias de Montoro
Fuente: Antonio Madueño.
La recuperación del manto ha permitido conocer que fue elaborado entre 1840 – 1850, desconociéndose su autor. El bordado en oro está realizado sobre terciopelo azul oscuro, que con el paso de los años se ha impregnado de un tono negro. El pecherin y la saya, que luce actualmente la imagen de la Virgen de las Angustias obra del escultor valenciano Pio Mollar Franch, pertenecen a la antigua imagen. 

Por inscripciones que constan en el manto sabemos que el bordado fue renovado en el año 1904, siendo sufragado con limosnas del pueblo pedidas por Tomas Adán Salcedo secretario de la Cofradía del Santo Entierro, constituida en Sociedad del Santo Entierro en el año 1905. También conocemos que en el año 1926 se adquirió una puntilla para el manto gracias a las limosnas solicitadas por Ana María Escribano González.
En el año 1903 la madre Mariana del Colegio de Jesús bordó con la ayuda de las niñas del Colegio niñas Educandas, que fundó el presbítero don Juan Antonio del Peral y Buenrrostro, un manto para la Virgen de las Angustias. Creemos que la renovación de 1904 puede corresponderse con la realizada por la madre Mariana con la ayuda de las niñas del Colegio de Educandas. Para concluir esta breve aportación para la revista de la Cofradía, vamos a reproducir los emotivos versos escritos el 20 de febrero de 1903 por el presbítero de Montoro don Antonio Benítez y Benítez, que entre otros poemas dedicó varios a la construcción del Camarín de Padre Jesús. El poema que transcribimos nos sirve de soporte para fundar la autoría de la renovación del manto.

A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS
Con motivo del estreno de su nuevo manto


¡Oh Virgen Santa, que en el cielo estás!
enjuga nuestra pena y nuestro llanto,
cúbrenos ya con el precioso manto
que te donó del pueblo la piedad.
Aqueste pueblo, venturoso un día,
que de catolicismo blasonaba,
por mil causas ajenas lo perdía,
de tus grandes angustias se apartaba.
Mas vino la reacción: una hermandad
que siempre a tus angustias y dolores
tributó su fe grande y su piedad,
trató de tributarte mil loores.
Viendo tu vestidura ajada y fea,
en un manto pensó de oro bordado,
que de tu regia extirpe digno sea,
con galones, relieves y brochado.
Y estás más bella con el rico manto
que te bordó con primoroso anhelo
una mujer de singular encanto
que aspira solo a la región del cielo.
Es la madre Mariana, pura y bella
como una Virgen, como el aura sutil,
la que bordó tu manto con estrella,
la que es para lo bueno siempre útil.
Consuélala en sus penas, Virgen Santa,
asístela en su angustia, Virgen pía,
que no es digna de estar con pena tanta
la que tanto te quiere, Madre mía.
A las niñas benditas, fieles buenas,
de niveas manos, de facciones bellas,
que te bordaron nardos y azucenas,
y rosas y jazmines entre ellas,
protégelas también, Virgen María;
que gocen siempre de eternal ventura,
que no se aleje de ellas la alegría
y que irradien torrentes de hermosura.
Al hombre generoso y desprendido
que trabajó constante noche y día,
y que el nombre de Adán es su apellido,
protégelo también Virgen María.
Del santo Entierro, Sociedad piadosa,
que el dulce nombre recibió de hermanos,
y que a su Virgen tiene tan hermosa,
bendícelos Señora con tus manos.
Para tu pueblo oh Virgen ¿qué te pido?
Que nos cubras a todos con tu manto,
que no nos dejes nunca en el olvido,
que enjugues nuestra pena y nuestro llanto.
Ahora Señora, míranos en todo,
danos tu bendición, Virgen María;
de rodillas decimos de este modo:
¡Nunca jamás nos dejes, Madre mía! 
     

jueves, 14 de febrero de 2013

Bases del Concurso Fotográfico Semana Santa Montoro 2013

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La Agrupación de Hermandades y Cofradías de Montoro nos ha facilitado las Bases del Concurso Fotográfico Semana Santa Montoro 2013 a fin de dar la mayor publicidad posible y que el concurso continua con las altas cotas de participación conseguidas en la pasada edición.  
A continuación se exponen las Bases de este concurso, como participante de ediciones anteriores os animo a que presentéis vuestras fotografías a concurso, leyendo antes con detenimiento los distintos puntos de las bases.


lunes, 11 de febrero de 2013

El Arco de la cárcel y el Rincón de Olaya

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Padre Jesús bajo el arco. Años cincuenta. Archivo Familia González Serrano. Fototeca Pasión por Montoro

Publicado originalmente en la Revista Cruz de Guía
José León Solís
Conocer la historia de la Semana Santa ha sido una constante a lo largo de los siglos. Las fuentes documentales, para reconstruir el pasado, constituye un instrumento muy valioso e imprescindible. Pero, ¿puede encontrarse en las fuentes escritas toda la información de la historia más visible de nuestra Semana Santa?
Desfile del Viernes Santo montoreño con autoridades civiles, eclesiásticas y
políticas acompañados de la Banda de Música e Imperio Romano
El trabajo colectivo - el individualismo es contrario al devenir del hombre-  hace posible que la tradición se cumpla como máquina del tiempo que marca el tic-tac de nuestra historia. El progreso, el mundo globalizado, las nuevas tecnologías, la información rápida, nos llevan a un continuo e incesante baile de datos y estudios históricos, a veces inconexos, y a una visión generalizada de la celebración los días sagrados de la Semana Santa, sin deparar, en muchas ocasiones, en las peculiaridades de cada localidad; lo que conlleva a dejar en el olvido a aquellas generaciones que con nulos recursos supieron transmitir este hermoso legado. La conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo constituye en su esencia religiosidad pero también tradición, sello indeleble que duerme sumergido en el fondo del pueblo al que es imposible que le sea arrebatada. 
Desde sus inicios en el siglo XVI ésta celebración ha tenido – y tiene - como base la participación popular, esencia y árbol en el que ahonda sus raíces marcando una mixtura de lo religioso con lo popular, a pesar de algunas voces que tratan de eliminar este último componente para ir a lo estrictamente puro.
Las procesiones del medievo cumplían como fin primordial la práctica de la disciplina pública como forma de expiación de los pecados. Será a partir del Concilio de Trento cuando cambie el orden de celebración, sin olvidar la participación del Clero que ocupaba en el cortejo un lugar preeminente portando y acompañando al Crucifijo, aunque las Autoridades Civiles se encontraban próximas a ellos. 

Mañana del Viernes Santo en Montoro. Anterior a 1960.
Fuente: Archivo Familia González Serrano. Fototeca Pasión por Montoro
La externalización de la procesión supuso que el espacio urbano se convierta en un recorrido sagrado, en un Vía Crucis. Así las calles y plazas se convierten en un espacio ritual. Por ello, la procesión constituyó una de las máximas expresiones del catolicismo postridentino. De este modo se concibe la introducción en el cortejo de los cantos penitenciales que junto con los elementos sonoros y visuales crearán el ambiente de la Semana Santa.
La manifestación de la religiosidad popular surgida de la Hermandades y Cofradías sufrió el duro embate de las prohibiciones de Carlos III. Esta situación se hizo más aguda en el siglo XIX con las desamortizaciones, lo que supondrá en algunos casos andaluces su desaparición. Será a lo largo del siglo XX cuando comience a resurgir alcanzando hacia finales del siglo el momento de mayor esplendor de toda su historia. No cabe duda de que actualmente vivimos una época de esplendor de la Semana Santa, impulsado en los últimos veinte años, del que no ha gozado en el pasado ni siquiera en la época del barroco. Su origen podemos situarlo en dos décadas de la pasada centuria que han sido claves en su desarrollo: los años cuarenta, que podemos calificar de “comienzo de la nueva etapa cofrade” y los años ochenta de indudable cambio a la actual Semana Santa, pero manteniendo la esencia.
El Patrimonio que constituyen las Hermandades y Cofradías, el Imperio Romano, los Coros, los Sentencieros, los Apóstoles y las Asociaciones musicales, se han nutrido y se nutren de un fondo humano que con su trabajo cotidiano es la base y esencia que perfuma la preservación de nuestra más arraigada tradición. Sin estos elementos la Semana Santa montoreña carecería de idiosincrasia. 
San Pedro procesionando con la Vera Cruz. Inmediato a la guerra
Archivo Pepe Meroño. Fototeca Pasión por Montoro
Quienes fueron participes, en cada momento histórico, de su resurgimiento y consolidación no percibieron la importancia de su labor, tampoco experimentan esta percepción los que están ahora creando historia, porque el trabajo diario, el más silencioso, viene impulsado por la generación precedente; siendo, en suma, todos artífices de nuestra actual Semana Santa.
Remontémonos a los años cuarenta de la pasada centuria para comprender los hechos y a aquellos hombres que sentidos por el peso de la tradición realizaron un titánico esfuerzo. Fueron años de escasez de medios, de Imágenes y de Pasos, en los que se reorganizó la Semana Santa de posguerra. No vamos a pormenorizar, por ser sobradamente conocido por todos, como se reorganizó la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno que adquirió todas sus Imágenes en poco más de cinco meses para hacer realidad su salida procesional en el año 1.940, o la primera salida de la Cofradía del Santo Entierro y de la Banda de Música, o aquellos valientes Romanos que recuperaron en la ajetreada Cuaresma del año 1941 a la Centuria Romana de Montoro, designando los cargos del Cuerpo de Oficiales, Cabo de Gastadores, de tambores, de cornetas, la Primera Escuadra de Gastadores, buscando o confeccionando capas de paño roja, golas, corazas, cascos y quita quites de latón, morriones de lana roja y negra, picas, espadas de madera, faldillas de tela azul, pantalones blancos, manoplas rojas y para la ocasión botas camperas de color negro y rojo, algunas prestadas, o aquellos cornetas y tambores que sin traje de Romano desfilaron por nuestras calles, o a los componentes de los Coros pidiendo permiso para reunirse en las tabernas adyacentes de nuestra Plaza para realizar sus ensayos. El  siete de febrero de 1940 Pedro Cañas dirige escrito solicitando autorización al Alcalde para llevar a cabo los ensayos cuaresmales ante la dificultad de reunirse en horas nocturnas – tengamos en cuenta que en aquellos años de posguerra existían fuertes prohibiciones de reunión – solicitud que por su interés venimos a reproducir literalmente:
“Señor alcalde y demás individuos que componen el Ilustre ayuntamiento de esta ciudad. 
El que suscribe en representación del Coro de los Dolores de este pueblo, del que se honra en ser su Director artístico, a ésa Ilustre Corporación. 
Expone: Que siendo en ésta época de cuaresma cuando nos dedicamos a los ensallos del Venedicto y Dolores, con el fin de perfeccionarlos, para poder luego acompañar a las Imágenes, durante las procesiones de Semana Santa, y teniendo necesidad de reunirnos con alguna frecuencia en estos días, durante las horas de ocho a doce de la noche en los Establecimientos de bebidas de esta población, queriendo el que suscribe obtener para tal objeto un permiso, ya que con nuestros ensayos contribuimos a levantar el entusiasmo del vecindario, y que nuestras próximas fiestas alcancen el mayor esplendor. 
Suplica: Se le conceda por esa Corporación municipal el permiso que solicita, con el fin que por los agentes de la autoridad no se nos llame la atención en las horas de nuestros ensallos, y en las que se guardarán por esta entidad del “ Coro de la Virgen” las formas más correctas”.
Borriquita en Jesús, posiblemente su primera
 salida procesional. Archivo José León Solís.
La consolidación de la Semana Santa de posguerra concluyó en los años cincuenta y principios de los sesenta gracias al ambiente de Cuaresma generado en el barrio de la Plaza y en el bar de la “ Puerta Baja” regentado por Dª Rosario Jiménez donde acudían los cofrades, Presidentes y miembros de las Juntas Directivas de las Cofradías, donde también tenía lugar los ensayos de los Coros y de los Romanos y el barrio del Retamar, en casa de Manuel Ruiz Isasa o en el bar de Pedro González Majuelos “Pericón el del Puente” donde se fraguó la fundación en el año 1943, realizando su primera salida procesional en 1944, la Cofradía de la Borriquita. Estas décadas constituyeron época de dificultades pero también de impulso y mantenimiento, con un factor que mermó considerablemente la Semana Santa a partir de la década de los sesenta: la emigración que desembocó en una importante disminución de la población más joven y por consiguiente de los miembros activos de las Cofradías, lo que obligó, entre otras cosas, a que los Pasos tuvieran que ser portados de parihuelas o andas a ruedas; hecho recogido de manera bien elocuente en el libro de Actas de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Mañana Viernes Santo. Fuente: recorte de la
Revista Nuevo Oleastrum Montoro.
“… Por el Señor Presidente, se da a conocer el problema que representa la falta de personal para llevar las imágenes, del cual se trató en la junta General Ordinaria celebrada el día del Corpus Christi del pasado año, y que quedó pendiente para esta reunión. Todos los hermanos con gran espíritu de colaboración, exponen ideas aprobándose las de D. Rafael Cazorla Beltrán, D. Rafael Barona y D. Manuel García Mesa en el sentido de que ellos se encargarían de buscar el personal y acordándose el precio de 150 pesetas para las imágenes de San Juan, Magdalena y Verónica y de 200 pesetas para Nuestra Señora de los Dolores. Se acuerda así mismo la elevación de la cuota de 5 pesetas por hermano”.[1]
La década de los ochenta marcó un nuevo cauce. Hoy, desde la perspectiva del tiempo, podemos decir que este renacer fue común denominador en la Semana Santa andaluza, dándose incluso la paradoja de que pueblos y ciudades, donde casi no se celebraban procesiones de Semana Santa se crearon nuevas Cofradías, o se dio un gran impulso a las que estaban avocadas a su desaparición.
Son muchos los factores que influyeron, no coincidentes con una época de fervor religioso sino todo lo contrario de crisis religiosa, en este renacer; dándose el dato aparentemente contradictorio que se produce en una época en la que comienza a regir un Estado aconfesional basado en la libertad religiosa y de culto amparada en el artículo 16 de la Constitución de 1.978. En este nuevo marco socio-político es cuando comienza a marcarse con mayor ímpetu el cambio de ritmo de la Semana Santa.
Primera cuadrilla de costaleros montoreños.
Fuente: Antonio Criado Arroyo. Fototeca Pasión por Montoro
Como causas básicas de este resurgir podemos señalar, entre otras, la vuelta de la emigración, que en tiempos de ausencia supuso el recuerdo de la tierra con la esperanza de volver como una liberación y vuelta al ideal del “vivere secumdum natura”, es decir, la vuelta a las raíces y a la búsqueda de la identidad que le sirve al individuo para el hallazgo de la memoria perdida. Otros factores fueron la incorporación a las cofradías de la juventud auspiciada por la generación de posguerra y la democratización de las cofradías, así como de la incorporación y participación de la mujer en el mundo cofrade, tanto tiempo relegada, no sólo en el ámbito externo de participación en las procesiones sino también en el gobierno interno de las cofradías. Otro aspecto fundamental, muy a tener en cuenta fue y lo sigue siendo, la búsqueda por las Cofradías de nuevos recursos económicos, lo que implicó una mayor actividad durante todo el año, no reduciéndose su actividad a los días previos de la Semana Santa.
La primera salida del Paso del Santo Sepulcro con los costaleros de la Cofradía del Nazareno de Córdoba en el año 1981 y en el año 1982 de la primera salida procesional con la cuadrilla de costaleros montoreños auspiciada desde la Cofradía del Santo Entierro de Montoro, constituyó un punto de inflexión del esplendor actual de la Semana Santa. Es este un hecho indiscutible que marcó una renovación de los Pasos, exhorno con flor natural cuidando los detalles, introducción de música adecuada al costal y fundamentalmente una mayor atención a todos los Titulares de la Cofradías.
Con los antecedentes inmediatos y lejanos que hemos expuesto, para alcanzar a comprender lo que hoy constituye, en su justa dimensión, nuestra Semana Santa, vamos a fijar nuestra atención en determinadas tradiciones, para lo que hemos buceado  en el fondo de la intrahistoria.
Libro de Actas de la Cofradía de Padre Jesús.
La historia se nutre de hechos emergidos del pueblo que por su repetición se convierten en tradición. Es la Intrahistoria, concepto que inventó Unamuno y que definió como silenciosa, continua, como el fondo del mar, como la sustancia del progreso. Es la verdadera tradición. La tradición eterna que sirve de “decorado” a la historia más visible y que duerme durante todo un año para despertar en su justo espacio, tiempo y lugares precisos, como savia que cada primavera renace del recuerdo para mostrarse como flor espléndida. En definitiva aquellos aspectos menos visibles surgidos del silencio, de lo cotidiano, del fondo del pueblo donde duerme y se construye la verdadera y eterna tradición, auténtico decorado invisible pero imprescindible para que la escena de la Semana Santa pueda tener lugar cada año. Sin la repetición de los hechos nacidos de la intrahistoria la tradición se vería abocada a la desdicha.
Los Libros de Actas de los Cabildos y de las Juntas de Gobierno de las Cofradías están llenos de historia; pero quedan ocultos, por no quedar en ellos reflejados salvo excepciones, determinados aspectos de nuestra tradición que han llegado hasta nuestros días gracias al esfuerzo de todos. El gran escenario que constituye el marco de Montoro, con sus intrincadas calles de blanca cal y rojiza piedra molinaza reflejan un blanco pasado en el que se siguen desarrollando las mismas tradiciones. 
Padre Jesús bajo el Arco. Años cincuenta.
Fuente: Archivo Familia González Serrano. Fototeca Pasión por Montoro

Hoy queremos traer a éstas páginas y compartir con todos los que nos precedieron, decimos queremos porque todos somos participes como ente colectivo, la intrahistoria de la Semana Santa montoreña relacionada con dos rincones de la madrugada del Viernes Santo, donde tiene lugar la tradición: El Arco de la Cárcel y el Rincón de Olaya. La procesión de la madrugada del Viernes Santo discurría en la penumbra de las velas de los penitentes hasta el comienzo en el año 1846 del proyecto e instalación del alumbrado para, como dice Leopoldo Martínez y Reguera, poner coto a los sucesos que en las noches oscuras tenían lugar con pasmosa frecuencia, en aquellas personas que por las pendientes y desiguales calles de Montoro, no iban provistas de linternas, como los esbirros de las rondas antiguas, por las distintas y débiles, parecían en ciertas noches pavorosas, imperceptibles átomos, puntos luminosos perdidos en el espacio, último suspiro de una estrella.
Cuando Nuestro Padre Jesús Nazareno puntualmente se presentaba en la penumbra de la Plaza de Jesús ante su pueblo de Montoro se renovaba el rito. Una hora transcurría, y transcurre, desde la plaza de Jesús hasta el Arco de la Cárcel o Arco de los Faroles adyacente a las Casas Capitulares, cuya fachada de piedra molinaza se cubrió de cal en la época de epidemias de tifus, eliminada en la década de los años veinte del pasado siglo siendo Alcalde D. José León García.
Vista de la Calle Alta y el Arco. Años sesenta.
Fuente: Diego Muñoz-Cobo. Fototeca Pasión por Montoro
El Arco será objeto de remodelación y eliminación de la cal en los años sesenta construyéndose las actuales hornacinas donde lucen, iluminadas por sendos faroles, un cuadro de la Imagen del antiguo Nazareno y otro con la Imagen de la Inmaculada Concepción. Desde la década de los cincuenta hasta finales de siglo se instaló un arco de bombillas encendidas, exclusivamente, en la madrugada del Viernes Santo para darle mayor realce a la Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno bajo el Arco. En este lugar, desde el siglo XVII se recitan por los Sentencieros la Sentencia a Muerte de Jesús y los cantos penitenciales del Coro Padre Jesús. 

Indaguemos en el origen de la tradición de Padre Jesús bajo el Arco, que si bien no consta documentado, ha sido transmitido de generación en generación. El punto de partida lo podemos situar con la construcción de la antigua Cárcel Real adyacente al Arco. Durante el reinado Felipe III se construyó la cárcel de la Villa de Montoro con entrada por la Plaza. Así consta en inscripción labrada en piedra molinaza que recuerda el hecho: “La majestad del Rey Phelipe tercero, deste nombre, Nuestro Señor, Mandó hazer esta Cárcel”.
Durante muchos años ésta entrada estuvo ocupada por un kiosko fabricado en piedra molinaza que regentó, antes de ser demolido, por nuestro recordado Marchena. La antigua Cárcel ocupaba lo que fue la Depositaria del Ayuntamiento y salón de Actos del Colegio de San Juan de Letrán, antiguo Colegio de Niñas Educandas que fundó el Presbítero D. Juan Antonio del Peral y Buenrrostro. Por inventario de 1790 sabemos de las dependencias del presidio: pasando la puerta principal y el rastrillo de hierro estaba a la izquierda una cuadra grande para presos y otras dos más pequeñas. También disponía en el cuarto junto a la escalera de un cuarto y otro en la parte alta. Junto a las dependencias que albergaban a los detenidos y presos se encontraba la capilla y sacristía. La cárcel fue ampliada en el año 1.836 con parte de las dependencias del adyacente colegio de Niñas Educandas, hasta su traslado en 1.840 a las dependencias del exconvento del Carmen.
Sermón del Paso. Años cincuenta.
Fuente: Archivo Familia González Serrano.
Este hecho sucedía a las tres de la madrugada, salvo los años de prohibiciones en los que la procesión se trasladó al alba, acudiendo el pueblo emocionado a este acto. 

Cuando se trasladó la cárcel, en tiempos de Isabel II, al edifico adyacente del antiguo convento de los carmelitas, donde hoy esta la Plaza de Abastos, quedó la costumbre de los montoreños de acudir a ver a Nuestro Padre Jesús debajo del Arco a las tres de la madrugada en memoria de aquella tradición.
Otro lugar, de más reciente creación en el que se recrea la tradición, es el “Rincón de Olaya”. Muchas veces hemos oído hablar de este lugar como sitio de antigua tradición, si bien su origen es más actual remontándose al año 1991. Han sido numerosas las ocasiones en las que hemos recordado su origen pero es preciso volver a hacerlo.
En el número 11 de la Calle de la Coracha vivió Antonio Olaya, miembro que fue de la Agrupación de Sentencieros y de los Coros de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Tan amante era nuestro recordado Olaya de su Coros y de su Padre Jesús que todos los días del año, lloviera o hiciera calor, de regreso a su domicilio tanto al mediodía como por la noche, acudía a las puertas de la Iglesia de San Juan de Letrán para entre sollozos cantar los cantos de los ancestrales Coros.
Calle Coracha, al fondo el Rincón de Olaya. Años sesenta.
Fuente: Archivo Diego Muñoz-Cobo. Fototeca Pasión por Montoro
La Sentencia denominada por tradición “ La Larga”, para distinguirla de la que se canta por el Piadísimo y Antiquísimo Coro de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores para dar entrada al cántico del Et Erexit, denominada por tradición “ La Corta”, era cantada por la Agrupación de Sentencieros antes de la guerra civil de 1936 en la madrugada del Viernes Santo ante la Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno en los siguientes lugares: En el Arco de la Cárcel y en “ El Castillito”. El texto de la Sentencia estaba escrito en la llamada María, denominación que tomó del asta donde estaba inscrita por estar rematado con la M símbolo de María. Después de la contienda civil ésta sentencia dejó de cantarse hasta que en 1991 pudo recuperarse en el seno del Piadoso y Antiquísimo Coro de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, gracias a Francisco Amate y Manuel León Cañete cuyo texto y canto conocían, transmitiéndolo a los actuales miembros de la Agrupación de Sentencieros que también forman parte del Coro. La razón de situarse el canto en el “ Rincón de Olaya “, fue debido a que, como hemos dicho, los Sentencieros formaban también parte del Coro de Padre Jesús. Ante la imposibilidad de actuar como coristas y sentencieros en los tradicionales sitios donde se cantaba esta Sentencia, acordaron cantarla exclusivamente en el “Rincón de Olaya, bautizado así por las personas que recuperaron el canto en el año 1991, y en memoria de Antonio Olaya que formó parte de ésta Agrupación de Sentencieros y de los Coros de Padre Jesús. 
Estos hechos silenciosos e invisibles son los que duermen en el fondo de la tradición que como ánfora de un barco sumergido en el transcurso de los años consiguieron aupar aquellos entusiastas Romanos, cofrades, coristas, sentencieros, músicos y que muy pronto se pusieron en marcha con una labor silenciosa y que constituye la intrahistoria de nuestra Semana Santa, o de aquellos otros que introdujeron los costaleros. 

Los pasos perdidos por nuestras calles y plazas duermen apacibles y sosegados, como camino por el que ha resbalado la tradición, sin caer en el precipicio. Sitios y lugares por los que discurren las procesiones de la Semana Santa de Montoro. Patrimonio de un pueblo que un día recibirán de sus predecesores los más jóvenes como legítimos herederos obligados a su conservación.

sábado, 9 de febrero de 2013

Presentación de la Revista Cincuentenario Fundacional de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas de Montoro

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El próximo 23 de Febrero a las 12:00 horas en la Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen de Montoro tendrá lugar el último acto con motivo del Cincuentenario Fundacional de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas. Tendrá lugar la presentación de una Revista donde podrás encontrar numerosas colaboraciones que ponen de manifiesto la importancia de esta cofradía montoreña. Analizando diversos aspectos de su historia, patrimonio y demás aspectos al igual de numerosas colaboraciones sobre vivencias personales en esta cofradía.
Además de todo esto se ha incluido un apéndice documental donde podrás encontrar numerosas fotografías antiguas y documentos que versan sobre la historia de esta cofradía montoreña. Al igual que numerosas páginas a todo color con fotografías de la procesión del Stmo. Cristo de las Penas. 
Sin lugar a dudas una publicación que no debemos perdernos en esta Cuaresma 2013, una revista con un gran nivel que se convertirá en un verdadero documento para la Cofradía y el pueblo de Montoro en general.
Ya puedes adquirir la revista en los siguientes puntos de venta:
-Libreria Epora. Calle Cervantes.
-Librería Ana. Avd de Andalucia.
-Libreria Gutierrez. Calle Cervantes.
-Librería Calero. Calle Corredera.

Los fondos de la Fototeca Pasión por Montoro. Actualización Febrero 2013

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Desde Junio del pasado año está a disposición la "Fototeca Pasión por Montoro" que pretende clasificar y poner en valor la ingente cantidad de fotografías antiguas del pueblo de Montoro, que son de gran importancia para entender una pequeña historia. Poco a poco vamos completando los distintos apartados que conforman este archivo fotográfico, una vez más agradecer a todas las personas que colaboran con el proyecto cediendo sus fotografías antiguas de Montoro. A día de hoy he conseguido recuperar en torno a unas 2500 fotografías antiguas de Montoro. Si cualquier persona dispone de este tipo de material le rogaría que se pusieran en contacto conmigo a través del correo pasionpormontoro@hotmail.es  
A continuación pondremos los distintos enlaces directos a los apartados de la Fototeca Pasión por Montoro:
Semana Santa de Montoro. (pulsa sobre los enlaces para ver las fotografías antiguas)

-Fotografías antiguas Cofradía de la Borriquita
-Fotografías antiguas de la Cofradía de la Humildad
-Fotografías antiguas de la Cofradía de las Penas
-Fotografías antiguas de la Cofradía de la Vera Cruz
-Fotografías antiguas Cofradía de la Flagelación
-Fotografías antiguas Cofradía Padre Jesús
-Fotografías antiguas Cofradía Misericordia y Angustias
-Fotografías antiguas Santo Entierro y Soledad
-Fotografías antiguas Cofradía Resucitado
-Fotografías antiguas Imperio Romano Montoro
-Fotografías antiguas Banda de Música Montoro
-Fotografías antiguas Apóstoles de Montoro
-Fotografías antiguas Coros de Padre Jesús

Fotografías antiguas de Calles, montoreños/as y Economía (pulsa sobre los enlaces para ver las fotografías antiguas)

-Fotografías antiguas de Calles y Rincones de Montoro
-Fotografías antiguas de las Plazas de Montoro
-Fotografías antiguas de la vida cotidiana de montoreños/as
-Fotografías antiguas de la agricultura y ganadería
-Fotografías antiguas de las Industrias en Montoro

Fotografías antiguas del Patrimonio Montoreño (pulsa sobre los enlaces para ver las fotografías antiguas)

-Fotografías antiguas de la Parroquia de San Bartolomé
-Fotografías antiguas de la Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen
-Fotografías antiguas del Puente Mayor de Montoro
-Fotografías antiguas Ayuntamiento de Montoro
-Fotografías antiguas Iglesia Sta. María de la Mota

Fotografías antiguas de fiestas, tradiciones y vistas generales de Montoro (pulsa sobre los enlaces para ver las fotografías antiguas)

-Fotografías antiguas de los Patronos de Montoro
-Fotografías antiguas de la Tauromaquia en Montoro
-Fotografías antiguas de la Virgen de la Fuensanta
-Fotografías antiguas del Carnaval en Montoro
-Vistas generales de Montoro

jueves, 7 de febrero de 2013

Agenda Cofrade Pasión por Montoro: 4-10 de Febrero

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Triduo del pasado años. Fuente: Pedro J. Delgado
Triduo en Honor a Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalem y María Stma. del Amor y la Paz

-Jueves 7 de Febrero: Santa Misa por la Infancia a las 19:30 horas.
-Viernes 8 de Febrero: Santa Misa en recuerdo de los Difuntos de la Cofradía a las 20:30h
-Sábado 9 de Febrero: Fiesta de Regla, Imposición de Medallas a los nuevos Hermanos. Confirmacion del Hermanamiento con la Cofradia de la Santa Vera Crux a las 20:30h.
Viernes Santo 2010. Fuente: Manuel Sánchez

Igualás de las cuadrillas del Santo Entierro y la Soledad

-Viernes 8 de Febrero a las 20:30 horas en la Iglesia de San Sebastián. Igualá de la cuadrilla del Santo Entierro.
-Viernes 8 de Febrero a las 21:00 horas en la Iglesia de San Sebastían. Igualá de la cuadrilla de Ntra. Sra. de la Soledad




Jueves Santo 2012. Fuente: Pedro J. Delgado


Reunión de portadores de la Cofradía de la Flagelación

-Viernes 8 de Febrero a las 20:30 horas en la Casa Hermandad de la Cofradía de la Flagelación. 
Cualquier interesado en formar parte de las distintas cuadrillas está invitado a acudir a alguno de los ensayos o a está misma reunión.











Via Crucis 2012. Fuente: Tomás Coronado

Via Crucis de preparación a la Cuaresma.
-Sábado 9 de Febrero a las 21:15 horas.
La Agrupación de Hermandades y Cofradías en colaboración con la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo de la Humildad en su Presentación ante Pilatos y Ntra. Madre y Sra. de Consolación y Esperanza ha organizado en esta ocasión el Via Crucis que partirá desde la Iglesia del Carmen.










Toma de Poseción de la Junta de Gobierno del Resucitado
-Domingo 10 de Febrero a las 10:00 horas en la Ermita de la Virgen de Gracia
Cabildo General Ordinario de la Cofradía del Stmo. Cristo Resucitado.
-Domingo 10 de Febrero en la Ermita de la Virgen de Gracia, en primera convocatoria a las 11:00 horas y en segunda convocatoria a las 11:30 horas con el siguiente orden del día:
·Lectura por la Secretaria de las actas de elecciones, composición de la Nueva Junta de Gobierno y de trasmisión de poderes.
·Informe, por la Tesorera, del estado de cuentas.
·Sorteo de Hermano Mayor de Honor para el año 2013, según marca el artículo 34 de los Estatutos de la Cofradía
·Paso del cortejo procesional por los jardines de la Virgen de Gracia.
·Planificación y organización del cortejo procesional para el Domingo de Resurreción 2013
·Ruegos y preguntas.

lunes, 4 de febrero de 2013

La memoria histórica de los animales

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Plaza de España de Montoro, en la Calle Alta se observa la espadaña de los carmelitas. Años 30.
Fuente: Archivo José León Solís. Fototeca Pasión por Montoro
Francisco Aguilar Pérez
A todos aquellos que perdieron, pierden y perderán lo más sagrado que posee el hombre por la sinrazón humana de la guerra, en especial a José María Mateos, Jaime Carretero, Eliseo Durán y Ramón Pérez, todos ellos padres carmelitas del convento de Montoro.

Estoy próximo a que mis ojos se cierren por última vez sobre esta tierra, lo presiento. Mi corazón está al filo de apagarse tras una dilatada vida, ese es el poderoso motivo por el que vuelvo algunas tardes a esta atalaya roja donde nací, doy rienda suelta a mí memoria, pongo mis recuerdos en orden, quiero estar preparado… 
Carmelitas de Montoro junto a un grupo de escolares en el patio de la Calle Alta. 1934-35.
Fuente: Archivo Paco Alba Fregenal. Fototeca Pasión por Montoro
Vuelvo entre recuerdos, el primero es de este hueco confortable donde desperté al mundo aquella noche, fuera soplaba un viento fortísimo y desapacible, la lluvia caía copiosamente precipitándose al vacío tras escurrir sobre esta misma piedra roja. Las tinieblas y lluvias por fin dieron paso a una intensa luz grisácea, la percibí justo en el momento que mis padres salieron; ella a desentumecer los músculos; él a buscar algo de comida para nosotros. Poco después pude dar unos vacilantes pasos al exterior; contemplé la mañana más espléndida y luminosa que jamás he visto. Estábamos encaramados en esta mole maciza que apunta al cielo como un ciprés de piedra, escudriñamos todo desde esta altura; abajo, un pueblo blanco y rojo; al fondo, una llanura verde sin fin que se elevaba progresivamente; atrás, un mar tempestuoso de olivos limitado por una franja oscura de montañas. Un Gran Río nos rodeaba abrazándonos casi por completo. El sol empapaba el paisaje, ofreciendo mil y una tonalidades. Las casas de campo del hombre salpicaban como espejuelos toda la tierra que nos rodeaba, algunas se camuflaban con el color rojizo del suelo al otro lado del Rio, en la Sierra.
Pequeña biografía del Padre Eliseo Durán
Archivo: Hnos. Aguilar Pérez.
Nuestra morada de ramas y hierba estaba embutida en este hueco de piedra hoy vació, en la cúpula de este alto edificio de noble severidad y austera belleza, estaba orientada al sur, así aprovechábamos en invierno los calientes rayos del sol, a la vez que se nos ofrecía una vista privilegiada de lo que ocurría en el espacio abierto y rectangular que se extiende ahí abajo. Las primeras salidas por las cornisas de piedra fueron una experiencia de equilibrios y juegos sin fin, aprovechábamos las ráfagas de viento para fortalecer las alas, hasta que un día me decidí a lanzarme al vació, caí en un gran tejado; lo que me costó volver otra vez con mis hermanos. Aquella primavera y aquel verano fueron quizá los mejores de mi vida, despertaba a la vida y todo era nuevo, descubríamos el mundo al que teníamos que enfrentarnos. Por fuerza teníamos que aprender a convivir con los hombres; porque intentar comprenderlos es una tarea imposible. Lo peor que llevaba era ese insoportable ruido metálico de ahí abajo, nos contaron mis padres que rige la vida y la muerte de los hombres. Recuerdo que en uno de aquellos primeros días apareció en el cielo un artefacto sin alas, enorme, alargado y puntiagudo en los extremos, en su panza tenía un habitáculo donde los humanos saludaban alegremente, parecía mentira que pudiera elevarse una cosa así en el cielo.
Padres carmelitas de Montoro. 1934-35. Fuente: Hnos. Aguilar Pérez. Fototeca Pasión por Montoro
En otra ocasión irrumpió en el espacio abierto de abajo una nerviosa muchedumbre alrededor de unas figuras que imitaban a los humanos, los llevaban en volandas, salieron de una de las calles que tenemos enfrente con un jaleo y estruendo impactantes. Se volvió a repetir a la madrugada, pero saliendo del arco de nuestra derecha, desapareciendo por nuestra izquierda, en la mañana y tarde siguientes volvió a ocurrir lo mismo, los humanos venían de los rincones más apartados de nuestro territorio. Mis padres nos dijeron que esto sucedía invariablemente todas las primaveras en luna llena.
Breve biografía del Padre Mateos.
Fuente: Hnos. Aguilar Pérez.
Otro día por las mismas fechas y al fino del anochecer, la pequeña explanada de ahí abajo se llenó de gente ondeando unas telas tricolores con franjas horizontales. Estaban reunidos para oír a uno de ellos cuya voz llenaba todo el aire, pero que no estaba allí; al terminar de hablar estallaron en una gran fiesta. En los días siguientes noté como algunos humanos miraban nuestros vuelos más de lo normal, especialmente el que llamábamos “amigo”, porque tenían una vestidura talar de color igual a nuestro plumaje, nos toleraba en esta su casa, subía de vez en cuando por aquí, llevando un pequeño tubo desplegable que ponía en su ojo derecho. También nos miraron largo rato los que llevaban un hábito marrón, vivían en la calle de la cuesta de enfrente, cuidaban de los más jóvenes de su especie. Nuestras vidas continuaron sin grandes sobresaltos, hasta que pasadas unas cinco primaveras en una tarde calurosa de verano, brumosa y tristona, se escucharon unas detonaciones en las casas más altas, donde ahora hay una chimenea mutilada en que vivió una pareja de cigüeñas.
Interior de la prisión del partido en Montoro. 1938. Fuente: A.G.A. Fototeca Pasión por Montoro
Esa misma tarde vinieron en camiones y trenes una gran muchedumbre vociferante de hombres de mono azul con pañuelos rojos anudados al cuello. La mayoría de los vecinos no salían de sus casas, miraban escondidos en ventanas y balcones, recelosos de lo que pudiera pasar. A punto de comenzar nuestra ronda diaria de caza, vimos como uno de los hombres de hábito marrón, el de cristales redondos en los ojos, salía a la calle y encaminaba sus pasos acera arriba, hacia el enorme edificio donde estaban las mujeres de pañuelo blanco en la cabeza; ellas también cuidaban amorosamente de hombre y mujeres, pero en este caso, ancianos. En el corto trayecto los de mono azul lo pararon y cachearon, cuando por fin pudo entrar en el gran patio, vimos desde lo alto como esas mujeres estaban muy alteradas y preocupadas. Al clarear del día siguiente, unos fuertes y secos golpes a la puerta de los del hábito marrón en la calle alta de enfrente, nos despertaron, seguidamente la rociaron con un líquido inflamable, tirando a su vez un fuerte petardazo que hizo saltar la puerta en mil astillas. Entre empujones y grandes voces los sacaron a todos a la calle; nunca más los volvimos a ver…
Pequeña biografía de Fray Jaime Carretero
Fuente: Hnos. Aguilar Pérez
Lo que vino después fue una gran guerra entre hombres como mis padres nunca habían visto. Algunos días aparecían unos enormes pájaros que dejaban caer pesados y oscuros objetos que hacían saltar en pedazos las casas, iban acompañados de un silbido y al final un gran trueno. Cuando los oían aparecer, el sonido metálico de aquí abajo se hacía ensordecedor, no quedaba ni un sólo hombre en la calle. Algunos de esos objetos caían en el agua del Río. En las cuatro o cinco primaveras siguientes los hombres no salieron a la calle en luna llena, la mayoría de las figuras que llevaban en volandas las habían arrastrado en esos días hasta la plaza y les habían prendido fuego, a otras las arrojaron al Río. Un día la muchedumbre incontrolada irrumpió en el edificio del gran tejado que tenemos contiguo, sacaron todo a la calle, prendiendo fuego con los papeles que estaban desperdigados por el suelo, luego llegaron algunos camiones, los pusieron a la entrada y montaron los enseres más valiosos que quedaban después del saqueo.
Interior de la Parroquia de S. Bartolomé Montoro. 1938.
Fuente: Archivo Municipal Sevilla. Fototeca Pasión por Montoro
Instalaron un gran escenario dentro del gran tejado; por las noches se oía música y rísas. Poco más tarde fue cuando se formaron enormes colas de hombres y mujeres frente a la gran puerta del edificio de nuestra derecha, repartían unos papelitos con tinta roja, la gente hacía grandes colas para hacerse con ellos. En lo más crudo del invierno, el pueblo entero fue evacuado desordenadamente a la Sierra, aquel que no quería marchar lo pagaba muy caro, así sucedió incluso con ancianos y mujeres. Fue la única vez que la aceituna no se recogió. Todo se llenó después de hombres de verde y marrón que instalaron una ametralladora debajo de nosotros, estaba enfrentada a otras que había en los cerros del otro lado del Río, los proyectiles impactaban en las piedras elevando una gran polvareda roja; fue cuando mataron a mis padres. Tuvimos que irnos nosotros también, pero Río arriba hacia donde nace el sol, a un antiguo edificio cuadrado de paredes lisas de piedra, de mucha menos altura que este, es donde vivimos desde entonces. En la orilla opuesta vemos igual que aquí la Sierra, con la diferencia de tener muy cerca las ruinas del mayor molino de todos los contornos. Recién llegados a nuestra nueva morada vimos como cientos de hombres uniformados atravesaban el olivar que la rodea, iban corriente abajo, se dirigían hacia aquí, por sus movimientos y lenguaje no conocían en absoluto el terreno que pisaban; la masacre y desbandada fue indescriptible, nos proporcionaron comida varias semanas.
Plaza del Charco de Montoro. 1940-44. Fuente: Fototeca Pasión por Montoro
Muy de vez en cuando volvíamos mis hermanos y yo por aquí, pues la muerte de nuestros padres nos dejó marcados para siempre. Vimos después de Guerra como la inmensa mayoría de los humanos pasaron hambre, muchos de ellos no pudieron ni siquiera contarlo, otros se marcharon lejos para no volver más. En el edificio de nuestra derecha, seguían haciéndose colas, también se daban palizas, se escuchaban los lamentos con claridad desde donde estoy ahora. Al anochecer, continuaban saliendo camiones con gentes gritando hacia el lugar donde los hombres llevan a sus muertos, sin duda los humanos se habían vueltos locos. 
Poco a poco los humanos se fueron normalizando y entrando en razón, incluso parece que toleran su entorno y a nosotros, que nos llama “animales”, algo más. Han vuelto a convivir en paz y armonía, pero no me fío de ellos, he visto tantas cosas… Además no he contado ni la mitad de lo que vi. 
Me anochece, me voy con vuelo lento. Tal vez volveré mañana…