LO MEJOR DE LA SEMANA

miércoles, 29 de mayo de 2013

Del Barco Manolón a la Más Alegre, décadas cruzando el Guadalquivir.

5 comentarios :
Vista aérea de Montoro donde se aprecia uno de los barcos usados para cruzar el Guadalquivir.
Fuente: Archivo Francisco Garcia Roa. Fototeca Pasión por Montoro
José León Solís
A los pies de Sierra Morena el aroma de la flor de las altas lomas y montes, impregna de cualidades humanas el entorno de la margen derecha del Guadalquivir. Conjunto que entroniza la alegría de sus paseantes. Por estos especiales elementos de la naturaleza, nuestros antepasados bautizaron a este paseo: La Más Alegre. 

La singular orografía de Montoro con sus intrincadas calles le hace un bello monumento de arquitectura popular, constituyendo para sus habitantes un impedimento, sobre todo para los más mayores, para el paseo.
Montoreños cerca de la Cruz de Tobalico en la
Más Alegre. Años 20. Fototeca Pasión por Montoro

Antaño, el camino desde la Fuente de la Oliva hasta la Golondrina era un ir y venir pausado, alegre y festivo de los montoreños. Camino de paseantes que se contaban sus secretos y sus asuntos cotidianos, sirviendo su naturaleza y los peñascares para el enamoramiento y algunos que otros manoseos secretos tapados por los abrigos. Todo al cobijo del dulce sol del invierno, el radiante atardecer de la primavera y el claro sol cubierto por algodonales nubes de otoño, bajo la atenta mirada de la esbelta figura de la torre, que asomada al cielo se mostraba y se muestra orgullosa.
Bella y eterna estampa amparada por un río con los anclajes y maromas del barco de Manolón y el barco de la calle Marín, que constituían el medio de transporte fluvial de personas y caballerías, que junto con el Puente Mayor eran el único nexo de unión con la Sierra y el paseo de la Más Alegre.
Si Manuel García Conde, apodado Manolón - hermano de mi bisabuela Amalia García Conde y familiar de los insignes músicos montoreños hermanos Conde – abriera sus ojos desde el anclado barco, y contemplativo observara la cúspide de la Peña o Peñón de la Golondrina, donde la maroma se tensaba por el esfuerzo del barquero, quedaría fascinado ante el inmenso tablero y arco del nuevo puente. Puente moderno, sí, pero perfectamente enlazado con la figura de Montoro. 

Montoreños a punto de cruzar el Guadalquivir en el barco de la Calle Marín. Fuente: Archivo José León Solís
Dice la popular canción: 
Por allí viene mi Conde 

de Casillas y de Velasco 
montado en su jaca torda 
que viene a pasar el barco. 
Por eso a Manuel 
lo han hecho Almirante de la Golondrina 
del puerto surraque. 
Por eso Manuel 
la gorra tiró 
diciendo que viva la Gobernación. 
Después de Dios Manolón 
aunque parezca animal 
han hecho de la Golondrina 
Paseo de la capital. 
Si José Olivares del Burgo - Conde de Casillas y de Velasco Título creado por Fernando VII por Decreto de 15 de septiembre de 1814 a favor de D. Manuel Fernández Ruiz del Burgo y Ruiz Ramírez - montado en su jaca torda se asomara al nuevo puente y su paseo, pararía en el puerto de la Golondrina dando rauda espuela, para en un adiós alegre al Almirante, quedar ambos admirados por la obra de modernidad y desarrollo.
Vista general del nuevo puente sobre el Guadalquivir en Montoro. Fuente: Juan José Villarejo
El tres de julio de 2009, el Presidente de la Junta de Andalucía, junto con el señor Alcalde y otras Autoridades, arropados por los vecinos, inauguró el nuevo puente sobre el Guadalquivir, con una longitud de 200 metros, y la remodelación de la A-3000 desde el Puente de las Donadas hasta el nuevo Puente, constituyendo una nueva Vía Parque para el paseo y recreo de los montoreños. Obras, que con la financiación de los fondos Feder ha construido la Junta de Andalucía dentro del Plan para la Mejora de la Accesibilidad, la Seguridad Vial y la Conservación en la Red de Carreteras de Andalucía. A nuestro Alcalde D. Antonio Sánchez Villaverde le tenemos que agradecer los esfuerzos realizados, para que esta obra sea realidad.

Sería un acierto que la Corporación Municipal rotulara a este entorno: Vía Parque La Más Alegre y al nuevo puente: Puente del Barco de Manolón, para así perpetuar la memoria de un barco y un paseo de los montoreños.
Montoreños cruzando el Guadalquivir a su paso por Montoro. Fuente: Archivo José León Solís
Montoreñas cruzando el Guadalquivir a su paso por Montoro. Fuente: Archivo José León Solís

lunes, 27 de mayo de 2013

Patrimonio desaparecido: la custodia de la Iglesia de San Juan de Letrán

3 comentarios :
Custodia de la Iglesia de San Juan de Letrán durante la procesión del Corpus Christi en Montoro.
Fuente: recorte de prensa. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
José Ortiz García. 
Cronista Oficial de Montoro
Hace algún tiempo, caminando con mi viejo amigo octogenario Sisquitos (QEPD), me comentaba acaloradamente sobre la custodia de San Juan de Letrán, la de "Padre Jesús", la que salía en el día del Corpus y que "le habían comentado que se la habían llevado las monjas". De eso ya hace la cifra módica de unos diez años y hasta el momento, sabemos de la misma, pero por desgracia poco podemos disfrutarla en las calles montoreñas, encaladas y engalanadas para este día repleto de carga emocional para todo católico.

Esta custodia, venía a sustituir una más vieja en el siglo XVIII que estaba sirviendo para las misas, celebraciones y adoraciones nocturnas que, en algunas ocasiones, así lo requerían en las capellanías existentes en la villa. Quizá nuestro vicario D. Juan Antonio del Peral y Buerrostro tuvo que ver en la donación de una verdadera joya, una joya que sin duda, era la joya de la corona de la pequeña iglesia de San Juan de Letrán.
Custodia durante un quinario a Ntro. Padre Jesús
Nazareno en los sesenta. Archivo José León Solís.
Doña Catalina María Benítez de Molina, piadosa mujer, como última voluntad mando y dispuso que tenía obligación por promesa costear una custodia de plata sobredorada para la iglesia del Señor San Juan de Letrán de Montoro, con su viril y cristales a gusto de las hermanas del Colegio de Educandas, cuyo costo no excediese de cinco mil reales, por cuyo fin tenía destinada cierta cantidad que resultaba en apuntación de letra de doña Florencia Teresa, su hija, siendo su deseo “… por justos motivos para ello me mueben, que dichos cinco mil reales se deduzcan de mi caudal antes que el tercio y remanente de mi quinto …”
De la misma forma indica que si la custodia estuviese realizada a su muerte que no tuviera efecto dicha ofrenda, dejando por nulo todo apunte tanto suyo como de su hija.

Sea cual fuere, este ostensorio realizado por el famoso Damián de Castro, y muy similar al existente en la Parroquia de San Pedro de Córdoba, también tiene el sello del platero Bartolomé Gálvez Aranda, siendo la misma realizada en plata y oro.


Los detalles que se representan en la misma son símbolos eucarísticos como el Ave Fénix, el Cordero, el Pelicano, el Libro de los siete Sellos y el León Rugiente. En el tallo del mismo se representan dos ángeles y el viril con cabezas de serafines, espigas y vides.

Recientemente un auto judicial, arrebata dicha custodia a la villa de Montoro, a la iglesia de San Juan de Letrán, pese al grabado existente en el pie de la misma, a punzón de época.
Fuentes:
Ortiz García, J.; " El Corpus cristhi en Montoro durante los siglos XVI y XVII: la mezcla y perduración de la religiosidad popular con el paganismo medieval", Reunión de Cronistas Oficiales de Toledo, 2007.
AAVV.; Tomo VII del Catálogo Artístico y Monumental de la provincia de Córdoba, Cordoba, 2005, p. 38.

jueves, 23 de mayo de 2013

La evacuación de Montoro por las tropas republicanas en la víspera de las Navidades de 1936

4 comentarios :
Mujeres montoreñas al final de la actual C/ Doctor Fleming, llegando a la actual glorieta, regresan a Montoro
Fuente: Foto Serrano. Recorte de prensa. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Francisco Aguilar Pérez
Para muchos montoreños, las navidades pasadas habrán sido unas Navidades más; con comida familiar, días de fiesta, regalos a mayores y pequeños, e incluso los más afortunados con comida de empresa o trabajo. Pero tenemos la obligación moral de mirar al pasado reciente y echar la vista atrás sólo unas pocas décadas para encontrarnos las Navidades más tristes y diferentes que ha habido nunca en Montoro. En las navidades de 2011 se cumplieron setenta y cinco años del mayor trama humano colectivo del que se tiene noticia en la ciudad de Montoro; este fue la evacuación desordenada y caótica de toda la población de Montoro por las tropas republicanas en las vísperas y frías Navidades de 1936. 

Por su relativa cercanía generacional, muchos de nosotros (montoreños actuales), tenemos sólo algunas referencias de esta tragedia; nuestros abuelos, padres o familiares de edad avanzada, han querido dejarnos constancia de forma oral de las penalidades que sufrieron en esas fechas tan complejas y dramáticas para España, como fueron aquellos primeros compases o meses de la Guerra Civil española. Llegar a ese extremo fue posible por unos gobernantes incapaces de hacer convivir a todos los españoles y unos militares intransigentes y fanáticos, pero con la única consecuencia directa "como en todas las guerras" del sufrimiento del pueblo español, tanto de un bando como del otro.
Vista general del pueblo de Montoro. Enero de 1937.
Fuente: Foto Serrano. Recorte de prensa. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
De sólo imaginar el panorama de cientos de montoreños, incluidas personas de avanzada edad, mujeres embarazadas y niños pequeños saliendo de Montoro y repartiéndose por esos fríos campos en plena Nochebuena pasando un frío, hambre y miedo horrorosos, se me encoje el alma. Personas andando en grupos formando un auténtico río humano y llevando sobre sus castigados y sufridos cuerpos lo más imprescindible para el camino y para su futura subsistencia, algunos a lomos de animales, otros en carros y los más privilegiados ayudados de camiones o trenes. Para colmo de males, estas gentes indefensas eran atacadas y hostigadas por la aviación nacional de trecho en trecho, complicando el avance penoso por esos caminos polvorientos.

  Recuerdo ahora al escribir estas líneas las palabras de por ejemplo; Diego García Solaz, Antonio Román Molina, Anita Madueño Romero, Manuel y Bernarda de la Cruz Luque, Teresa Cañas, mi tía afectiva Ángeles Alba o del mismísimo Miguel Romero Esteo, así como de mis propios Padres y tantos otros que me han relatado los recuerdos dramáticos que tenían clavados en sus memorias infantiles. Unos perdieron a su padre en las tapias del Cementerio de la Venta del Charco cuando eran unos niños; otros durmieron bajo el puente Romano de Andújar; otros se hacinaban en el Molino del Ciprés en la Nava, en el lagar de Paco Pérez en la Encarná, o en el Molino de Herrera en Santa Brígida; otros llegaron a Cardeña o Fuencaliente donde sus habitantes tenían orden de acogerlos como fuera; otros pasando mucho miedo en el pajar de San Camilo en el Charco el Novillo arropados por su madre aguantando las impertinentes amenazas de los militares; otros en trenes repletos de gente y a cada trecho bombardeados camino de poblaciones jiennenses y manchegas; otros con niños pasando un frio enorme que les dejó secuelas para toda su vida y todos absolutamente todos pasando mucha hambre que recordaran y recordarían siempre…. 
Evacuación de Cerro Muriano. Robert Capa
En fin un trama humano de primera magnitud del que todas las familias montoreñas y sus descendiente actuales tienen un pedacito grabado a fuego en sus memorias; aunque debido al paso del tiempo, poco a poco vamos olvidando, pero que será mejor no volver  a repetir por el bien de todos.
Para ilustrar el recordatorio nefasto de esta horrible evacuación de Montoro del que se cumple a lo largo de todo este año de 2012 su 75 aniversario, sólo rescatar algunos datos de la época y un raro y único testimonio personal, escrito por un protagonista de excepción:

En la Evacuación de Montoro en la Navidad de 1936, las milicias de la FAI y algunos incontrolados dieron muerte a 33 personas, entre ellas ocho mujeres (1). Fueron los últimos paseos (2), tratándose en muchos casos de vecinos que se opusieron a la evacuación, entre los días 21 y 24 de diciembre”. 
Montoreñas al final de la actual Calle Doctor Fleming, llegando ya a la actual glorieta, regresan a Montoro.
Fuente: Foto Serrano. Recorte de prensa. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Tomaré también prestadas unas palabras de primera mano del escritor y dramaturgo montoreño Miguel Romero Esteo (3), para intentar describir lo que debieron ser aquellos duros días para la población civil montoreña, están escritas en el estilo inconfundible de nuestro paisano, quizás sean unas de las pocas escritas que se conservan de este drama humano, sirvan como recordatorio de lo que debieron sufrir los montoreños que les tocó vivir esas Navidades especialmente niños y ancianos de hace ahora 75 años al ser brutalmente despojados y arrancados de sus hogares en uno de los inviernos más crudos del que se tiene noticia, y en unas fechas tan señaladas, dicen así:
Y en la víspera de la Navidad vienen unos milicianos que van de casa en casa, y avisan que hay que orden militar de tener que evacuar todo el pueblo, y que al que se quede los militares republicanos van y lo fusilan. Así que entre hipos y lágrimas, todas las mujeres de la casa van liando entre mantas y colchas un buen montón de bártulos. Y en mitad de la noche de Nochebuena salimos del pueblo, y nos vamos todos andando camino de la sierra, incluidas abuela Ana y Chacha Teresa que ya eran dos ancianas. Y por veredas y trochas llegamos al lagar de los primos, y allí no pegamos ojo entre zambombazos que llegan del pueblo. Luego, al día siguiente, seguimos andando carretera adelante. De pronto asoman unos aviones, y hay que tirarse a la cuneta con los bultos porque los aviones venían ametrallando como demonios a todo el río de gentes evacuadas que íbamos subiendo por la carretera. Así que vuelta a caminar otra vez por veredas y trochas […] total , que andando, andando, ya nos habíamos atravesado la sierra y estábamos en Fuencaliente…”.
NOTAS
(1)Una de ellas fue arrojada por los milicianos por el Puente Mayor de Montoro y devorada por los cerdos durante días hasta dejarla en los huevos.
(2)Del bando republicano en Montoro. Por otra parte hay que tener muy presente que después el bando vencedor vergonzosamente siguió con estos “paseos”, incluso muchos años después de terminada la guerra, en un acto de reconciliación difícil de entender y ante la pasividad de todos los países teóricamente democráticos, justo es decir que coincidió con momentos muy difíciles para todos ellos.
(3)Nació en 1930 y por lo tanto tenía sólo 6 años de edad, pero que con su memoria y mente privilegiada recuerda perfectamente lo sucedido.

*Sería interesante intentar recopilar por escrito con los máximos detalles posibles todos los testimonios que aún se nos puedan ofrecer de primera mano relativos a esta evacuación de la población civil de Montoro en las Navidades de 1936 en boca de sus protagonistas o descendiente más directos, porque parece que fotografías no existen, cosa bastante extraña, o aún no se han localizado. Todo con el único y noble objetivo de tener presente nuestro pasado reciente, para recordarle a las generaciones presentes y futuras los errores cometidos en el pasado y no repetirlos nunca más. Tenemos entre todos que truncar lo que dijo Lord Bayron en uno de sus más famosos aforismos, que tristemente se cumple más de lo que debería: “El mejor profeta del futuro es el pasado”, aplicable a todos los órdenes de la vida, incluida la actual y repugnante crisis financiera rastreable en el “Crack de 1929”.

domingo, 19 de mayo de 2013

Actos extraordinarios con motivo del Año de la Fe durante la Festividad del Corpus

No hay comentarios :
Altar montado para el Corpus 2012 en el Castillito, destaca el sagrario usado tras la guerra civil en la Parroquia
de San Bartolomé de Montoro. Fuente: Pedro J. Delgado
- Durante la Semana del 27 al 31 de Mayo se celebrara un Quinario en honor al Santísimo Sacramento y que comenzara todos los días a las 20:00 horas con la Exposición de su Divina Majestad, Estación a Jesús Sacramentado, rezo del Santo Rosario, Bendición, Reserva, y Santa Misa. 
- El lunes día 27 de mayo se celebrara en la Iglesia de San Juan de Letrán, una vez terminado el Quinario se procederá a celebrar una procesión con el Santísimo en la Custodia, bajo palio, que saldrá de San Juan de Letrán, Plaza de Jesús, Luis de Siles, Antonio Garijo, Manuel Criado Hoyo, Plaza de España, arco de la Cárcel y Plaza de Jesús. Este día de Quinario estará organizado por la Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno, Cofradía de la Borriquita, y Cofradía de la Santa Vera Cruz. 
Detalle de la Capilla de la Virgen del Rosario de Montoro
Fuente: Pedro J. Delgado
 - El martes día 28 de mayo se celebrara en la Iglesia de San Sebastian, y al igual una vez terminado el Quinario se procederá a celebrar una procesión con el Santísimo bajo palio y el itinerario será: Salida de San Sebastian, San Francisco Solano, Morera, General Castaños, y entrada a San Sebastian por la calle Santo. Este día será organizado por la Cofradía del Santo Entierro y la Cofradia de la Misericordia/Angustias. 
- El miércoles día 29 de mayo se celebrara en la ermita de la Virgen de Gracia, y una vez acabado el Quinario la procesión con el Santísimo bajo palio será alrededor de la ermita. Este día de Quinario estará organizado por la Cofradía del Stmo. Cristo Resucitado. 
- El jueves día 30 de mayo se celebrara en la capilla del Hospital de Jesús Nazareno, una vez acabado el Quinario la procesión con el Santísimo bajo palio será, saliendo al patio y posteriormente atravesando el aparcamiento posterior para salir a las tercias, sor Josefa Artola y volver por Salazar. Este día de Quinario estará organizado por la Cofradía de Las Penas, Cofradía de la Virgen de la Fuensanta, Cofradía de la Virgen de la Cabeza, Cofradía de los Patronos de Montoro, y Cofradía de la Flagelación. 
- Y el Viernes día 31 de Mayo se celebrara en la Parroquia de Ntra. Sra. Del Carmen, el itinerario de la procesión con el Santísimo bajo Palio será: plaza del Charco, El Santo, Rosario, plaza de las hijas de la Caridad y plaza del Charco. El Quinario de ese día estará organizado por las Cofradías del Carmen y Humildad.
Sagrario de la Iglesia de San Juan de Letrán
de Montoro. Fuente: Pedro J. Delgado
DIA 1 DE JUNIO. 
A las 19:00h de la tarde saldrá de la Iglesia de Santa Ana, San Pedro acompañado de la Banda de CC y TT María Santísima del Amor y la Paz, atravesaran en puente de las donadas, subiendo por la calle puente para llegar a Santiago que recogerán el Ángel del Huerto, que irá primero en el cortejo, para llegar a la plaza sobre las 20:00h.

A las 7 de la tarde también saldrá San Sebastian de San Sebastian, Acompañados de la Agrupación Musical Jesús Caído. bajara por la Calle El Santo, y de la Plaza del Charco saldrá La Inmaculada y el niño Jesús de Praga. E irá a través de corredera a Plaza de España a las 20:10
Una vez estén allí, saldrá de San Bartolomé El Sagrado Corazón de Jesús.

A las 20:30 horas en la Plaza de España SOLEMNE FUNCION RELIGIOSA, oficiada por nuestros Párrocos D. Antonio Aguilar de la Fuente (Párroco de Ntra. Sra. Del Carmen), y D. Rafael Rabasco Ferreira, (Párroco de S. Bartolomé y Arcipreste del Alto Guadalquivir)
Corpus Christi Montoro 2012. Fuente: Bartolomé Castillo Román
Una vez finalizada la Santa Misa, procederemos a organizar el cortejo procesional que ira en el siguiente orden: 

Cruz Parroquial, a continuación el paso del Ángel y detrás San Pedro, tras el paso de San Pedro la Banda de CC y TT de Amor y Paz. A continuación irán todos los niños de primera comunión, el Niño Jesús de Praga, y tras el niño Jesús irá San Sebastian y la Inmaculada, Acompañados de la Agrupación Musical Jesús Caído, tras la agrupación musical irá El Sagrado Corazón, y todos los estandartes por orden de salida, comenzando por los de Gloria (Fuensanta, Cabeza, Carmen y Rosario) y después los de Penitencia por orden de salida en Semana Santa. Cada estandarte ira acompañado de dos hermanos de luz, porque las Varas irán con las imágenes que lleve su Hermandad. 
Una vez hayan terminado los estandartes, ira el pueblo en general que quiera acompañar con velas al Santísimo, después los miembros de la Agrupación de Cofradías con su estandarte y los Adoradores. (todos con velas), tras los adoradores, la Bandera de la Adoración el Paso con la Custodia del Santísimo Sacramento, y tras el paso Autoridades Eclesiásticas, después las Autoridades Civiles y después la Banda de Música. 

El Recorrido será: plaza del España, arco de la cárcel, Plaza de Jesús, Luis de Siles, Castillito, Diego Medina, Plaza de San Miguel, Santos Isasa, Plaza del Charco, donde dejara el Cortejo el Niño Jesús de Praga, San Sebastian y la Inmaculada, así como la Agrupación Musical Jesús Caído, siguiendo solamente lo que son los niños de Primera Comunión, y se continua con el resto de Imágenes y la Custodia con el Santísimo a través de la corredera hasta la Plaza de España y entrará el resto del cortejo entero en la Parroquia de San Bartolomé. Antes de entrar en la plaza recibiremos la Bendición con el Santísimo.

viernes, 17 de mayo de 2013

Rogativas y procesiones en el pueblo de Montoro

1 comentario :
Procesión de la Virgen de Lourdes de la Parroquia de San Bartolomé de Montoro. 1931.
Fuente: Archivo Familia Baena Cáceres Fototeca Pasión por Montoro
José León Solís
Las rogativas como oración pública para impetrar el auxilio ante situaciones calamitosas y como acción de gracia ante importantes acontecimientos civiles, generalmente se han venido celebrando dentro de los Templos o en las vías públicas con carácter de procesión penitencial. 

Litúrgicamente fueron establecidas por la Iglesia para ser rezadas o cantadas probablemente en el siglo IV, aunque las fechas de su celebración fueron fijadas en el pontificado de San Gregorio Magno en el año 590. En la festividad de San Marcos tenía lugar las denominadas rogativas o letanías mayores y en los tres días anteriores a la fiesta de la Ascensión las rogativas o letanías menores. Otras rogativas extraordinarias para casos de calamidad podían ser prescritas por el Obispo o el Papa. 

Conocido es, cuando la meteorología no era ciencia y la sequía era pertinaz o la abundancia de lluvias se convertía en catástrofe y la medicina no lograba la curación de enfermedades convertidas en epidemias, que el pueblo y el clero acudiese a la oración pública para conseguir el remedio frente a estas calamidades; hecho que ha constituido una constante a lo largo de la historia. La Autoridad Civil trataba de paliar estos desastres impetrando la caridad, como ocurrió con ocasión de la epidemia de cólera de 1834, publicándose por el Gobernador Civil en el B.O.P del 17 de Julio de 1834 una circular en la que se recogen las instrucciones procedentes de las altas autoridades. Las instrucciones estaban dirigidas en primer lugar al llamamiento de auxilio de la caridad de las autoridades eclesiásticas y demás sectores sociales.
Fachada de la Parroquia de S. Bartolomé.
Inicios S. XX. Fotografo Diego Angulo.
“Los gobernadores civiles de las provincias en que se esté padeciendo o declare el cólera-morbo, excitarán el celo de los Prelados diocesanos, de los venerables cabildos eclesiásticos, de las comunidades religiosas, corporaciones, empleados, gremios de artes y oficios, hacendados y capitalistas de todas clases, á fin de que se suscriban con las cantidades y efectos que les dicte su amor á la humanidad por el socorro de los enfermos en los pueblos contagiados.” 

Eso sí, cuando la caridad no es suficiente la instrucción adopta la medida drástica de incautación de echar mano directa a bienes de las cofradías, hermandades y otras instituciones, dejando a salvo los ingresos procedentes de tributos y otras rentas que las declara intocables. 

“Si no bastasen los fondos de suscripción..., los gobernadores civiles podrán echar mano, en la que se necesite, de los fondos de pósitos, de los destinados á obras de utilidad pública, de las cofradías y hermandades, de los sobrantes de los establecimientos de instrucción y beneficencia, y de cualquiera otras aplicados á objetos menos urgentes, sin otra excepción que los procedentes de contribuciones, rentas y derechos reales, y cualquiera otros que deben ingresar en el real tesoro” 
Estas instrucciones, aplicadas cada vez que se repetían los episodios epidémicos, afectaron notablemente al patrimonio de las cofradías y hermandades y a la Semana Santa.
Hoy, estas rogativas, han ido desapareciendo en su frecuencia de nuestros pueblos por los avances científicos, la influencia de la laicización de algunos sectores de la sociedad y otros factores.  Pero ante todo, debemos preguntarnos: ¿Qué postura ha mantenido la Iglesia ante los actos de rogativas celebradas por el pueblo en acción de gracia a sus patronos e imágenes sagradas más veneradas? Sabido es, que la acción del pueblo materializada en la religiosidad popular tuvo una fuerte reacción por los postulados ilustrados pretendiendo un férreo control desde las instituciones civiles y eclesiásticas, control que llegó a tener una fuerte influencia en las procesiones de Semana Santa y manifestaciones públicas de fe.
Rogativa a la Virgen de las Angustias en 1914, dirigida por el sacerdote Don José de Julían, para acabar con
un largo periodo de sequía. Fuente: Archivo Alfonso Castellano. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Este control quedó formalmente regulado en la Novísima Recopilación de las Leyes de España de 1805 en su Libro I. Tomo I. Titulo I. Ley XX.  El Consejo por circular de 21 de Agosto de 1770, y Don Carlos IV a consulta de 18 de Diciembre de 1804, estableció el  modo de hacerse las rogativas secretas y solemnes por los Cabildos Seculares y Eclesiásticos, exigiéndose para su práctica la previa autorización secular y su celebración con la asistencia de las autoridades eclesiásticas:

 “ Para evitar las desavenencias ocurridas entre Cabildos Seculares y Eclesiásticos sobre el modo de hacer las rogativas; quando los Cabildos eclesiásticos consideren que pueden convenir sus preces a la divina misericordia, por alguna calamidad que amenace, será muy propio de su estado practicar las secretas y acostumbradas colectas, y avisar de sus piadosos ruegos al Magistrado y Ayuntamiento secular para su noticia y aprecio; pero para rogativas más solemnes, aunque sean interiores del templo, pertenecerán al Gobierno secular solicitarlas, y será correspondientes al estado eclesiástico concurrir con ellas a tan devoto fin; y en caso de que llegaran a ser procesionables para el pueblo ( que también será de cargo del Gobierno Secular el procurarlas) se suspenderán las procesiones públicas por los días que se hicieren. Y si los Cabildos conocieren que en Gobierno Secular pidiese haber alguna confianza menos urgente que ellas la consideran; podrán insinuarlas; pero no pasar a la práctica de solemnidades; sin que medie la solicitud secular”.
Antigua Virgen del Rosario, patrona de Montoro.
Archivo Hnos Aguilar Pérez. Fototeca Pasión por Montoro
Igualmente, se extendió el control a los gastos en fiestas religiosas. Por Real Instrucción de 30 de julio de 1760, inserta en Real Cédula de 19 de agosto de 1760, se crearon las Juntas de Propios y Arbitrios, entre otras cosas para el control de gastos en fiestas reflejados en documentos de propios y arbitrios locales. 

A pesar de esta rigurosa normativa, las rogativas y celebraciones continuaron celebrándose en Montoro.

Numerosas han sido las ocasiones a lo largo de los siglos en que se ha impetrado el auxilio a la Compatrona de Montoro Nuestra Señora de la Fuensanta para la salvación de la pertinaz sequía, como también han sido numerosas las ocasiones en las que la venerada, por todos los montoreños, Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno junto con nuestro Patronos San Bartolomé y Nuestra Señora del Rosario, han sido procesionados por las calles de Montoro en acción de gracia por la salvación de la peste, sequías o en acción de gracia por hechos civiles de notoria importancia. 
En la revista un Vía Crucis para el recuerdo editado por la Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno con ocasión de la celebración de año Jubilar de 2000   bajo el título “Traslados y Vía Crucis de la Imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno” dejé constancia de las numerosas ocasiones en que la Imagen del Nazareno de Montoro fue procesionado, bien con ocasión de acción de gracia por salvar a Montoro de infortunios, bien con ocasión de celebración de actos de evangelización. Como la historia se nutre de descubrimiento, en aquellas fechas no tenía constancia documental ni por otra fuente de información de dos ocasiones en las que la Imagen de Padre Jesús fue sacada en procesión.
Antiguo San José de la Parroquia de S. Bartolomé
Fuente: Archivo Conchi de la Torre
Con ocasión de la ascensión al Trono del Rey Fernando VII un mes antes de la invasión de las tropas francesas de la Villa de Montoro en junio de 1808, se celebró una Magna procesión, que nos ha descubierto mi buen amigo y excelente colaborador  José Ortiz García, Archivero del Ayuntamiento de Montoro y Cronista Oficial. Esta magna procesión, sobre la que nos da noticia José Ortiz en la Revista de Feria de 2007, se celebró el 3 de mayo de 1808.
 La procesión se organizó desde la Parroquia de San Bartolomé discurriendo por  el mismo itinerario de la procesión del Corpus: Arco de los Faroles, Plaza de Isabel II (actual Plaza de Jesús Nazareno), Martínez Campos, Plaza del Charco, y para darle mayor recorrido se acordó seguir por la Calle de Córdoba, San Sebastián y Santo para regresar por Corredera hasta la Parroquia, como consta en el Acta Capitular en la que se acordó.

“siendo la carrera por donde ha de ir la referida procesión en la tarde del dicho día mes de mayo inmediato la misma que la de el Corpus a excepción de que para darle más extensión subirá por la calle de Córdoba a San Sebastián y bajando por la del Santo se restituiría por la calle Corredera a la Iglesia Parroquial; donde se habrá formado; cantándose en ella la letanía de todos los santos y preces...”

En la procesión de acción de gracia se procesionaron, por el siguiente orden, las  imágenes de  Nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora del Rosario, San José, San Bartolomé y Santa Teresa de Jesús, como también consta en expresada Acta.

“se saquen en la expresada procesión de rogativa las santas imágenes de Jesús Nazareno que se venera en la iglesia de San Juan de Letrán; la Nuestra Señora del Rosario; la del Glorioso patriarca Señor San José, que cree el Ayuntamiento debe conceptuarle más del caso su intercesión mediante que en su día subió al Trono y empezó su reinado nuestro católico monarca el señor don Fernando Séptimo: y la del apóstol señor San Bartolomé siendo tutelar patrono y la de Santa Teresa de Jesús Gloria de la Nación Española y su especial protectora que los reverendos padres carmelitas descalzos de esta villa”
Antiguo Nazareno de Montoro. Años 20.
Archivo José León Solís.
Otro caso de Acción de Gracia fue el Triduo y Procesión con las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora del Rosario y San Bartolomé,  patronos de la ciudad, celebrado en el mes de noviembre de 1885 en acción de gracias al Sagrado Corazón de Jesús por haber liberado al pueblo de Montoro de la epidemia de cólera procedente de Marsella, que tan devastadores efectos produjo en la población montoreña y en toda Andalucía. Para tal fin por medio de octavillas de 15 de noviembre de 1885 se convocó al pueblo en general a su participación, celebrándose la procesión la tarde del domingo 22 de noviembre con el siguiente itinerario: Arco de la Cárcel, Plaza de Isabel II (actual Plaza de Jesús Nazareno), Peñuelas (actual Diego Medina), Duque de la Victoria (actual Santos Isasa) y Martínez Campos (actual Corredera) e Iglesia de San Bartolomé. El documento, por su interés, lo reproducimos literalmente:
¡¡ Viva el Sagrado Corazón de Jesús!!

“En cumplimiento á la promesa hecha para dar gracias al Sagrado Corazón de Jesús, por habernos librado de la epidemia colérica, se celebrará un solemne Triduo costeado con las limosnas de los fieles de esta Ciudad é Ilustre Ayuntamiento de la misma, en los días 19, 20 y 21, en la forma siguiente:

A las 6 y media de la tarde se expondrá S. D. M. Rezándose la estación mayor y cantándose el santo rosario, ocupando la sagrada cátedra en cada uno de los días los Sres. D. José Lara Coca, D. Pedro León y D. Esteban Aragón respectivamente, terminando con motetes al Santísimo, bendición y reserva. El sábado se cantará una solemne Salve.

El domingo 22 á las 8 y media de la mañana, habrá comunión general y á las 10 y media tendrá lugar la Misa Solemne en la que predicará el Sr. D. Evaristo Meléndez, terminando con el Te Deum á toda orquesta.

Por la tarde, saldrán en procesión las imágenes de Ntro. Padre Jesús y patronos de esta Ciudad recorriendo las calles Arco de la Cárcel, Plaza de Isabel 2ª, Peñuelas, Duque de la Victoria y Martínez Campos á la Iglesia mayor.

Se suplica á los fieles de ambos sexos la asistencia á tan piadosos actos y con velas á la procesión.” 

Estas rogativas siguen vigentes, estando reguladas en los Principios y Orientaciones del Directorio sobre la Piedad Popular del Concilio Vaticano II que dictaminó: “que la fecha de la procesión de rogativas la establezca la Conferencia Episcopal de cada país” y define este tipo de procesiones como de “Súplicas Públicas de la bendición de Dios sobre los campos y sobre el trabajo del hombre, que tienen un carácter penitencial.”

martes, 14 de mayo de 2013

La desaparecida imagen de la Virgen de Gracia de Montoro, una obra del Círculo de Mercadante

1 comentario :
Detalle de la desaparecida Virgen de Gracia de Montoro, interior de la Ermita del mismo nombre.
Fuente: Archivo Hnos Aguilar Pérez. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Jesús López Alfonso

La localidad cordobesa de Montoro, poseyó hasta la Guerra Civil española un ingente patrimonio, destruido durante la misma por los asaltos del bando republicano a los diversos templos, otras en cambio serían saqueadas aprovechando la contienda civil. Una de las tantas obras que desaparecieron durante la guerra sería esta imagen mariana de la que hemos tenido conocimiento hace poco gracias a la página web “Pasión por Montoro”1, en la cual se recopila documentación gráfica de toda esta ingente cantidad de obras de arte perdidas. 

La escultura a la que nos referimos es a la de la Virgen de Gracia, que presidía la ermita de su nombre y que hemos conocido por dos fotografías en la que se nos presenta en la primera sobrevestida y en la segunda sin los aditamentos textiles.
Virgen de Gracia de Montoro (izquierda) y Virgen
de la Cinta de la Catedral de Sevilla (derecha)

Despojada de los mismos, podemos ver una escultura que nos llamó poderosamente la atención, puesto que nos remite a los modelos sevillanos de la segunda mitad del siglo XV que se realizaron en el taller de Lorenzo Mercadante de Bretaña o por sus seguidores, si bien como veremos parece que sufrió alteraciones durante su historia. 

Para el estudio las prendas de la misma, vamos a seguir la tipología que ha establecido el profesor Martín Sánchez en su reciente obra “El imaginero Lorenzo Mercadante”2, la cual se basa en los diferentes plegados que realiza el escultor en las vestimentas marianas: 

En cuanto a la túnica, es de las que este historiador denomina “túnica B”3, anudada a la cintura con cinto y haciendo pliegues que caen en forma tubular y el repliegue terminando en muelle orientado hacia el frente. 

El manto, es de los denominados tipo B4, los cuales caen sobre los hombros, se recogen bajo el brazo izquierdo formando entre este y el cuerpo un pliegue en forma de gota, cayendo el resto del manto en vertical hasta los pies. En el lado derecho, por su parte la prenda se pliega bajo el brazo cayendo por las caderas en zigzag.

Desaparecida Virgen de Gracia de Montoro, vestida y con corona.
Fuente: Hnos. Aguilar Pérez. Fototeca Pasión por Montoro
Como podemos ver, el modelado de las ropas sigue los postulados de Lorenzo Mercadante de Bretaña, y es semejante al de las imágenes de la Virgen del Alcázar, de la sevillana Parroquia de San Lorenzo, así como la de los Remedios de la catedral de esta misma ciudad, la Virgen del Buen Fin de Villamartín (Cádiz) o la que se encuentra en la Mathiesen Gallery de Londres, y al igual que la primera y la última referidas, las caras de la Virgen y el Niño no siguen el esquema propio del escultor.

Las vestimentas presentan una decoración de motivos florales que a todas luces parece un añadido posterior, puesto que las imágenes de este grupo siempre están policromadas en tintas planas.5 
El hecho de no tener fotografías más cercanas hace que no podamos ofrecer un estudio más detenido sobre este estofado, por lo cual, es más prudente no aventurar fecha ni estilo sobre el mismo. La cabeza era sin duda la parte más alterada de la imagen, y el hecho de carecer de modelado en el cráneo, en el que no se aprecia ni toca ni cabellos, hace pensar que el mismo se raspase para poderle colocar la corona de orfebrería y sobrevestirla con mantos con mayor facilidad.
Sus facciones eran anchas, con papada y mejillas carnosas, frente amplia y despejada y boca cerrada de expresión sonriente. 

Interior de la Ermita de la Virgen de Gracia de Montoro. 1937
Fuente: A.G.A. Fototeca Pasión por Montoro
Da la sensación que los ojos no son los originales sino realizados de cristal y por tanto, ser otro añadido posterior. El rostro se encontraba tan desvirtuado que a primera vista no resulta relacionable con las obras de Mercadante y su círculo, dándose la circunstancia de si no se hubiese conservado una fotografía de la imagen sin vestir, jamás podríamos haberla relacionado con su posible autoría.
Las manos no eran tampoco las primigenias, parecen muy posteriores y por ello no seguían el esquema mercadantino de las mismas, apareciendo la derecha adelantada al contemplador en actitud de sostener el cetro y con la izquierda sosteniendo al Niño. Esta circunstancia ha hecho que el estudio de la túnica de Jesús haya sido imposible de realizar, puesto que la mano de la Virgen la tapa casi por completo.
Este, se encontraba sentado sobre el brazo de su Madre, en actitud de leer el “Libro de la Vida” y reposando sus brazos sobre el mismo, apareciendo así en algunos de los Niños de las imágenes marianas de Mercadante, como los de la Virgen de la Cinta de la Catedral de Sevilla o la Virgen con el Niño de la Mathiesen Gallery de Londres. Sin embargo, la cabeza tampoco nos recuerda a las imágenes salidas de la mano del propio escultor, sino más bien a la referida imagen de la galería londinense, a la sevillana Virgen del Alcázar o a la granadina que se encuentra en la Fundación Rodríguez Acosta de Granada.

Por tanto, podemos atribuir la Virgen de Gracia de Montoro al círculo de Lorenzo Mercadante de Bretaña, y fecharla entre los años 1460-70, cuando ya el taller del maestro bretón está consolidado en Sevilla y sus vírgenes ya se han constituido en un modelo a seguir6. Esta escultura se viene a sumar por todo ello, al conjunto de obras mercadantinas, así como a las dos imágenes marianas que hasta el momento conocemos en la provincia de Córdoba: La Virgen de la Fuensanta en la capital y la de la Piedad en Iznájar. 

Por último, no sería una mala idea recuperar esta imagen con una copia, basada en el estudio de las fotografías conservadas y de la producción mercadantina existente, devolviendo de ese modo a Montoro una imagen que jamás se debió perder.



NOTAS:
1 Mi agradecimiento a Don Pedro J. Delgado Guerrero, director de esta web, por las facilidades prestadas para el estudio de esta escultura.
2 Martín Sánchez Manuel Ángel: “El imaginero Lorenzo Mercadante de Bretaña”. Ed La Esperanza, Tenerife, 2009.
3 Íbidem, pág. 271
4 Íbidem, pág, 273
5 López Alfonso, Jesús: “Una obra inédita de Lorenzo Mercadante de Bretaña en Villamartín (Cádiz). PULSA AQUÍ PARA LEER EL ARTÍCULO
6 Íbidem

jueves, 9 de mayo de 2013

Historia de los Huertos Familiares de San Fernando y la desaparecida Iglesia de San Fernando.

3 comentarios :
Iglesia de los Huertos Familiares de San Fernando en 1955.
 Fuente: fotograma de vídeo. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Pedro J. Delgado Guerrero
Los huertos familiares suponen una experiencia agraria llevada a cabo por el Instituto Nacional de Colonización que tiene su origen en un decreto del 12 de Mayo de 1950 (Boletín Oficial del Estado número 165, 14 de Junio de 1950) mediante el cual se autorizaba el mencionado instituto para adjudicar en venta aplazada a los ayuntamientos las fincas que adquiriese y que fueren aptas para el establecimiento de huertos familiares o para su aprovechamiento comunal.
El primer paso para la puesta en funcionamiento de los huertos consistía en la adquisición de la tierra sobre la que posteriormente se instalarían. El encargado de llevar esta acción era el Instituto Nacional de Colonización, quien se fue haciendo progresivamente con una serie de fincas bien por compra directa o bien, como en el caso de El Carpio, amparándose a la Ley de 21 de Abril de 1949 sobre colonización y distribución de la propiedad de las zonas regables. 
Una vez estaba adquirida la tierra, se procedía a su ordenación rural, parcelación y puesta de regadía, así como la construcción de viviendas en aquellos lugares en los que realmente fuese necesario. Realizadas las correspondientes obras de acondicionamiento, la finca era cedida al Ayuntamiento en cuyo término estaba ubicada.
Parcelada la finca según las directrices del Instituto Nacional de Colonización y atendiendo en lo posible a las necesidades de los municipios, se procedía a la adjudicación de los huertos a los peticionarios. Desde el principio los huertos estuvieron pensados para el asentamiento de familias campesinas que, por lo general, eran las más necesitadas económica y socialmente. Los beneficiarios, una vez  les había sido entregado el huerto, pasaban a disfrutar de el a cambio del pago de un pequeño canon que primitivamente se estableció en 12'5 pesetas mensuales.
Campesino trabajando la tierra en los Huertos Familiares de San Fernando en Montoro. 1955
Fuente: fotograma de vídeo. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Para encontrar alguna fuente documental sobre los Huertos Familiares de San Fernando en Montoro deberemos dirigirnos al Boletín Oficial de la Provincia de Córdoba publicado el día 2 de octubre de 1954. En esta publicación se recoge la siguiente información: De esta forma en 13 de junio de 1952, el Ayuntamiento de Montoro remite una carta al Director General del Instituto de Colonización para que los técnicos del mismo se desplazasen hasta la localidad, y de esta forma poder evaluar y ordenar si era posible alguna intervención al objeto, basándose en la ley de 27 de abril de 1946, de expropiación forzosa de fincas rusticas de interés social. 

De esta forma y poniendo como ejemplo kas cercano la finca de Gallinarejo, convertida en la pedania de Algallarín, El consistorio Montoreño solicita la misma gestión con los cortijos inmemoriales llamados: El Cabello, El Hinojar y La Calceta, lsas dos primeras para colonización de Secano, la última para el regadio.
No hubo respuesta.
Talla de San Fernando, Patrón de los Huertos Familiares de Montoro
Fuente: Pedro J. Delgado. 2012.

Poco después en vista de la necesidad de paliar el paro obrero de más de 2596 obreros parados en Montoro, se vuelve a instar en la necesidad social de convertir los terrenos de la finca llamada “El Encinar” en este tipo de explotación de pequeños huertos familiares, de la propiedad de Doña María del Carmen Porras Aguayo y sobrinos. No obstante se percibe que tras una avenencia de los interesados se cede una parte pero no la finca entera, por lo que en 23 de septiembre de 1954, se desiste de dicha solicitud: “…Que en ejecución de acuerdo tomado por el Ayuntamiento de esta Ciudad en el día de hoy y desaparecer las causas que en principio hicieron instar de V.E. la colonización de la finca llamada “El Encinar”…”.

Sabemos que anteriormente se había pasado a hacer en estos terrenos colindantes los llamados “Huertos Familiares de San Fernando”, que presentaba unas inmejorables características geofísicas para el regadío, además del aprovechamiento de viejas instalaciones para el bombeo de agua.
Estos terrenos se cedieron por el Ayuntamiento a la Obra Social Cordobesa de Huertos Familiares, la cual construiría en ellos viviendas económicas que redundase en beneficio de los habitantes de Montoro, previa a la autorización del Ministerio. A cambio el pueblo cede dos parcelas, una en la Cruz Chiquita con unos pocos de olivos, y otra en el llamado humilladero de la Virgen de Gracia.
Niños de primera comunión en la Iglesia de San Fernando de los Huertos Familiares de Montoro. Años cincuenta.
Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Realizada esta pequeña introducción histórica a los Huertos Familiares de San Fernando atenderemos a uno de los desaparecidos bienes patrimoniales que se creó al mismo tiempo que las distintas explotaciones agrícolas, la desaparecida Iglesia de San Fernando. Las proporciones de la iglesia presentan una armonía cuidada, y su carácter exento en una pequeña meseta hacen que el aspecto recuerde a un eremitorio. 
Pasando un cancel se accede a la pequeña explanada que precede la escalinata que da entrada a la iglesia, salvando el desnivel del terreno. Un atrio de tres arcos de medio punto, con el arco central doblando en dimensiones a los extremos, es la portada de la misma. Este arco central presenta una cornisa y tejadillo que soporta un frontón triangular con pequeño rosetón y campana. Sobre los arcos laterales, cornisa y tejadillo. Los arcos descansan sobre pilares rectangulares lisos de obra, encalados como el resto de la iglesia.
La puerta de entrada repite la estructura del atrio, pero con el arco central escarzano, dando las tres puertas acceso a la única nave de la iglesia.
Interior de la Iglesia de San Fernando. 1985.
Fuente: Recorte de prensa. Fototeca Pasión por Montoro
Hacia el exterior, observamos un plinto de piedra que rodea todo el edificio, siendo en los pilares de la portada más alto y de apenas treinta centímetros en la cabeza del mismo.
La planta es de cruz latina rematada por el ábside semicircular. Se abren tres ventanas en cada lateral y una más en los brazos del crucero, todas con trabajo de forja. Sobre un listón de ladrillo visto, se dobla la cornisa como único elemento decorativo, al que remata la cubierta a dos aguas en la nave central y a cuatro en las del crucero, con teja de barro.
Al interior, las naves se cubren con bóveda de cañón con lunetos que descansa directamente sobre el muro; el ábside, presenta una cúpula de horno. El intervalo de la nave principal al crucero que lleva al presbiterio se resalta con un arco fajón.
La iglesia permaneció durante muchos años cerrada al culto y en absoluto estado de abandono, presentando numerosas grietas en muros y cubiertas que provocaron que hace algo más de un año se demoliera la cronstucción que apenas ha superado los cincuenta años. En la actualidad, el párroco Don Rafael Rabasco Ferreria y gran cantidad de huertanos y miembros de la recientemente constituida Cofradía de San Fernando tienen como objetivo construir una nueva iglesia en los Huertos Familiares de San Fernando en Montoro. El próximo Domingo 12 de Mayo el Obispo de la Diócesis de Córdoba, durante su visita pastoral a la Parroquia de San Bartolomé de Montoro, colocará la primera piedra del nuevo templo montoreño.

Bibliografía
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO. Números citados en el desarrollo del texto.
BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA. Números citados en el desarrollo del texto.
ANÓNIMO "Algunos datos fundamentales de los huertos actualmente en producción". El artículo consta de 26 páginas, numeradas del 24 al 51. Pertenece a 1951, sin que aparezca el nombre de la revista en que se publicó ni el organismo que la mandó imprimir. Se conserva este artículo, desencuadernado y sin catalogar en el archivo de la Obra Social cordobesa de Huertos Familiares.
CORAZON MOLINA, F. Estudio agronómico y económico de la puesta en riego de 25,50 has. en la Finca "El Encinar" (Montoro). Córdoba. Abril de 1952

lunes, 6 de mayo de 2013

Gozos y sombras de la vida en el campo: Las Prensas y sus fiestas.

No hay comentarios :
Vista general del Molino Las Prensas de Montoro. 1894. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO

Manuel Perales Solís
Aún muy joven me llamó la atención la arquitectura singular de pinceladas modernistas de esta casería del Charco Novillo el día que decidí realizar una ruta en bicicleta a través del viejo trazado de la carretera comarcal 420, cuando atravesaba el Yeguas por el puente de la Campana, una construcción proyectada hacia 1866 durante el reinado de Isabel II, hoy bajo las aguas del pantano. Ya en la orilla montoreña subí la cuesta que llamaban de Pinillos y avisté a lo lejos los eucaliptos del antiguo ventorrillo de “La Niña”, lugar de anhelado refrigerio y reposo para curtidos jornaleros de la zona, pastores transhumantes y arrieros correcaminos portadores del carbón y picón de las encinas de Sierra Morena. Enseguida observé como a la izquierda de la carretera sobresalía una gran chimenea de mediana altura y una esbelta espadaña, elementos que se confundían entre los perfiles de otras construcciones y de un bosquecillo de pinos, álamos y eucaliptos; me adentré por un camino flanqueado de olivos y pronto observé que estaba ante un edificio de grandes dimensiones de características palaciegas, en cuya fachada principal destacaba una soberbia reja y varios naranjos y especies arbóreas que le daban a la avenida de acceso gran frondosidad. Pregunté a un obrero que llegaba de su trabajo y me dijo que se trataba de la casería de Las Prensas. Me informó aquel hombre de que el dueño era asturiano y que la casería estaba provista de una gran almazara donde antaño se molían las aceitunas de los más de 50000 olivos comprendidos entre las diferentes fincas que, años atrás, habían pertenecido a la Condesa de la Vega del Pozo, dama de noble alcurnia, grande de España de 1ª clase, e impulsora de aquel conjunto monumental del pago del Mosquil, y digno de ser conservado para el deleite de futuras generaciones.


La cercanía de las Prensas a nuestro término municipal y la vinculación que este lugar había tenido con Marmolejo a través de episodios y acontecimientos ocurridos a lo largo de los años, daban motivos suficientes como para merecer mi atención, y pienso yo que la de cualquier viajero que transitase por estos lugares. Muchos jornaleros marmolejeños trabajaron en Las Prensas durante la recolección de las aceitunas y otras muchas personas de los diferentes estratos sociales la visitaron con motivo de las fiestas de la Sagrada Familia celebradas en tiempos que esta mujer fuera su propietaria. Durante la República, estos olivares estuvieron arrendados al marmolejeño Andrés Pastor, y en la postguerra su dueño José Santos tuvo por chófer y hombre de confianza a Jesús García Valle “Jesús el de Las Prensas”, casado en Marmolejo con la hija del citado Andrés Pastor.
Iglesia de Las Prensas, obra del arquitecto cordobés Adolfo Castiñeyra Boloix. Fuente: Manuel Perales Solís
 Por diversos testimonios que escuché de boca de viejos paisanos que ya no están entre nosotros, parece ser que este rincón del Charco del Novillo perteneció, desde finales del XVIII, y durante gran parte del siglo XIX, a la casa de Villaverde la Alta, con inmensas propiedades entre los términos municipales de Marmolejo y Montoro. La casa de Villaverde por razones difíciles de explicar, probablemente asociadas al fallecimiento de la condesa María Teresa Bernuy y Jiménez de Coca en 1887, cuando solo contaba con 47 años de edad y/o al fracaso de algunas de las empresas de su consorte Teodoro Martel, entró en paulatino declive, hecho que se constata con la venta de buena parte de las propiedades de olivos de su titularidad en el pago del Charco del Novillo, incluida Las Prensas, y sus aledañas de Pinillos y Belloteros, que fueron adquiridas por la condesa de la Vega del Pozo y duquesa de Sevillano, mientras que la posesión de Escalera era comprada por el marqués de Viana.
 A estas alturas del XIX vemos como las grandes propiedades olivareras de nuestro entorno se traspasaban por compraventa entre las familias burguesas y nobleza terrateniente con suficiente poder económico, no siendo todavía habitual el arrendamiento práctica que se impuso con mayor profusión, sobre todo, a partir de los años iniciales del XX y que evidentemente iba a producir un deterioro de las condiciones laborales de un sinfín de braceros antaño empleados, casi de por vida, en estas grandes propiedades latifundistas.
Para hablar de esta hacienda de las Prensas, adquirida probablemente por la condesa hacia 1887, voy a apoyarme en la crónica realizada en el “Diario Córdoba” por el periodista Manuel Rosal, fechada el 6 de junio de 1897 y titulada “La bendición de una Iglesia”. En ella recogía con todo detalle los pormenores de la inauguración llevada a cabo el día 2 de junio, de la obra de las Prensas y de su Iglesia. Por su interesante contenido y por la profusión de datos aportados, hasta ahora inéditos, creo que merece la pena reproducirla en sus párrafos más significativos: “Grandiosa, brillante y magnífica ha resultado la fiesta celebrada en la poética Sierra Morena con motivo de la bendición de una iglesia que bajo la advocación de la Sagrada Familia, acaba de construir la Excma. Sra. Condesa de la Vega del Pozo, en la hermosa posesión de olivar, llamada Las Prensas propiedad de dicha distinguida señora, en este término municipal. Extenso convite hecho por los señores administradores de esta importante casa, ha dado por resultado una gran reunión, asistiendo el que esto escribe por atenta invitación de Cesáreo Verdejo, administrador de la señora en Montoro.
En el tren correo del 1º de los corrientes, acompañado de varios amigos y algunos señores curas de esta población (se supone que salieron de la estación de Montoro), nos trasladamos a la estación de Marmolejo, en donde nos esperaban varios carruajes, y por cuenta de la casa de la señora condesa, nos dirigimos a la posesión de Las Prensas por la accidentada carretera, no sin detenernos algunos momentos en el Balneario de Marmolejo, situado en la margen izquierda del Guadalquivir, junto a su restaurado puente romano…..Como empezaba a declinar la tarde volvimos a tomar los coches, dirigiéndonos al punto de nuestra expedición; pasamos el bonito puente sobre el manso Yeguas, y sin incidente desagradable, aspirando ya los balsámicos aires de la sierra, llegamos a la hermosa finca de Las Prensas, a las siete de la tarde, pasando bajo vistosos arcos de monte que se hallaban formados en el pequeño ramal de carretera de la señora condesa; en el mismo momento de nuestra llegada se acababa la ceremonia de bendecir la campana de la Iglesia habiéndosele puesto el nombre de María Diega de la Sagrada Familia.
El vasto y prolongado edificio de Las Prensas está construido sobre una extensa planicie; del rectángulo que forma la fábrica se adelantan dos elegantes pabellones, igualmente confeccionados en los extremos, resultando una plaza o patio cerrado por verja labrada de bastante gusto artístico, teniendo la entrada en su parte media: todo está construido de piedra de sillería, estilo moderno, incrustada en forma de polígono, o sea de mosáico. Estas importantes obras, como la iglesia que describiremos, no solamente hacen honor a la casa que las ha costeado, sino también al inteligente arquitecto don Adolfo Castiñeyra(1), que las ha dirigido y al hábil maestro don Santiago Oria, que las ha efectuado sin error en los planos sacados para tan importantes edificaciones.
Puerta de entrada al patio de Las Prensas. Fuente: Manuel Perales Solís
Los pabellones laterales destinados a suntuosa morada y al establecimiento de oficinas, están repartidos interiormente a estilo madrileño y lujosamente amueblado; al penetrar en los departamentos centrales en donde está establecida la fábrica de aceites, resulta una confusión, por la diversidad de máquinas y otros medios de la mecánica moderna, bastando con manifestar lo bien concluido de todos los aparatos y grandes piezas de hierro en que se lee grabado el nombre del señor Beltrán de Lis, de Antequera.
La iglesia, precioso monumento frente al edificio principal, está construida sobre una gran meseta, a donde se sube por cómodas y elegantes escalinatas de piedra pulimentada; ante el pórtico se ha hecho un bonito paseo con muy buen piso, hermosos y largos asientos.
Esta iglesia tiene una preciosa fachada con alto campanario, y dos hermosas campanas, destinada una de ellas al reloj de torre establecido con repetición, cuya blanca esfera, de más de un metro de diámetro, se observa perfectamente desde todo el edificio; en la parte más alta de la fachada se ven labradas en piedra las iniciales de Jesús, Mª y José.
La iglesia es de regular capacidad, afecta la forma rectangular, estilo románico ojival, teniendo en su parte posterior, una pequeña sacristía que tiene la figura de un trapecio. El altar, sillería, bancas y púlpito, llevan el mismo estilo antedicho con sencillez y elegancia. La Sagrada Familia, imágenes de este templo, son de gran mérito artístico, tanto en escultura como en pintura, debido a artistas españoles de la casa del señor Pons (2); los ornamentos y todos los accesorios de gran riqueza y buen gusto.
A las nueve de la mañana del 2 de los corrientes, los sonidos de las alborozadas campanas de la nueva iglesia y los truenos de infinidad de cohetes lanzados al espacio, anunciaron se aproximaba la hora de la bendición, acudiendo un gentío numerosísimo de todas las caserías de aquel pago y muchas familias de Montoro, Marmolejo y Villa del Río, pareciendo aquel sitio una improvisada feria, según los puestos que se establecieron en aquellos olivares.
Verja que flanquea el patio de Las Prensas, probablemente realizada en los talleres antequeranos de la Fundación
Beltrán de Lis. Fuente: Manuel Perales Solís
Por delegación del virtuoso señor Obispo de Córdoba al digno señor Arcipreste de Montoro para la bendición de esta iglesia y sus ornamentos, ayudado de varios clérigos, se procedió a este acto con toda solemnidad y con los preceptos de rúbrica. Después penetró la concurrencia en la iglesia, quedando un gran contingente fuera por no haber espacio bastante para tan gran multitud….
Llegada la hora del mediodía, pasamos el gran número de convidados al pabellón de la izquierda del suntuoso edificio de la fábrica, en donde estaba dispuesta una prolongada mesa que llegaba a las afueras del patio, estando esta parte cubierta por un toldo y en los lados varios vistosos arcos y guirnaldas de monte. A solicitud del reputado fotógrafo de Córdoba señor Almenara, nos colocamos convenientemente, y dicho artista sacó dos fotografías de la mesa con todos los convidados. La comida ha sido espléndida, servida por la fonda de Oriente de Córdoba, que ha cumplido satisfactoriamente. El menú consistió en lo siguiente: Consomé duquesa, merluza salsa Robert, ternera con guisantes, pastelillos a la Reina, jamón en dulce, pava asada, ensalada, mantecado de limón, postres variados, vinos nacionales y extranjeros, café, licores y tabacos…”
Finalmente relata el periodista Rosal que le correspondió a él, a petición de Felipe María Sevillano, hacer el brindis con un breve discurso destinado a ensalzar las virtudes de la Condesa de la Vega del Pozo que no estaba presente en el acto, valorando los méritos del allí presente en su representación, don Felipe María Sevillano, asesor y tío carnal de la condesa, y uno de los principales impulsores de la obra. Terminó la comida con el discurso del párroco de Villafranca don Francisco Gómez, en nombre del resto del clero allí presente. Unos meses después de la sonada inauguración la condesa regalaba al Arcipreste de Montoro, José de Juliau un cáliz de plata y oro como recuerdo de la bendición de la capilla dedicada a la Sagrada Familia, noticia que fue recogida en el “Córdoba” del 30 de noviembre de ese mismo año.
Fachada sur de la almazara de Las Prensas, hacia el patio troje. Fuente: Manuel Perales Solís
 En relación al molino aceitero de las Prensas Pedro Majuelos Martos (3) nos apunta que “hay que destacar la riqueza de los materiales utilizados en su construcción, que en muchos casos había que traerlos de fuera, por lo que su construcción se demoró bastante tiempo dando lugar a que en Montoro se acuñara la frase “va a durar más que las obras de las Prensas”. La casería constituye un gran conjunto agroindustrial de singular importancia por las dimensiones y características edificatorias, si bien no puede considerarse representativo de ninguna tipología dominante en el olivar montoreño. A primera vista nada nos haría pensar que se trata de una almazara. Su fisonomía es una estructura palaciega en forma de U con un amplio patio frontal empedrado y cerrado por su parte delantera, por unas rejas de rica ornamentación. En la esquina derecha se levantaba la vivienda para los señores y el encargado, destacando una galería en la segunda planta con techumbre metálica y cierres acristalados. Se levanta este edificio a finales del XIX (1891), cuando se reforma la casería del Corregidor (en el pago montoreño de Santa Brígida), ambas pertenecientes a la condesa de la Vega del Pozo, ultimándose las obras con la finalización de su iglesia hacia comienzos de 1897. Junto al edificio principal y la iglesia destacan otras viviendas para obreros y para cuadras de animales de labor, cuya tipología arquitectónica están más en la línea de la construcción rural predominante en el pago del Mosquil. Probablemente estas viviendas de aspecto más sencillo podrían tratarse del antiguo caserío existente en esta finca de Las Prensas.
Corrió también por Montoro, en relación a esta magna obra, el bulo, probablemente infundado, de que el administrador de la señora condesa, distraía parte de los materiales destinados a la obra de las Prensas para el arreglo de la casería del Corregidor, al parecer donación que le hizo en agradecimiento a los servicios prestados.
Puerta de acceso al patio troje. Fuente: Manuel Perales Solís
 Por estos años ejercía como administrador de la condesa Cesáreo Verdejo Mónico. Una nota cronológica enviada desde Montoro por el corresponsal del “Diario Córdoba”, fechada el 20 de marzo de 1906, resaltaba brevemente los rasgos de esta personalidad sobradamente conocida en la sociedad cordobesa de finales de la centuria: “Era muy conocido en toda la región andaluza por haber desempeñado las administraciones de casas tan importantes como la de los duques de Medinaceli, del marqués de Benamejí y de la condesa de la Vega del Pozo y duquesa de Sevillano, y en las provincias de Sevilla, Córdoba y Málaga gozaba de generales simpatías por las bellísimas cualidades que le adornaban…No era andaluz: nació en Almadén (Ciudad Real) el 25 de febrero de 1835; más su carácter franco y abierto le asemejaban a los hijos de esta región. Verdadero prototipo de caballerosidad, en su larga vida que consagró entera al trabajo no quiso más que crear amigos y sembrar el bien a manos llenas…Desempeñó en esta población el cargo de primer teniente de alcalde en la época en que fue presidente del Ayuntamiento Don Bartolomé Benítez Romero, y era caballero de la Orden de Carlos III”(4). Desde 1905 le había sucedido como administrador Francisco Moreno Ojeda, natural de Barchín del Hoyo (Cuenca) que residía en la casa de la condesa en la calle Rosario de Montoro.
 Conviene ahora detenerse en los aspectos biográficos de esta singular dama que, probablemente sin pretenderlo y sin hacer apenas acto de presencia por sus posesiones tanto de Montoro como de Marmolejo, su imagen quedó asociada, sin embargo, a la de una dama piadosa de firmes convicciones religiosas convertida, eso sí, en auténtica “alteza” de los pagos del olivar serrano montoreño que instauró en todos sus dominios una particular manera de ayudar a los más pobres y desvalidos en los momentos de graves crisis de trabajo, quizás influida por las directrices emanadas de la conocida encíclica “Rerum novarum” de León XIII, documento que significó cierta apertura hacia un catolicismo de compromiso más social frente a las injusticias sociales y la dureza de las condiciones en el trabajo denunciadas, desde hacía tiempo, por las asociaciones obreras de inspiración marxista y anarquista. Una medida en esta línea de atenuar las penurias de muchos jornaleros pero buscando al mismo tiempo el acercamiento a la fe católica del obrero agrícola, la vemos en la curiosa disposición de la condesa en la que declaraba el descanso de los domingos de los obreros de sus fincas, “cuidando que estos no dejen de asistir al sacrificio de la Misa, y que los que necesitaren para vivir los días festivos de su jornal, que lo reciban íntegro, como si trabajaran”. Hábitos como estos perduraron años después, en la España de Postguerra, durante la etapa de mayor influencia del nacional-catolicismo.
 
Vista parcial del patio del Molino Las Prensas de Montoro.
Siguiendo a su biógrafo Antonio Herrera Casado podríamos destacar las siguientes líneas: “La condesa de la Vega del Pozo, María Diega Desmaissières y Sevillano nació en Madrid en 1852 y murió en Burdeos en 1916. Perteneciente a una noble familia poseedora de numerosos títulos aristocráticos y de una inmensa fortuna material, permaneció siempre soltera quedando en posesión a lo largo de su vida de una inmensa fortuna, que ella destinó en buena parte a la fundación de centros benéficos en diversos lugares de España. Su bisabuelo paterno era francés, de la región de Burdeos, y se llamaba Arnaldo Desmaissières. Su abuelo paterno era Miguel Desmaissières, oriundo de León, y quedó heredero en el Bordelés francés de inmensas extensiones de territorio de viñedos. Con título de conde la Vega del Pozo se dedicó a la política desde los años finales del siglo XVIII. La abuela paterna era Bernarda López de Dicastillo, también de noble ascendencia navarra, con enorme patrimonio constituido de varios palacios y tierras.
De los numerosos hijos de este matrimonio, fue Diego María Desmaissières y López Dicastillo, padre de María Diega, quien recibió de su padre el título de conde de la Vega del Pozo y marqués de los Llanos de Alguazas con sus anexos territorios en Murcia. Este hombre ejerció la actividad de diplomático, siendo embajador de España por diversos lugares de Europa, entre ellos Bélgica e Italia. Casó en 1846 con María Nieves Sevillano y Sevillano que heredaba los títulos de marquesa de Fuentes del Duero y duquesa de Sevillano. La boda se realizó en Guadalajara, en el palacio de los Desmaissières con una fastuosidad principesca. En 1850 nació su primera hija, María de las Nieves, que murió a los 3 años. En 1852, nació María Diega que heredaría todos los títulos y todas las riquezas de ambas familias. Perdió a su padre muy pronto pues Diego falleció en Pau en 1855, heredando la influencia de bondad, generosidad y entrega de su tía María Micaela, la Santa de la familia. De ahí que María Diega, que siempre permaneció soltera, se propusiera desde muy joven la realización de una gran fundación que sirviera de acogimiento a pobres y desvalidos, proyecto que puso en práctica en la ciudad de Guadalajara, con la construcción en la capital alcarreña de un complejo educativo y de acogida para niños y niñas pobres conocido por La Escuela-Modelo y el Asilo. Junto a él construyó una Iglesia en recuerdo de su tía santa María Micaela, y un gran panteón donde fuera enterrado su padre y que sirviera para acoger los restos de toda su familia y los suyos propios”.
Heredera única como hemos visto, de una de las familias más ricas de España en los años de auge de la gran burguesía terrateniente, esta mujer se ocupó muy pronto de cuantos problemas sociales emergían en la España de fines de siglo XIX. Sin embargo al haber fallecido de forma inesperada en Burdeos, el 9 de marzo de 1916 sin descendencia directa de hijos o sobrinos, la inmensa fortuna de María Diega quedó en poder del estado francés, en lo relativo al vecino país y en el de algunos remotos parientes, Congregación de Adoratrices y estado español, en lo referente a sus bienes de España.
Escultura de María Diega Desmaissières y Sevillano,
condesa de la Vega del Pozo y duquesa de Sevillano, 
ubicada en el paseo del doctor Fernández 
Iparraguirre de Guadalajara. Autor: Luis Sanguino.
Nos dice Pedro Majuelos, que el patrimonio de María Diega en Montoro, además de las fincas y almazaras mencionadas, se componía de otro molino en la calle San Francisco, y una casa en la actual calle Rosario nº 4, (en algunos artículos de prensa he visto nº 3) donde habitualmente residieron sus administradores. Igualmente poseyó diversas posesiones rústicas en torno a Santa María de Trassierra, en la sierra cordobesa (5), aldea en la que fomentó también la celebración de la fiesta de la Candelaria con celebraciones camperas, al gusto de la casa, similares a la de Las Prensas.
El autor e investigador de temas montoreños Antonio Delgado, en su libro “Montoro en sus calles y plazas”, nos refiere que en el año de 1906, la corporación municipal además de otorgarle el título de Hija Predilecta (6), acordó dar a la calle Rosario, donde tenía su casa, el nombre de Condesa de la Vega del Pozo. Parte de este reconocimiento tuvo su origen en el ofrecimiento de esta señora en los años de climatología adversa y por tanto de graves crisis de trabajo, de emplear a multitud de jornaleros que se encontraban en situación límite de paro y de falta de recursos alimenticios básicos, en sus distintas posesiones. Parece ser que esa actitud solidaria tuvo su punto álgido en 1897 y posteriormente en la primavera de 1906 circunstancia que nuevamente destacó el corresponsal montoreño del “Diario Córdoba”, en su crónica del 9 de abril de 1906: “La Excma. Sra. condesa de la Vega del Pozo y duquesa de Sevillano, ha autorizado a su administrador Francisco Moreno Ojeda para que mientras duren las circunstancias críticas porque atraviesan los obreros de Montoro, a causa de la escasez de trabajo, reparta limosnas que consisten en 65 céntimos de peseta diarios para cada uno de los necesitados. Estos socorros se reparten con intervención de la autoridad municipal y eclesiástica, en bonos, los cuales, los hacen efectivos los interesados en las tiendas a cambio de artículos de primera necesidad. El término medio de los bonos que se distribuyen oscilan entre 130 y 140”.
Las Prensas el día de su inauguración (2 de junio de 1897). Las fotografías de ese día fueron realizadas
por el afamado fotógrafo cordobés Eleuterio Almenara. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Inaugurada finalmente la obra de las Prensas, se celebraron allí, durante varios años, por encargo de la condesa la fiesta dedicada a la Sagrada Familia, el 21 de enero. Hasta allí se desplazaban lugareños del pago del Charco del Novillo y numerosas familias de aceituneros que habitaban en casillas y caserías del término de Marmolejo, próximas al rio Yeguas; también las autoridades de los pueblos limítrofes y muchas personas con propiedades en la zona que acostumbraban a residir en sus caserías durante el invierno. Nos ha quedado constancia a través de testimonios orales de Natividad Robles Perales, que desde las casillas de la Loma Candelas del término municipal de Marmolejo, las familias de Bartolomé Robles y Bartolomé Vizcaíno, se desplazaban a la tradicional fiesta de la Sagrada Familia. Ese viaje lo realizaban en mulos, atravesando el río Yeguas por el vado de los Cabios. En las vísperas preparaban las mujeres María de la Cabeza Perales, esposa de Bartolomé Robles), Natividad Robles, hija, y su prima Julia Perales (mujer de Bartolomé Vizcaíno) gran cantidad de dulces caseros: pestiños, roscos de aguardiente y tortas de aceite, y como no un abundante menú compuesto de productos derivados de las matanzas del cerdo realizadas hacia finales de la estación otoñal (7).
 Estas fiestas quedaron igualmente inmortalizadas en dos crónicas periodísticas realizadas por el diario “El Defensor” de Córdoba, de 25 de enero de 1906, y el “Diario Córdoba”, de 26 de enero de 1912 y que hoy adquieren naturaleza de joya documental pues nos permiten visualizar aspectos olvidados de nuestro pasado y de la sociedad rural de principios del XX. Por su interés, y en el mismo orden cronológico, las reproduzco íntegramente:
El día 21 de los corrientes, a las 10 de la mañana, tuvo lugar la solemne función religiosa que la Excma. Sra. condesa de la Vega del Pozo costea anualmente a la Sagrada Familia de Nazaret en su magnífica posesión denominada “Las Prensas”.
 La hermosa capilla se hallaba profusamente adornada y su nave era incapaz de contener las personas que de Marmolejo, Villa del Río y Montoro acudieron a la fiesta. Ofició la misa don Julián Rivas Rojano, coadjutor de la parroquia de San Bartolomé, de esta ciudad, ayudándole en concepto de diácono y subdiácono respectivamente los presbíteros de Marmolejo D. Joaquín González y D. Pedro López Morcillo.
La cátedra del Espíritu Santo estuvo ocupada por el presbítero D. Vicente Jiménez Morales, coadjutor de la parroquia del Carmen (Montoro), el cual pronunció un hermoso panegírico de la Sagrada Familia de Nazaret….Después de la fiesta se formaron los tradicionales “corros” que duraron hasta la noche.
Vista general de la Capilla de Las Prensas a inicios del pasado siglo. Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez
 Mil gracias al digno Administrador de la señora condesa de esta ciudad D. Francisco Moreno Ojeda, por el modo como ha sabido acoger y agasajar a los concurrentes”.
La fiesta celebrada en 1912 era comentada en la sección “Ecos de Montoro” del Diario Córdoba, pero en esta ocasión el corresponsal al parecer desplazado desde la capital, se nos identifica con el seudónimo de Gaitán:
La condesa de la Vega del Pozo posee en este término, entre otras varias, una hermosa finca de olivar denominada de las Prensas. Muchas veces habíamos oído hablar con encomio de la situación topográfica de aquellos terrenos, del soberbio caserío construido, no ha mucho tiempo, y muy especialmente de la fiesta que todos los años se celebra el tercer domingo de enero dedicada a la Sagrada Familia.
En repetidas ocasiones había sido invitado por mi apreciado amigo don Francisco Moreno Ojeda, administrador de la casa, para asistir a dicha fiesta, y no pude responder hasta ahora a su insistente galantería.
Ya he tenido el gusto este año de que la realidad me haya mostrado toda la belleza e importancia de aquel paraje, que con decir que se encuentra en el renombrado pago del Charco Novillo, nos releva del atrevido intento que pudiéramos tener de describirlo. La bondad de aquel clima y la feracidad de aquel suelo prestan verdor y lozanía al arbolado; son abundantes las cosechas y los aceites finos y de gusto exquisito.
Lástima que tan importantes predios se encuentren sin comunicación fácil y espedita, especialmente en esta época de lluvias que es cuando se recolecta la aceituna, y conste que tiene dos carreteras a las que casi nada les falta para que pudieran ser calificadas como buenas.
Nos resignaremos, si continúa este lamentable abandono, a esperar a que el aeroplano se generalice en esta comarca para tener de nuevo la dicha de experimentar otra igual satisfacción a la que hemos gozado en nuestra primera visita.
Esto que todos lo saben, bueno es que se repita, y bueno es que lo recuerden, y después que cada palo cargue con su vela.
Llegamos, por fin, a la referida finca el sábado por la tarde, y después de los saludos de rúbrica, nos dedicamos a ver las dependencias del edificio, principalmente la parte dedicada a la elaboración de los aceites, donde pasamos las horas embelesados.
Detalle de la Capilla de las Prensas. Inicios S.XX
Fuente: Archivo Hnos Aguilar Pérez.
Primeramente visitamos el molino, movido a sangre, que es un modelo en su clase. Luego pasamos a la fábrica, movida a vapor, y allí el señor Moreno nos fue explicando al detalle las aplicaciones de cada una de las máquinas, todas modernas y de utilidad probada; pasamos al departamento del motor, prensas, sala de envase, admirando el simultáneo funcionamiento de aquel innumerable conjunto de auxiliares mecánicos de la fuerza humana. Aquí tuve el gusto de saludar a mi paisano y amigo señor Carranza, encargado de la finca, empleado activo y honrado en quien el señor Moreno tiene depositada toda su confianza.
Suena el silbato de la locomóvil que anuncia el paro general como víspera de fiesta y el señor Moreno nos recuerda que ha llegado el momento de abandonar la dinámica para ir en busca de la cena. Todos obedecimos con presteza aquel oportuno aviso, pues buena falta hacia reponer esos estómagos traqueteados durante cinco horas de carruaje. La cena, que fue suculenta, transcurrió salpimentada con amenísima conversación y, tomado el café, nos fuimos a la iglesia, pues ya el repique de campanas y el estampido de los cohetes anunciaban la hora de rezar el santo rosario.
Gratamente impresionados quedamos al penetrar en la Iglesia. Una esbelta nave cuyas paredes y bóveda están pintadas con mucho gusto; un precioso altar que sustenta valiosas y artísticas imágenes; ricos ornamentos; radiante de luz; esmerado aseo, y lo más sorprendente aún, fue verla repleta de fieles, campesinos que tienen la piadosa costumbre de acudir a las prácticas religiosas que en aquel lugar se celebran.
Capilla de Las Prensas, 1894. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Terminó el rezo de la noche con el canto de letanía y después una bonita salve, y a continuación el reverendo padre Celestino, superior de los Trinitarios, con residencia en Córdoba, pronunció una hermosa plática doctrinal adecuada a las circunstancias, por lo que fue muy felicitado.
Y ya en esta hora nos encontramos en plena fiesta; las campanas repican más fuerte; los cohetes estallan sin interrupción en el espacio; la alegría cunde y va como desparramándose por los distintos senderos que sigue cada grupo en busca de su albergue, y los que aquí quedan ríen y celebran las graciosas ocurrencias de las muchachas que, con multitud de lucecitas de bengalas en sus manos, amenazan quemarnos con las chispas que despiden, sin duda menos candentes que las de sus lindos ojos.
Avanza la hora y como también es preciso dar tregua a la alegría y descansar para estar dispuestos a continuar de nuevo al día siguiente, suena la queda, es decir, el trueno gordo, y todos nos vamos a dormir.
La del alba sería, o a mí me pareció serlo, cuando nos lanzamos al campo, deseosos de contemplar aquellas bellezas naturales. El sol se presentaba con la esplendidez y hermosura que luce en los deleitosos días de primavera.
Ya van llegando los animados grupos de personas que se fueron, y otros más, y pronto invade los paseos y planicies que rodean la finca una abigarrada multitud, esperando la hora de la fiesta. Este solemne acto empezó a las diez, oficiado a tres voces y orquesta y dedicada a la Sagrada Familia.
Terminado de cantar el Evangelio, subió al púlpito el señor arcipreste de este partido, D. José de Julián e hizo el panegírico de aquellas benditas imágenes que allí se veneran, teniéndonos suspensos de su elocuente palabra por espacio de tres cuartos de hora…..El señor arcipreste recibió mil enhorabuenas de todos los circundantes, que no cesaban de encomiar al notable sermón que habían escuchado.
Después vamos a visitar los puestos de juguetes y golosinas, frutas y hortalizas, como un reinado de las ferias de las aldeas, y los jóvenes juegan al corro, y otros cantan y ríen, y muchas parejas bailan al compás de una destemplada guitarra. El cuadro es completo y encantador.
Viviendas para obreros en el molino Las Prensas de Montoro. Fuente: Manuel Perales Solís
No quisiéramos dejar de contemplarlo, pero es la hora de la comida y vamos a sentarnos a la mesa, donde nos sirven un esmerado banquete, dispuesto con el refinamiento y gusto que era de esperar de las personas encargadas de ello: la esposa e hija del señor Moreno, dos señoras tan simpáticas como amables.
Allí tuve el gusto de ir saludando a las distinguidas familias de Montoro y otras de los pueblos inmediatos que se hallan pasando el invierno en sus posesiones. Omito dar sus nombres porque sería tarea difícil.
Al terminar la comida ya estaba el coche dispuesto para regresar. Nos despedimos de todos con bastante sentimiento y a los señores de la casa, que nos habían colmado de atenciones, les hicimos presente nuestro profundo agradecimiento”.
Evidentemente todo no era siempre del color de rosa con que estas crónicas costumbristas recogían retazos alegres y divertidos de la vida campestre en sus momentos de asueto y de fiesta. Junto a la opulencia y las comodidades con que vivía la clase aristocrática y burguesa terrateniente, la otra cara de la moneda era una clase obrera miserablemente pobre y carente de los más elementales recursos materiales y espirituales. A esta pobre gente en la más absoluta miseria, una vez finalizados los trabajos de la recolección solo le quedaba el recurso a rebuscar aceitunas, bellotas, espárragos o a la caza furtiva para poder sobrevivir, para así poder afrontar los duros meses de paro que se avecinaban hasta la llegada del tiempo de la siega en las campiñas. Aún así muchas veces acababan acudiendo a la caridad pública, o las aportaciones de beneficencia de los Ayuntamientos e instituciones pías. 
La Guardia Civil vigilaba y perseguía continuamente estas acciones de rebusca por encargo de los dueños de las grandes fincas, sobre todo en los olivares que por unas razones u otras llevaban atrasada la recolección. En los años malos y de fuerte crisis de trabajo, al jornalero le costaba respetar los plazos temporales y las normas fijadas para la rebusca y adelantaba esta antigua práctica antes de lo previsto y sin la autorización de los propietarios, con los consiguientes problemas con los agentes de la autoridad que casi siempre reprimieron con extremada dureza los pequeños hurtos realizados para poder sobrevivir.
Manolín, obra del montoreño Esteban Beltrán
 El 8 de febrero de 1900 el diario cordobés “El Defensor de Córdoba”, daba cuenta de que la Guardia Civil del puesto de Villa del Río había detenido a treinta y un vecinos de Marmolejo a quienes sorprendieron rebuscando aceitunas sin autorización de sus dueños en los olivares de Pinillos, cercano a las Prensas, propiedad de la señora condesa de la Vega del Pozo y de Don Juan José de la Bastida Herrera, hijo del conde de Ardales del Río y descendiente de los condes del Robledo de Cardeña. Éste señor perteneciente al linaje montoreño de los Camacho, poseía por estos años la finca de Españares en plena Sierra Morena, lugar de reunión y de asueto de la clase aristocrática con motivo de celebrarse afamadas monterías (8). La tipología de los castigos infringidos por la Guardia Civil iba desde forzar a la ingesta de las aceitunas sustraídas, castigos físicos (golpes y puñetazos) en los cuartelillos y, por supuesto, la incautación total del fruto recogido tras largas jornadas de andar arrastrados (mujeres y niños incluidos) por los pedregosos suelos de los olivares de la serranía.
 En la misma ciudad de Montoro ya hubo quien denuncio la dramática situación del proletariado con contundencia planteándole a la clase jornalera soluciones para salir de su situación de desamparo, en una célebre obra en la que se desarrollaba la utopía republicano-socialista. Este hombre lúcido y honesto fue Esteban Beltrán, un pequeño comerciante con preocupación social nacido en 1854. En 1892 regentaba un establecimiento de Comestibles y Coloniales en la calle Coracha y unos años después, en los primeros del siglo XX, fundó o ayudó a fundar, una escuela laica adscrita al Círculo Republicano de su pueblo natal. “Me levanté y dije: amigos míos yo me ofrezco y comprometo a enseñar gratuitamente a todos los niños que vengan de día y de noche a leer, escribir y a cuentas y las mensualidades de los alumnos ingresarán íntegras en las cuentas para el sostenimiento del Círculo”.
 “Beltrán, que fue masón, republicano y georgista, -en palabras de José Alberto Gómez en su introducción a la reedición del Manolín(9)- escribió esta obra para enseñar al pueblo trabajador a practicar un socialismo fraternal y bondadoso, más reñido con los curas que con Dios, e inconfundiblemente regeneracionista en su preocupación por la educación como providencia de libertad”. Beltrán viene a describir de manera magistral en su obra Manolín, primera y segunda parte, cuáles eran las verdaderas penalidades con las que se topaban en su vida cotidiana, esas mismas familias jornaleras que van de fiesta campera, aparentemente plenas de gozo y alegría, en la pluma bucólica del periodista Gaitán.
Vista parcial del Molino Las Prensas de Montoro a inicios del pasado siglo.
Fuente: Archivo Hnos. Aguilar Pérez. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Un capítulo de su obra titulado “La escarcha” dice así: “Era una mañana de enero de este presente año que será memorable por la abundancia de escarchas y por la escasez de lluvias. Los campos amanecían un día y otro cubiertos con un sudario blanco, cuyo aspecto tristísimo acongojaba el ánimo y hacía temblar de frío a las fanegueras cuando se asomaban por las mañanas á las puertas de los lagares á ver como había amanecido.
Particularmente los niños, tiritaban aún arrimados á la candela, pensando en el frio que iban á pasar cogiendo las aceitunas que, aprisionadas por la escarcha, parecían almendras confitadas en la triste umbría. –Vamos andando a coger las peladillas- decía el manijero después de haber comido todos las migas tostadas al rayar el día; y de los lagares salían en tropel hombres, mujeres y niños encogidos y pisando el suelo duro y helado como si en él hubiera espinas agudas que les clavaran en los pies descalzos de la mayoría de aquellas infelices criaturas. ¡Qué invierno más cruel y terrible ha sido este para las fanegueras!. La tierra endurecida por las escarchas, estaba erizada de aristas de hielo como si hubieran brotado por todas partes chorros de agua, quedando convertidos estos manantiales en hielo formando chorros y cascadas caprichosas.
 Por encima de estos hielos había que andar todo el día y entre este hielo había que sacar las aceitunas.
Los hijos de las fanegueras, niños y niñas de corta edad, casi todos ellos descalzos, ayudaban a sus madres en tan penosa tarea, gimiendo y llorando y sufriendo en sus rostros amoratados y en sus cuerpos mal cubiertos con ropas viejas de algodón, aquella temperatura fría y glacial que se dejaba sentir como arañazos de gato furioso.
El viento duro y frio del Norte, que es el que impide que en esta región llueva con abundancia, contribuye a que la helada dure casi todo el día, prolongando el sufrimiento de aquellas criaturas, que no se comprende cómo pueden resistir tantas penalidades”.
Rosaleda de Las Prensas, al fondo la capilla. Años 20. FOTOTECA PASIÓN POR MONTORO
Tras la muerte de María Diega sin herederos directos, sus propiedades de Andalucía fueron a parar a unos parientes lejanos. En el caso de Las Prensas parece ser que pasaron a titularidad del asturiano don José Santos, descendiente lejano de la condesa. Hacia la década de los setenta del pasado siglo, Las Prensas dejaron de funcionar como almazara. En nuestros días este enorme complejo agroindustrial camuflado bajo un aspecto palaciego se encuentra necesitado de obras de restauración y de algún tipo de protección legal para preservarlo en el futuro. Su arquitectura serviría también de modelo en la ejecución de varias fachadas en la ciudad de Montoro de singular belleza y es muy probable que el propio arquitecto Adolfo Castiñeyra fuese el artífice de algunas de ellas.

Notas y Bibliografía:
(1) Adolfo Castiñeyra Boloix, nace en Córdoba en 1856, casándose en Madrid en 1881 con María del Carmen Alfonzo, portorriqueña. Obtiene su título de arquitecto en 1891 que le hace volver a su ciudad natal al ser nombrado arquitecto de segunda del Ayuntamiento de Córdoba. En 1892 es nombrado director de la Escuela de Artes y Oficios; en 1893 arquitecto de la Diputación y en 1894 es nombrado por parte del Obispado arquitecto de la diócesis. En 1900 es nombrado académico de la Real Academia de Córdoba. Entre sus obras más destacadas figuran el edificio del IES “Maimónides” en Córdoba; la casa de Teófilo Álvarez Cid, en la avenida Gran Capitán, sede del Colegio de Arquitectos; la Iglesia de Santa Bárbara de Peñarroya-Pueblonuevo (1913); la terminación de la iglesia de la Inmaculada de Villa del Río (1894); la restauración de San Pablo de Córdoba (1897-1903), San Mateo de Lucena (1898), etc. En todas ellas dejó su sello modernista y eclecticista.
(2) Francisco Font y Pons, fue un afamado escultor e imaginero nacido en Barcelona en 1848. Tuvo taller en Barcelona y posteriormente en Madrid. Realizó multitud de encargos de imágenes religiosas para iglesias y ermitas de toda la geografía española e incluso para el extranjero. Realizó la imagen de la Sagrada Familia para la iglesia de Las Prensas y un encargo similar para la Iglesia parroquial Ntra. Sra. de la Paz de Marmolejo. Falleció en Madrid en 1931.
(3) Artículo del desaparecido Pedro Majuelos Martos, publicado en “blogcentauromontoro” en 2008.
(4) Nota necrológica aparecida en el Diario Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos”, de fecha 22 de marzo de 1906. En relación a Bartolomé Benítez Romero nos dice Antonio Delgado García que fue alcalde de Montoro entre 1891 a 1894, aunque no especifica si perteneció a al partido Conservador o al Liberal. “Montoro en sus calles y Plazas”; autor Antonio Delgado García, página 794.
(5) En la sierra cordobesa había adquirido las Finca San José y lagares agregados, constituida de 582 fanegas plantadas de olivos, encinas, alcornoques, castaños (más de 4000), naranjos, caserío de recreo y de labor y molino aceitero. También era dueña de la Dehesa nombrada de Navallana, en los Valhondos, junto al Guadalmellato con 1470 fanegas. En Marmolejo dispuso de la finca de la Boca del Río, junto a la desembocadura del Yeguas, y la Viñuela de Godoy también ribereña al Yeguas.
(6) Este título de Hija Adoptiva y Predilecta de la ciudad estuvo expuesto en noviembre de 1907, en el escaparate de la sombrerería que el comerciante José Rusí tenía en la calle Gondomar de Córdoba. Se trataba de un documento de caligrafía policromada de dibujo a la pluma y pintura a la aguada, realizada por Manuel Alfaro Vázquez, profesor numerario del Instituto General y Técnico de Córdoba. Tanto la pureza de la letra gótica del texto, con la vista panorámica de Montoro, dibujada con tinta china, así como también el resto de la orla y escudos que circundan el cuadro son una perfecta obra de arte, según la crónica del diario “Cordoba” fechada el 22 de noviembre de 1907.
(7) “La villa de Marmolejo en el reinado de Alfonso XIII”. Autor Manuel Perales Solís, página 254. Marmolejo, año 2002.
(8) Juan José de la Bastida Herrera era hijo de Rafael de la Bastida Nuño de Lara, conde de Ardales, y María del Carmen Herrera y Herrera, natural de El Carpio. Artículo del montoreño Pedro Majuelos “Los Camacho, genealogía de un influyente linaje montoreño”. Publicado en “blogcentauromontoro.com”. Año 2008.
(9) Esteban Beltrán Morales: “El Manolín”. Uno de los escasos ejemplares que quedan de esta obra, perteneciente a la biblioteca personal de Manuel Aguilar, tuve ocasión de leerlo gracias a mi buen amigo Francisco Aguilar Pérez.