LO MEJOR DE LA SEMANA

lunes, 29 de abril de 2013

Una fotografía, una historia: Cruz de Mayo en el Barrio del Retamar a mediados de los años sesenta

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Barrio del Retamar en los años sesenta. Fuente: Archivo Familia Diego Muñoz-Cobo. Fototeca Pasión por Montoro

Título de la fotografía: Cruz de Mayo en el Barrio del Retamar.

Fuente: Archivo Familia Diego Muñoz-Cobo
Autor: Diego Muñoz-Cobo
Fecha: Años sesenta
Descripción: El origen de las fiestas en honor a la Santa Cruz se pierde en el tiempo. Religiosamente, parecen tener su origen en el hallazgo por Santa Elena de la cruz donde murió Cristo, pero lo cierto es que el arraigo popular de la fiesta proviene de ciertas celebraciones de los romanos.
Como afirma Antonio Merino Madrid en su "Ensayo sobre fiestas populares", los libros litúrgicos contienen dos fiestas dedicadas al culto de la Cruz: por un lado la Invención de la Santa Cruz, -fiesta del 3 de mayo-, y la Exaltación, -el 14 de septiembre-. La Exaltación, que conmemora la dedicación de las basílicas de Jerusalén, es de origen oriental y no pasó a occidente hasta fines del siglo VII, a través del rito romano, la de la invención de la Santa Cruz si que es conmemorada desde antiguo. En España aparece en todos los calendarios y fuentes litúrgicas mozárabes, poniéndola en relación con el relato del hallazgo por Santa Elena de la auténtica Cruz de Cristo.

Cruz del Altar del Cristo de Limpias, Montoro
Fuente: Pedro J. Delgado. 2013

En cambio, de la celebración popular de la fiesta de la Santa Cruz, la que más nos interesa, apenas hay datos antiguos. Los primeros testimonios que conocemos se remontan tan sólo al siglo XVIII, aunque este vacío documental no implica necesariamente que la fiesta no existiera desde antes. 
En cualquier caso, parece que la celebración popular de la Cruz de Mayo tal como hoy la conocemos alcanzó su máximo esplendor durante los siglos XVIII y XIX, para empezar a decaer a principios del XX. 
Esta fiesta, en su vertiente popular, estuvo muy extendida por toda España, aunque con variaciones muy significativas de unos lugares a otros. A pesar de ello, la celebración ha presentado siempre en todas sus manifestaciones una serie constante de elementos comunes, como es el hecho de que el centro de la fiesta sea precisamente una cruz, de tamaño natural o reducido, que se adorna. A su alrededor se vive la fiesta, con bailes juegos y coplas. A veces hay procesiones, de carácter religioso o pagano.
Realizado este primera introducción sobre esta festividad popular debemos atendar al caso particular de Montoro, a día de hoy la celebración de las Cruces de Mayo se consolida como uno de los eventos más interesantes de la primavera montoreña. Cofradías, asociaciones y demás organismos se encargan de la realización y montaje de estos cruceros.

Cruz reconstruida en los años sesenta del Via Crucis del Calvario. Fuente: Tomás Coronado
Diego Muñoz-Cobo con esta fotografía del Retamar de nuevo crea un documento gráfico impregnado de las tradiciones y peculiaridades de nuestro pueblo. En concreto los vecinos del barrio engalanan una de las cruces del recién recuperado Via Crucis, que ahora tendría lugar la tarde-noche del Martes Santo, celebración que desaparece a los pocos años de su recuperación. La Cruz que nos aparece reflejada en imagen es de las pocas cruces del Via Crucis que se conservan a día de hoy, concretamente se trata de la Cruz ubicada al final de la Calle Calvario.
Según palabras del académico local Criado Hoyo, “Poco tiempo después de la construcción de esta ermita, se formó en este mismo lugar un Calvario, el cual daba principio en la Cruz del Humilladero, llamado también del Retiro, que estuvo en la plaza del Mercado del Retamar, siguiendo después otras cruces de piedra colocadas de distancia en distancia por las faldas del monte de San Roque y todo este lugar, se le dio también el nombre de El Calvario, (…)”. Era costumbre celebrar en la tarde del Domingo de Ramos la procesión de Jesús del Calvario, a lo largo de la cual se rezaba el Santo Via Crucis en cada una de sus estaciones señaladas por su correspondiente cruz.

Plano realizado por un albañil en 1965 sobre los reconstruidos cruceros del Via Crucis del Calvario de Montoro
Fuente: Archivo Hermanos Aguilar Pérez. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO

De nuevo la Guerra Civil supondrá un deterioro del patrimonio religioso de Montoro, desapareciendo estas cruces del Via Crucis montoreño y sufriendo la Ermita de San Roque serios daños. Será en 1965 cuando el pueblo de Montoro volverá a contar con este primitivo Via Crucis. Para ello se llevó a cabo la reconstrucción de la vía sacra con piezas de acarreo procedentes del Hospital de Jesús Nazareno, inmueble que también había sido intervenido coetáneamente.
Las piezas utilizadas en cuestión son una serie de columnas toscanas, construidas en piedra molinaza, que por sus dimensiones y características materiales y tipológicas nos indican que forman parte de un mismo conjunto y de similar procedencia, muy posiblemente pertenecientes a un antiguo patio o galería derruida. Estas columnas de piedra molinaza están rematadas por artísticas cruces realizadas en forja.
En definitiva, nos encontramos ante una de las fotografías más antiguas, conservadas, de las Cruces de Mayo en Montoro. En esta ocasión los vecinos del barrio del Retamar utilizan un soporte ya existente como es la Cruz de la Calle Calvario para engalanarla y celebrar la festividad del Mes de Mayo

miércoles, 24 de abril de 2013

Los orígenes del Valle del Corcomé y la Romería de las Veleras de Montoro

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Vista de la Sierra de Montoro, detalle de la edificación del Marqués de la Fuensanta. Fuente: Juan Córdoba
Juan Córdoba García

Hace más de treinta años escribí un artículo para una revista local llamada Oleastrum en el que afirmaba que los orígenes de esta congregación de personas en el Valle del Corcomé anualmente eran muy remotos, probablemente anteriores a la conversión al cristianismo de los habitantes de este término. Lugares con el nombre de La Fuensanta y con parecida leyenda sobre su origen de que a un pastor se le apareció la Virgen, o a un viandante o historias parecidas existen a decenas en todo el territorio nacional y en muchos lugares de Europa.

 Cerro de la Nava de Montoro, un asentamiento humano desde el neolítico
cuyos habitantes sacralizaron el cercano lugar de la 
Fuensanta del Valle.
Abajo edificios abandonados del antiguo oleoducto Málaga-Puertollano,
basura de la industria petrolera de la que Montoro no ha podido aún librarse.
Fuente: Juan Córdoba

Estas leyendas son solo una manera de explicarnos el origen de una concentración humana en un lugar y momento determinado del año. Estos lugares conocidos por algunos antropólogos y etnólogos como lugares mágicos de España suelen tener un origen como he dicho, anterior al cristianismo y fueron posteriormente asimilados por el cristianismo. Existen documentos en los que los padres de la iglesia, hasta bien entrado el siglo X denuncian que los habitantes de los pagi (pagos) o paganos se reunían a adorar a deidades antiguas en torno a fuentes en un día determinado del año. Normalmente los lugares con ubicación parecida al Valle del Corcomé y tierras aledañas con características geográficas similares fueron poblados indígenas, lo que hoy conocemos como yacimientos arqueológicos neolíticos o posteriores. Lo que en su día afirmé solo en teoría respecto al origen de esta congregación humana anual en torno al Valle del Corcomé lo corroboro hoy con pruebas materiales.
Hachas neolíticas del Cerro de la Nava,  Montoro, testimonio de una cultura agrícola muy desarrollada. Piezas
 fotografiadas y devueltas a su lugar de origen para su estudio por generaciones posteriores. Fuente: Juan Córdoba.


Los orígenes de esta fiesta que gira en torno al agua como fuente de vida no están en Montoro sino en los habitantes de ese promontorio que vemos tras la Ermita de la Virgen de la Fuensanta, que vigila el Valle de Corcomé y asoma como la proa de una inmensa nave, ese espolón que asoma es una prolongación hacia el este del Cerro de la Nava que fue un importante poblado y la zona que hoy ocupa la Nava propiamente dicha, que es la gran llanura que se extiende al norte del Cerro de la Nava. El Cerro de la Nava es un monte cuya cima es una meseta más o menos plana, un lugar estratégico desde el que se vigila buena parte del valle del Guadalquivir, un lugar muy propicio para el hábitat humano, con abundantes fuentes y arroyos cercanos, de hecho fue un poblado neolítico de bastante consideración. 

 Fragmentos de hachas y otros utensilios neolíticos que dan
 testimonio de 
una cultura agraria bien desarrollada cercana a la Fuensanta,
encontrados en la Nava, Montoro. Materiales fotografiados y devueltos
a su 
lugar de origen. Fuente: Juan Córdoba

La Nava es un lugar poblado por el hombre desde al menos el paleolítico superior aunque los restos de utillaje en silex, cuarcitas fabricados por el hombre más abundantes son de época neolítica y eneolítica, en esta época se desarrolló en esa zona una cultura agrícola y ganadera considerable, ésta última, la cultura eneolítica o calcolítica pudo prolongarse incluso hasta la llegada de los romanos. Hasta la llegada de los romanos, hace menos de dos mil años existían en esas tierras aledañas al Valle del Corcomé poblados indígenas con una cultura desconocida para nosotros, de esas culturas existentes nos quedan útiles en silex, cuarzo, cuarcitas, hachas de piedra pulimentada, navículas, otros elementos de molienda y pocos restos cerámicos.
Punta de flecha realizada en cuarzo encontrada
en lasinmediaciones de la Ermita de la
Fuensantade Montoro. Material fotografiado y
devuelto a sulugar de origen. Fuente: Juan Córdoba

Durante el neolítico y posteriormente hasta la llegada de los romanos la zona estuvo muy poblada la zona de la Nava Es del todo probable que aquellos habitantes fueran los primeros en reunirse en el Valle del Corcomé, de hecho en las inmediaciones del santuario hemos encontrado pequeñas hachas y fragmentos de hachas de carácter votivos y una punta de flecha de cristal de roca que no suelen medir más de cinco centímetros, objetos sin duda de carácter mágico-religioso que usaban los antiguos habitantes del lugar como collares o como ofrendas en ese lugar consagrado a alguna deidad desconocida para nosotros.

Destacan las pequeñas hachas en cuarzo lechoso y la punta de cristal de roca y son de época muy reciente, pertenecientes todos al periodo eneolítico o calcolítico muy tardío, no más de dos mil años. Esos objetos que fueron en su día fotografiados y devueltos a su lugar de origen y que son los que figuran en las fotos que muestro.

Aunque la primera constatación en documentos escritos de la existencia de la Ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta es de principios del siglo XVI no quiere decir que antes de esa fecha no hubiera en el lugar otra construcción más antigua ni que no existiera la costumbre de reunirse la población en el lugar un día determinado del año para invocar la llegada de una lluvia pronta y abundante .
Quedan por estudiar las marcas de cantero y signos lapidarios que con seguridad existen en los sillares de piedra molinaza reutilizados en las diversas restauraciones y reconstrucciones de la ermita y aledaños y que forman parte de su acabado exterior actualmente.
-Historia de la Romería de las Veleras
Según la leyenda tradicional la devoción a la Virgen de la Fuensanta en Montoro se sitúa en el siglo XV con la aparición de la Virgen de la Fuensanta a un vaquero de Marmolejo y se festejaba desde entonces el día ocho de septiembre, fecha en que la Iglesia celebra la Natividad de la Virgen María.. El contenido de esta leyenda está en diversas publicaciones, entre ellas Leopoldo Martínez y Reguera, Manuel Criado Hoyo, Ramírez y Las Casas Deza que en los dos siglos anteriores ofrecen en sus obras versiones de todos los gustos de este suceso y fue a partir este suceso la razón por la que se construyó la ermita actual. No existe documentación escrita al respecto.
Virgen de la Fuensanta en el patio de la Ermita. Anterior a 1931.
Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez
Es a partir del siglo XVI cuando aparecen las primeras noticias escritas, está constatado que durante esa centuria acuden multitud de personas a beneficiarse del poder curativo de las aguas del venero del sanutario. Existe una escritura de arrendamiento de la huerta propiedad del santuario otorgada en septiembre de 1588. A partir de esa fecha se conserva una bastante completa documentación escrita, recopilada por don Juan Aranda Doncel en su libro “La devoción a la Virgen de la Fuensanta en Montoro durante los siglos XVI al XX “ Editada en Córdoba y patrocinada por el Excelentísimo. Ayuntamiento de Montoro, Cofradía de la Fuensanta con la colaboración de muchos montoreños amantes de las tradiciones de esta localidad.
No trato ni reescribo ni plagio en este artículo, ni en ninguno de los que escribo el contenido de lo que en otras publicaciones ya se ha escrito, restaría originalidad a mis documentos, remito al lector a la lectura del libro de Aranda Doncel.
Burros de camino a la Fuensanta pasando por el puente de Montoro.
1953 Fuente: Archivo Juan Córdoba. Fototeca Pasión por Montoro

El interesado en la historia de la devoción a la Virgen de la Fuensanta en Montoro encontrará en el libro de don Juan Aranda Doncel toda la información escrita existente en muy diversos archivos, todas las fuentes documentales y bibliografía que han aparecido hasta la fecha de su publicación en 1997 están recopiladas en ese libro: la historia de la Cofradía, las vicisitudes para subsistir desde el siglo XVI hasta nuestros días, los altibajos que ha sufrido dicha institución a través de los siglos, que incluso ha llegado a desaparecer en alguna ocasión, aunque no da información sobre si en épocas de inexistencia de la Cofradía la romería siguiera realizándose anualmente, con seguridad que sí pues se trata de una manifestación espontánea de la devoción popular; información documental sobre su reorganización posterior; información sobre las restauraciones y reconstrucciones del santuario; información sobre la propiedad y contenido del contrato de arrendamientos de la explotación del agua del manantial y huerta aneja al santuario fechados e 1588 y 1683, curiosidades como el contenido de la escritura de obligación de suministro de una vaca para la comida de la hermandad en 1575 y 1589, inventario del santuario de 1788, contabilidad de la Cofradía de diversos años, donaciones de fieles por la realización de peticiones milagrosas a la Virgen, elección de priostes, lo que hoy conocemos por Hermano Mayor pero en tiempos antiguos; relación nombres de hermanos de la Cofradía de diversas épocas; relación de nombres y fechas de designación de Hermanos Mayores de la Cofradía, un valioso documental fotográfico en blanco y negro e innumerable cantidad de información que el interesado en esta clase de información puede consultar y estudiar.
Virgen de la Fuensanta de Montoro a inicios del pasado siglo.
Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez. Fototeca Pasión por Montoro

Una objeción me parece importante destacar en el referido libro y es el hecho de que no hay una sola palabra escrita en él sobre qué es, en qué consiste, qué elementos conforman la Romería de las Veleras o de la Fuensanta del Valle del Corcomé, qué elemento perduran y qué se ha perdido, el libro trata solo la información documental pero olvida lo esencial La Romería de las Veleras, error en que suelen incurrir quienes basan su saber solo en la erudición y olvidan el hecho material de lo que tratan. Queda claro en este punto cual es la finalidad de este artículo que escribo: qué es la romería de las Veleras, en qué consiste, qué elementos la conforman, cuales se han perdido, cuales han sustituido a los desaparecidos, el Valle del Corcomé en la actualidad, el panorama de su futuro más o menos inmediato, etcétera.

-Panorama actual de la Romería de las Veleras y del Valle del Corcomé

Según deduzco de la documentación existente en el libro anteriormente citado de Aranda Doncel, el santuario y huertas aledañas eran propiedad de la Iglesia, probablemente fueron objeto de las desamortizaciones civiles y eclesiásticas del siglo XIX, pues el citado Aranda escribe en la página 191 de su libro que la ermita no está escriturada a fecha de 1997 a nombre de la Cofradía, ignoro si esta falta de titularidad se ha subsanado a día de hoy, más vale que así sea.
 Huerta de Abajo  de la Fuensanta del Valle desde la torre de telegrafía óptica del Cerro de la Nava, abajo las ruinas
del palacio del Marqués de la Fuensanta del Valle. Fuente: Juan Córdoba

El Valle del Corcomé no ha sido ajeno a la especulación urbanística incontrolada que ha invadido en las últimas décadas todo el territorio nacional. El Valle del Corcomé era hasta no hace muchos años un amplio espacio expedito con contadas construcciones, solo hay que observar algunas fotos de cincuenta años atrás para certificar mi afirmación. Especialmente en las últimas décadas, particulares han ocupado, vallado y construido edificios modernos que pululan por doquier, han instalado vallas en terrenos del valle invadiendo incluso zonas de dominio público hidráulico, restando mucho espacio a los romeros concurrentes a la Romería de las Veleras, instaurando una especie de acérrimo nuevo feudalismo poniendo puertas al campo, y casi con seguridad no han adquiridos tan siquiera el dominio sobre los terrenos que han ocupado y vallado.
Valle del Corcomé, a la derecha la cabecera de la Ermita, abajo
los estragos de la intervención de maquinaria pesada
en el lecho del Arroyo de Corcomé. Fuente: Juan Córdoba

La intervención de maquinaria pesada con masivos movimientos de tierras es ostensible para cualquier observador del espacio. Concretamente a día 11 de abril del presente año de 2013 observé una máquina excavadora arrancando de raíz álamos y vegetación de ribera en el mismo lecho del Arroyo de Corcomé, al este de la ermita, terreno perteneciente al dominio público hidráulico; comprobé posteriormente que el autor de la barbarie era un particular que no tuvo el menor pudor en dejar la máquina mismamente delante de la propia Ermita, tuve la osadía de volver con mi cámara y captar las fotos de la pesada máquina excavadora delante del Santuario, aunque no lo pude fotografiar en flagrante delito; la máquina excavadora estaba trabajando entre la arboleda y no pude capturar imágenes de esta, solo observar el destrozo, pero los efectos de la intervención de la excavadora se pueden comprobar visitando el lugar.
Nueva techumbre de la Ermita. Fuente: Juan Córdoba

En cuanto al interior del recinto hay que destacar la decisión en 1986 de sustituir el pavimento de moliaza del patio por otro pavimento de común, vulgar y feo acerado urbano que es el existente actualmente en el patio de entrada al Santuario.
Pegada a la izquierda de la fachada de la ermita existe actualmente una composición de azulejos fabricada con pigmentos de aspecto acrílico usados en cerámica industrial que afea la bella fachada neoclásica fechada en la parte inferior de la imposta derecha de la puerta de entrada en 1803. Cerámicas Montalbán y Santa Ana en Sevilla fabrican azulejos pintados a mano con pigmentos y motivos elegidos por el cliente de la misma forma y con las mismas técnicas y colores que hace siglos, indistinguibles de los que se fabricaron hace varias centurias.
Aljibe o cisterna y venero de de la Ermita de la Fuensanta  desecados.
El agua del venero que da nombre a la Virgen, al lugar, a la Ermita ( de la Fuente Santa) que salía al exterior bajo la cabecera o ábside de ésta, llenaba la cisterna o estanque existente al lado y bajaba hasta la huerta para su riego, ha sido desviada al parecer de su cauce, los caños y cisterna o estanque permanecen secos, en el lugar se ha instalado una caseta adosada a la pared y una arquetilla en el suelo que albergarán probablemente mecanismos de llaves de paso. De esta forma se elimina radicalmente el sentido primitivo de la romería y del lugar de la Fuente Santa porque el visitante no encontrará la fuente. El agua que discurrió ininterrumpida y libremente durante milenios hoy ha sido desecada por la milagrosa manipulación humana; ya nadie podrá sanarse con el agua cuyas propiedades milagrosas nuestros antepasados desde hace siglos o incluso milenios siempre le atribuyeron.
Hasta los años sesenta del pasado siglo los romeros usaban para desplazarse principalmente burros y mulos y excepcionalmente alguna que otra yegua.
Burro bien engalanado. Fuente: Bartolo Castillo
A día de hoy apenas se usan estos animales y han sido sustituidos por llamativos caballos ricamente enjaezados y jinetes en muchos casos acicalados y vestidos a la manera como lo hacen en otras romerías consideradas de más enjundia y categoría por el prurito muchas personas , pertenecientes a la clase popular, de querer imitar los modos y formas de las clases que consideran superiores. No obstante aún queda algún que otro romero que lleva su burro o mulo aparejado y enjaezado a la manera tradicional, dando el toque más acertado, gracioso y tradicional al Cortejo. Así mismo, en este afán de imitación de elementos foráneos la misa tradicional en la ermita se ha convertido en ocasiones en misa rociera. 
El comportamiento reprobable de contados individuos cuando se desinhiben bajo los efectos del alcohol contribuye a que a personas pacíficas, creyentes, amantes de nuestra tradición limiten su estancia en la Fuensanta solo a la Misa y la Procesión. 
El temor a un control de alcoholemia disuade a muchos conductores actualmente igualmente a permanecer en la Fuensanta todo el tiempo que dura la Romería.
Debido a múltiples factores se ha extendido en los últimos años la práctica entre muchas personas y grupos de asistir solo a la Santa Misa, a la Procesión y pasar el resto del día en sus casas de campo de tal manera que al finalizar la Procesión es muy numerosa la cantidad de personas que abandona el recinto.
Vista de las antiguas cubiertas de la Ermita de la Fuensanta
La decisión en 2012 de desviar el tráfico de coches particulares a la llegada al puente de Rocines hacia el camino Puertas Nuevas-La Fuensanta sin tener en cuenta que los romeros, vayan a pie, a caballo o en coche forman parte del Cortejo romero en todo momento, del cual en su derecho legítimo no quieren separarse, fue un total desacierto y suscitó protestas airadas hasta que una persona quitó la valla con buen criterio pues la afluencia de personas a la Romería no es precisamente masiva en los últimos años.
La desaparición en los últimos años de muchas de las tradiciones de la Romería de las Veleras anteriormente citadas y en este apartado recordadas como son la jamuga, la trompeta de caracola, los pitos de barro, la sustitución de las canciones tradicionales montoreñas para la ocasión en loor de la Virgen de la Fuensanta por sevillanas y otros cantes ajenos a la rica cultura montoreña, unido a todo lo expuesto en este artículo que ha desaparecido o está en desuso, así como el descenso considerable en número de asistentes que acuden a la romería, en buena parte por la falta de espacio, ocupado por vallas y construcciones horrendas, el número de romeros ha descendido considerablemente. Todos estos factores obligan a afirmar que la Romería de las Veleras o de Nuestra Señora de la Fuensanta del Valle, como un rico exponente de nuestra tradición y cultura populares montoreñas se encuentra actualmente en franco declive. Recuperemos nuestras tradiciones auténticas y enriquezcamos así nuestra cultura.

domingo, 21 de abril de 2013

Biografía de Don Manuel Aguilar Benítez: Presidente-Fundador de la Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas. Montoreño amante de la cultura, tradiciones y arte de su Ciudad.

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Manuel Aguilar Benítez junto a el hispanista René Taylor comiendo en casa de Manuel Aguilar.
Fuente: Archivo Hermanos Aguilar Pérez. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO

Manuel Aguilar Benítez, nace en Montoro en el 20 noviembre de 1930 en la Plaza de España y muere 9 de abril de 1999. Sus padres fueron don Pedro Aguilar Novillo que fue Alcalde de Montoro en dos ocasiones por el Partido Socialista Obrero Español y propietario del recordado comercio “El Arco”, en nuestra Plaza Mayor, su madre fue doña Valentina Benítez Vacas, él natural de Quintanar de la Orden (Toledo) y ella de Montoro. Se casó en la ermita de San Sebastián de Montoro el 16 de diciembre de 1966 con María Pérez Moreno, con la que tuvo dos hijos.
Banda de Música de Montoro en 1948. En el centro con la flauta aparece Manuel Aguilar Benítez.
Fuente: Archivo Hermanos Aguilar Pérez. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO

Cursó estudios de primaria y de bachillerato en Montoro y más tarde en la Universidad Complutense de Madrid, donde estudió Derecho (1949-1954). Compatibilizó sus estudios con la participación activa y fundación en 1952 de la Tuna Universitaria de Derecho y su posterior puesta en funcionamiento, facilitada en gran parte por su sólida formación musical recibida de manos del COMPOSITOR y músico montoreño don Juan Mohedo Canales y de su participación en la Banda de Música de Montoro. Realizó numerosos viajes por España y otros países con “su” Tuna Derecho. 

Su actividad profesional como jurista, la realizó fundamentalmente en Montoro durante más de 40 años, siendo secretario de nuestro Ayuntamiento y concejal por algún tiempo. Fue Delegado del Colegio de Abogados de Córdoba en el Partido Judicial de Montoro. 

Manuel Aguilar junto con compañeros y alumnos en la Escuela de Aprendizaje Industrial de Montoro (FP)
Fuente: Archivo Hermanos Aguilar Pérez. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO

En el campo educativo, desarrolló su labor docente durante más de 30 años, como profesor de Formación Profesional en los Institutos de Bujalance, Peñarroya-Pueblonuevo y Montoro. En su ciudad natal impartió clases en los Instituto Santos Isasa y Antonio Galán Acosta, por tanto fue profesor de varias generaciones de montoreños, generando innumerables anécdotas en el plano personal y docente, siendo corroboradas y recordadas por todos sus alumnos.
Esta doble actividad educativa y jurista queda enriquecida por su entusiasmo por el mundo de la cultura, poseyendo una de las bibliotecas más completas referentes a temas montoreños. 


El lugar de nacimiento es fundamental para Manuel Aguilar, su identidad montoreña es la enseña que de alguna manera constituye el denominador común en su dilatada actividad. Allá donde fuera Montoro salía siempre a relucir, pretendiendo en todo momento interesar a todo el mundo por su ciudad natal. Con bastante frecuencia asistía a congresos de historia y arte, con toda persona que contactaba del mundo de la investigación o de la cultura procuraba o interesarlo en un tema de Montoro, o que visitara Montoro.
Un ejemplo es la visita que realizó a mediados de los ochenta del siglo pasado el insigne hispanista y director del Museo de Arte de Ponce en Puerto Rico (EEUU), René Taylor, él contribuyó a que viniera a Montoro hasta lograr interesarlo por Montoro y su patrimonio histórico, pero sobre todo por sus retablos, donde este hispanista era un reconocido especialista. René Taylor en una de sus visitas a Montoro descubrió la autoría del retablo mayor de la Parroquia del Carmen, que por su estilo y ejecución atribuyó al portugués Cayetano da Costa, más tarde descubrió su firma en los tableros posteriores del mismo retablo. Este hispanista fue el máximo especialista mundial en la obra de arquitecto, imaginero, escultor- retablistas Francisco Hurtado Izquierdo, atribuyéndole la autoría del desaparecido y magnífico retablo mayor de la Parroquia de San Bartolomé.

Ensayo para la reorganización de los Antiquisimos Coros de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Montoro en la Casa de
Manuel Aguilar Benítez en 1984. Fuente: Archivo Hermanos Aguilar Pérez. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO

Otro ejemplo a destacar fue la visita de la musicóloga Cristina Argenta, que incluso se desplazó a Montoro con un equipo de RNE para grabar el programa “Tradición oral”, y dar a conocer los hasta entonces desconocidos “Antiquísimos Coros de Nuestro Padre Jesús Nazareno”, en una grabación memorable en la Iglesia de Santa Maria del Castillo de la Mota. Fue este montoreño uno de los impulsores fundamentales y definitivos, aunque no reconocidos de nuestros genuinos Coros de Semana Santa, colocándolos en el justo valor musical, histórico y tradicional que se merecen.
Promovió el reconocimiento por parte de la ciudadanía montoreña de su compañero de parvulario don Miguel Romero Esteo, importante dramaturgo nacido en Montoro y premio Andalucía de Teatro, que incluso fue nominado para obtener el Premio Nobel por su colosal y magistral obra de teatro “Tartessos”. Este reconocimiento se plasmó en el rótulo de una de nuestras calles, también promovida por nuestro biografiado. Luego vendría la rotulación del Teatro Municipal mucho más tarde.
Vista de la Calle Postigo de Montoro en los años sesenta.
Fuente: Archivo Familia Diego Muñoz-Cobo.
Fue miembro fundador de la Comisión Local de Patrimonio Histórico-Artístico, que consiguió que gran parte de Montoro fuera declarado “Conjunto Histórico-Artístico” en 1969, siendo la primera ciudad de Andalucía en obtenerlo, facilitando de esta forma que se reconocieran las peculiares arquitectónicas de Montoro. Fue en este proceso una de las piezas fundamentales para transmitir a las autoridades de la época esta motivación, no descansando hasta que se consiguió tan ansiado título.

Participó activamente en la celebración del Homenaje tributado por el Excmo. Ayuntamiento de Montoro al poeta Antón de Montoro, natural de la entonces villa montoreña en el V Centenario de su muerte en 1977. 

Acompaña en sus numerosas visitas a Montoro a su amigo don Juan Bernier Luque, uno de los mejores exponentes de la cultura en la provincia de Córdoba de aquella época, compartiendo con él el entusiasmo por Montoro, pues Bernier supo captar desde el primer momento y perfectamente la grandeza que encierra Montoro, como escribió en uno de sus celebres artículo periodísticos.
El pintor don Antonio Rodriguez Luna y su hijo Daniel en la casa de Manuel Aguilar en 1982
Fuente: Archivo Hermanos Aguilar Pérez. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO

Intervino de forma decisiva en 1982 cuando el universal pintor montoreño exiliado en Méjico, don Antonio Rodríguez Luna, donó al pueblo de Montoro su biblioteca personal y los cuadros que componen actualmente su museo, así como en todas las conversaciones encaminadas a este fin. Los cuadros se exponen desde entonces en la antigua Iglesia de San Jacinto de la popular plaza del Charco, bajo proyecto de adaptación del arquitecto don Daniel Rodríguez, hijo del pintor. No ocurre de igual forma con la magnifica biblioteca y su mobiliario, que se encontraban hasta hace poco en los sótanos del Ayuntamiento sin catalogar y en pésimas condiciones de conservación. 
Manuel Aguilar con los organizadores de los cursos de verano de
Priego sobre el  Barroco. Jesus Ribas Carmona y Manuel
Peláez del Rosal  en Montoro en 1985. Fuente: Hnos Aguilar Pérez

Contacta con varios historiadores y especialista en arte, para que se interesen, escriban o den conferencias sobre Montoro, como pueden ser bien elocuentes los ejemplo de Ángel Aroca Lara, Manuel Peláez del Rosal, Jesús Rivas Carmona, Juan Aranda Doncel o el ya mencionado René Taylor.
Mantiene amistad y correspondencia con la pintora Londinense Fedra Abdul Wahab, más conocida como “Beppo”, a la cual acompañó en sus paseos por los genuinos paisajes del olivar montoreños, facilitando que la paleta de la pintora captase las luces y colores de nuestra incomparable Sierra, plasmados en originales e irrepetibles cuadros de una belleza sobrecogedora.
Atesoró a lo largo de su vida, pero sobre todo en los años ochenta del siglo pasado, una de las mejores colecciones de imágenes (sobre todo diapositivas), que hacen especial hincapié en la historia material y las tradiciones montoreñas. Desarrolló por tanto una incansable labor de recopilación e investigación de textos históricos e imágenes antiguas, que hoy con el paso del tiempo son imprescindibles para valorar lo que desgraciadamente ha perdido irremisiblemente Montoro en las últimas décadas. Como ejemplos pueden citarse los expolios arquitectónicos en nuestra Sierra e incluso en el mismo casco urbano de Montoro y que han pasado a engrosar colecciones privadas de desaprensivos, que de otra manera no hubieran dejado ni huella de sus ubicaciones originales en el solar montoreño. El caso del incomparable Molino de San Camilo de Lelis en el Charco del Novillo, la Iglesia de los Remedios de Villaverde o la popular ermita de San Roque en el Retamar, así lo atestiguan, por poner solo algunos ejemplos.
Nave central de la Ermita de San Roque a inicios de los 90
Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez
Acompañó y asesoró a la profesora malagueña y Titular de Geografía e Historia en la Universidad del País Vasco, doña Gema Florido Trujillo  por la Sierra de Montoro y sus genuinas Caserías construidas en piedra molinaza, edificaciones sin parangón en el contexto andaluz y español. Esta señora es autora entre otros títulos del libro “Habitat rural y gran explotación en la depresión del Guadalquivir”, publicado por la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía en 1996, revulsivo de la visión que hasta ese momento se tenía de la Geografía Agraria en Andalucía y que puso en su justo valor a las Caserías y Molinos aceituneros del término municipal de Montoro, clasificándolas aparte por su calidad constructiva, número y ubicación, poniéndolas al nivel de las haciendas sevillanas y jerezanas, pero con unas peculiaridades propias e irrepetibles.
Trabaja incansablemente en la década de los ochenta en la recuperación de la tradición secular de los “Antiquísimos Coros de Nuestro Padre Jesús Nazareno”, joya del patrimonio musical de nuestra Semana Santa y de Montoro, así como de todos sus cantos. Una vez recuperados y valorados en su verdadera dimensión, fue su presentador en aquellos actos importantes a los que acudían, bosquejando unos estudios sobre los mismos que han sido la base para comprenderlos y valorarlos, de los que han bebido estudios posteriores.

Estreno de la Marcha  Cristo de la Salud, de D. Luis Bedmar
en el pregón 1998. Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez.

Dentro del movimiento cofrade interviene activamente en la fundación de la Cofradía de los “Estudiantes” en 1948, y en 1962 en la “Cofradía del Stmo. Cristo de las Penas”, de la cual ejerce su presidencia durante más de tres décadas, siendo su ideólogo en gran medida. Por otra parte jugó un papel fundamental en la declaración de la Semana Santa montoreña con el título de “Semana Santa de Interés Turístico Nacional de Andalucía”, en 1998, pues los libros impulsados por él fueron pilares decisivos para dicho nombramiento.
Impartió varias conferencias sobre diferentes temas montoreños, sobre todo en centros escolares y en la conmemoración de efemérides importantes, como pueden ser sobre la riqueza artística e histórica de la Parroquia de San Bartolomé, haciendo hincapié en el estudio de su soberbia portada plateresca que da a la plaza de España o la celebración del Centenario de la Parroquia del Carmen en 1990, en que evocó el devenir histórico y artístico de este templo montoreño mediante la lectura de textos inéditos de su fundación. 

Así mismo, fue el presentador en numerosas ocasiones de la “Asociación Músico Cultura Juan Mohedo Canales” más conocida con Banda de Música de Montoro, haciendo unos recorridos por el devenir histórico y musical de nuestra banda, donde se entrevía su profunda cultura musical. Fue la voz de los montoreños en todos los programas televisivos a los que fue requerido.
Libros en los que participó Manuel Aguilar Benítez
Fue propuesto por varios alcaldes montoreños para ser Cronista Oficial de la ciudad, negándose a ello argumentando que esos puestos deben de estar ocupados por especialista en la materia, es decir historiadores, pues solo ellos pueden captar en su verdadera dimensión la importancia que encierra Montoro en sus diversos aspectos, además solo ellos con su dedicación y buen hacer, pueden poner a Montoro en el puesto que por historia, arte e idiosincrasia se merece. 
Impulsó y participó con su amigo don Juan Aranda Doncel, en la edición de algunos libros sobre temática montoreños, como pueden ser; 
- Historia de la Semana Santa de Montoro. Siglos XVI al XX (1993).Juan Aranda Doncel. 
- El Convento de San Juan de la Cruz de Montoro. Estudio histórico-artístico (1997).Juan Aranda Doncel y Juan Dobado Fernández. 
- La devoción a la Virgen de la Fuensanta en Montoro durante los siglos XVI al XX. Juan Aranda Doncel (1997). 
- I Álbum de fotografía antigua de la Semana Santa de Montoro (1999). 
- Cultura y órdenes religiosas en Andalucía durante la edad Moderna. La biblioteca de los carmelitas descalzos de Montoro. Juan Aranda Doncel y Antonio Flores Muñoz (2000). 
- Su muerte repentina dejó en el tintero otros libros en proyecto, como pueden ser; uno sobre la “Historia del Hospital de Jesús Nazareno en el tercer centenario de su fundación por el Cardenal Salazar” u otro sobre la “Heráldica montoreña”, en ambos ya había involucrado a especialistas en estas materias y se estaba realizando la recopilación de información.
Tarjeta de invitación al Homenaje realizado a Manuel Aguilar Benítez en la Parroquia del Carmen de Montoro.
El Excmo. Ayuntamiento de Montoro y la Cofradía del Carmen el día 15 de diciembre de 2000, le tributó un homenaje póstumo en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, siendo presentado el libro; “Cultura y órdenes religiosas en Andalucía durante la edad Moderna. La biblioteca de los carmelitas descalzos de Montoro” , promovido por él. En este acto su buen amigo don Juan Aranda Doncel hizo una semblanza sobre Manuel Aguilar Benítez y su especial relación con Montoro, dedicando dicho libro a su memoria. A su vez actuó el “Antiquísimo Coro de Nuestro Padre Jesús Nazareno”, interpretando el “Et Erexit”, único acto de este tipo donde a participado el Coro, seguidamente su también buen amigo don Manuel García Palma, hermano del Coro, le dedicó unas emocionadas palabras de agradecimiento por sus desvelos con esta asociación religiosa, actual orgullo de todos los montoreños. 

Nota => Esta biografía está basada en la semblanza que hizo don Juan Aranda Doncel en el homenaje que le tributó el Excmo. Ayuntamiento de Montoro y la Cofradía de la Virgen del Carmen, el día 15 de diciembre de 2000, en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Montoro.

miércoles, 17 de abril de 2013

La Romería de las Veleras de Montoro: características y peculiaridades de la romería montoreña

3 comentarios :
Virgen de la Fuensanta junto al Humilladero. Inicios S.XX.
 Fuente: Archivo Juan Córdoba. Fototeca Pasión por Montoro
Juan Córdoba García

La Romería de las Veleras o de la Fuensanta es un acontecimiento de carácter festivo-religioso y popular que se celebra entre la ciudad de Montoro y un antiguo Santuario, llamado de la Fuensanta del Valle, distante de la localidad poco más de una legua, equivalente a algo más de siete kilómetros al nordeste del término municipal. La fecha de la celebración de la romería es el último domingo de abril en la actualidad.
Fachada de la Ermita de la Fuensanta. Fuente: Juan Córdoba
El Santuario está ubicado en terrenos de una huerta cultivada desde tiempo inmemorial y constatada documentalmente en múltiples ocasiones desde principios del siglo XVI, consta de una ermita, antigua hospedería y casa para los santeros o guardadores, está situado en un valle fértil por el que discurre el arroyo de Corcomé que suele mantener cierto caudal incluso en la época de mayor estiaje de los cauces de agua; así mismo existen en dicho fértil valle algunos manantiales de agua, el más importante de estos manantiales es el que discurre bajo el ábside de la ermita antedicha y sale a la superficie al este del ábside o cabecera de dicha ermita, una corriente continua de agua incluso en los períodos de mayor sequía, y que es el elemento más importante a tener en cuenta para comprender el origen y sentido de dicha Romería.

Al este y sur del Santuario y adscrita desde tiempos muy antiguos al mismo existe una huerta llamada así mismo de la Fuensanta del Valle del Corcomé dividida en dos partes según los documentos antiguos, conocidas con los nombres de la De Arriba y la de Abajo.
Huerta de la Fuensanta del Valle desde el norte, al fondo, el Santuario de la Fuensanta. Fuente: Juan Córdoba.

El nombre de Romería de las Veleras, viene de velero, que alude al que asiste a velas religiosas o romerías pero en femenino, por ser el género femenino el más destacado en el acontecimiento porque la fiesta está dedicada a la Virgen y es una figura femenina, que llaman la Hermana Mayora la más importante en dicha fiesta y además era común en la antigüedad que fueran generalmente las mujeres las portadoras de exvotos, ofrendas,y quienes generalmente ofrecían promesas a la Virgen en compensación por el cumplimiento de sus peticiones milagrosas. La denominación de Romería en Honor de la Virgen de la Fuensanta es un término más de carácter formal. Romerías con el nombre de La Fuensanta existen en España decenas pero Romería de las Veleras, que es la denominación popular de esta Romería solo existe en Montoro, y aunque el término va en retroceso respecto a su uso, pero es el más adecuado para referirnos a esta fiesta porque la denominación Romería de las Veleras hace única a esta fiesta montoreña.
Virgen de la Fuensanta saliendo de San Bartolomé. 2012.
Fuente: Pedro J. Delgado

A veces la imagen de la Virgen, que es transportada días antes desde su morada en la ermita de la Fuensanta del Valle a la parroquia de San Bartolomé para los ritos previos a la romería como es el triduo, la Comitiva acompaña a la imagen, que es llevada a hombros por portadores, normalmente hombres devotos montoreños, aunque otras veces es transportada en carreta. En otras ocasiones la imagen de la Virgen ya ha sido llevada a su morada en la ermita de la Fuensanta del Valle días antes de la romería, este hecho es cambiante según los criterios de la Junta que compone en un momento dado la Cofradía.
Estandarte, abanderados, Hermanos Mayores y seises, representantes de la Cofradía, tambores que dan un toque propio y tradicional, romeros en cabalgaduras, banda de música, peregrinos a pie, en carretas y todo tipo de vehículos se dirigen en procesión desde la parroquia de San Bartolomé hasta el barrio del Retamar, creando un ambiente festivo, alegre y colorista de un gusto exquisito y digno de ser admirado y visitado en esa bella mañana de primavera. Pasado el puente llamado de las Doncellas sobre el Guadalquivir se deshace la comitiva y los romeros comienzan el día de peregrinación siguiendo la carretera A-3102 cuesta arriba hasta unos tres kilómetros, desviándose en dicho punto a la derecha por el camino asfaltado CO-5102, donde comienza la meseta que forma la Nava propiamente dicha, que da nombre al pago donde se encuentra la Ermita y en una explanada denominada de Rocines, nombre que lleva el arroyo cercano, que es un término sarcástico en alusión a caballo flaco, desgarbado, penco, jamelgo (como dice la coplilla que se canta), allí se concentran los romeros para tomar el primer refrigerio, tras el cual siguen su camino hasta llegar al lugar donde se encuentra el humilladero que antecede a la Ermita. 
Humilladero de la Fuensanta. Fuente: Juan Córdoba
A la altura del humilladero se reorganiza la Comitiva de la misma forma que se describe para la salida de la parroquia de San Bartolomé en Montoro, esta vez el acompañamiento musical lo lleva a cabo los tambores que dan el toque propio de la romería y la banda de la Asociación Compañía de Romanos de Montoro y otras bandas en los últimos años. La Comitiva se dirige a la Ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta para oír la tradicional misa.
Acabada la misa, tiene lugar la procesión de la Virgen de la Fuensanta que consta de dos pasos, en primer lugar una preciosa imagen de San José con el niño Jesús cogido de la mano, detrás la imagen de Nuestra Señora de la Fuensanta llevada a hombros tradicionalmente por devotos montoreños. Transcurre por el Valle del Corcomé con toda la Comitiva, y el pueblo en general en un ambiente festivo, jovial alegre, primaveral digno de ser visto, vivido y sentido. En la procesión es tradición cantar canciones, rogativas a la Virgen para pedirle que riegue y fertilice los campos, así como dar vítores a la Virgen y a la Hermana Mayora, todo en un ambiente que en absoluto se parece a una seria procesión propia de la jerarquía eclesiástica.

Virgen de la Fuensanta de Pio Mollar. Anterior a 1949.

No suele prolongarse más de un par de horas la Procesión, cuyo trayecto discurre en la gran explanada existente delante de la Ermita hasta la cruz del humilladero. Al acabar la procesión, Los integrantes de la Cofradía, Hemanos Mayores y sus familiares, personas notables invitadas asisten a una comida en la casa hermandad, donde se ubicaba la antigua hospedería, a la izquierda del patio de entrada del recinto donde se encuentra la Ermita. Los romeros, el pueblo en general, que desde la mañana se han instalado en el amplio Valle del Corcomé y lugares aledaños, normalmente agrupados en familias, vecinos del mismo barrio o formando grupos de amigos, pasan el resto del día en familia comiendo, bebiendo, visitándose entre los diversos grupos y compartiendo comida, bebida creando un ambiente familiar que se aprovecha para entablar nuevas relaciones sociales, un aspecto muy característico este que nunca debería perderse.
Unas dos horas antes de la caída de la tarde, la Cofradía, Hermanos Moyores y demás integrantes de la Comitiva inician el regreso desde la Ermita hasta Montoro, dejando la imagen de la Virgen de la Fuensanta en su Ermita hasta el año siguiente, al llegar al barrio del Retamar, se organizan para entrar en orden en la localidad, desde el Retamar, pasando por el puente sobre el Guadalquivir, la Redonda, Herrerías, plaza del Charco, calle Corredera hasta la iglesia de San Bartolomé, entran en la parroquia en cuya puerta les aguarda el párroco y todos juntos dan gracias por haberles concedido la Virgen un buen día de peregrinación.
Hermanos mayores en la puerta de la Iglesia de San Bartolomé.
Fuente: Archivo Miguel Cepas. Fototeca Pasión por Montoro
PECULIARIDADES DE LA ROMERÍA DE LAS VELERAS.
La somera descripción que he dado sobre la Romería de las Veleras en Montoro peca de excesiva frialdad y por tanto puede ser confundida con una fiesta de romería más de tantos cientos de romerías que existen en España, la descripción no recoge más que los aspectos formales de la fiesta y con seguridad que sin intención omito algunos importantes.
Existen aparte una buena cantidad de elementos que hacen singular la romería de las Veleras en Montoro, peculiaridades que no se encuentran en su mayor parte en la organización formal de la Romería y Procesión sino que, como en cualquier manifestación de religiosidad popular se hallan en la interpretación que el pueblo hace de la fiesta. En este párrafo cito algunos de estos aspectos sin pretensión de que sean los únicos que existan pues con seguridad que hay personas que por sus vivencias o las transmitidas por sus antepasados saben mucho más que el que suscribe estas líneas y están mucho más informadas de estas particularidades y conocen mejor la tradición, lo que ocurre es que nadie se ha preocupado de plasmarlas en la escritura. Algunos de los elementos que cito perduran hasta la actualidad, otros se han ido perdiendo, y sobre todo en los últimos sesenta años la desaparición de estas peculiaridades es más que llamativa de tal manera que apenas se reconoce en esta Romería la idiosincrasia de una localidad como Montoro, una ciudad tan rica en tradiciones:
Antigua Virgen de la Fuensanta durante la romería.
Archivo Juan Córdoba. Fototeca Pasión por Montoro
PRIMERO.- La Romería de las Veleras está unida íntimamente al agua, a la lluvia como fecundadora de los campos y propiciadora de una buena cosecha. No es una fiesta de primavera como aparentemente puede parecer. La celebración de la Romería no puede ser confundida con las fiestas de primavera que estudian los antropólogos y que se celebran para pedir a la divinidad una buena cosecha. La celebración de la Romería el último domingo de abril es una decisión impuesta por la Cofradía a principios del siglo XX pero en toda la documentación escrita que se conserva desde el siglo XVI que hace alusión a la existencia de esta Romería, su celebración coincide con la Fiesta de la Natividad de la Virgen el día ocho de septiembre, coincidiendo en nuestro medio con el momento de mayor sequía de nuestros campos y el motivo principal de su existencia es la petición a la Virgen que la lluvia llegue lo antes posible en otoño, pues es a primeros de septiembre cuando en un buen año agrícola suelen caer las primeras aguas. Esta afirmación la atestiguan la tradición de procesionar la imagen de la Virgen en época de sequía, las canciones que se cantan en el día de la fiesta como la que dice “danos un poco de agua que nos morimos de sed”, que no es una canción de primavera, etapa del año agrícola en que los campos están normalmente bien regados.
SEGUNDO.- El banquete que celebran los miembros de la Cofradía junto con los Hermanos Mayores y otras personas antes citadas está constatado y perfectamente descrito en documentos desde 1575, en una escritura de obligación de suministro de una vaca para la comida de la Hermandad, y no cualquier vaca, sino que en canal tendría que pesar al menos doscientas libras de carne. Era tradición celebrar la comida el domingo siguiente a la Romería, o sea, el domingo siguiente al día ocho de septiembre y a la comida estaban invitados todos los hermanos. Es probable que el hecho insólito de no celebrar la comida de la Hermandad el día de la Romería tenga relación con evitar compartirla con el pueblo en general, ya que aunque la vaca era grande, probablemente no sería carne suficiente para saciar el apetito de todos los asistentes el día de la fiesta.

La Fuente Santa con poderes curativos que da nombre a la Ernita, al lugar, a la Romería, sale a la superficie bajo el
mismo ábside de la Ermita. Hoy con el cauce desviado no podemos apreciar su inmenso caudal. Fuente: Juan Córdoba .

TERCERO.- La existencia de un manantial de varios caños bajo el ábside de la ermita, justo debajo de donde se encuentra el camarín de la imagen de la Virgen está constatada también en documentos muy antiguos, así como la explotación de este manantial para irrigar la fértil huerta adscrita a la ermita. La atribución de poderes curativos a dicha agua es tradición en todo el término aunque hoy se está perdiendo. Existe una alusión popular a dicha agua, que la denomina “meáos de la Virgen”, hoy casi en desuso por ser de mal gusto pero era una expresión muy común hasta hace pocos años. Hasta hace poco era muy usual ir a por agua para beber en algunas casas de Montoro, sobre todo en verano. En mis últimas visita al manantial comprobé que los caños de agua del manantial habían sido anulados para el uso público, probablemente desviado de su cauce el caudal de la fuente, de tal forma que el visitante que quiera ver el agua correr se encontrará que no existe ya tal fuente, solo los caños por testimonio, como se aprecia en una fotografía reciente. Si se anula el discurrir del agua se priva al lugar del verdadero sentido de la Romería.
Romeros con estadales al cuello. 1955.
 Fuente: Archivo Juan Córdoba. Fototeca Pasión por Montoro

El uso en ese día de los estadales (estedales según la denominación popular) que son cintas de llamativos colores, que colgadas al cuello llevan los romeros y en cuyo extremo llevan una medalla con la imagen de la Virgen de la Fuensanta usualmente de calamina, puestos a la venta por la Cofradía cada año en el día de la Romería en un quiosco y que ayudan a cubrir los gastos que genera la Romería. Cuantos más estadales se llevaban colgados era símbolo de que quien los llevaba había contribuido más con la Cofradía en los gastos que genera su mantenimiento. Los estadales han sido sustituidos últimamente por otros más ricos con medallas de plata en el extremo ,privilegio antaño solo de los miembros de la Cofradía e imitación hoy de otras romerías que alguna gente considera de más enjundia y que nada tienen en común con la Romería de las Veleras de Montoro.
Caracola-trompeta hallada entre basuras en un lugar cercano a la Ermita 
de La Fuensanta. Ejemplar con varios siglos de antigüedad, de esta
especie de caracola-trompeta existen en grandes museos del mundo
como testimonio de los primeros  instrumentos musicales
 usados por el hombre, aquí los tiramos a la basura. Fuente: Juan Córdoba.

CUARTO.- El uso de la Caracola Trompeta. Este es sin duda para mí el elemento material más peculiar e importante de esta Romería. La caracola trompeta es un instrumento de viento cuya constatación existe en las sociedades primitivas desde época magdaleniense, hace más de ocho mil años. Es un instrumento que servía para comunicarse y hablar entre la gente que vivía en la sierra a mucha distancia unos de otros, normalmente propio de sociedades ganaderas y agrícolas como lo ha sido Montoro desde tiempos muy remotos. Yo conozco personas en Montoro que han usado y visto usar la caracola trompeta como medio de comunicación entre gentes del campo. La caracola es además uno de los instrumentos musicales más antiguos de la humanidad, un símbolo de la fertilidad y de la prosperidad, su nitidez acústica le ha permitido integrarse en las liturgias y solemnidades religiosas de muchas civilizaciones, sobre todo en la civilización india y japonesa tienen hoy día mucha importancia. En España las más usadas como trompeta son la Charonia Tritonis, y Charonia Lampas en Canarias y la Strombus Gigas en Cantabria. El uso de la Caracola Trompeta en la Romería de las Veleras, que era el último lugar donde se podía ver y oír, ha desaparecido lamentablemente en la actualidad.
Pito de barro de la  Fuensanta de Córdoba, los de Montoro son
más rústicos 
de un solo agujero y pellizco en el barro. 
QUINTO.- El uso del silbato de barro (pito de barro). Al igual que se vendían en la Romería los estadales, así mismo se fabricaban y vendían silbatos de barro o los pitos de barro cocido, que también eran instrumentos de comunicación entre personas que vivían a mucha distancia unas de otras en nuestra sierra. En España existen aún algunas personas, normalmente ganaderos que usan el silbido como medio de comunicación entre ellos por habitar en lugares distantes y como medio alternativo de comunicación o mejor dicho lo usan como lenguaje porque literalmente hablan con el silbido. En un capítulo correspondiente a una serie de documentales divulgados con el nombre de “Un país en la mochila” protagonizados por Juan Echanove e Imanol Arias, en el correspondiente a La isla de la Gomera se puede comprobar el uso del silbido como lenguaje por parte de un pastor de la zona. El uso del pito de barro, normalmente usado en sus últimos años por niños también ha desaparecido en la Romería de las Veleras.

Romería de la Fuensanta de 1955. La Hermana Mayora montanda a lomos de mulo enjamuga portando en el brazo
derecho cetro con banderín de la Cofradía. Fuente: Archivo Juan Córdoba. Fototeca Pasión por Montoro

SEXTO.- El uso de la jamuga como montura para la Hermana Mayora. Otra de las peculiaridades más importantes de la Romería de las Veleras. La Hermana Mayora es la principal protagonista de la Romería por estar unida esta Romería a la fertilidad. La Hermana Mayora es portada a manera de reina de la fiesta en jamuga, del latín sambuca, que a su vez se deriva del griego sabyke, un atalaje de caballerías de uso muy antiguo consistente en una silla de tijera ricamente adornada con respaldo, apoyabrazos e incluso con escabel como la que se muestra en la imagen, forrada con adamascado y de uso exclusivamente femenino que se colocaba encima de los aparejos de las bestias, normalmente mulos o yeguas. El término correcto para el uso de esta cabalgadura es “montar a mujeriegas”. Hasta hace muy pocos años la Hermana Mayora de la Romería iba siempre a lomos de mulo o yegua sobre Jamuga, un elemento de singular importancia antropológico-cultural. Hoy la jamuga ha desaparecido como cabalgadura de la Hermana Mayora, otra pérdida importante de la Romería.
Bandera de la Romería de las Veleras. 1955

SÉPTIMO.- El empleo de la pirotecnia, lanzamiento de cohetes desde el amanecer del día de la Romería hasta que concluye por la tarde a intervalos de tiempo que son más cortos en los momentos más significativos de la fiesta.
OCTAVO.- Enormes banderas de la Cofradía que van adornadas con llamativas cintas de colores en el mástil, es otro rasgo destacable.
NOVENO.- Tambores que dan un toque solo reservado a esta fiesta que acompañan a la Comitiva en todo su recorrido oficial.
DÉCIMO.- A nivel gastronómico existen algunas tradiciones destacables como las albóndigas fritas que las mujeres se encargan de elaborar con esmero con el fin de conseguir el mejor sabor, así como los huevos duros, platillos en frío especialmente elaborados para la fiesta.
DÉCIMO PRIMERO.- La Romería es también un día de convivencia de todos los vecinos de la localidad de Montoro a la que acuden también personas de Marmolejo y Villa del Río, localidades limítrofes del término. Por todo el recinto los romeros forman grupos ya sea familiares, de asociaciones, amigos, peñas, etcétera. También es costumbre que miembros de unos grupos visiten a otros creando un clima amigable, familiar en el que se comparte comida, bebida y lo que es más importante, se entablan nuevas relaciones sociales de todo tipo. Una preciosa costumbre que fomenta nuevas relaciones entre distintas personas y grupos, costumbre que debería perdurar para siempre. 
Veleros en el camino de vuelta de la Romería. Él en burro con aguaderas de esparto, ellas una una a lomos y
otra a la grupa como era considerado correcto en la época, la de delante con ambas piernas a la izquierda,
la de atrás a la derecha, no era bien visto que las mujeres montaran a horcajadas. Al fondo de la imagen, la 
Ermita y tras ella la atalaya cuyos habitantes hace tal vez milenios hicieron del Valle un lugar sagrado. 
Fuente: Archivo Juan Córdoba. Fototeca Pasión por Montoro
DÉCIMO SEGUNDO.- Como he mencionado en otra ocasión en este artículo, la protagonista principal de la Romería de las Veleras es la Hermana Mayora, que, a manera de reina, porta un cetro con banderín de la Cofradía, cabalga a lomos de mulo o yegua sobre jamuga (desde hace unos años ha desaparecido la jamuga como cabalgadura de la Hermana Mayora) y es vitoreada constantemente al paso de la Comitiva con el grito “¡Viva la Hermana Mayora! , grito que pocas veces se usa con el Hermano Mayor a pesar de que lo más normal es que el designado por la Cofradía como tal solía ser un varón hasta hace solo una década.
Dentro de la Ermita existía un lugar donde se guardaban los exvotos u ofrendas que los devotos, en la mayoría de los casos mujeres ofrecían a la Virgen de la Fuensanta por el cumplimiento de sus peticiones milagrosas a ellos mismos o a familiares, los más comunes eran sudarios, cabellos vestidos de novia. etcétera. Hoy han desaparecido ese tipo de ofrendas por considerarse en muchos casos de mal gusto, en otras romerías han sido aprovechados estos objetos para hacer pequeños museos dentro de los santuarios.